“Las mujeres de Goya” llegan a Sevilla

La Fundación Cajasol acoge la exposición “Las mujeres de Goya” desde el 23 de octubre hasta el 10 de enero

La Fundación Cajasol abre las puertas a la exposición «Las mujeres de Goya» de lunes a sábado, de 11 a 14 h y de 17 a 20 h desde el viernes 23 de octubre hasta el domingo 10 de enero de 2021. La entrada es gratuita, aunque también ofrecen visitas guiadas de diferentes precios, según sean individuales o grupales, que se deben reservar previamente en taquilla de lunes a viernes de 9 a 14 h u online.

Esta muestra de una pequeña parte de la extensa trayectoria artística de Francisco de Goya y Lucientes, consta de ochenta y cinco obras del Museo del Prado pertenecientes a las cuatro series de grabados del pintor: Los Caprichos (1799), La Tauromaquia (1814-1816), Los Desastres de la Guerra (1810-1820) y Los Disparates o proverbios (1815-1824).

“Las mujeres de Goya” hace referencia a la manera en la que el aragonés representa a la figura femenina. El artista se aleja de la idea de la mujer como musa y muestra la realidad de estas en su vertiente más cruda y realista. El pintor representa a mujeres de todo tipo: prostitutas, madres, alcahuetas, ladronas, pobres, ricas. La mujer es la protagonista en esta exhibición, llegando a ocupar incluso un segundo puesto en numerosas obras que no protagoniza.

Prostitución, matrimonios por conveniencia, violaciones, raptos, machismo, misoginia son muchos de los temas que el pintor trata. Los dos primeros se localizan principalmente en la sección de Los Caprichos con obras como El sí pronuncian y la mano alargan al primero que llega y Qué sacrificio! en cuanto a los casamientos, y Pobrecitas! y Bien tirada está con respecto a la prostitución.

El sí pronuncian y la mano alargan al primero que llega (1797-1799). Fuente: Fundación Goya en Aragón

Qué sacrificio! (1797-1798). Fuente: Fundación Goya en Aragón

Pobrecitas! (1797-1798). Fuente: Fundación Goya en Aragón

Bien tirada está (1797-1798). Fuente: Fundación Goya en Aragón

El grabado nº 61 de esta serie, denominado Volaverunt, representa una de las famosas majas de Goya, la duquesa de Alba. Según el manuscrito del Museo del Prado, esta viste el típico traje de maja y es coronada con alas de mariposa mientras vuela por encima de tres brujas que se recogen las faldas con las manos por debajo de las rodillas. Aun así, para la Biblioteca Nacional, se trata de tres toreros que la levantan. La figura de la duquesa de Osuna será recurrente en sus obras.

Volaverunt (1797-1798). Fuente: Fundación Goya en Aragón

La única obra de La tauromaquia es Valor varonil de la célebre pajuelera en la Zaragoza, en la que reivindica la valentía de dicha mujer a la vez que le otorga un reconocimiento en el mundo taurino, un mundo dominado por la presencia masculina tanto en ese momento como a día de hoy. En una época en la que la mujer es considerada inferior al hombre, Goya la homenajea y la ensalza.

En Los Disparates o Proverbios el artista consolida su postura frente al matrimonio entre ancianos y jóvenes en Disparate pobre, a la unión por conveniencia en Disparate ridículo y a la posición de las mujeres en Disparate Femenino, volviendo una vez más a representar la cara oculta de la realidad.

Tal y como dijo el crítico de arte Pierre Gassier: “Tan sólo dos hechos, como la Revolución Francesa… o las guerras napoleónicas, son ya suficientes para marcar a Goya y a su época.” Y todos estos sucesos quedaron reflejados en Desastres de la guerra, donde volvemos a observar a una mujer heroica, en este caso Agustina de Aragón en Que Valor! También retrata a otras mujeres valientes, en este caso frente al abuso de los soldados franceses, en No quieren, donde una joven araña el rostro del atacante y por detrás se acerca una vieja con un cuchillo para clavárselo al mismo.

Qué valor! (1810-1815). Fuente: Fundación Goya en Aragón
No quieren (1810-1815). Fuente: Fundación Goya en Aragón

En esta serie, Goya, testigo de gran cantidad de los sucesos que muestra, retrata con aspereza y rigor, e incluso con una intención que podría considerarse periodística, el lado oscuro del momento. Esta colección lleva a pensar que Francisco de Goya fue un precursor del periodismo fotográfico. Para el artista, el dolor, la violación, la pobreza, la enfermedad y la muerte podían ser objeto de la pintura y así lo hace. Con un sentido más alegórico, encontramos Murió la verdad y la última estampa de la serie Si resucitará?, que brinda un rayo final de esperanza, pues muestra nuevamente a La Verdad resucitada entre rayos de luz y enfrentándose a los enemigos.

Murió la verdad (1820-1823). Fuente: Fundación Goya en Aragón
Si resucitará? (1820-1823). Fuente: Fundación Goya en Aragón

En «Las mujeres de Goya» descubrimos a un pintor precursor, no sólo en cuanto a temas, también con respecto a la técnica empleada. El aragonés se rebeló contra el control de la producción y editó personalmente sus grabados, empleando una nueva técnica denominada aguatinta, que permitía grabar líneas y formar manchas, lo que dio como resultado sus famosos aguafuertes.

Retrato de Francisco de Goya por Vicente López Portaña (1826). Fuente: Biografías y vidas

Francisco de Goya y Lucientes no idealizó ni transfiguró la realidad, sino que a través de estos grabados llevó a cabo una crítica social completa y osada. La exposición nos adentra en el mundo del pintor y nos deja ver la importancia que tenían las mujeres para él. En un momento de la historia en el que la mujer era considerada un ser inferior al hombre y una simple musa en silencio, restringida a posar y callar, Goya decidió mostrar su realidad, admirarlas y darles voz.

Imagen destacada: Fuente: Rocío Ruz. Periódico ABC

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