Festival de Cine de Sevilla: los documentales que dejaron huella

Los documentales han desarrollado, a lo largo de los años, distintas maneras de contar y transmitir las experiencias de otras personas. Este año, en el Festival de Cine de Sevilla, un festival de cine europeo, nos adentramos en diferentes contextos reales para meternos en la piel del otro. El arreglo de las penurias y daños pasados es fundamental para restaurar el presente y ese es el reflejo de tres largometrajes: Petite Fille, El año del Descubrimiento y Bienvenidos a Chechenia.

Los documentales como Petite Fille y Bienvenidos a Chechenia, por un lado, plasman perfectamente el sufrimiento y el rechazo del colectivo LGTBIQ. Petite Fille hace ver cómo una niña atrapada en el cuerpo de un niño lucha, junto a sus padres, en contra de la discriminación. La transfobia ha sido un tema controversial desde décadas, sin embargo, nuestra protagonista quería “ser de mayor una niña” y su madre se lo concedió. Contra todo pronóstico y quejas del director y del profesorado, la madre, con ayuda de una psicóloga infantil, defiende a Sasha en este largo y duro camino de transición: le deja vestirse y salir a la calle como una niña. En escenas cargadas de dramatismo y de superación, Sasha tendrá que ingeniárselas para recorrer un camino arduo con la defensa incesante de su madre.

Este documental francés apunta a todas las voces del entorno de Sasha, menos el de la parte contraria. Hay una carencia de argumentos contrarios a las ideas o pensamientos de la psicóloga o los padres. A pesar de esto, la psicóloga, al ser una experta en la materia, nos proporciona datos de cómo se pueden comportar los niños alrededor de Sasha y el por qué de su comportamiento. Según Cine Europa, “el documental pinta un retrato muy emotivo de una niña analizada con una gran delicadeza en sus juegos de niña (…) dando la palabra a su madre coraje para evocar la vida cotidiana y los retos de una cuestión de género que es, en realidad, una cuestión de derecho o no a la felicidad”.

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Sasha jugando en el jardín. Fuente: El diario de Sevilla.

Pero para la discriminación exhaustiva del colectivo LGTBIQ durante toda la historia, también cabe desarrollar el documental de Bienvenidos a Chechenia. Ambientado en el sur de Rusia, donde la homofobia y el machismo están a flor de piel, distintos personajes ponen en marcha una organización llamada Refugio donde aíslan a los miembros del colectivo hasta que puedan encontrar un destino seguro. Con la recogida de grabaciones de palizas y testimonios aterradores, los miembros nos cuentan lo que han sufrido hasta llegar a ese lugar y la ignorancia del gobierno ante su discriminación. Desde mutilaciones hasta asesinatos, la homofobia en Chechenia no conoce límites y, para la protección de los miembros, estos se nombran de otra forma y se ocultan hasta encontrar un lugar en el que estén a salvo.

La situación de estas personas es tan grave que, incluso fuera de Rusia, tienen que seguir escondidos o tener otra identidad. No hay manera de que Kadyrov, primer ministro de Chechenia, muestre una iniciativa para parar estos abusos y torturas porque niega tanto la existencia de la tortura como la existencia de personas homosexuales en la república. De hecho, una curiosidad de la película es que está hecha con la tecnología deep fake, por lo que las personas están disfrazadas digitalmente para no desvelar su identidad. Según críticos en Micropsiacine, “algunas escenas “robadas” o capturadas en situaciones de violencia física pueden llegar a ser excesivamente duras y difíciles de ver”.

Personas del colectivo huyendo del país con su familia. Fuente: La Jornada Maya.

Por otro lado, la indignación y la desesperanza también existen en las crisis sociales, donde no hay sostenibilidad ni beneficios para todos. El año del descubrimiento es un largometraje basado en la Exposición Iberoamericana del 92. Según los testimonios del documental, no fue un año glorioso como lo pintaban en la televisión, sino lleno de pobreza, miseria y hambre. Cubierto por personas de la ciudad de Cartagena, la pieza rodea la trama en la bancarrota de las factorías de la ciudad y los despidos que provocaron en la plantilla. En una pantalla dividida en dos y una historia partida en tres, los testimonios recorren vidas pasadas desde la Transición Española hasta la crisis financiera del 2008 que conllevó a la limitación de la educación para los jóvenes y a la inutilidad de los sindicatos. Fueron años de incertidumbre y pobreza en las calles.

La historia, de manera objetiva, pretende dar visibilidad a las consecuencias del Franquismo y la Transición. Aunque aparezcan personas que han vivido en sus propias carnes la Transición Democrática, el documental carece de expertos o historiadores para dar más detalles. No obstante, la visualización de la obra se hace “por y para el pueblo”, es decir, cuentan de manera cercana y desde un bar de Cartagena, los acontecimientos vividos para que las nuevas generaciones sepan lo que ocurrió de verdad.

Un desempleado de las fábricas en las protestas de Cartagena. Fuente: El Español.

Claramente estos documentales no fueron los únicos que se estrenaron en este festival. Pero tan solo con una muestra de ellos podemos observar que la temática ha girado en torno a unos personajes que se sacrifican y a unas historias conmovedoras e impactantes. Una sensación que se muestra en las pantallas de cine, pero que se sienten en primera persona.

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