El pasado 11 de diciembre, Aitana lanzó 11 Razones. El nuevo disco recupera sonidos, ritmos y energías propias de la década 2000. Esta estética comienza en + (Más) y se desarrolla en todo el disco.
El álbum musical se compone de 11 canciones, cada una correspondiente a una razón de la ruptura amorosa en torno a la que gira el proyecto. Según la artista en una entrevista para Los 40, la versión física contiene una canción extra que dura 5 minutos y se titula Adiós. Esta es un agradecimiento para los que apuesten por el formato tradicional del CD físico. Esta última canción está masterizada como si fuese una nota de voz, lo que le aporta ese toque más “casero”. Además, el diseño simula un disco “pirata”, algo muy característico de la década.
Los sonidos de este nuevo trabajo nos trasladan a ese pop-rock “dosmilero” que sonaba en las radios. Muchos seguidores han llegado incluso a bautizar a la artista como “la Avril Lavigne española”. Tanto el sonido como el material visual nos trasladan a esta época. Incluso algunos fans apuntan que podría haber sido una chica propia de Disney Channel.
El desamor, gran universal en la música, es el hilo conductor del disco. Trata la ruptura y superación de una relación pasada. Esta relación es ficticia porque la cantante confiesa que no se ha inspirado en ninguna experiencia personal. Quería recurrir a una situación con la que fuese fácil sentirse identificado. “Un canto de libertad y a quererse a uno mismo. No necesitamos a nadie para ser felices”, declaraba Aitana.
El lanzamiento en Youtube del álbum se ha hecho con el videoclip de la canción 11 Razones. Este las primeras horas tras su publicación se ha situado en el top tendencias de España. El resto de canciones se han publicado en esta plataforma con pequeños planos secuencia con la misma estética, vestuario y escenario del videoclip principal. Para cada canción han elegido un fragmento que se repite en bucle hasta terminar la canción. En ellos la cámara se introduce entre los personajes haciendo al espectador partícipe de la historia.
El protagonismo del videoclip es de un grupo de amigos, entre los que aparece la cantante. En una escena juegan al escondite por una casa. En otra son una banda musical que cantan en el salón de la casa. Cuentan con pie de micro, batería y bajo, los elementos propios de las bandas musicales. Se alternan estas escenas con imágenes de Aitana sentada en la cama de una habitación. La dirección de arte proporciona a la obra final una potencia y armonía visual: la decoración con graffiti, el vestuario colorido, los peinados con trencitas y dos coletas, las camisetas de grupos de rock o las beisboleras, el walk-man …
Al igual que los sonidos están cuidados y siguen ese género pop propio de la primera década del siglo, el videoclip y el material visual están cuidados al máximo. Marcos Fairweather, el director A & R de Universal Music Spain S.L.U., y la Agencia Creativa Shoddy, dieron la dirección a Jean Lafleur, director de otros proyectos que siguen esta estética a lo vintage. De sus trabajos destacan El encuentro de Alizzz y Amaia o Nuestro nombre de Natalia Lacunza. La fiebre por lo analógico sigue creciendo, Lafleur apuesta por la grabación en cintas Kodak, lo que aporta un toque vintage definitivo. Se consigue un tratamiento de imagen caracterizado por los colores propios de las cintas de esta marca y por el grano propio de las manchas del negativo.
Todas las modas vuelven. ¿Será la década 2020 los nuevos 2000?





