Heródoto, el primer reportero de la historia

El Periodismo ha evolucionado hasta convertirse en un elemento esencial para que un régimen democrático siga su curso. A pesar de su relevancia, resulta complejo ubicar el origen de esta profesión, y lo es aún más identificar al individuo concreto que plantó su semilla. Sin embargo, tras siglos de debate, se han asignado al oficio definiciones que llevan a interpretar quién pudo ser uno de los pioneros: Heródoto de Halicarnaso, cronista del siglo V a.C.

Ya en el siglo XXI, el Periodismo se encuentra claramente desarrollado y definido con un código deontológico continuamente revisado y cuidado, que evoluciona adaptándose a los diversos cambios que se suceden en la sociedad. Sin embargo, sus bases resultan bastante difusas.

Se conoce un amago desde la Antigua Roma, que puede interpretarse más como comunicación social que como Periodismo. O su despegue en la Edad Moderna con los géneros menores. También su posterior desarrollo en el XVIII, así como su implantación en el XIX, gracias a todo lo que trajo consigo la Revolución Industrial. Incluso la Edad de Oro del Periodismo, a finales del XIX y principios del XX. Pero, ¿dónde tiene su origen exacto? 

Acta diurna de la Antigua Roma. Fuente: Moleskine Periodístico.

Todo depende de cómo se conciba la ocupación periodística. Si se percibe de una forma exageradamente general, y muy debatida actualmente, puede tratarse del mero oficio del informador. Y, siendo la información un simple mensaje emitido y recibido, periodista hubiera sido cualquier ciudadano, como ocurre actualmente -algo que se deduce del derecho a informar, reconocido en la Constitución española-.

«1.Se reconocen y protegen los derechos:

d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades»

Artículo 20.1, apartado d) de la C.E.

No obstante, para llegar a una conclusión cabal sobre un asunto tan amplio, se hace necesario partir de otras premisas. Ello puede facilitarse enunciando de forma más exacta el método de obtención legítima de la información al que debe responder todo periodista actualmente. Se distingue, en primer lugar, el proceso de obtención mediante la indagación, investigación y averiguación de los hechos. En segundo lugar, destaca la elaboración de la información como un proceso creativo sin censura ni insultos, y siempre respondiendo a la veracidad; y, finalmente, se ejerce el derecho cuando se publica la información tratada.

Por otro lado, también debe puntualizarse que existe una diferencia entre periodista y reportero. Los periodistas dan información veraz sobre acontecimientos de interés general o de relevancia pública, es decir, sobre hechos noticiables que son, generalmente, de relativa actualidad. Difunden información mediante diversos soportes: elaboran y editan noticias y artículos en prensa, locutan en radio, presentan en televisión…etc. Sin embargo, no es necesario que traten la información de forma directa, algo que sí hace un reportero

Reportero de guerra. Fuente: BBC

Este último se dedica al reportaje, es decir, la narración subjetiva de noticias basada en declaraciones emitidas por alguien, identificando las fuentes. Dicho de otro modo, las afirmaciones no las hace el autor, sino que las pone en boca de otra persona y, tal y como se declaró en la STC 178/1993, FJ5, el origen de la información obtenida debe ser fiable, serio y fidedigno. Además, es frecuente que el reportero se encuentre al pie de la noticia, presente en el lugar de los hechos. En suma, podría decirse que todos los reporteros son periodistas, pero no todos los periodistas son reporteros.

“La prisa y la restricción del espacio ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella”

Gabriel García Márquez

Volviendo al misterio del primer reportero, surge la misma problemática que con cualquier estimación sobre algo demasiado lejano. El origen de todo aquello que sucede a lo largo de la historia siempre será una incógnita, y no es excepción el de este asunto: el oficio de la comunicación. Las numerosas y variadas definiciones dadas por los estudiosos del Periodismo ayudan a orientar en la interpretación y conclusión sobre qué persona recibe el título de ser el primer dedicado a la difusión de la información obtenida legítimamente – registrado en la Historia al menos-.

Todo apunta a que se trata de Heródoto de Halicarnaso, historiador y geógrafo considerado padre de la Historia en el mundo occidental. Fue el primero en elaborar un relato razonado y estructurado de las acciones humanas, para lo que viajó en busca de información que le permitiera elaborar esta obra de gran valor histórico y literario.

Aristóteles definió su estilo como “ordenado y concatenado”, pues al tratarse de la primera obra griega escrita en prosa conservada, era de esperar que se caracterizase por un estilo simple y arcaico con un lenguaje sencillo en el tratamiento de los datos más perceptibles. Todo esto, en términos periodísticos actuales, puede traducirse en un intento de dar forma e interpretar los hechos elaborando una especie de Agenda Setting y de tratarlos de una manera clara para el lector.

Se trata de Historiae, también conocida como Historias o Historia, más tarde dividida en nueve libros, uno por cada musa. En el primer párrafo explicaba la finalidad de la obra: una investigación y recopilación de los acontecimientos de aquel contexto. Se estima que fue escrita en Turios, colonia situada en la Magna Grecia en el año 430 a.C y relataba la historia, etnografía y geografía que en su tiempo aconteció. 

La clave para que el autor sea merecedor de esta designación no se encuentra en lo que narraba en sí. Más bien se trata de cómo lo hizo, en la precisión con la que trató los temas y la cantidad ingente de fuentes a las que recurrió. Además, no se limitó a narrar de manera excesivamente general, sino que profundizó hasta llegar a los aspectos más curiosos de los pueblos y personajes protagonistas de las guerras. Esto último lo hizo mediante fuentes orales, normalmente indefinidas y de cuya dudosa fiabilidad era consciente el mismo Heródoto.

«Me veo en el deber de referir lo que se me cuenta, pero no a creérmelo todo a rajatabla; esta afirmación es aplicable a la totalidad de mi obra»

Heródoto (VII, 151, 3)

También destacaron las fuentes escritas. En primer lugar, citaba a poetas como Homero, Museo o Solón, entre muchos otros destacados. También aludió a logógrafos (historiadores que le antecedieron), así como a los filósofos presocráticos, cuyas ideas exponía directa o indirectamente. Así mismo, recurrió a inscripciones, listas oficiales y administrativas de los distintos Estados y oráculos, todos ellos documentos que interpretaba ingenuamente, ya fuera por desconocer la lengua de los escritos o porque se tratase de jeroglíficos. Esto último y las explicaciones que dio a los acontecimientos humanos recogidos, no exenta de la voluntad de los dioses, no impidieron que a Heródoto se le considerase “padre de la Historia”. 

Hasta aquí, resulta evidente que el cronista griego reúne dos características esenciales que definen a un profesional del Periodismo: valorar la importancia de los hechos y ofrecer una información veraz y contrastada. La compatibilidad entre la obtención de una gran diversidad de fuentes, el razonamiento de los acontecimientos, la exposición de estas ideas de forma ordenada y el uso de un lenguaje comprensible y sencillo, son factores que respaldan que Heródoto sea considerado el primer periodista.

“El periodismo es el relato e interpretación de hechos actuales, a la luz de ciertos principios, con el objeto no sólo de informar sino de orientar, día a día a las personas que viven en la sociedad”

Horacio Hernández Anderson en su Tesis jurídica sobre el periodismo

Pero, como se ha señalado anteriormente, existe una diferencia entre el periodista y el reportero. El padre de la historia recoge un requisito más, y es que investigó en primera persona: a él no le llegó la información, sino que fue a buscarla. Además, escribió desde el mismo escenario espacio-temporal donde se desarrollaron los hechos narrados.

Por otro lado, aunque no disponía de tecnologías que facilitasen el registro de los acontecimientos en el momento, consiguió recoger los datos y testimonios sobre aquellos sucesos relativamente recientes, algo que supera el esfuerzo de todo periodista actual. En definitiva, el trabajo de Heródoto no solo es la primera obra historiográfica griega, sino que en realidad se trata de un extenso y elaborado reportaje, lo que lo convierte, por extensión, en el primer reportero de la Historia.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.