El 5 de marzo de 1946 el primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial lanzaba su discurso más célebre

Westminster, Missouri. 1946. Winston Churchill había dejado de ser el primer ministro británico, le habían derrotado los laboristas. Con esta resaca postelectoral, en marzo de 1946 viaja a EE. UU. para, en la Universidad de Fulton, recitar el discurso más famoso de todos los tiempos. En él hablaba del Iron Curtain (“Telón de Acero” o “Cortina de Hierro”) para referirse a la frontera política y geográfica –pero sobre todo ideológica– entre la Europa Occidental y la Europa Oriental tras la Segunda Guerra Mundial.
“Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero. Tras él se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa central y oriental (…), todas estas famosas ciudades y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en muchos casos, creciente medida de control por parte de Moscú (…). Por cuanto he visto de nuestros amigos los rusos durante la guerra, estoy convencido de que nada admiran más que la fuerza y nada respetan menos que la debilidad (…). Es preciso que los pueblos de lengua inglesa se unan con urgencia para impedir a los rusos toda tentativa de codicia o aventura”.

A pesar de haber perdido las elecciones en 1945, Churchill siguió siendo uno de los protagonistas de la política internacional de la época. Al parecer, el término “Telón de Acero” no fue obra del ex primer ministro. Joseph Goebbels (el Ministro de Propaganda de Hitler) ya lo había empleado antes en sus discursos, e incluso fue utilizado en 1917 por el intelectual ruso Vasili Rozánov.
La respuesta a este discurso no terminó en llegar. Stalin lo denunció como una llamada a la guerra. Además, muchos abogados pertenecientes al Partido Laborista británico consideraron también el discurso de Churchill en Missouri como una amenaza para la paz. Clement Attlee, el primer ministro de Reino Unido entre 1945 y 1951, es decir, después de Churchill, mostró igualmente su desaprobación. Attlee era despreciado por Churchill. «Un taxi vacío llegó a Downing Street y se bajó de él Attlee», llegó a decir el ex primer ministro.

También Harry S. Truman, el para entonces presidente de los Estados Unidos y conocedor previo del contenido del discurso que Churchill iba a recitar, se desencantó y se distanció del británico. Truman llegó incluso a invitar a Stalin a la misma universidad (Westminster College de Fulton) para que diera un discurso, aunque el dictador soviético declinó su petición.
Sin embargo, con el Golpe de Praga de 1948 y la consiguiente ascensión del Partido Comunista al gobierno de Checoslovaquia quedó patente la “premonición” de Churchill en el 46: otro país europeo estaba bajo las riendas del Partido Comunista. Con Praga bajo el dominio soviético sólo quedaron exentos Finlandia y Yugoslavia gracias al Tratado de 1948 con la URSS.
El Telón de Acero persistió de manera férrea durante los años posteriores. El Iron Curtain se comenzó a desmoronar cuando en 1989 se cortó en Hungría, simbólicamente, una parte de la alambrada en la frontera con Austria, la cual fue aprovechada por los ciudadanos de la antigua República Democrática de Alemania para acceder a las ciudades occidentales. Esto supuso uno de los orígenes de la Caída del Muro de Berlín ese mismo año.