Las etiquetas forman parte de nuestras vidas de una forma muy activa. En el cine, las etiquetas si que tienen una función clara para diferenciar los diferentes géneros: thriller, drama, comedia, horror, romance y, en las últimas décadas, cine LGTBIQ.
En España, la representación lésbica en el mundo del cine fue inexistente hasta hace relativamente poco. En el año 1971 se estrena Las Vampiras, película de coproducción germano-española dirigida por Jesús Franco: muy exitosa a nivel internacional, siendo considerada incluso como película de culto, pero censurada en España por su contenido homosexual. Cuenta la historia de Linda (Ewa Stromberg), una joven que es mordida por la Condesa Drácula (Soledad Miranda), quedando irremediablemente prendada de ella.
La representación lésbica en el cine es mucho menor que la representación gay, lo cual no nos resulta extraño, pues a lo largo de la historia del cine, las tramas que incumben a la sexualidad de la mujer se han visto condicionadas por el male gaze o mirada masculina. Ester término significa que la trama del contenido audiovisual será planteada de forma que sirva únicamente para la satisfacción masculina.
La mayoría de largometrajes que trataban estos temas se realizaban en forma de películas indie, y resultaban difíciles de encontrar. En parte, hoy en día sigue siendo así, pero es mucho más sencillo encontrar este tipo de películas en plataformas como Netflix.
Sin embargo, algo está cambiando. La figura de mujer fuerte, independiente y lesbiana, sin que su trama gire necesariamente alrededor de este hecho, y las historias de superación, amor, o incluso comedias, son el tipo de historias y personajes que han servido y sirven de referente al colectivo, y que cada vez están más presentes en el cine.
Algunas de estas historias son reales, otras son mera ficción porque así trabaja el cine, pero lo importante es que la realidad de la sociedad quede reflejada de forma que todos encontremos representación en el mismo. Para ello, traemos una lista de ejemplos en los que la mujer lesbiana deslumbra por su valentía.
Elisa y Marcela
Netflix nos trae el testimonio real de dos chicas gallegas, Elisa y Marcela, interpretadas por las actrices Greta Fernández y Natalia de Molina. Ambas cometen la locura de enamorarse en el momento y lugar equivocado, una España aún muy condicionada por los resquicios del franquismo. La cinta, dirigida por Isabel Coixet, nos transporta a lo más profundo de la mente de estas dos mujeres, que deciden correr todos los riesgos necesarios para poder casarse y tener una vida juntas, la vida que todos merecemos.
Ammonite
El 2020 nos trajo esta película dirigida por Francis Lee que cuenta con Kate Winslet y Saoirse Ronan como protagonistas. La historia está basada en una historia real, que se desarrolla en la Inglaterra de 1840 y se centra en la forma en que una aclamada paleontóloga (Mary Anning), y una mujer casada (Charlotte Murchison) se conocen. A partir de ahí, se construye un romance del que no se tiene evidencia histórica alguna, pero que sirve como invitación al espectador para desarrollar un trabajo de introspección.
La maldición de Bly Manor
Esta serie de terror, creada por Mike Flanagan, llega como secuela de la aclamada serie La maldición de Hill House. Cuenta cómo una joven institutriz (Victoria Pedretti) llega hasta la mansión rural Bly Manor para trabajar y allí, comienza a tener apariciones. Lo que resaltamos de esta serie, además de su maravillosa trama cargada de simbolismo y referencias al terror más clásico, es su pareja protagonista, que, como no podía ser de otra forma, es una pareja conformada por dos mujeres.
Killing Eve
Otra serie que no te dejará indiferente es Killing Eve. En este caso, su directora, Phoebe Waller-Bridge, apuesta por un juego de persecución emocionante y sensual, en la que la agente de la inteligencia británica, Eve Pollastri (Sandra Oh), tiene la misión de atrapar a la psicópata asesina Villanelle (Jodie Comer). Sin embargo, ambas comienzan a obsesionarse la una con la otra más de lo que tenían planeado.
La vida de Adele
Por supuesto, no podíamos pasar por alto la adaptación a la gran pantalla de la novela gráfica El azul es un color cálido, escrita por Julie Maroh. Este film, dirigido por Abdellatif Kechiche, cuenta la historia de Adele (Adèle Exarchopoulos), una chica de 15 años que acaba de salir de una relación fallida con un chico. Es entonces cuando conoce a Emma (Léa Seydoux) en un bar de lesbianas, y ambas comienzan una relación, no sin antes enfrentarse a los prejuicios y burlas de su entorno más cercano. La forma en la que la protagonista descubre su sexualidad puede servir como espejo en el que miles de mujeres pueden verse y sentirse representadas.