Tras once días de conflicto bélico ha entrado en vigor un alto el fuego acordado entre las dos partes y con la intermediación de Egipto
La historia continúa. Parece que el conflicto desatado a principios del siglo XX entre el estado de Israel y Palestina no tenga fin. Esta disputa armada, que se remonta a los tiempos de la Primera Guerra Mundial, surge como consecuencia del antisemitismo que se vivió más tarde en Europa. Al término de la Gran Guerra apareció un movimiento sionista que defendía el establecimiento de los judíos en Israel. Por ello, muchos judíos se marcharon a Palestina, pero no fue hasta la llegada de la Segunda Guerra Mundial y el asentamiento del fascismo y el antisemitismo en la Europa Occidental cuando se aprobó el fraccionamiento en dos de lo que, para entonces, era el mandato británico en Palestina: una parte judía y otra árabe. Su población, de esta manera, quedaría partida entre 500.000 judíos y 400.000 árabes palestinos; así como el territorio, del cual los judíos solo poseían el 7% de las tierras palestinas mientras que los árabes palestinos dominaban un 44%. La guerra civil estalló cuando los judíos aceptaron el plan pero los árabes lo rechazaron, desencadenando la huida de dos tercios de la población palestina del país.
En mayo de 1948, coincidiendo con la declaración de independencia del Estado de Israel, los países vecinos árabes le declararon la guerra al nuevo estado. Finalmente, los israelíes consiguieron derrotarlos y se negaron a aceptar la entrada de los árabes palestinos que habían huido años antes. Más de 700.000 palestinos, que habían estado viviendo desde entonces en campamentos de refugiados y en varias ciudades como Líbano, Siria o la Franja de Gaza, fueron rechazados por Israel.
De esta manera, y durante todos estos años, se han sucedido una serie de confrontaciones armadas, entre las que se encuentran la Guerra de Yomkipur (1973) y la Guerra de Líbano (1983), las cuales han sido las de mayores consecuencias. Aún con el intento mediador (y ambiguo) de diversos actores como Estados Unidos, Europa o la ONU, las partes en conflicto no han conseguido todavía resultados fructíferos.
Y con este contexto llegamos a la actualidad. Hamás, el grupo militar armado surgido en 1987 en contra de la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza, es el grupo islámico más popular dentro del lado palestino. Este grupo armado consiguió tomar el control de la Franja después de ganar las elecciones palestinas en 2007. Por otro lado, Israel cuenta con un ejército robusto y un eficaz sistema de inteligencia, además del respaldo internacional de grandes potencias como Estados Unidos.
Los once días de conflicto continuo se desatan cuando el pasado 6 de mayo, coincidiendo con la celebración del Ramadán, los árabes palestinos se dirigieron a la Puerta de Damasco, situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén, para protestar contra las restricciones policiales. Este creciente enfado de la población palestina se entiende en un marco en el que las políticas israelíes han sido calificadas por la organización Human Rights Watch de “apartheid”. A la mañana siguiente, en la mezquita de al-Aqsa, los fieles que acudieron a rezar se encontraron con una fuerte presencia policial que acabó desatando un combate en el que más de 200 palestinos y 17 oficiales israelíes resultaron heridos. Como respuesta a estos disturbios, Hamás reaccionó lanzando cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel. La respuesta de este último, bombardeos hacia Gaza.
Uno de los episodios más controvertidos que nos dejan estas últimas semanas es el bombardeo de Israel a las oficinas de la cadena de televisión Al Jazeera, en Gaza, y de la agencia estadounidense de prensa Associated Press. Asociaciones como Reporteros sin Fronteras vieron en este ataque un intento de la ofensiva israelí por silenciar la cobertura mediática de la masacre que estaba teniendo lugar en la Franja de Gaza.
Tras casi dos semanas de continuos bombardeos y después de que el mundo entero haya sido espectador de la escalada más mortífera desde el año 2014, el balance de víctimas es aterrador: al menos 232 palestinos muertos, entre los cuales se contabilizan hasta 65 niños. Los casi 4.000 cohetes lanzados desde la ofensiva de Hamás acabaron con la vida de 12 israelíes, incluidos 2 niños.
El pasado día 20 de mayo se cerró con una buena noticia: el alto al fuego entre Israel y Hamás. “Una tregua mutua y simultánea”, como ha confirmado Hamás a Reuters. De esta forma, como bien han adelantado varios medios libaneses, si Israel detiene los bombardeos, Gaza dejará de lanzar cohetes. Así, vuelve iniciarse un paréntesis de calma hasta el próximo estallido. Egipto ha tenido un papel significativo en el proceso ya que ha hecho de mediador clave entre las partes. Joe Biden, por su parte, aludió que “el alto el fuego es alentador”, tras las cuatro conversaciones que mantuvo con Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel. Por ahora, las armas callarán en Oriente Medio.