El Madrileño: el desarrollo de un artista

Hace ya casi 10 años que Agorazein, uno de los principales colectivos musicales del país del momento, presentó en su canal de Youtube a C. Tangana. El integrante, antes Crema, se desprendía –solo musicalmente–  del grupo que lo vio nacer para madurar como artista en solitario. Ahora, con un nuevo branding, el Madrileño reaparece más fuerte que nunca con un volantazo estilístico bien marcado para presentar el que autoproclama el disco más importante de su carrera.

2006. Crema. Estreno formal de la primera etapa de pucho, apodo que se atribuye al cantante desde pequeño. El artista lanza Él es crema, presentando su propia figura con un álbum inaugural de siete canciones.

Fuente: tiumag.com

Por aquél entonces aún no había millones en Youtube. Se defendía a capa y espada el malentendido concepto de la esencia y el autotune era un invento yankee destinado a corromper la verdadera música. No había posibilidad real de cambio, innovación o progreso artístico. Tampoco se necesita cuando se está cómodo. Cuando el rap clásico y under es la novedad y la única forma de agrietar una sociedad con la que no se está conforme. Es la música como vía de expresión crítica.

Adaptado al momento sonoro, Crema protagonizó durante varios años canciones cuyo contenido amolda pero mantiene incluso en 2021. El cambio está en la forma. La evolución del artista va de la mano –pareciera que literalmente– con la de la música urbana de nuestro país.

Dos años más tarde lanzó su segundo álbum de larga duración: Agorazein. Hasta trece canciones que ya dejaban ver que Antón era diferente. Sonaba distinto. Rapeaba como rapean el resto, pero sonaba avanzado. En un género que evoluciona a velocidad de vértigo Crema dejó un disco que apenas ha envejecido a sus trece años de edad.

2011. C. Tangana. Presentación del artista como miembro independiente de Agorazein. Esto no trajo consigo un excesivo cambio en un principio, pero supuso un paso vital para su carrera. Apuntó el desarrollo musical que estaba por venir y adelantarse. Se preparó a sí mismo –y con ello al público– para una nueva etapa que no manchase la figura de Crema. Desligándose, que no renegando de su antiguo alias, consigue la liberación necesaria para mantener el desarrollo musical que el cuerpo (y el propio panorama artístico) le pide.

Fuente: RTVE

Alligators se estrena tres años más tarde. El primer single del artista que encuentra la forma de alcanzar cotas más altas de las esperadas en un primer momento. Patrocinio de Lacoste incluido.

La forma varía: el continente no es el mismo aunque el contenido pueda parecerlo. Los alardes de excesos y poder contrastan con el desamor y las crisis vitales que el artista plasma en sus canciones. La instrumentación abandona el bombo y la caja clásicos del rap. Se desliga del pasado conservador y coquetea con nuevos sonidos propios de los subgéneros que fueron llegando a España por la época. En definitiva, sigue Antón, aunque Crema no.

Beefs aparte, esta segunda etapa del artista supone un salto, como mínimo cuantitativo, en su carrera. Aún en el canal de Youtube de Agorazein, C. Tangana sube distintas canciones que fueron separándolo claramente de su antigua versión para acercarlo progresivamente al podio del país. Lo hace conmigo o Antes de morirme, en colaboración con la artista catalana Rosalía son prueba de ello. Abrió su canal con Mala mujer y lo ha ido completando desde 2017 con dos álbumes como C. Tangana e innumerables singles de éxito internacional.

Hoy parece evidente que la convulsa transición de Crema fue, pese a todo, un acierto al centro de la diana.

2020. El Madrileño. Queda por comprobar si la efectividad del artista es del cien por cien. De momento, es lo que parece: récord nacional de reproducciones en veinticuatro horas con Tu me dejaste de querer y colaboraciones con Jorge Drexler, Toquinho o Kiko Veneno, entre muchos otros, para la presentación de su último disco.

Fuente: La Razón

El pasado viernes a las 00:00 lanzó el artista las ocho canciones que acompañan a los hasta seis adelantos del álbum. Incontables géneros reunidos en una misma pieza coral que no deja indiferente a nadie. El desarrollo personal de C. Tangana viene en este caso protagonizado precisamente por el retroceso, la vista atrás y la recuperación del folclore y algunos éxitos pasados que nada tienen que ver con la música urbana a la que acostumbraba.

Apenas unos meses le han bastado al artista para renovar su imagen (a manos de la productora Little Spain) y convertirla en el producto que desea y hacer música incatalogable con él. Está por ver qué nos depara en el futuro esta tercera etapa de Antón. El presente, al menos, tiene banda sonora actualizada y luce mejor que nunca.

Nathy Peluso, más “business woman” que nunca

Todos los programas televisivos de entrevistas quieren hoy a la artista argentina en su plató. Y no es para menos, la mezcla de géneros, sentimientos y su personalidad extrovertida la han erigido como nueva estandarte internacional de la música urbana. Prueba de ello son las cifras de los últimos meses: Delito suma ya diez millones de reproducciones entre todas las plataformas y su colaboración con el productor argentino Bizarrap alcanzó recientemente 125 millones de visualizaciones en Youtube.

El verdadero boom de la artista, a todos los niveles, llegó hace escasos dos meses de la mano de Bizarrap. El productor de la ciudad de Ramos Mejía, con tan solo veintidós años lleva consigo en el país sudamericano uno de los proyectos musicales más sonados del momento: los BZRP Music Sessions. Treinta y cinco eran los artistas invitados hasta que Nathy llegó al canal e innumerables las reproducciones que lo respaldan.

Portada del BZRP Music Session de Nathy Peluso. Fuente: Youtube.com

La dinámica parece sencilla: espacio libre para la expresión musical del artista. Todos grabados en un mismo estudio y con planos idénticos para el vídeo que se subirá a la plataforma. Sin embargo, el de Nathy Peluso destaca entre los demás. Producto de su carrera artística y su forma de ser –que no deja indiferente a nadie–, el Music Session de la argentina ha llenado de actitud el canal del productor. No en vano está camino de ser el más sonado de todos siendo el último en llegar a escena. Mostrando así tanto causa como consecuencia del éxito de la artista durante estos meses.

Pero, como era de esperar, no todo ha ido siempre rodado para la argentina. Hace ya dieciséis años que inmigró a España, país donde desde hace seis trata de compaginar su amor por la música y el espectáculo de manera activa con trabajos externos que pudiesen mantenerla en este camino. Más de un lustro de progresión y superación constante que ahora más que nunca recoge sus frutos.

La primera mitad de estos seis años de transición hacia lo que Nathy es hoy viene marcada por un conjunto de singles inéditos e independientes entre sí. Pruebas de distintos géneros y estilos que la artista fue construyendo a modo de presentación y desarrollo de sí misma. Yo quiero un sound, Kung Fu o Sandía muestran explícitamente este avance paulatino –pero necesario– que desembocó en un primer intento de asaltar el panorama nacional: Corashe. La que podría considerarse canción bisagra entre el intento y la consolidación de Nathy Peluso.

Portada de La Sandunguera, primer álbum de Nathy Peluso. Fuente: zonadeobras.com

Este punto de inflexión dio precisamente coraje a la artista para lanzarse a la realización de su primer proyecto de larga duración: La Sandunguera. Un EP con un tono musical distinto al que ahora se le atribuye pero que ya dejaba claros unos patrones básicos que definen a la argentina en su carrera: su dicción particular, acento difuso y expresiones propias y latinas en un mercado hasta hace meses principalmente español.

El éxito, la ilusión de un sueño y el hambre de seguir creciendo la llevaron a su tercer paso de relevancia previo al Music Sessions que explotó sus condiciones: Calambre, su segundo álbum. Ahora además, de la mano y con el respaldo de Sony Music Entertainment, principal productora y distribuidora de la escena musical española.

Pese a la heterogeneidad continua de su obra, la argentina no solo mantiene, sino que también refuerza los elementos que marcan su linealidad como artista. Misma pasión, distinta forma. Así aparecen canciones como Sana Sana, la más aclamada por su fandom desde su salida, o Delito, cuyo videoclip estrenó hace escasos días.

En este caso, la expresión y representación de cada pieza toma un carácter más activo que da fuerza al disco completo y a ella misma.

Nathy Peluso en un shooting para Calambre. Fuente: elcofresuena.es

El propio disco evidencia que Nathy Peluso no cambia su personalidad porque sabe que es inherente a sí misma y que es precisamente la cualidad que la ha llevado a donde está. “Soy bastante tranquila, pero también soy muy pasional y ese es el pilar fundamental de mi propuesta. Soy 100% yo”, afirmaba en una entrevista para El Mundo.

Los detractores de la artista por razones de lírica, acento o el debate de la apropiación cultural parecen no incordiar a una Nathy Peluso que ha entrado de dulce en 2021.

Las 11 Razones más personales de Aitana

21 años y un segundo disco, con argumentos personales y musicales de peso. La carrera de Aitana desde su paso por el programa de televisión Operación Triunfo no ha dejado indiferente a nadie. Se ha hecho un hueco en el panorama del pop nacional (e incluso internacional) y ha lanzado así su segundo álbum, que ya se atreve a catalogar como “el disco de su vida”.
La artista española posa, ahora, con un segundo álbum en su discografía. Fuente: elcomercio.es

Hace ya casi un año de la presentación del que sería el primer adelanto del disco: + (MÁS), colaboración conjunta con el dúo colombiano Cali y El Dandee. A nivel profesional, el single marcaba una puerta abierta a base de tocar al timbre. Desde su participación en OT 2017, Aitana ha mantenido el pie en el acelerador y ha tomado los desvíos correctos para llegar a este punto y poder así decorar su nuevo disco con artistas de gran renombre.

A esta lista de colaboraciones se suman además (por orden de aparición en el disco) Álvaro Díaz, Pole, Beret, Sebastián Yatra y Natalia Lacunza, su excompañera en el reality musical. Al final, compañeros de lujo para que la artista pudiese desarrollar a placer tanto temática como musicalmente su proyecto.

En este último especto, el disco retrocede, en palabras de la propia artista, a “un sonido muy de los 2000”. En un momento en que las tendencias están marcadas por temas más electrónicos o latinos, que son los que verdaderamente dominan el panorama, Aitana se reivindica como estandarte del pop español. Es un paso arriesgado que por otro lado reafirma su condición musical, su camino y su carrera profesional como artista.

Aitana en la portada del single homónimo al disco. Fuente: hola.com

No sorprende que Aitana ya sienta este álbum como el definitivo. La carga emocional y personal que transmite traspasa la objetividad, la perspectiva y cualquier otro factor externo que pueda nublar esa sensación. De la primera a la última canción se desarrolla una historia de desamor y estancamiento, una relación tóxica que la artista no puede ni quiere superar. Experiencias negativas que causan discos tan personales como este. Ya sea surgiendo por puro desahogo tras la ruptura o, quizá, como una obligación personal de buscar, encontrar y dejar escritos los motivos por los que pasar de página es la opción correcta.

Sí que sorprenden sin embargo los títulos de algunos de los tracks que componen el disco: el ya mencionado + (MÁS), u otros como – (MENOS), X (POR), % (DIVIDIDO) o = (IGUAL). Nombres de cuentas que Aitana ha ido realizando en su vida personal, cuentas que no salen, que no le dan la respuesta emocional que necesita, que no llegan a ninguna parte y que han terminado dando de resultado 11.

Y es que la única crítica posible al disco reside, precisamente, en la propia carga emocional que lo caracteriza. Da la impresión de que la situación personal de la artista ha llegado a cegar la visión comercial o profesional, cargando el álbum con canciones que, aunque buenas, se hacen monotemáticas. Pese a que la canción que cierra el disco conexiona las anteriores dando un sentido conjunto a la obra, el significado de las otras diez canciones parece similar.  

En cualquier caso, Aitana se quita de encima el posible estereotipo de producto televisivo y se arma, aún más, con el de artista de futuro.

Cruz Cafuné enfoca su carrera con Visión Túnel

El tinerfeño Carlos Bruña estrenó en Spotify a las 00:00 del pasado 4 de diciembre su tercer álbum musical en forma de EP. Los 8 clips que componen el trabajo fueron presentados en streaming a través de Youtube horas antes de su lanzamiento oficial. Una actuación con las colaboraciones del álbum hizo de la presentación un evento especial para todos sus seguidores, que esperaban nuevas noticias del artista tras la cancelación de su última gira debido a la pandemia.

Visión túnel: efecto provocado al presentarse en una situación de peligro o de gran actividad, como a la presión física y mental de uno mismo, donde la vista se nubla hasta dejar solo un punto de visión escasa.

Portada del primer single del álbum: «Visión túnel«. Fuente: genius.com

Estilo propio, trabajo común. En su línea desde Maracucho bueno muere chiquito (2018), el material de Cruz Cafuné es a menudo coproducido y coescrito por otros amigos y artistas del archipiélago. Kiddo, productor principal de su último álbum Moonlight 922 (2020), deja su papel en esta ocasión a los miembros del antiguo colectivo BNMP (acrónimo de Broke Niños Making Pesos): Choclock y Ellegas y a otros artistas como Dano, Lex Luthorz o el incipiente Abhir. Así, de manera conjunta pero con Cafuné a la cabeza, la escena canaria vuelve a reivindicarse con el tercer título de larga duración del rapero.

Los también isleños Maikel Delacalle y WE$T DUBAI son los elegidos para las únicas dos colaboraciones del álbum. Cada una en una mitad distinta de un EP que alterna fases de angustia amorosa con alardes de fama y dinero. Ambos elementos repartidos a lo largo del álbum a partes iguales.

Ghostéame, como primer adelanto, ya dejaba ver la primera cara de la moneda. Más persona que personaje, más Carlos que Cruz, el single es un quiero y no puedo (o no puedes) en toda regla. La búsqueda frustrada de una relación que tiene todos los ingredientes para darse, pero que parece avocada a un final distante. Sensación recurrente que impregna el EP entero con un aura de profundidad, incluso en los temas que escapan de ella.

El segundo lanzamiento, hómonimo al trabajo completo, cambió el tercio. Cruzzie toma una vertiente más superficial y agresiva. Vuelve al estilo atrevido, al mood competitivo, a demostrar quién es Cruz Cafuné para la industria, la música y la escena de las islas. Vuelve a la pose de rapero que tan bien sabe defender y que complementa al resto del álbum más sensible, dotándolo de equilibrio y presencia.

Cruz Cafuné posa en su último shooting con motivo del lanzamiento del EP. Fuente: fleek.25gramos.com

Así, Ghostéame¸ Stone Island, TLC y Mapa de calor son los tracks que representan (haciendo un paralelismo con el efecto visión de túnel) su carga, esa relación infructuosa, el problema que supone la presión física y mental del artista tinerfeño y que impide al mismo un estado de relajación plena. En contraposición, Visión Túnel, Cartier de madera, Beast Mode e Issey Miyake. El punto en que centra su atención: el éxito, la fama, el dinero y la repercusión que buscaba y ha logrado alcanzar con su tercer álbum.

La ambientación, los sonidos y la forma de contar qué pasa en las islas han cambiado para Cruz Cafuné. Su ambición y toque personal siguen intactos.