El nuevo trabajo discográfico del artista Pablo Alborán ha dejado de ser un secreto este 11 de diciembre. Tras meses de incertidumbre y espera, Vértigo se cuela en nuestras casas adelantándose a los Reyes Magos para cantarle al amor en unas fechas tan señaladas.
El malagueño Pablo Alborán ha decidido rematar el 2020 con un disco bajo el brazo. Con un carácter definido y un sello muy personal, Vértigo es el resultado de la mezcla de diversos estilos musicales que se concentran en doce canciones, una versión en acústico y cinco interludios.
Según él mismo en redes sociales, Vértigo es un acto de honestidad porque “amar da vértigo, que no te quieran da vértigo, el momento que estamos viviendo da vértigo… pero si no sientes vértigo, es que no estás vivo”. El título del disco es un reflejo de sus experiencias vitales y también nos habla del vértigo en su sentido más literal, aludiendo a su pánico a volar en avión. Consigue hacer de esta manera un símil entre esta sensación y sus canciones. Semanas atrás, confesó en El Hormiguero que “es la primera vez que saco un disco sin tener la necesidad de controlar lo que va a pasar”. De esta forma, demuestra que hay que acabar conviviendo con el vértigo, que es el que nos impulsa a tomar decisiones.
Su salida estaba prevista para noviembre, sin embargo, la COVID – 19 trastocó sus planes. La mayoría de las tiendas cerradas y uno de sus músicos con diagnóstico positivo precipitaron la cancelación del estreno que, finalmente, se ha dado este mes. En compensación a todos sus seguidores, y como muestra de gratitud, el pasado 10 de diciembre retransmitió en streaming un adelanto para ir abriendo boca.
El primer single del álbum, Si hubieras querido, se dio a conocer en septiembre, acompañado de un videoclip sobrio y de tonalidades oscuras. Su beat tan marcado de principio a fin en la canción mantiene al espectador enganchado en todo momento. Su letra va directa al pecho, sin rodeos, con frases tan gráficas como “no puedo romper solo este maldito muro”. Además, ha añadido una versión en acústico de este tema, prácticamente sin adorno instrumental, donde su voz rasgada, susurrada, es la absoluta protagonista.
Dicen, Malabares y No está en tus planes son tres canciones con fuerza y garra a las que se suman una marcada percusión y sonidos muy actuales y frescos que las convierten en adictivas.
Con La fiesta y De carne y hueso muestra su lado más desenfadado. Dos temas muy bailables, atreviéndose en el segundo con una bachata, pero sin perder ni un ápice de su esencia y del aura que envuelve al disco.
Continuando el viaje a través de Vértigo, también hay momentos para la calma en El vendaval y Vértigo, que da nombre a la obra. Con ellas consigue cantarle bajito al oído a quien lo escucha y producir un escalofrío de arriba a abajo en forma de balada.
Por último, con Hablemos de amor, Corazón descalzo o Que siempre sea verano pone las cartas sobre la mesa y se desnuda en un acto de verdad. Deja ver una fragilidad sincera que se completa con unos delicados agudos en los que su voz parece pender de un hilo.


Escenas de los videoclips de Hablemos de amor y Si hubieras querido. Fuente: vídeos de Youtube.
Para completar todo el trabajo, el malagueño ha intercalado cinco notas de voz caseras, grabadas con su teléfono, que recogen situaciones determinantes de su vida. El salto hacia un acantilado, el mar de fondo, un tarareo o las risas entre amigos ponen el broche a la obra. Además, ha acompañado todas y cada una de las canciones con originales video lyrics que ya están disponibles en YouTube.
No cabe duda de que Pablo Alborán tiene mucho que decir. Una vez más, tras anteriores discos como Prometo o Terral, el cantante nos ha demostrado cómo poesía, música y sentimiento van de la mano, y cómo, ya sea en forma de caricia o al compás de un ritmo frenético, las canciones son capaces de sacudirte el alma.