Hablamos con Rodrigo García Marina, un domingo de octubre aún soleado a través de las pantallas. A pesar de estas circunstancias no disminuyen las ganas de mantener esta afectuosa conversación. Se nos presenta una charla breve aunque entretenida, tratando temas como los premios literarios, el proceso de creación o las visiones alternativas en la producción literaria a esta nueva realidad más inclusiva.
Puede que le reconozcáis por poemarios como Aureus el cual se llevó el I premio de poesía Irreconciliables en 2017, o su última obra Edad que al igual que el anterior se le reconoció el trabajo esta vez con el Premio de poesía Tino Barriuso. A día de hoy acaba de terminar la carrera de Medicina y está estudiando Filosofía, además de seguir manteniendo su pasión cada día por la poesía y demás artes.

Llevas tiempo escribiendo, sobre todo en redes, y de hecho llevas publicado dos poemarios pero ¿cuándo empezaste a escribir?
Desde pequeño empecé a escribir literatura a la medida que leía. A ser consciente de que quería hacer algo con la escritura quizá con catorce o quince años.
Has estudiado Medicina y Filosofía y solo tienes veinticuatro años. A la mayoría de los jóvenes nos parece imposible hacer tantas cosas en tan poco tiempo, ¿cómo lo has conseguido tú?
Estudié música clásica previa a filosofía, eso curte mucho a nivel de organización y me ayudó a tener disciplina porque le dedicaba una cantidad injerte de horas. Cuando dejé el conservatorio tuve mucho tiempo libre, y me metí a filosofía.
Además de lo anterior, tus poemarios han recibido varios premios ¿A qué edad ganaste tu primer premio como poeta?
Con 19 años.
¿Y cómo sentiste que te reconocían el trabajo y el esfuerzo que le habías dedicado?
Los premios en poesía son complejos, para mí ha sido una ambivalencia porque lo que más he trabajado ha sido ciberpoesía, con Latinoamérica y con colectivos, y me han premiado por hacer un trabajo “serio” publicándolos que es lo que tiene un reconocimiento en la crítica literaria. Pero realmente lo que quiero hacer con mi trabajo es conectar con la gente y que me lean, además creo que a día de hoy la poesía inminentemente está en redes o por lo menos hay gente muy interesante trabajando ahí. Los premios me han hecho mucha ilusión pero no me los han dado por el trabajo del que esté más orgulloso ni por el que considere más interesante.
Con la vida tan ajetreada que llevas, ¿cómo sacas tiempo para escribir?
Saco tiempo sobre todo para leer, leo mucho todos los días, pero escribir no lo hago de forma disciplinaria. Yo leo y cuando esa idea me invade y me aborda tengo que plasmarlo, escribirlo e investigarlo. Creo que la escritura es un collage de muchas personas desde una memoria colectiva mucho más grande, de lo que pueda ser yo o ningún escritor, y esa memoria ampliada es en la que podemos participar y solo se participa cuando tienes la generosidad de escuchar a otras voces.
¿Dirías que para ti se convierte en una necesidad?
Sí, forma parte de plasmar un concepto que no lo puedes hacer con la oralidad o con la música y lo necesitas expresar a través de las palabras, literaturizarlo.
¿Crees que es relevante e importante que en una sociedad como la actual los y las artistas intenten encontrar otros puntos de vista distintos, más reales a nosotras, buscando la inclusión y la diversidad?
Estoy a favor que desde lo queer invadamos los estatutos que se consideran universales a escribir para literatura de género (literario). Me parece que es un vehículo o una etiqueta que comercializa unas luchas sociales, opino que es preferible que desde esa particularidad podamos invadir el espacio, creo que la gente está atendiendo a esa diversidad no solo de género, sino también racial y de clase. También se ve en el mercado editorial, pero a veces se emplea esta diversidad para comercializarla, hay una ambivalencia no es tan sencillo ni necesariamente bueno el hecho de que se haga, sin embargo sí es importante visibilizar determinadas condiciones y formas de vida que históricamente han estado relegadas.
¿Podríamos afirmar que has introducido esos elementos y esa visión queer en tu producción literaria?
Me gusta mucho una frase que dijo mi amiga y escritora Elisabeth Duval, en una entrevista “soy demasiado burguesa, demasiado lesbiana, demasiado blanca y demasiado mujer para ser queer” es muy buena forma de expresarlo porque nos lleva a entender quién denuncia y quién es el sujeto subalterno. ¿Nosotros lo podemos encarnar desde la subalternidad? pues si nos están entrevistando o nos invitan a eventos significa que no eres el límite político exactamente, ya que estás bastante interiorizado en unas lógicas, y desde esas lógicas puedes operar con la solidaridad para esas personas que realmente sí son el límite.
Para mí lo queer es el verdadero cuerpo desexualizado, es el cuerpo de la senectud, de los ancianos, es el cuerpo de las personas con una diferencia funcional y cognitiva alta y personas que están fuera de cualquier lógica de sexo como lo estaban las personas homosexuales en los años 60. A día de hoy las personas LGTB, aunque la t mucho menos, estamos bastante más aceptadas socialmente que a lo mejor otros cuerpos que incurre el género y donde opera la matriz de opresión de género y no se piensan, por ejemplo el orgullo loco, las personas ancianas o personas con diversidad funcional.
Continuando la conversación hablando sobre tu producción literaria nos preguntábamos ¿Tienes fecha para tu próxima publicación?
Sí, pero no puedo desvelar nada. Tengo un proyecto formado con una editorial se relaciona con la extensión de las cosas y con el momento pandémico.

Por último, queríamos preguntarte por tu futuro deseado ¿Te gustaría dedicarte profesionalmente a alguna de las carreras que has estudiado o a escribir poemas?
No me agradaría dedicarme exclusivamente a escribir poemas, lo primero no se puede y lo segundo quien vive de eso tiene que llegar a un tipo de poesía que a mí no me interesa. Pero sí creo que hay que profesionalizar esa precariedad, hay que pagar derechos de autor, hacer contratos los más justos posibles, aunque después no vivas de eso y te den una cantidad simbólica, pero que sepan que no todo se hace con entusiasmo y con promesas de que el escritor llegará a algo.
Me gustaría dedicarme a la investigación, me gusta mucho la medicina, los pacientes pero no los hospitales, de momento creo que no me quiero dedicar a la medicina pero sí a la investigación.
Estamos a la espera de la próxima publicación de Rodrigo García Marina, pero mientras le podéis encontrar en sus redes tanto en Twitter como en Instagram @rodrigogmarina.