Respondiendo dudas sobre el aborto

El aborto suele ser un tema controversial, pero es una necesidad básica con la que deberían contar todas las mujeres, niñas y personas con vagina. La Organización Mundial de la Salud define el aborto como un derecho de elección. En España es un procedimiento legal, pero existe desinformación y, por lo tanto, muchas dudas. Aquí te las resolvemos todas.

La interrupción del embarazo, o como es más conocido, el aborto, es un procedimiento médico que pone fin al embarazo. La Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), es una decisión común, que toman millones de personas.

Según el Ministerio de Sanidad, en España, en el año 2019 se llevaron a cabo 99.149 Interrupciones Voluntarias del Embarazo, de las cuales el 18,71% eran mujeres de entre 20 y 24 años de edad.

Todos los años, el 25% de los embarazos acaban en aborto.

— Amnistía Internacional.

A continuación, desde Voz Nueva vamos a responder a las dudas más preguntadas sobre el aborto en España: legalización, tipos, técnicas usadas, procedimientos, clínicas, etc.

¿Hasta cuándo se puede abortar en España?

En España, este procedimiento está permitido hasta la semana 14 de gestación. Este plazo puede verse aumentado hasta la semana 22 en el caso de que exista alguna patología fetal o riesgo de la salud de la madre, ya sea física o psicológica.

¿Puedo abortar siendo menor de edad?

La edad mínima para abortar en España es de 16 años. Si tienes menos de 16 años no podrás abortar. En cambio, si tienes 16 o 17 años si podrás acceder a la IVE, siempre con el consentimiento de los tutores legales, que deberán acudir al centro con la menor.

¿Cómo es el procedimiento en España para abortar? ¿Qué tengo que hacer?

El primer paso para abortar es acudir a algún centro de salud, con tu tarjeta sanitaria y hacerte una ecografía. Una vez se vea en la ecografía el tiempo de gestación, deberás pedir un documento el cual tienes que rellenar y empezar los trámites de la Seguridad Social para la IVE. Tras esto, deberás esperar unos 3 días, que es el tiempo conocido como el Tiempo de reflexión. Este tiempo entra dentro de la Ley Orgánica y es obligatorio cumplirlos. Por último, le dirán el centro al que debe acudir y se procederá a hacerle la intervención.

El proceso por la Seguridad Social suele durar en torno a unos 5 días aproximadamente.

Imagen de Cottonbro / Pexels.
¿Dónde puedo abortar? Es decir, ¿dónde se producen las intervenciones quirúrgicas?

En España existen 211 clínicas acreditadas y especializadas en interrupciones del embarazo. Existen clínicas exclusivamente privadas y clínicas financiadas por el Sistema Nacional de Salud. Es decir, si vas a un centro de salud público o a un hospital pidiendo acceder al IVE, estos te darán opciones de centros clínicos a los que podrás acceder para la interrupción del embarazo. Normalmente son centros adscritos.

¿Cuesta dinero abortar o es gratis?

Abortar es gratis, pero depende si vas a una clínica privada por tu cuenta o accedes a esta a través de la seguridad social. La Seguridad Social tiene un convenio con las clínicas concertadas, con el objetivo de garantizar el acceso gratuito y público para la intervención.

¿Qué tipos de abortos existen y en qué consisten?

Según Ginesur, las clínicas ginecológicas especializadas en abortos, existen 2 métodos para abortar: Quirúrgicos e instrumentales o farmacológicos.

El método empleado va a variar según el tiempo de gestación y las preferencias de las mujeres.

El aborto instrumental y quirúrgico consiste en una evacuación de la cavidad uterina por vía vaginal. Dentro de este método, se encuentra la técnica más común y rápida, la aspiración. Consiste en aspirar el contenido del útero bajo anestesia.

Por otro lado, el aborto farmacológico consiste en el uso de distintos fármacos, es decir, pastillas, para conseguir con ellos la evacuación uterina completa.

Imagen de Sora Shimazaki / Pexels.
¿Cuáles son los síntomas que se tienen tras el aborto y qué se recomienda hacer tras este?

Según la OMS, tras la IVE, es normal tener un sangrado irregular durante unos 15 días y tener dolores en los pechos y en el vientre, parecidos a los de la regla.

En el caso de que se produzca fiebre, un sangrado muy abundante o dolores en el vientre muy fuertes se deberá acudir a urgencias.

En cuanto a las recomendaciones, durante las primeras semanas se recomienda no tomar baños, no usar tampones, no mantener relaciones sexuales con penetración ni hacer esfuerzos físicos fuertes.

¿Cuánto tarda en volver a bajar la regla después de la interrupción del embarazo?

La regla depende de la persona, pero normalmente suele aparecer entre 25 y 50 días posteriores a la intervención.

¿Cuándo podré volver a mantener relaciones sexuales?

Cada caso es concreto y diferente, aún así los expertos y expertas aconsejan que el propio ginecólogo sea quien dé el visto bueno para volver a mantener sexo con coito tras una IVE.

«Para mantener relaciones sexuales con penetración tras un aborto hay que esperar como mínimo dos semanas, debido a que se pueden producir infecciones fácilmente.»

Zev Williams de Women’s Health.

Aunque España es un país seguro para abortar, la OMS calcula que anualmente se dan 25 millones de abortos inseguros, a pesar de que los derechos humanos afirman que el acceso a servicios de aborto sin riesgos es un derecho humano. Es por esto que organizaciones como la OMS y Amnistía Internacional luchan por conseguir abortos legales, accesibles y seguros para todo el mundo.

Sexo y drogas, la práctica que no pasa de moda

El Chemsex es el nombre que se le da a la unión de las palabras inglesas chemical y sex. Es el término que hace referencia a la mezcla de drogas psicoactivas para mantener relaciones sexuales durante un largo periodo de tiempo.
Fuente: Foto de Mart Production / Pexels.

Estas prácticas se caracterizan porque pueden durar desde horas hasta días, y porque se puede mantener sexo en pareja, en tríos o en grandes grupos. La página oficial Chemsex.com afirma que estas sesiones se dan principalmente entre hombres homosexuales, aunque cada vez se unen más personas con distintas orientaciones e identidades sexuales: bisexuales, mujeres trans, personas no binarias, queer…

Las sesiones se dan en fiestas sexuales, que se dan en casas privadas o en locales comerciales sexuales como hoteles, saunas, pisos de alquiler o clubs. En estas fiestas se mantienen relaciones sexuales extensas gracias al consumo de drogas.

Según la página Chemsex.com, el consumo puede darse individualmente, por ejemplo, de forma virtual, o con otras personas, como en el caso de parejas, tríos o grupos.

¿Cómo perjudica el Chemsex en la vida de las personas que lo practican?

“El chemsex es una práctica que debemos abordar no sólo desde la prevención de enfermedades infecto-contagiosas sino en relación a las consecuencias que puede ocasionar en la salud psicológica y social de las personas.”

José Luis Martín Herrero, enfermero CAD Arganzuela.

En las sesiones de Chemsex se practica sexo sin protección lo que desencadena en una gran cantidad de Infecciones de Transmisión Sexual como el VIH. Pablo Barrio, psicólogo en la asociación Apoyo Positivo, en una entrevista concluyó que en unos estudios realizados en el Centro Sanitario Sandoval de Madrid se encontraron con que hasta un 80% de las seroconversiones para la infección por el VIH podrían estar relacionadas con la práctica de chemsex.

Además de las claras ETS se dan otras consecuencias derivadas de esta practica sexual, como son:

  • El consumo diario de drogas, lo que conlleva a las adicciones.
  • Sobredosis y muertes en los peores casos.
  • Los problemas psicológicos y neurocognitivos.
  • La pérdida de interés y del deseo sexual cuando no se usan drogas.
  • Violaciones y abusos sexuales debido a la pérdida del juicio por las drogas.
  • La pérdida de la vida social, los problemas económicos, un menor rendimiento general, etc.
¿Cuáles son las drogas que más se consumen en el Chemsex y qué provocan?
Fuente: Foto de Mart Production / Pexels.

Las drogas más comunes en el Chemsex son la metanfetamina, el GhB y la mefedrona, las cuales se combinan con otras sustancias como la viagra, la ketamina, la cocaína o el Popper.

Según Cuídate Plus, portal web especializado en salud y enfermedades, el consumo de estas sustancias pueden provocar:

  • Adicciones. Debido a que cada vez necesitan consumir más sustancias para estas les provoquen el mismo efecto.
  • ETS o ITS. Al perder el juicio y el criterio no usan métodos de protección como preservativos.
  • Slamming. Los usuarios empiezan tomando dosis por la boca o por la nariz y terminan practicando el Slamming. Esta es la práctica que mezcla el sexo junto al consumo de drogas por vía intravenosa.
  • Coma etílico. El alcohol mezclado con el GHB puede provocar un coma etílico.
  • Quemaduras. El Popper puede provocar quemaduras si entra en contacto con la piel.
  • Episodios psicóticos. La metanfetamina tiene efectos de larga duración y puede llegar a generar episodios psicóticos.
  • Estrechamiento de las arterias. La mefedrona provoca episodios de vasoconstricción, es decir, se dan estrechamientos bruscos de las arterias. Además, es una sustancia que produce rápida tolerancia, lo que lleva a consumirla de forma más compulsiva.
  • Infartos, alucinaciones

A pesar de todas estas desventajas, en las sesiones de estas prácticas se siguen consumiendo estas drogas porque “les provocan sensaciones y emociones distintas”, como la euforia, la empatía, la estimulación de los sentidos, la falta de cansancio o el aumento del deseo sexual y del placer.

El chemsex es una práctica compleja, pero todos y todas las expertas coinciden en que es necesario implantar un tratamiento amplio con el objetivo de encontrar el bienestar de las personas que lo practican.

«Se debe dar una intervención multidisciplinar: Biomédica, psicológica y en el contexto social, para conocer los puntos de apoyos que tiene el paciente en torno a su relación con el chemsex”.

Pablo Barrio, psicólogo.

Mujeres Rokitansky: nacer sin útero ni vagina

Existen miles de enfermedades raras, trastornos poco comunes y síndromes de los que nunca hemos escuchado hablar. Pero, ¿alguna vez has escuchado sobre mujeres que nacen sin útero y sin vagina? Aquí te contamos todo acerca del Síndrome de MRKH.

El síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, o más conocido como el síndrome de Rokitansky, es un trastorno al que le dieron nombre los médicos Mayer, Rokitansky, HermannKüster y Hauser, quienes descubrieron el primer caso de una recién nacida sin vagina y observaron las primeras consecuencias que esto conllevaba. El síndrome de MRKH es una malformación del aparato reproductor femenino. Es una enfermedad congénita, es decir, de nacimiento, que se caracteriza por la ausencia de la vagina, aunque no siempre, y del útero. Según el portal sobre enfermedades raras y medicamentos huérfanos, el síndrome de MRKH lo tiene aproximadamente 1 mujer de cada 4.500.

Según el ginecólogo Juan Carlos Castillo, el origen de este trastorno se da en la etapa del embrión o del feto. Concretamente ocurre cuando los conductos de Müller se ven afectados en el desarrollo del útero, de la vagina y de las trompas de Falopio.

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¿Y qué es lo que ocurre cuando esto pasa? ¿En qué se diferencia con el aparato reproductor femenino común?

Los ovarios en las mujeres Rokitansky se desarrollan con normalidad, lo que significa que tienen los mismos niveles hormonales.

En cambio, en el útero y en la vagina se presentan diferencias en comparación con el resto de aparatos reproductores femeninos. El síndrome de MRKH tiene varios tipos de pacientes. Según la base de datos sobre enfermedades raras, Orphanet, los pacientes de tipo 1 y tipo 2 carecen de útero y los del tipo 2/3 o superior carecen también de vagina. Cuando decimos carecer no significa estrictamente que no tenga vagina, puede darse el caso de que la tenga, pero no formada completamente.

¿Cómo se diagnostica?

El síndrome de Rokitansky se diagnostica normalmente en la adolescencia, debido a la amenorrea, es decir, a la ausencia de la menstruación. El diagnóstico se puede confirmar a través de una ecografía, una laparoscopia exploratoria o una resonancia magnética. Los expertos afirman que mediante un examen ginecológico básico no se podría diagnosticar, ya que los genitales externos son aparentemente normales.

Según el ginecólogo J. C. Castillo, dependiendo del tipo de MRKH las consecuencias pueden ser distintas en cada mujer, pero hay unos síntomas que todas comparten y son los siguientes:

  • La amenorrea primaria, es decir, la falta de la regla.
  • La incapacidad de fertilidad debido a la ausencia del útero para gestar.
  • La dificultad para la penetración vaginal y/o relaciones sexuales complicadas debido al pequeño tamaño de la vagina.

Además, hay otros síntomas menos comunes, que pueden ser:

  • Dolores pélvicos en el caso de las personas que tienen restos uterinos.
  • Enfermedades óseas a nivel vertebral, malformaciones renales o defectos cardiacos, entre otros.
¿Existe una cura?

No existe una cura como tal para este síndrome, pero sí existen técnicas para conseguir que las mujeres que lo sufren tengan una vida normal. Estos métodos van a ser posibles siempre que la paciente haya madurado emocionalmente. Suelen empezarse entre los 17 y 22 años, aun así, los expertos recomiendan recibir ayuda psicológica durante todo el proceso, ya que puede ser muy duro.

Según el Portal sobre Enfermedades Raras podríamos distinguir entre técnicas quirúrgicas y técnicas no quirúrgicas.

Foto de Deon Black / Pexels.

La técnica no quirúrgica más común es la conocida como El Método de Frank, el cual consiste en usar dilatadores vaginales unos 20 minutos al día durante meses, hasta conseguir una profundidad de unos 8 o 10 centímetros.

Si la técnica de Frank no funciona o la paciente tiene ausencia total de la vagina se optaría por las técnicas quirúrgicas, concretamente, por la reconstrucción de una neovagina. Este procedimiento consiste un usar piel de otra parte del cuerpo de la paciente y colocarlo en una prótesis de silicona con forma de pene, la cual se adapta y se coloca en el canal vaginal. Al paso de unos días, dicha prótesis es retirada y se volverán a usar dilatadores para conseguir el efecto de profundidad.

También existe el trasplante uterino, para conseguir que las mujeres puedan ser fértiles. Este es un trasplante complejo y sin muchos casos que hayan dado resultados positivos, por lo que es un campo desconocido, como explica Reproducción Asistida ORG.

El síndrome MRKH es una enfermedad poco conocida porque no existen muchos casos, o como dice Karina Esper, difusora del síndrome, “no son diagnosticados”. Aunque no exista una cura, hay diferentes métodos para conseguir tener una vida sexual normal y disfrutar de ella. Además, aunque las mujeres Rokitansky no puedan tener hijos biológicamente, tienen otros métodos para tener hijos, como es la adopción.

Asexualidad: ¿amor sin sexo?

Cuando pensamos en la asexualidad nos limitamos pensando que simplemente es una persona que no se siente atraída sexualmente por nadie, pero esta orientación sexual engloba mucho más que eso. ¿Cuánto importa el sexo realmente?
¿Qué es la asexualidad?

La asexualidad es un tipo de orientación sexual como la heterosexualidad, la homosexualidad o la bisexualidad. Las personas asexuales se caracterizan porque no sienten deseo sexual por nadie o, en caso de sentirlo, lo hacen bajo unas condiciones concretas o en momentos determinados.

Según el ISEP, el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, las personas asexuales pueden no sentir deseo sexual por otras personas, pero cabe la posibilidad de que sientan atracción romántica o intelectual.

A lo largo de la historia han existido personajes influyentes asexuales como Isaac Newton o Isabel I de Inglaterra. Según las personas asexuales, no es una orientación sexual que se vea respaldada por el colectivo LGBTQ+. Esto se debe a que parte del colectivo defiende que las personas asexuales no se han visto afectadas por discriminación social, política, económica o histórica.

Fuente: Foto de Anna Shvets / Pexels.

Las personas que pertenecen al colectivo asexual pueden ser hombres, mujeres o personas no binarias. Según un estudio realizado por Anthony Bogaert sólo un 1% de la población es asexual. Dentro de este porcentaje encontramos que el 20,2% son hombres, el 64,3% son mujeres y el 15,5% son personas no binarias y otros, según un estudio llevado a cabo por la ACEs (Asexual Community de España).

Tipos de asexualidad

Dentro de la asexualidad existe mucha diversidad y muchos tipos, pero los más estudiados según el ISEP son dos:

Grisexualidad (Gris-asexualidad)

Nos referimos con personas grisexuales a las personas que sí se han sentido atraídas sexualmente por otros individuos en algún momento puntual. La web especializada en sexología Lasexologia.com, lo describe como un punto intermedio entre la asexualidad y la alosexualidad, que es el término que se usa para describir a las personas que sí se sienten atraídas por otras.

Demisexualidad

La demisexualidad hace referencia a las personas que no experimentan atracción sexual a no ser que formen un fuerte vínculo afectivo o emocional con alguien.

Además de los dos tipos mencionados, los expertos en asexualidad clasifican dentro de esta a los asexuales arrománticos para definir a quienes no sienten atracción sexual ni romántica por nadie, a los asexuales heterorrománticos cuando alguien siente atracción romántica por alguien del sexo contrario, y asexuales homorrománticos cuando alguien se siente atraído románticamente hacia alguien de su mismo sexo.

Fuente: Foto de Uriel Mont / Pexels.
Se puede amar sin sexo

El sexo cada día es un tema menos tabú. Todo el mundo habla de tener relaciones sexuales y cuando alguien se muestra indiferente ante el tema se le señala como raro, por no cumplir con las expectativas sociales de que a todo el mundo le debe gustar mantener relaciones sexuales y, sobre todo, en la edad de la adolescencia. El porno, las redes sociales y la sociedad presionan muchísimo, e incluso en el pasado “las personas asexuales han sido patologizadas por no tener apetito sexual o por tener poco deseo erótico” explica la sexóloga Mª Victoria Ramírez Crespo.

Para conocer más sobre el tema, desde el equipo de Voz Nueva nos hemos puesto en contacto con Marina, una chica asexual de 21 años.

Marina es una chica que muy raramente ha sentido apetito sexual o deseo sexual por alguien. Hasta hace poco no ha sabido ponerle nombre a su orientación, ya que simplemente pensaba que no estaba tan interesada como sus amigos en el tema de tener parejas.

«Es cierto que en varias ocasiones me he llegado a plantear que quizás me pasaba ‘algo raro’ por no sentir este tipo de impulsos en una edad tan hormonal por así decirlo»

— Marina

Marina se describe como demisexual, ya que explica que solo ha llegado a sentir verdadera atracción sexual por una pareja estable y donde había una fuerte conexión emocional. Aunque también admite que ha llegado a sentir deseo en momentos concretos de su vida, pero la gran mayoría de veces se ha dado a raíz de tener un vínculo emocional con la persona que le atrae.

Una de las dudas que más personas tienen es sobre si las personas asexuales acuden a la autosexualidad, es decir, si se masturban. Marina afirma que lo ha probado, pero no es algo que haga habitualmente.

“Por pura curiosidad adolescente he probado alguna vez, quizás me vi un poco presionada en ese sentido al compararme con mis amigos. No puedo decir que jamás la haya ejercido ni me anime a intentarlo de otras formas ahora o en el futuro, pero tampoco he sentido ni creo que sienta nunca ese impulso sexual que te incita a hacerlo”, añade.

— Marina

La asexualidad es una orientación sexual formada por personas que experimentan atracción sexual hacia otras personas bajo unas determinadas condiciones y por personas que no se sienten atraídas de ninguna forma, independientemente de que hayan experimentado un vínculo emocional fuerte o no.

Aunque sea una orientación muy diversa, no se ha representado mucho ni se habla lo suficiente de ella, lo que hace que las personas asexuales se sientan un poco perdidas. “Siento que es andar un poco a ciegas al tener muy pocos referentes abiertamente asexuales. La considero una orientación muy poco representada”, confiesa Marina.

El punto A: la zona que te lleva a experimentar los mayores orgasmos

Todas y todos hemos escuchado hablar del punto G y del placer que este provoca. Pero, ¿cuánto sabes sobre el Punto A? Aquí te contamos todo sobre esta zona erógena que puede llevarte a vivir los mejores orgasmos de tu vida.

Hasta hace un par de años, los ginecólogos y sexólogos daban por hecha la existencia del Punto G. Pero un estudio británico que se llevó a cabo en 2009 demostró que la existencia de este punto estaba basada en experiencias personales. Aun así, hay muchas mujeres que dicen llegar al clímax con la estimulación del Punto G. Pero, ¿sabías que existe una zona erógena que te puede provocar mejores orgasmos aún? Aquí es donde toma protagonismo el Punto A de la mujer.

El Punto A femenino

Un estudio realizado en la década de los 90 por el doctor malayo Chua Chee Ann demostró la existencia de un nuevo punto erógeno, el Punto A o AFE (Anterior Fornix Erotic Zone). Esta zona fue descubierta mientras estudiaba la sequedad vaginal. El doctor vio que cuando estimulaba dicha zona las mujeres producían mucha lubricación debido a una gran excitación e incluso llegaban a tener varios orgasmos.

¿Dónde se ubica el Punto A?

Según Ava Cadell, consejera sexual certificada y fundadora de Loveology, el Punto A se encuentra a 7,5 centímetros aproximadamente de los labios vaginales y a pocos centímetros del Punto G, entre el cuello uterino y la vejiga.

Representación del Punto A en la vagina. Fuente: Ron Lach / Pexels.
Beneficios de encontrar el Punto A

Los sexólogos dicen que encontrar el punto A puede ser complicado y que, de hecho, no todo el mundo lo encuentra, pero “si das con él puedes vivir un cúmulo de sensaciones espectaculares” dice la sexóloga Zoraida Granados.

Según el estudio llevado a cabo por Chua Chee Ann y los posteriores llevados a cabo por otros expertos, lo que caracteriza la estimulación de esta zona es el nivel de excitación que puedes conseguir y la posterior lubricación como respuesta a dicho placer. Ese placer va aumentando con la estimulación del punto y puede llegar a provocar hasta múltiples orgasmos. La sexóloga Zoraida Granados añade que los orgasmos que provoca son más prolongados e intensos que los que se tienen normalmente.

La investigación de Chue Chee Ann mostró que dar con este punto correctamente podría acabar con la anorgasmia. En el estudio consiguió,con una correcta estimulación de la zona, que personas que nunca habían tenido un orgasmo, llegasen a tener sus primeros orgasmos.

¿Cómo puedes encontrarlo?

Según los expertos y expertas dar con este punto puede ser un poco complicado, es por esto que aconsejan una serie de posturas y técnicas. Esta zona puede estimularse con los dedos, con juguetes sexuales o con el pene.

En el caso del pene y los juguetes sexuales las posturas que recomiendan los expertos son “el perrito” o el “misionero” si te colocas una almohada o cojín para levantar tu pelvis. Son estas las posturas que se recomiendan porque se produce una mayor penetración en ellas.

Si vas a experimentar tu sola o con los dedos de otra persona Zoraida Granados recomienda tres posturas:

“La mujer boca abajo y su pareja detrás de ella, de forma que los dedos toman mayor movilidad; la mujer sentada en el borde de la cama y la pareja sexual arrodillada delante; y la mujer en posición de ‘4 patas’ y su pareja sexual tras ella, con la misma ventaja que en la primera, aunque con mayor profundidad”.

Fuente: Anna Shvets / Pexels.
Fuente: Anna Shvets / Pexels.

El placer es subjetivo y un término muy amplio. Además, cada cuerpo es diferente al resto, lo que influye a la hora de encontrar el punto A. El científico italiano Emmanuele Jannini en una investigación mostró que cada mujer llegaba al orgasmo de manera distinta y con la estimulación de diferentes zonas. Encontrar el Punto A en las mujeres puede ser una explosión de sensaciones placenteras, pero si no lo encuentras no te preocupes, habrá otras zonas erógenas o técnicas que te lleven a vivir esos orgasmos. “Todo depende de conocerte y conocer tu cuerpo” dice la sexóloga Sonia Encinas.