Hoy en día es difícil encontrar personas íntegras, lúcidas y con un sentido común ostensible. Esas personas que no aceptan un matrimonio infinito con una determinada ideología, que son críticas con todo lo que ven y escuchan, sin miedo a expresar opiniones que no son políticamente correctas, alejándose así de los buenismos y los malismos, que parecen ser los gobernantes de nuestra actualidad política y vital. Ese es el motivo de esta entrevista exprés a un gran periodista y escritor como Juan Soto Ivars.
1. El identitarismo suele reventar la convivencia y el propio diálogo. ¿Con qué o quiénes se identifica Soto Ivars?
Me identifico con escritores muertos, básicamente. Dado que no pueden defenderse más allá de revolverse en sus tumbas, considero que no hago mal a nadie. Aunque, por supuesto, guardo en secreto con cuáles me identifico, pues sería de una vanidad inmensa declararlo. Por lo demás, no tengo tribu. Cuando un grupo cerrado de gente empieza a estar muy contento con lo que digo, sigo dándole vueltas a las cosas y acabo traicionándolos con mucha rapidez.
2. ¿Es cierto eso que nos contaron: “si trabajas en lo que te gusta no volverás a trabajar nunca”?
No, ¡jaja!, eso es absurdo. Si trabajas en lo que te gusta has de matarte a trabajar más todavía, puesto que el resultado de tu trabajo es vinculante y te importa. La catástrofe de trabajar en lo que viene si no tienes tiempo libre. Por eso, en un caso y otro, tenemos que luchar por el tiempo de ocio, es la gran asignatura pendiente de este siglo XXI hiperproductivo, estresante y precario.
3. Los límites del humor y la política, ¿son en algunos casos los mismos? Por ejemplo, un chiste de David Suárez y un meeting de VOX puede hacer enfurecer a unos, mientras otros los apoyarán tranquilamente.
No tiene nada que ver. La diferencia entre un mítin político y un espectáculo humorístico es inmensa. Los políticos tienen poder de verdad, incluso cuando están fuera del gobierno, en la oposición. No me parecen comparables, como tampoco lo son un espectáculo de Arévalo y un mítin de Podemos. Por otra parte, yo no creo en los límites del humor. Cada cual pone los suyos, nadie debería imponerlos al resto. A mí me hacen gracia auténticas gilipolleces.
4. ¿Qué libro le recomendaría a Pablo Iglesias tras lo ocurrido en Madrid? ¿Por qué?
Después de lo ocurrido en Madrid (si te refieres a su marcha de la política) le recomendaría “Hambre”, de Knut Hamsun, no para que aprenda nada, sino para que pase un bueno rato leyendo ahora que tiene más tiempo libre. No creo que Iglesias le falten lecturas, por cierto. Creo que en su trayectoria política le faltó sentido de la realidad, y eso no te lo da ningún libro.
5. ¿España funcionaba mejor con el bipartidismo o con la actual pluralidad de partidos?
Todo tiene pros y contras. El bipartidismo demostró ser un régimen proclive a la corrupción. Creo que hoy es más difícil, puesto que los gobiernos son más precarios. Sin embargo, era un régimen estable y la política nos importaba menos. Aunque un régimen bipartidista como el estadounidense ha demostrado que puede polarizarse de la misma forma que nuestra actual sopa de siglas. La pluralidad será buena cuando aumente la cultura democrática de los partidos políticos y dejen de estar en campaña electoral permanentemente.
6. La sociedad española es adicta a poner etiquetas a cualquier fenómeno, ¿es ahí donde nacen los vacíos ideales que aprovechan los discursos sensacionalistas?
No sólo España es adicta a las etiquetas. Este es uno de los resultados del tribalismo, que es un fenómeno que se da mucho más allá de nuestras fronteras, en todo Occidente al mismo tiempo, con unas pocas excepciones. El tribalismo lo siembra todo de etiquetas porque convierte la sociedad en una batalla de fronteras. Esas etiquetas son una forma de ordenar una realidad confusa y caótica.
7. Viendo la sociedad actual, ¿Qué motivos hay para el optimismo de cara al futuro?
Hay gente muy formada y panzas lo bastante llenas como para que no nos metamos en una espiral de violencia. Aunque también había de eso en la antigua Yugoslavia… Mi confianza está en las instituciones y la burocracia. Mientras funcionen, no llegaremos a las manos. Pero el populismo se ha propuesto destruirlas.
8. ¿Está consiguiendo España un periodismo independiente?
Creo que hoy hay más periodismo independiente que antes gracias a internet. El problema es que también hay más periodismo tóxico, y el público suele preferir lo segundo.
9. Han nacido numerosas formas de comunicación en los últimos años como Twitch y You Tube, ¿el periodismo actual está sabiendo coger esa ola?
No, de hecho en Youtube y Twitch lo que tienes es a generadores de opinión alternativos a los medios, y con frecuencia más seguidos y poderosos. El periodismo es un trabajo que requiere reflexión y formación: lo que sí se ha subido a la ola de los nuevos medios sociales es la forma de trabajar, infestada de inmediatez y prisa. Pero hay muchos buenos proyectos en marcha y mucho buen periodismo. La cosa es que a alguien le importe lo más mínimo… Eso ya no lo sé.
Desde VozNueva toca agradecer a Juan Soto la disponibilidad y prontitud con las que se ha prestado a la realización de esta entrevista exprés. Sin duda cada respuesta da lugar a un debate interno, de esos que remueven la conciencia.