Los lunes al sol, el embrujo de las miradas

De entre los mil hechizos que el cine puede echar al espectador cuando este se encuentra indefenso ante la gran pantalla, es el «embrujo de las miradas» uno de mis favoritos.

En esas raras ocasiones en las que los directores se atreven a mantener las miradas de los personajes pueden suceder dos escenarios. La primera variable se convierte en una desafortunada elección: el plano es demasiado extenso, demasiado corto, el actor no ha sido capaz de reunir el espíritu del personaje y dejarlo salir por sus ojos… es entonces cuando nosotros percibimos un fotograma vacío, entre tanto otros.

Pero la segunda variable… cuando todas las constantes, tanto técnicas como interpretativas, cuadran… ¡ay la segunda variable! La pantalla te absorbe, las manos se paralizan y los vellos se erizan. La pena; la rabia; el amor del personaje son los tuyos. En sus pupilas se ve reflejado el miedo; el dolor; el gozo. Puede que en estos breves momentos ya hayas decido que es tu nueva película favorita. No es fácil conseguir en el espectador este estado de ensimismamiento tan solo con una mirada, ya sea al horizonte, a cámara. Pero cuando se logra… ¡ay cuándo se logra!

Dando como aviso que estos conceptos y teorías son totalmente inventados por mí (y mis ensoñaciones cinéfilas en las que los personajes me cuentan cosas), procedo a explicar este «embrujo de las miradas» tan extraño de encontrar como etéreo, en uno de los clásicos de los 2000 del cine español, Los lunes al sol (2002).

Cartel de la película Los lunes al sol

El guión, de Fernando León de Aranoa (director y guionista), narra la historia de un grupo de hombres, en el pasado compañeros de trabajo ahora en paro tras la reconversión industrial de una ciudad costera. Las máquinas han conseguido desplazar a estos trabajadores del escenario de los astilleros, y entre las protestas masivas por los despidos y las cervezas que comparten en el bar de siempre, se abre el telón dejando paso a Santa, Javier Bardem; Jose, Luis Tosar; Serguei, Serge Riaboukine, Lino, José Ángel Egido, Reina, Enrique Villén y Amador, Celso Bugallo.

El título Los lunes al sol hace referencia a un movimiento de parados franceses que se movilizó por el desempleo y la precariedad laboral.

Pero volvamos a las miradas. Se estructuran invisiblemente, entre todos los personajes, en la mirada alicaída de Lino al esperar la entrevista de trabajo, en la de deseo de Santa viendo cantar a la jovencísima hija de su amigo Rico mientras Jose llora sin llorar por su mujer… Y es que, son estos dos últimos pares de ojos, los de Luis Tosar (Jose) y Javier Bardem (Santa) los que atrapan y protagonizan la historia. En mi teoría del embrujo cabe destacar que el guión es un arma esencial para completar el hechizo, no valen miradas vacías, planos de relleno, personajes que no expresan nada.

Las conversaciones de Los lunes al sol irradian naturalidad, humor, solidaridad y sobre todo, dignidad infinita. Los personajes se agarran tan fuerte a las palabras como a la bebida, para seguir manteniendo en pie lo poco que les queda, sus relaciones. Las identidades están ya definidas (como en esos grupos de amigos que llevan juntos desde primaria), cada uno acepta su puesto y no lucha contra los otros. Salva, el líder gigantón y encantador; Jose, enredado en una relación destinada al fracaso; Lino, eterno optimista y luchador, Amador, esperando con la copa llena el regreso de su mujer…

Los diálogos, por ello, son sencillos, despreocupados, y esto arrastra al espectador de frente ante una verdad sin tapujos. Se interrumpen, se animan, dicen tacos, se preguntan, se golpean cariñosamente. Lo mejor del guión sin duda es la capacidad de hablar (a veces sin hacerlo), de temas espinosos y duros desde el humor y la ironía, lo que propicia un escenario de miradas, sonrisas y empujones llenos de sinceridad y cariño.

REINA: Joder, Jose. Las migas, que te lo estoy diciendo.
JOSE: Si es que se caen, qué quieres que haga yo.
REINA: Pues pon la mano debajo, hostia.
JOSE: Venga, coño, no seas paliza. Deja de recoger que me estás agobiando.

LINO: Es verdad, pareces mi mujer, Reina.
REINA: ¿Parezco a tu mujer? A que te pego una hostia y así ya no parezco a tu mujer.

La amistad verdadera es uno de los dólmenes de Los lunes al sol, un interés despreocupado y genuino por saber cómo está el otro (sin pretensión de contar las penas propias). Una amistad antaño unida por el trabajo, y ahora por el desamparo, el desempleo y el saberse prescindibles. La amistad que se refleja en escenas tan peculiares como verosímiles como cuando en una borrachera tonta Santa simula ser un presentador frente a la televisión de un escaparate que le devuelve su reflejo. Otro de los pilares, la crítica social que emana cada escena y que confirmaba el director en sus entrevistas «Mi película habla de lo que está en la calle, en cada esquina, en cada bar».

Los lunes al sol se fundamenta en un estudio minucioso de dos años, en los que el joven director se documentó directamente en Gijón, donde tuvieron lugar enfrentamientos entre trabajadores de La Naval y el cuerpo de seguridad del Estado tras el despido de noventa trabajadores de un astillero. El filme por ello posee pinceladas de miles de historias reales, por ejemplo, esa magnífica escena final en la que los amigos (alerta spoiler) deciden robar un trasbordador para esparcir las cenizas de Amador. En la realidad fue un acto de protesta al que Fernando León de Aranoa le otorgó un significado más sentimental en su ficción, haciendo además un guiño al título de la película. Un grupo de hombres se encuentran un lunes por la mañana a la deriva, tomando el sol tranquilamente ya que, por suerte o por desgracia, para ellos el inicio de semana no empieza en la oficina.

Es justo el personaje de Amador quien representa sin siquiera quererlo el nexo del grupo, ya que siendo un motivo de preocupación por su estado psicológico consigue reunir desde el principio de la narración (sutilmente) hasta el final al grupo de amigos. Amador representa el extremo más trágico, el final más atormentado de quien no encuentra el sentido a la vida.

Fotograma Los lunes al sol

Otro de los triunfos del filme es definir el concepto de «trabajo» en la situación contraria a este, enmarcar el trabajo, el oficio desde la mirada del parado. El contexto de la modernización industrial y los despidos sirve de pretexto para la búsqueda errante por las calles de esta (indeterminada) ciudad pesquera de los seis personajes masculinos.

Con la serenidad del que se sabe conocedor de la historia verdadera y la magia del que ha aprendido a narrar, Fernando León de Aranoa añadía a su filmografía en 2002 una película de autenticidad sorprendente, basada en parte en la historia de los sindicalistas Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, trabajadores del astillero de Vigo y sindicalistas de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI).

Celebrar (y agradecer, siempre agradecer) además del trabajo de Fernando, las interpretaciones del reparto, en especial (a mi gusto personal y poco objetivo para con este actor), de un Luis Tosar atormentado y humillado que se coronaría en 2003 como Mejor Actor de Reparto por su interpretación de Jose, en los Premios Goya. Otros premios fueron a Mejor dirección, Mejor película, Mejor actor protagonista (Bardem) y Mejor actor revelación (José Ángel Egido).

Para quien haya tenido el valor de llegar a estas líneas finales ofrezco estas palabras: ver Los lunes al sol es una parada obligatoria para todo aquel que se sienta lejano de la realidad del desempleo (¿existen estos seres?), para el que desee tener un contexto entre la realidad y la ficción de la España obrera de los 2000, y, por supuesto, para todo aquel que esté dispuesto a disfrutar del buen cine.

Valoración de la película

Puntuación: 4 de 5.

Una muy buena película llevando la amistad por bandera.

La exclusión en Annie Hall de Woody Allen

El revuelo que está generando la nueva serie documental, Allen V. Farrow, sobre el director neoyorkino Woody Allen (en HBO), nos recuerda que, pese a la mayor o menor estima que le tengamos al cineasta, son muchas las obras maestras que encontramos entre su extensa filmografía

En los tiempos que corren, inestables y de velocidad de vértigo, cobra especial dramatismo el fenómeno de la exclusión social, relacionado enormemente con el desarrollo de la globalización. Según la Real Academia Española (RAE), entendemos por exclusión social aquellas situaciones en las que se impide a una persona contribuir y beneficiarse del progreso político o social. En otras palabras, las situaciones en las que, determinados grupos de la sociedad no pueden acceder a concretos recursos y oportunidades.

La transición actual hacia una modernidad lanzada, llena de cambios y dirigida a la globalización y el individualismo, lleva implícitas nuevas formas de exclusión social. Podemos hablar de tres tipos de exclusión social, una referida a la esfera económica, otra a la del desconocimiento de derechos políticos y civiles, y, una exclusión conectada con el ámbito social y las relaciones. Esta última es la que trabaja Woody Allen en algunas de sus películas.

Es en Annie Hall (1977), donde Allen acude directamente al hombre de la calle, al «urbanita», por lo que se convierte en una cinta idónea donde estudiar la exclusión social. En realidad, y como acostumbra Allen, en este filme se muestra de nuevo a sí mismo como un hombre supuestamente integrado en la sociedad, pero que en cualquier momento puede ser apartado. Así lo muestra en el monólogo que abre Annie Hall.

Alvy: “Yo, ah, creo que mejorare de aspecto con los años, ¿sabes? Yo, hum, pienso que entraré en la categoría de los calvos viriles, ¿saben?… a menos que me convierta en uno de esos individuos que andan por las cafeterías con una bolsa de comida en la mano y la baba que se les cae de la boca, pegando voces sobre el socialismo.”

En esta ocasión Allen se reencarna en Alvy, un hombre corriente que ronda los cuarenta años y que trabaja como humorista en clubs nocturnos. Para Alvy la integración en la sociedad es un privilegio y, como tal, quien lo posee puede perderlo en cualquier momento. Alvy, de personalidad algo neurótica (tal y como Woody Allen es), no cesa de reflexionar sobre la vida, sus amores, y sobre su relación con Annie, interpretada por su musa Diane Keaton. Entre estos pensamientos destaca su crítica constante a la sociedad tan hipócrita en la que se encuentra.

La historia, todo un romance cómico, sitúa en un marco temporal de los años 70 la relación de Alvy con Annie, quien aspira a ser una gran cantante. Desde los primeros días estropean su relación, pero Diane y Woody funcionan tan bien en pantalla que la trama, en principio simple, asombra por su calidez y cercanía.

Lo realmente interesante del personaje de Alvy es que, trabajando con el humor y la comedia (como hacía en sus inicios Allen), el principal objeto de sus chistes y bromas es la exclusión. Véase, por ejemplo cuando cuenta que no le admitieron en el ejército y que en caso de guerra solo serviría de prisionero.

Su miedo a ser discriminado por ser judío (una de las temáticas estrellas de Allen) también es desarrollado en distintas escenas del film. Usando el surrealismo, el director trata esta exclusión religiosa en un escena en la que visita a la familia de Annie y, convenientemente, todos resultan ser blancos, anglosajones y protestantes. En estas circunstancias, Alvy se siente mas judío que nunca, y ante la mirada de la abuela de Annie, se transforma en el clásico rabino barbudo.

En realidad, Alvy en esta escena se autoengaña, pues ve a la familia de Annie correcta y elegante sin tener en cuenta que bajo las fachadas pueden darse también situaciones de exclusión. Esta brecha en la familia americana “perfecta” se termina de mostrar con el hermano de Annie, Duane, quien le confiesa a Alvy sus impulsos repentinos y algo extraños sobre chocarse mientras conduce. En esta escena, es de vital importancia los ojos y la mirada de Christopher Walken, quien encarna a Duane, ya que expresa la realidad de que hay un excluido, un solitario en la familia.

Alvy es realmente una versión un tanto modificada del propio Woody Allen, pero en esencia, es el mismo. Pese a ser hombres individualistas, artistas e intelectuales, ambos necesitan el contacto con los demás, aunque las relaciones siempre terminen en conflictos que, irónicamente, conducen de nuevo a la exclusión.

Fotograma de Annie Hall: Diane Keaton y Woody Allen

A lo largo de la hora y media que dura Annie Hall, también encontramos otro concepto de exclusión en referencia a la muerte. Lo que podríamos llamar, la exclusión definitiva. Alvy está comprando continuamente libros relacionados con la muerte, y su conocimiento y experiencia le ha hecho crear una división entre los seres humanos, “lo horrible” y “lo miserable”. En la primera categoría, se posicionan todos aquellos con algún mal físico, ciegos, inválidos, sordos… y en la segunda encontramos al resto de seres humanos. Alvy cree que la segunda opción es mala, pero no peor que la primera. Todos somos excluidos y nos hayamos dentro de un grupo u otro por una razón muy simple, somos mortales.


Allen también utiliza otro concepto de exclusión más escondido en relación con la ciudad de Nueva York, gran ciudad cosmopolita marginada y excluida, precisamente, por estas características que la distinguen del resto de ciudades norteamericanas.

Annie: “Alvy, tú eres incapaz de disfrutar de la vida, ¿te das cuenta? Quiero decir, eres igual que Nueva York. Sois tal para cual. Dentro de ti eres como una isla.”

Alvy: “Yo no puedo disfrutar de nada que no esté al alcance de todo el mundo. Mira, ya sabes, que un individuo cualquiera pase hambre donde sea, y bueno… sabes que yo… basta para hacerme plomo la noche… Bueno, ¿quieres casarte o qué?”

Annie: «No. Somos amigos.«

Allen consigue crear en Annie Hall (ganadora, entre otros premios, de cuatro Oscars), una atmósfera verosímil, en la que la sociedad se basa en las apariencias, en el éxito, el poder… El riesgo de exclusión es cada vez más apremiante y por ello mas temido. En este mundo, que el director recrea una vez más en Nueva York, y no tan alejado del actual, el individuo debe crear su propia moralidad.

El tratamiento de la exclusión en Annie Hall es una razón más para disfrutar de esta pieza angular en el cine de Allen, pero no la única. Sin duda, este film que marcó en 1977 un antes y un después en su género, ofrece una de las miradas más tiernas y especiales a aquello que según muchos mueve el mundo: el amor, y que sumado al combo Keaton-Allen, representa un diálogo y conexión constantes de los que cuesta apartar la mirada.

Quedarnos con lo bueno: 4 must see de 2020

Este año que hemos dejado atrás va a ser difícil de olvidar. Tras el año nuevo las redes se llenaron de mensajes positivos y esperanzados por la entrada de 2021, pero por los acontecimientos más recientes parece que todavía es temprano para poder cantar victoria. En 2020, España compartía por primera vez una situación común al mismo tiempo: una larga cuarentena. Si durante esos meses encerrado no pudiste más que pensar en pisar la calle y en los meses posteriores no pasaste por casa… te dejamos aquí una recopilación sobre contenido audiovisual español destacable de 2020 (al fin y al cabo habrá que quedarse con lo bueno).

LAS NIÑAS (2020)

La ópera prima de Pilar Palomero nos teletransporta a la España de los 90´s, concretamente a Zaragoza. A través de la mirada aniñada de Celia, la protagonista, conocemos la adolescencia, la educación y el pensamiento de la época… Un film dramático que se presenta tal y como es, lo cual no es poco, y que consigue mostrar tanto lo visible como lo invisible de la trama.

EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO (2020)

De nuevo un film que nos arrastra al pasado, de vuelta a los 90´s pero esta vez en Cartagena. Con López Carrasco a la dirección —El futuro o Aliens— este documental es un gesto político constante, pero no por ello se olvida de la parte mas humana de las protestas obreras del momento causadas por la crisis industrial. Son 200 minutos de nerviosismo, aprendizaje y esperanza pero, sobre todo ello, es un metraje repleto de verdad.

LA VOZ HUMANA (2020)

Basado en el monólogo teatral de Jean Cocteau, La Voix humaine (1930), esta adaptación libre de Pedro Almodóvar consigue reunir en sus 30 minutos todo el universo almodovariano. Se repite su fórmula estrella de «mujer en el centro del drama», en esta ocasión, interpretada por Tilda Swinton. Cuando el cortometraje acaba quieres más de ambos, de Almodóvar y de Swinton, en especial quieres más de su latente pero invisible complicidad.

LA ALAMEDA 2018 (2020)

Alejada de los grandes estrenos, Rocío Huertas nos ofrece una puerta abierta al barrio sevillano de la Alameda de Hércules mediante la voz de la memoria de sus vecinos. La directora se abre en canal para compartir también sus recuerdos a través de collages animados. Un original documental no pensado para todos los públicos, pero sin duda hecho a medida para los amantes de Sevilla y de su historia.

El regreso de las Winx

Netflix compartía ayer en sus redes sociales el primer avance de su nueva serie Destino: La Saga Winx. A la par, Twitter se llenaba de emoción y crítica a partes iguales. Para las nuevas generaciones el estreno, planeado para el día 22 de enero de 2021, puede ser un día cualquiera (quizás el comienzo de una serie más con la que hacer maratón los viernes noche en estos tiempos de restricciones), pero para muchos otros la creación de este live-action de Winx Club será una vuelta segura a muchos recuerdos de la infancia.

La nueva saga nos transportará a Alfea, el internado mágico donde el grupo de hadas liderado por Bloom, interpretada por Abigail Cowen (El Mundo Oculto de Sabrina), aprenderá a controlar sus poderes. Tras el avance, no han tardado en aparecer los comentarios negativos por parte de los fans de la serie original Winx Club, sobre todo al ver las primeras imágenes del grupo de hadas y los cambios en los personajes y en la trama original.

El live-action de Winx Club está formado por Elisha Applebaum como Musa, personaje que en la serie original era de origen asiático – detalle que Netflix ha obviado- . Hannah van der Westhuizen, que hace de Stella, luce mucho menos estilosa que la princesa de Solaria en la versión original. El personaje de Flora se convierte en Terra, representada por Eliot Salt, con una piel bastante más clara que la del personaje animado. De la versión original, Aisha, interpretada por Precious Mustapha, puede ser la que más fiel sea al hada original. Por otro lado, Tecna, la más inteligente de las Winx no aparece en el tráiler, por lo que entendemos que no tiene hueco en este live-action. Tampoco hay pistas sobre posibles apariciones de las Trix, el trío de hermanas y enemigo número uno de las Winx ni sobre las famosas transformaciones a hadas (y sus increíbles outfits), lo que nos lleva a pensar que el live-action nada tendrá que ver con la serie original.

Winx Club


De izquierda a derecha: Musa, Flora, Stella, Bloom, Aisha y Tecna.

La apuesta de Netflix es clara: reinventar esta historia de magia que ya consiguió con su primera versión (desde su estreno en 2005 y hasta su séptima y última temporada en 2015) mantener enganchados a los jóvenes europeos. Ignio Straffi se coronaba en aquella época como el creador de la primera serie animada italiana exportada a EE.UU.

El live-action que finalmente se estrenará en enero de 2021, ya que debido al coronavirus no ha podido cumplir su promesa de presentar la serie en 2020, estará formado de momento por una única temporada compuesta por 6 capítulos de 60 minutos cada uno.

Si no podéis esperar más y queréis recordar todo sobre Winx Club aquí os dejamos una página con todas las curiosidades (y mucho más) sobre las hadas más famosas de los 2000: https://winx.fandom.com/es/wiki/Winx_Club_Wiki

Si hablamos de mujeres libres hablamos de Amalga Muda

Si tuviéramos que destacar algo novedoso que esta nueva realidad nos ha ofrecido, sin duda sería la capacidad que hemos desarrollado para apreciar lo que nos rodea. En la desescalada, cuando podíamos empezar a dar paseos cortos por nuestros barrios, comenzamos a mirar cada detalle, cada esquina, cada balcón. Algunos nos hemos quedamos tan sorprendidos de todo lo que habíamos dejado pasar durante años que ahora no podemos parar de buscar arte por las esquinas. Es concretamente por las calles de Sevilla donde los transeúntes más avispados pueden deleitarse con paredes llenas de rostros de mujeres que gritan ser libres acompañadas de una firma que es, a la vez, una invitación: @amalgamuda

Alena es quién se oculta tras el nombre de Amalga Muda. Barcelonesa e hija adoptiva de Sevilla, nos recibe vía Skype con el pelo mojado y alborotado, lo que nos recuerda a las mujeres de sus ilustraciones. Con una gran sonrisa y rodeada de sus dibujos nos explica: “el nombre de Amalga Muda viene de juntar la palabra “amalgama” con “muda”, irónicamente claro, ¡porque yo hablo por los codos!”.

De profesión, maestra. Alena descubrió su pasión por la ilustración en su etapa en la universidad, pero fue entre las paredes de un aula cuando recibió los comentarios que lo cambiaron todo, “que bien dibujas, profe”, y es bien sabido que los niños siempre dicen la verdad. Esto, sumado al apoyo de su pareja y sus amigas, hizo que hace dos años Alena comenzara a enseñar al mundo cómo se veía este desde sus ojos.

La figura femenina comprende la mayor parte de su obra, y es casi imposible no encontrar ni un ápice de reivindicación en cualquiera de sus dibujos. “Todo comenzó en mi adolescencia. Me di cuenta de que era diferente, y eso implicaba pasar por otro tipo de situaciones. Mi mejor amiga de aquella época —que sigo conservando— es rubia, de ojos azules, guapísima… De revista. Siempre íbamos juntas, y yo a su lado era la de las gafas, la grande, con poco pecho… Éramos la noche y el día. Luego, con la madurez, me di cuenta de que eso era lo mejor que me podía haber pasado, lo que me hace ser más yo. Nos meten en la cabeza que tenemos que ser perfectas, y no, las dos somos naturales, bonitas. Hay que traspasar la frontera de la superficialidad. Esto hizo que me cabreara tanto con la sociedad que necesitaba expresarlo de alguna manera.»

La mujer está castigada por el hecho de ser mujer.

Alena «Amalga Muda»

La necesidad de expresar lo que sentimos es inherente en el ser humano, lo difícil es llegar a transmitir la verdadera esencia de esos sentimientos. Alena lo refleja con un arte de trazos sencillos pero de profundidad infinita. Las mujeres de su vida —como ella se refiere a sus amigas— son la principal fuente de inspiración para sus retratos, pero también aprovecha su otra pasión, la fotografía, para encontrar mujeres reales a las que plasmar en el folio… o en las calles.

Gracias a un viaje a Berlín, donde Alena se terminó de enamorar del street art que estaba presente en cada esquina, ahora Sevilla disfruta de @amalgamuda en zonas como Calle Feria o La Campana. “Me picaba mucho el gusanillo, y me empezó a hacer muchísima ilusión pegar mis dibujos. No deja de ser un acto político, una reivindicación, tengo la necesidad de que mi mensaje cale. Ser mujer puede llegar a ser muy difícil y queda mucho trabajo por hacer”.Tras dejar la capital andaluza más bonita con “sus mujeres” Alena recibió multitud de mensajes de agradecimiento y de apoyo a su iniciativa de luchar por la visibilidad de una mujer diferente, libre y bonita.

Aunque reconoce que “siempre he tenido miedo a no encontrar mi estilo, y sigo experimentando por dar con él ”. Podríamos decir que todo lo publicado en su feed de Instagram tiene en común la sensibilidad, la fuerza y la belleza que Alena reconoce en todas las mujeres que se han cruzado en su camino.

Desde Voz Nueva invitamos a conocer el trabajo de Amalga Muda, ya sea por las calles de Sevilla como en sus perfiles en redes sociales, y sobre todo, invitamos a todas las mujeres a sentirse libres, bonitas, fuertes y luchadoras por un mundo más amable para con todas nosotras.

Francia en el punto de mira

El pasado 29 de octubre la ciudad francesa de Niza sufría un atentado en el que tres personas fueron asesinadas con un cuchillo. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificaba de “ataque terrorista islamista” lo que ocurrió dentro de la basílica de Notre Dame, catedral de Niza, del que también resultaron heridas varias personas. El atacante fue neutralizado por las autoridades y hospitalizado debido a las heridas de balas, y ha sido detenido un posible cómplice. Francia ha sufrido tres ataques terroristas desde el mes de septiembre. 

Karl Nehammer, ministro de Interior de Austria ha informado sobre la posibilidad de que el ataque esté relacionado con el Estado Islámico ya que uno de los atacantes es Fejzulai Kujtim condenado en 2019 por intentar viajar a Siria para unirse a este grupo terrrorista.

Austria vivió el 2 de noviembre una situación parecida, el último ataque terrorista de Europa. Una serie de ataques (disparos hasta en seis localizaciones distintas) en el centro de Viena, cerca de la sinagoga de Seitenstettengasse, dejó cuatro muertos y varios heridos graves. Uno de los atacantes, identificado como terrorista islamista, fue abatido. A pesar de ello, la policía vienesa ha pedido a la población no salir de sus casas.

En los últimos meses el terrorismo ha vuelto a sorprender a Europa: en París el 25 de septiembre, en Éragny el 16 de octubre y más recientemente en Niza y Viena. Francia ha elevado el nivel de alerta terrorista a todo el país ya que los ataques parecen estar relacionados con la crispación del mundo árabe por el uso de caricaturas de Mahoma en medios franceses. Macron ha afirmado que comprende la indignación causada entre los musulmanes pero «que no justifica la violencia».

Ofrenda floral en las puertas de Notre Dame, Niza

Avatar 2, más de 10 años de espera

Avatar, la película más taquillera desde su estreno en 2009 hasta el año pasado, cuando el estreno de Vengadores: Endgame le arrebató esté récord, ya tiene secuela.

El estreno de su segunda parte, Avatar 2, estaba previsto para el año 2015 pero el momento se ha ido retrasando, a pesar de que fue en 2010 (tan sólo un año después de la primera película), cuando se comunicó la idea de crear un segundo proyecto. Pero volver a visitar Pandora está cada vez más cerca. La fecha final de estreno era el 17 de diciembre de 2021, pero debido a la situación actual de pandemia, Disney ha vuelto a aplazar la fecha: 16 de diciembre de 2022. Si podemos estar seguros de que el rodaje ha finalizado, como ha confirmado el director, James Cameron (director también de Titanic), que no el montaje, por lo que queda por delante un gran trabajo de postproducción hasta la fecha de estreno.

Los protagonistas de Avatar 2 seguirán siendo los mismos que en la primera película de la saga, Jake Sully, interpretado por Sam Worthington, y Neytiri, interpretada por Zoe Saldana. La historia se centrará en esta ocasión en la familia que han creado los protagonistas, descendientes interpretados por Jamie Flatters, Britain Dalton y Trinity Bliss. El clan se verá obligado a abandonar su hogar por culpa de los humanos (como pudimos sospechar que terminaría ocurriendo en Avatar) y descubrirán así nuevos lugares en Pandora.

Al reparto se une, entre otros, Kate Winslet, que se reunirá en un set de rodaje con Cameron por primera vez tras el rodaje de Titanic (1997). Otra curiosidad sobre el rodaje es la vuelta de Miles Quaritch, interpretado por Stephen Lang, pese a que el personaje murió en la primera entrega.

Kate Winslet, Zoe Saldana, Sam Worthington y Cliff Curtis en el rodaje de Avatar 2. Vía Twitter.

James Cameron confirmaba que la historia de los na´vi seguirá alargándose tras esta película en Avatar 3, Avatar 4 y Avatar 5. La llegada de Avatar 3 a los cines está prevista para el 20 de diciembre de 2024, la cual ha ido rodándose al mismo tiempo que la anterior, entre California y Nueva Zelanda. Cameron afirma haber rodado ya un 95% de las tomas totales de esta película. 

No sabremos hasta 2022 si la espera habrá merecido la pena, pero James Cameron ha confesado que no le preocupa que los espectadores se hayan olvidado del universo de Pandora. El retraso se debe en parte a la creación de un conjunto más amplio (Avatar 2, 3, 4 y 5), un concepto algo diferente a lo acostumbrado.

Instagram personal del director James Cameron.

El director canadiense tiene acostumbrado a su público a las sorpresas. Por ahora, sabemos que en Avatar 2 podremos ver el idioma na´vi esta vez en versión de lengua de señas. En Avatar tuvimos el primer acercamiento al idioma na´vi a cargo del lingüista Paul Frommer, y este ya está formado por miles de palabras.

Por último, os dejamos por aquí abajo un vídeo que seguro sobre ciertos secretos que hay siempre detrás de un rodaje y que enamorará a los seguidores de Avatar.