Un proyecto innovador, creatividad, emprendimiento y trabajo duro son los ingredientes de la fórmula que da vida a Nouménico: una firma de moda nacida en el corazón de la Mancha que llega pisando fuerte. Detrás de bambalinas, entrevistamos a Toni Enríquez y Raúl Valencia, los padres de la criatura.
Toni, la parte más creativa, lleva toda su vida dedicándose a la moda. “Empecé en cuanto supe dibujar, el dibujo está muy presente en mi ADN”, asegura. Con un grado formativo de patronaje y confección cursado en Sevilla, cogió su carpeta llena de ideas y llamó a las puertas del estudio de Victorio & Lucchino. De su mano aprendió y conoció Mercedes Benz Fashion Week. Después, estudió la carrera de diseño de moda y realizó sus prácticas con la firma Devota & Lomba. Nombres como Lola Li o Sonia Olla también resuenan en su trayectoria. Tras colaboraciones vistiendo al coro y a la orquesta nacional del Teatro Real, a la Reina Letizia, o llevando sus diseños a pasarelas en Nueva York, consiguió pulirse y conocer de cerca cómo era el día a día de un diseñador. En ese momento, decidió tomar las riendas de su propia carrera.
Raúl, el lado más empresarial, es arquitecto de formación. Estudió en la Universidad Politécnica y fue becario en la biblioteca del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Allí pudo desarrollar todo su interés por el mundo audiovisual a través de la serie documental El arquitecto enseña su obra. Tiempo después, se ha posicionado como el responsable de content marketing para la empresa Zankyou Weddings.
Elegir Ciudad Real como sede tampoco es casualidad. El boca a boca ha sido fundamental para que Nouménico pueda hacerse un hueco en el mercado y el tamaño de la ciudad es un factor determinante. Además, es el punto neurálgico entre Madrid y Córdoba, lugares muy vinculados a ambos. Como cuenta Raúl, “no todo pasa en la capital de España. En el mundo de las provincias, para emprender, hay muchas oportunidades. Ciudad Real reúne todas las características donde montar un espacio para trabajar”.
El objetivo de emprender con un proyecto propio es lo que lleva a la creación de Nouménico. Tras este nombre con tanta sonoridad se encierra un potente significado: “es un término filosófico que describe la belleza que hay más allá de la forma física de un objeto, independiente a los sentidos. Esto se traslada a la mujer, que es bella por lo que desprende independientemente de su talla o aspecto”. En definitiva, concluye Toni, “Nouménico resalta el aura”.
Que la mujer se sienta segura y empoderada es el objetivo que persiguen con sus prendas, que ambos describen como “relajadas, divertidas y funcionales”. Para ellos, la mujer Nouménico tiene sensibilidad con lo que le rodea, inquietud por la cultura y el arte, “se siente viva”.
Con su colección cápsula Luchadoras aportan su granito de arena a la lucha contra el cáncer de mama y dan cuenta de su responsabilidad como diseñadores para hacer ver que la diferencia es bella y que “el aura no se mutila, sigue siendo la misma”.
Según Toni, Nouménico es “una declaración de intenciones, un sinónimo de singularidad. Hay todo un universo detrás”. Pretenden que cualquiera que conozca la firma por primera vez piense: “estos chicos tienen algo que decir”, y, realmente, tienen mucho.
Cualquier momento es bueno para crear, siempre están enchufados al universo Nouménico, porque al fin y al cabo “un artista no deja de ser artista en ningún momento de su vida”. Además, apunta Toni que “las ideas se cuecen en cualquier sitio. Hoy en día la inspiración sale de la calle, de las personas. Si quieres que alguien se ponga tu ropa, tienes que salir, coger una libreta y observar a la gente”.
Es innegable la conexión entre arquitectura y moda. Raúl asegura: “el patronaje es equilibrio, proporciones, cálculos… que luego se trasladan al diseño. Se parecen incluso en la función: ambas protegen de las inclemencias exteriores y dan cobijo”. Sus referencias artísticas se inspiran en la Escuela Bauhaus, Mondrian o van der Rohe, aunque no descartan que evolucionen con el paso del tiempo.


Algunos productos en el atelier de Nouménico. Fuente: Laura Ruiz Rodríguez.
El proceso de fabricación de las prendas, con las blusas femeninas como producto estrella, es puramente artesanal, desde los botones hasta la última puntada en las etiquetas. Esto supone “una continua evolución y aprendizaje para que los tiempos se hagan cada vez más rentables”. La fabricación propia de los estampados surge tras observar las limitaciones de una industria orientada hacia lo que la gente demanda. Por eso, han conseguido idear una manera de estampar completamente artesanal con calidad industrial, que permite una personalización completa para el cliente y se traduce en una gran variedad de oferta. “No contábamos con una gran inversión, pero sí teníamos una cosa que vale oro, y es el tiempo para dedicárselo”, confiesan.





Selección de blusas y pendientes Nouménico. Fuentes: Instagram Nouménico/ Instagram mariop_portrait.
De cara al futuro, pretenden que la marca crezca sin perder ni un ápice de artesanía o mimo en las prendas, y se plantean ampliar con línea de vestidos, accesorios o camisería de hombre.
Por último, y a modo de consejo para jóvenes emprendedores como ellos, señalan algunos aspectos fundamentales: “tener un concepto muy definido de lo que se quiere hacer, encontrar la manera de que llegue al público y saber cómo se traduce todo eso a números, conociendo la realidad y sabiendo que los principios siempre son duros”.
Todo esto y mucho más en su página web: NOUMÉNICO – Slow Fashion hecho en España – Nouménico (noumenico.es)