Por las calles suena el grito de ciudadanos cansados del bipartidismo político y que anhelan una democracia plena, una democracia verdadera. Acampadas multitudinarias, lemas cantados por cientos de voces y pancartas pidiendo el cambio llenaron las calles en un mayo de 2011 que queda más lejos de lo que parece. ¿Qué queda del 15-M diez años más tarde?
El 15 de mayo de 2011 miles de «indignados» tomaron las plazas de diferentes ciudades españolas de manera espontánea mediante protestas pacíficas. «Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros» podía oírse a coro entre la multitud. Este movimiento ciudadano luchaba por una democracia más justa y abierta, teniendo como objetivo el fin del bipartidismo PSOE-PP en España.
La protesta, desde el inicio, no se vinculó con ninguna corriente ideológica, sino que pretendía dar voz a esa indignación ferviente en la sociedad española ante la situación política y económica que arrastraba el país desde la crisis de 2008. El antipartidismo, el progresismo y el antineoliberalismo son algunas de las bases de este movimiento que supuso un punto de inflexión en la política española.
Origen del 15-M
- Crisis de 2008. Fue el detonante del hartazgo de los españoles por la situación española, sumada a la fatiga política causada por la corrupción y las falsas promesas de los altos mandatarios del país.
- Indingez-vous! de Stéphane Hessel. El diplomático francés publica este panfleto en octubre de 2010. En él insta a la población a tener una mayor participación en la vida pública y a reivindicar los derechos que les corresponden. Se convirtió en un super ventas en multitud de países, transformándose en un fenómeno que traspasó fronteras.
- Inicio de la Primavera Árabe. Desde principios de 2011, el mundo árabe se vio inmerso en una serie de revoluciones cuyo objetivo era derrocar las dictaduras instauradas en Túnez y Egipto y que finalmente consiguieron. Surge a raíz de la inmolación de un vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, en forma de protesta tras encontrarse arruinado económicamente. Este acto desató un malestar general y la población se alzó contra las pésimas condiciones en las que se encontraba Túnez.
- Geração à Rasca. Movimiento manifestante que tuvo lugar el 12 de marzo de 2011 en Portugal y que comparte muchas características con el 15-M español. Denunciaba la situación de los desempleados, subcontratados, los llamados «quinientoseuristas» etc.
- Democracia Real Ya. Este movimiento social, sin vinculación a ninguna corriente ideológica, fue uno de los convocantes de la manifestación del 15-M. Plantea una serie de reivindicaciones entre las que destaca la mejora de la calidad de vida y de la situación de los parados, los desahuciados y la juventud precaria, además de exigir un cambio en la política social y económica española.
- Movilización en internet. Algunas plataformas como Juventud Sin Futuro o el movimiento «No les votes» también contribuyeron a crear el ambiente social necesario para que finalmente se desencadenase el movimiento. El primero de ellos nace en el seno universitario y denuncia la crisis económica, mientras que el segundo surge en respuesta de la ley Sinde e instaba a no votar a los partidos que la hicieron posible (PSOE, PP y Convergència i Unió).
Acampadas en la Puerta del Sol
Imágenes de las acampadas en la Puerta del sol Fuente: movimiento15m.org / abuelohara.com / eldiario.es
La primera acampada en Sol se produjo casi de manera espontánea. Esa misma noche, al terminarse las concentraciones el centro de Madrid estaba casi vacío, las pancartas y los gritos habían abandonado las calles. Sin embargo, algunos grupos esporádicos de personas decidieron unirse y quedarse esa primera noche en el centro de la capital. Casi 40 personas durmieron en Sol esa noche. El número de manifestantes pasó de 1.000 a 10.000 en tan solo un día y alcanzó casi los 30.000 el viernes de esa misma semana. La reacción de la ciudadanía ante los intentos de desmantelamiento por parte de la policía era de dar más voz al movimiento, traduciéndose en un aumento considerable del número de personas día tras día. El efecto llamada que se produjo a través de Twitter (representado con el #acampadasol) es una de las claves del éxito de estas protestas pacíficas.
Se creó casi una ciudad en miniatura en la plaza durante esos días, con carpas destinadas a dormitorios, grupos de psicólogos, políticos e incluso una carpa desde la que se retransmitían mensajes cada mañana o el llamado «speaker corner», donde algunos se subían al estrado a decir que eso que estaban haciendo ahora los jóvenes deberían de haberlo hecho ellos mismos hace 40 años.
A partir del 18 de mayo, la Junta Electoral de Madrid desautorizó la concentración y el día siguiente declaró ilegales las concentraciones y reuniones convocadas para el sábado 21, jornada de reflexión, y el domingo 22, día en el que se celebraban las elecciones. A pesar de ello, el Gobierno no desalojó a los «indignados» porque no alteraban el orden público. El cansancio ya comenzaba a notarse tras las elecciones y los acampados decidieron quedarse hasta el 29 de mayo, ese domingo acordaron que no abandonarían la plaza, y no lo hicieron hasta el 12 de junio, día en el que se levanta el campamento. Aunque este final de la acampada no supone el final del 15-M, ya que se siguen realizando protestas y actos multitudinarios en otras ciudades sin perder el espíritu del movimiento.
Ideología del movimiento
Este fragmento de un comunicado de prensa difundido por la asociación «Democracia Real Ya» resume la ideología que se respiraba en el 15-M:
«Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas»
Comunicado de prensa de “Democracia real YA” (17/05/2011)
Durante las manifestaciones en Madrid, los allí presentes realizaron una lista de propuestas que se consensuaron en la Asamblea de Sol, celebrada el 20 de mayo. Entre ellas destacan algunas como:
- Cambio de la Ley Electoral. Se pedía que las listas electorales fueran abiertas y con una circunscripción única. De esta manera, la obtención de escaños sería proporcional al número de votos.
- Atención a los derechos fundamentales recogidos en la Constitución. Lanzar un recordatorio al Gobierno de lo indispensable de algunos derechos como el derecho a la vivienda digna, a la sanidad pública de calidad o a la libre circulación de personas.
- Rechazo y condena de la corrupción. Solicitud de presentar unas listas electorales libres de imputados o condenados por corrupción que sea obligatorio por la Ley Electoral.
- Regulación de la banca y sistema financiero. Reducción del poder del FMI y del BCE, además de la nacionalización de entidades bancarias que hayan tenido que ser rescatadas por el Estado.
Nacimiento de una «nueva política»
Las consecuencias del 15-M no limitaron su repercusión al año 2011, sino que a raíz del movimiento la política española comenzó a transformarse hacia un ambiente más plural. Ciudadanos se hacia hueco en las listas, mientras que en 2014 el partido de Pablo Iglesias se creaba como una alternativa de izquierda en el país. Estos partidos jóvenes surgían como una alternativa al bipartidismo PSOE-PP tan asentado en España desde el regreso de la democracia.
En la última década la política española se ha visto inmersa en una marea de cambios: nuevos partidos, líderes, ideologías cambiantes etc. Nuevos actores se han ido sumando a la lucha por el gobierno del país y se ha ido generando un ambiente cada vez más tenso entre los partidos políticos. Hasta tal punto se ha llegado que las últimas elecciones generales se han saldado con la instauración del primer gobierno de coalición a nivel nacional en España desde el fin de la dictadura franquista.
¿Qué queda del 15-M en pleno 2021? Muchos afirman que los «indignados» han ido perdiendo mecha, otros dicen que sentó las bases del cambio político en España. No cabe duda de que los manifestantes pacíficos de hace una década provocaron una movilización masiva de personas disconformes con la situación política del momento y que sirvió para que sus voces fuesen escuchadas. Aunque las pancartas ya no se vean por las calles y los gritos se escuchen un poco más bajo, el 15-M aún pervive en esta nueva década en la ideología de algunos partidos y en el sentimiento de esos «indignados», que todavía lo siguen estando.