Las claves del sexo tántrico, qué es y cómo se practica

Cuando pensamos en el placer que da practicar el sexo, siempre nos centramos en los genitales, obviando lo demás. Sin embargo, existen otras vías que nos permiten sentir orgasmos y excitación en otras partes del cuerpo. Este es el caso del sexo tántrico, que plantea otra forma de ver el acto sexual y consiste en asociar el sexo con el yoga para que la energía sexual se traslade a través del cuerpo.

El adjetivo “tántrico” surge del concepto “tantra”, cuyo origen viene de corrientes hinduistas y budistas. Existen tres tipos de sexo tántrico, distinguidos por colores: rojo, negro y blanco. El rojo se centra en las prácticas en solitario, para conseguir una armonía contigo mismo. El negro se centra en las energías oscuras, utilizándola con fines personales y afectando a otros seres. El blanco es el que está más orientado al ámbito sexual, involucrando a una pareja, nos centraremos en este último.

En términos de espiritualidad, el tantra consiste en la unión de dos energías: Shakti (energía femenina) y Shiva (energía masculina). Shiva es la consciencia que impregna todo y a todos, pero que está dormida. Shakti es una energía dinámica necesaria para despertar esa consciencia. Todas las personas tenemos ambas energías, pero siempre predomina una sobre la otra. Con el equilibrio entre las dos se llega a la armonía.

El tantra tiene sus orígenes en corrientes hinduistas y budistas. Fuente: PatrizioYoga / Pixabay.

Sus orígenes religiosos hacen que el tantra tenga un punto de vista tradicional, es decir, centrado en la pareja cis hetero. No obstante, ello no implica que no pueda ser practicado por personas del colectivo LGTBIQ+.

A primera vista parece algo complicado, pero no te preocupes, no tendrás que desempolvar los libros del colegio en los que se explicaba la reproducción. Aunque el sexo siga sin tener manual de instrucciones, al menos te podemos contar los pasos para practicar el sexo tántrico de forma cómoda y sin frustrarse en el intento.

En primer lugar, lo ideal es crear un espacio cómodo y adecuado para el tantra. Nada de redes sociales ni llamadas que te distraigan, pospón esa videollamada que tenías con tu madre para otro momento, pon el móvil en modo avión si es posible. Puedes decorar la habitación con mándalas, y estimular el olfato usando velas o incienso. Otra forma de estimular algunos sentidos es anular otros, por ejemplo, usando una venda para los ojos. La música zen también es bastante efectiva. En definitiva, usa lo que mejor te venga para tener tu templo hindú particular.

Antes de empezar, es recomendable realizar una meditación inicial de unos 10 minutos, sobre todo si es tu primera vez en esta aventura del tantra. Tiene que ser una meditación individual, para estar en conexión contigo mismo.

La meditación antes de comenzar el tantra es muy aconsejable. Fuente: Oluremi Adebayo / Pexels.

Una vez hayas meditado, comienza la fase de miradas. Tienes que colocarte frente a tu pareja, mirando su ojo izquierdo o ambos. Es una forma de transmitir el amor que se siente por los ojos, y de probar sensaciones o tentaciones, como la de apartar la mirada. Haz esto durante dos minutos aproximadamente.

A continuación, coloca tu mano izquierda sobre el corazón y extiende la mano derecha al corazón de tu pareja, haciendo la otra persona lo mismo. Intentad sincronizar la respiración, que sea de forma profunda. Así, podrás sentir el amor de tu pareja mientras inhalas y enviar el tuyo mientras exhalas. Hazlo durante 10 respiraciones.

Después de esto, se pasaría a practicar sexo tántrico, pero también puedes hacer un masaje tántrico a tu pareja. Uno de los dos tiene que tumbarse y así sentir la energía sexual de la otra persona, que moverá sus manos lenta y suavemente sobre el cuerpo de la primera. También puedes pasar a realizar un masaje en la vulva o el pene de tu pareja, o incluso las areolas de los pezones.

Una vez hayas realizado el masaje, o si te has saltado ese paso, tienes que colocarte con tu pareja en la posición Yab Yum, la cual es muy clásica del tantra y representa a Shiva y Shakti. Puedes hacerlo con ropa o sin ella, como prefieras.

Posición Yab Yum representada en una estatuilla. Fuente: KirstentB / Pixabay.

Si cumples el rol de Shiva, tienes que sentarte sobre una almohada con las piernas cruzadas y en una posición de sostén, rodeando con tus brazos los hombros de Shakti. Por otra parte, si haces de Shakti, tienes que sentarte encima del Shiva, frente a frente y rodeando con tus brazos su cintura.

Con esta posición, podrás alinear tus chakras y así permitir que la energía sexual recorra toda tu columna. Una vez conseguida esa alineación, prueba a sincronizar tu respiración con la de tu pareja. Podéis probar a moveros un poco, arqueándoos o balanceándoos suavemente.

Como ves, no es estrictamente necesario llegar al orgasmo en esta práctica sexual. Simplemente se trata de hacer lo que te dicten los sentimientos en ese momento. ¿Lo has probado alguna vez? ¿Qué tal te ha salido? ¿Te ha servido esta guía? Cuéntanos en los comentarios.

Aprende a cuidarte desde hoy mismo

Te levantas por la mañana y desayunas corriendo porque llegas tarde a clase. Vuelves a casa y comes sin dejar de pensar en el trabajo que tienes que hacer luego. Terminas el trabajo y sales de casa a hacer la compra del mes antes de que cierren los supermercados. Regresas a casa por la noche, cenas y te das una ducha rápida antes de acostarte de nuevo. Seguro que te suena un día así, pero ¿dónde está el tiempo que te dedicas a ti mismo?

Poco a poco es más común escuchar hablar del autocuidado y sus beneficios, sin embargo, aún hay muchas personas que opinan que no es algo para ellos ya que no tienen tiempo libre. La conexión con nuestras sensaciones y nuestro cuerpo no debe interpretarse como un capricho o una actividad secundaria a realizar en nuestros ratos libres. Al contrario, debemos asignarle en nuestra agenda un tiempo exclusivamente para su realización.

Los cambios que suceden en nuestra vida pueden generarnos sensaciones que no somos capaces de reconocer. Esto puede provocarnos un bloqueo que nos impida desarrollarnos personalmente. Para hacer frente a estas situaciones es beneficioso saber reconocer lo que está pasando en nuestro cuerpo y en nuestra mente, solo conectando conmigo mismo a través de la práctica del autocuidado podemos buscar las herramientas adecuadas para hacerles frente.

Conoce los…

Beneficios psicológicos del autocuidado

  • Permite centrarte en ti mismo para identificar las necesidades que se tienen.
  • Mejora la autoestima al estar en conexión con tu propio cuerpo.
  • Ayuda al autocontrol al reconocer mejor los sentimientos que se tienen.
  • Poder anticiparse a las conductas impulsivas, como el enfado, y poder ponerles freno.
  • Reconocer las preocupaciones que se tienen de forma más fácil para poder buscarles una solución.
  • Ejercita la concentración en nosotros mismo y en nuestro entorno.
  • Conectar contigo mismo para entender mejor las situaciones que se atraviesan y entender cómo te hacen sentir.
  • Aprender a crecer con las experiencias y no apegarse en exceso a estas.
  • Aumenta el valor y la estima que se tienen en uno mismo.

Empieza hoy mismo a cuidarte

Para ayudarte a emprender el camino del autocuidado desde Voz Nueva te queremos dar algunas prácticas que puedes llevar a cabo en la comodidad de tu casa. Recuerda reservar un rato en tu agenda exclusivamente para llevar a cabo estas prácticas. Debe ser un momento que te regales a ti mismo, sin pensar en problemas ni en lo que tienes que hacer luego.

Respiración-Relajación

Reserva dos momentos, uno por la mañana y otro por la tarde o noche para entrenar la respiración-relajación. Busca un lugar cómodo y comienza al principio empleando entre cinco y diez minutos en los que te debes centrar exclusivamente en tu respiración, sin pensar en nada más.

No trates de hacer respiraciones más profundas, simplemente céntrate en tu respiración natural. Haz este ejercicio cuando lo necesites, pero no cuando estés nervioso. No recurras a esta respiración cuando, por ejemplo, no puedas dormir pues puede producir una respuesta contraria a la que se busca.

Es habitual que, ciertas personas, experimenten una sensación de nerviosismo al intentar llevar a cabo unos minutos de relajación. Esto se debe a que son incapaces de centrare en ellos mismos, muchas veces esto es generado porque las personas estamos acostumbradas a recibir muchos estímulos: ruidos, televisión, teléfono… Todos estos estímulos son el centro de lo que habitualmente consideramos nuestros ratos de placer.

Los placeres de la comida

Algo que hacemos todos los días sin excepción es comer, es una actividad que está directamente relacionada con nuestro cuerpo. A veces comemos mirando la televisión sin centrarnos en los alimentos o lo hacemos corriendo porque tenemos cosas que hacer.

Cuando te sientes a comer presta atención en el sabor, identifica los matices que tienen los alimentos y céntrate en la temperatura de la comida ¿qué sensaciones te despierta? ¿Tiene un sabor picante, salado o dulce? ¿A qué te recuerda este sabor?

Céntrate en las sensaciones

Otra de las actividades cotidianas de la que podemos servirnos para centrarnos en nosotros mismos es el momento de la ducha. Abre el grifo y deja que el agua te caiga por el cuerpo libremente, céntrate por qué zonas cae y lo que te hace sentir. Presta atención a la temperatura del agua.

Puedes cerrar los ojos para centrarte aún más en las sensaciones de tu cuerpo y en el sonido del agua cayendo. También puedes crear una ambiente más relajante con velas aromáticas o algo de música.

Masaje con crema a manos de un profesional. Fuente: Fotografía de Cottombro / Pexels.

También existen otras prácticas que podemos llevar a cabo que son más completas y necesitan la ayuda de algún monitor o profesional que nos guíe. Aquí se pueden englobar las sesiones de meditación guiadas, la clases de yoga o los masajes. El yoga es una de las prácticas que más se emplea para este fin ya que, además de ejercitarnos, nos hace centrarnos también en nuestra respiración y los músculos de nuestro cuerpo.

El autocuidado también puede extrapolarse al terreno sexual. Conocer nuestro cuerpo y explorarlo para reconocer lo que nos da placer también es vital para poder disfrutar de las relaciones sexuales. Conectar con nuestro cuerpo en este sentido hace más intensas las sensaciones y ayuda disfrutar más plenamente del sexo con otras personas o durante la masturbación.

Fuente: Fotografía de Monstera / Pexels.

Para conseguir llevar a cabo de forma satisfactoria el autocuidado es necesario que reservemos ese tiempo para nosotros, esa es la clave. No son actividades que requieran mucho esfuerzo ni tampoco mucho tiempo. Si no se llevan a cabo estas prácticas es porque no nos damos la importancia que nos merecemos.

El autocuidado no es una práctica egoísta. Debemos saber cuidarnos a nosotros mismos y darnos el tiempo que merecemos antes de cuidar a otras personas. No debemos sentirnos culpables por querer ocupar parte de nuestro tiempo en nosotros mismos, nosotros también somos importantes.