Muchos hablan de ella, pocos la usan.
Las compresas y tampones generan la gran mayoría de residuos contaminantes en el planeta. A ello, se suman los problemas de salud que pueden ocasionar a la larga. A pesar de todo, para la mayoría de las personas a la hora de elegir un tipo de higiene lo que prima es la comodidad y eficacia.
La copa menstrual es una alternativa que cada vez está ganando más fama, pero que pocas personas usan.
¿Qué es?
La copa menstrual es un recipiente de silicona de grado médico, que se introduce en la vagina durante el ciclo menstrual. Está diseñada para retener la sangre, no absorberla.
Las ventajas de su uso son que no molesta, no se nota y tampoco permite fugas. Además, se convierte en una alternativa para las personas que son alérgicas a los productos clásicos (tampones o compresas). Al contrario que las compresas y tampones, no daña la flora vaginal y es sostenible con el medio ambiente. Esto se debe en gran medida a que la vida útil de la copa es de 10 años, solo se deberá cambiar si necesitamos otra talla con el tiempo.
Su precio conlleva un desembolso inicial alrededor de los quince o treinta euros, mayor que los tampones y compresas. Sin embargo, a la larga resulta más económico según Aida Illa y Lane Baumeister.
¿Cómo se usa?
Al igual que los tampones se debe estar en calma en el retrete. A continuación se introduce al principio de la vagina doblándola. Existen diversos métodos para doblarla, los siguientes son los más usados. Otra opción menos común es el aplicador que venden varios fabricantes como Enna.
La duración de la copa puesta varía en función de la cantidad de sangre que genere cada persona. Cuando esté llena, se introduce un dedo para quitar el vacío. Después ambos dedos y se empuja hacia fuera.
Muy importante, muchas de ellas tienen un rabito al final, no sirve para tirar como los tampones. Este rabito es únicamente una guía para encontrar la copa. Una vez extraído se retira la sangre en el inodoro y se limpia con agua y jabón. Y listo para volver a usar.
Es muy importante desinfectarla al final y al principio de cada ciclo. Se desinfecta con agua hirviendo alrededor de cinco minutos en el microondas o en una sartén. Cuidado con la sartén, los bordes de la copa no pueden rozar la sartén. Hay algunos fabricantes como Enna que venden un recipiente específico para meterla en el microondas según ilovecyclo.com, Clara De Santiago y Ada Funes.
¿Qué tipo usar?
Cada una de las copas es diferente ya que no todas las vaginas son iguales.
Lo primero para saber qué tipo usar es saber qué tipo de vagina se tiene. El cérvix pertenece a una zona de la vagina que no siempre está situado a la misma distancia y este es un elemento clave para saber cuál usar según la fuente intimina.com.
Lo mayoría de las marcas no hace tantas distinciones sin embargo hay algunas como Intimina nos dice cuál es nuestra copa en relación con nuestro cérvix.
Otra categoría muy común es la talla. Las tallas varían dependiendo del fabricante. Lo normal es encontrar tallas como S, M o L. Por tanto, siempre es recomendable leer las instrucciones del fabricante para ver qué talla corresponde según investigaciones de Aida Illa.
¿Para quién está destinado? ¿Quién lo usa?
Está destinado para todo tipo de personas que tengan vagina y no tengan la menopausia. Incluso la pueden usar aquellas personas que aún no han practicado el coito según Clara De Santiago.
A pesar de lo que se cree, no es un invento innovador. Este producto existe desde el siglo XIX pero no se comercializa hasta los años 30 del siglo pasado. No obstante, hasta hace unos años se desconocía este producto en España según Lourdes Jiménez y Aida Illa.
Actualmente, según investigaciones como las publicadas por la revista Lancet Public Health el 70% de las personas que han usado la copa la han preferido frente otros métodos clásicos.
Otros datos más interesantes según investigaciones de Elisenda Font en YouGov.
Únicamente un 9% de las 516 mujeres encuestadas usan la copa y un 31% considerarían usarla.
Más de un 30% de las mujeres encuestadas de entre 18 y 44 años considerarían usar la copa aunque las que la usan son las mujeres de entre 25 y 34 con una cifra del 17%.
La mayoría de las mujeres encuestadas decide usar la copa porque es más ecológica o económica.
De modo que este producto está disponible para su venta desde hace muchos años y existen datos sobre un gran número de personas que las usarían. Sin embargo, ahora es cuando comienza a hacerse eco entre la población sin llegar a ser común su uso.