Desde que empezó la pandemia, lejos se veía el momento de llegar a la playa y tomar el sol. Ahora que la situación se ha controlado, los españoles preparan de nuevo sus vacaciones de verano, pero ¿Cómo disfrutar al máximo de ellas sin dañar nuestra piel?
En los últimos años y a causa en gran parte del cambio climático, la radiación solar que incide sobre nosotros cada vez es mayor. Las cremas con poco factor de protección solar ya son cada vez menos efectivas, por lo que son muchas las marcas que se suman al carro del cuidado de la piel y apuestan por una gama de cremas protectoras ahora que llega el verano.
Es una realidad que está de moda cuidarse y esto es en gran medida así por el papel de influencia que ejercen las redes sociales sobre nosotros. El cuidado de la piel o skincare, como lo denominan los influencer que lo practican, está de moda, y así lo suscriben vídeos con miles y miles de reproducciones.
Siempre y cuando se sigan los consejos de los expertos en este tema, todo lo que sea cuidarse nos encanta. Por ello, para arrojarnos más luz sobre este tema, hemos tenido el placer de colaborar con la médica de familia, Ana Sánchez, que con mucho gusto nos ha dado las pautas para disfrutar de nuestro verano de una forma mucho más segura.
Con el calor y el buen tiempo nuestra piel sale a respirar, se dejan a un lado pantalones o camisetas de manga larga, lo que supone que nuestra piel se vea más expuesta. ¿El principal problema de esto? Las quemaduras provocadas por el sol. Las consecuencias de esto dependerán por supuesto de la persona y su tipo de piel, pero van desde manchas estéticas, cicatrices, tirantez en la piel y hasta casos más extremos como pueden ser enfermedades más graves como el cáncer.
Prevención
En cuanto a prevención, los expertos nos recomiendan evitar horas del luz en las que la radiación incida de una forma más directa sobre nosotros, como pueden ser las horas del mediodía, entre la una y la cinco. Y si no podemos evitarlo, salir con gorra, sombrero o cualquier elemento que nos proteja.
Y por supuesto, utilizar una crema de protección solar con un factor de protección de +50 si es posible. Un apunte sobre esta idea y en lo que hacen mucho hincapié los expertos, es que esta clase de protección no es solo necesaria cuando se va a la playa o a tomar el sol expresamente, sino que en nuestro día a día también es importante protegerse en este sentido.
En situaciones extremas y si la persona tiene una piel muy clara o tiene antecedentes de riesgo de enfermedad, protegerse con mangas largas o colores claros en la ropa no estaría de más.
Las mujeres que tomen las pastillas anticonceptivas también deben tener mucho cuidado con este tema, ya que el sol puede provocar la formación de manchas en la cara que luego sería muy difíciles de quitar.
Cuidados
Si aún siguiendo estos consejos, se tiene un quemadura, según la gravedad de esta se deben seguir una serie de pasos: Lo primero de todo serie evitar una exposición directa al sol ya que esto solo empeoraría la situación. Echar en la zona cremas reparadoras y mantener no solo a la piel, sino a nosotros mismos bien hidratados son los siguientes pasos a seguir.
Cuando el daño es más grave, por supuesto acudir al especialista que procederá a poner un apósito y curar la zona de manera un poco más profunda para evitar infecciones.
En última instancia, proteger la quemadura con protección solar e incluso parches para que la cicatriz no absorba más radiación.
En el caso de querer ir un paso más allá en el cuidado de la piel, vigilarse los lunares es muy importante. Estar pendiente de cualquier cambio que se produzca en ellos y en el caso de notar alguna variación, acudir al médico de familia para que valore si es lo suficientemente importante para derivar al paciente al especialista.
Los lunares no malignos tienen bordes redondos y lisos, suelen ser simétricos, con un color uniforme y su tamaño no debe ser mayor a un centímetro. Por lo que todo lo que se salga de esta descripción tiene que ser revisado. De forma general, los expertos recomiendas visitar al dermatólogo para una revisión rutinaria al menos una vez al año.
No debemos olvidar que la piel es el órgano más grande que tiene el ser humano y que además tiene memoria, es decir, recuerda todas las radiaciones que hemos absorbido a lo largo de nuestra vida. Por lo que la sociedad debe tener una conciencia de su cuidado para que sol y piel dejen de ser enemigos.