El día 4 de diciembre de 1977, Andalucía pidió «tierra y libertad» saliendo a la calle para reivindicarse como autonomía. Ese día, andaluces de toda etnia y edad, transmitieron su deseo de lucha para tener una identidad propia y de formar autogobierno tras la represión franquista. Un día importante para muchísimos andaluces, cuya hazaña traería consigo, para el 28 de febrero de 1980, el referéndum que definió la iniciativa autonómica de las ocho provincias
Las manifestaciones del 4D surgieron en las distintas principales ciudades andaluzas. La bandera blanca y verde hondeaba al viento mientras los griteríos, voceríos y cantares andaluces llenaban las manifestaciones. “Libertad, amnistía y autonomía” era uno de los lemas que alzaban a viva voz.
Por lo que verdaderamente luchaban era por dejar atrás ese mundo agrario durante el régimen para ofrecer a las provincias vías hacia la innovación y el desarrollo de las mismas. Esta conciencia política ardió en el momento en el que se disolvió el Partido Andalucista (PA) tras la pérdida electoral. Sin embargo, estas revueltas y disturbios trajeron consecuencias: las provocaciones por los grupos extremistas y la reacción agresiva de la policía estallaron el caos.
Manuel José García Caparrós, joven malagueño de 19 años, murió asesinado por un disparo policial. Lo que era una marcha memorable se convirtió en una tragedia en Málaga. Así lo asegura Rosa Burgos, investigadora y secretaria judicial para el diario Público: “Manuel José García Caparrós va, el 4 de diciembre del 77, a una manifestación que discurre pacíficamente hasta que llega a la Diputación. Después hay golpes, carreras, provocaciones, detenciones, lesionados, un herido por bala, Miguel Jiménez Ruiz, y un muerto, el propio Manuel José. Durante los dos días siguientes prosiguen los golpes, las carreras, los incendios y hay, incluso, malos tratos dentro en el cuartel de la Policía Armada”. Desde ese día, Caparrós fue un símbolo para los andalucistas que sigue presente a día de hoy.
Años después, todavía el caso no ha sido resuelto ni ninguna investigación terminó favorablemente para la familia de García Caparrós. Las movilizaciones transcurrieron con la violencia suficiente (pelotas de goma, armas de fuego…) para cobrarse una víctima. Todo esto por el andalucismo. Y a día de hoy, tras la lucha, nos preguntamos: ¿habrá valido la pena?
Los movimientos sociales son núcleos que se han conectado entre sí. Normalmente son transversales y de duración corta o larga. Relativamente el andalucismo se sigue luchando, aunque quedó oculto debido a los movimientos independentistas de Cataluña y País Vasco. Sin embargo, estas manifestaciones están intentando volver a un ámbito institucional. Según el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Jaén, Salvador Cruz Artacho, para el diario La Vanguardia, “la identidad política se ha vinculado con el ámbito socioeconómico representado por la izquierda” y el nacionalismo andaluz quedó desactivado tras conseguir su autonomía. Andalucía no quería una independencia. Tenía otro objetivo: reivindicar su estatuto de autonomía mediante el artículo 151, que le conducía a su unión por vía rápida y de las que solo se habían beneficiado de ello las comunidades de Galicia, País Vasco y Cataluña. El resto de comunidades, incluida Andalucía, debería de esperar unos cinco años en los que se renovarían estatutos y se ampliarían las competencias por el capítulo 143 de la Constitución.
Estas manifestaciones, no obstante, se siguen celebrando a día de hoy. Andalucía requiere de su representación institucional tal como lo otorgan a Cataluña y en País Vasco en el Congreso debido a los grandes movimientos independentistas. Su motivo de reivindicación aún existirá mientras haya una desigualdad entre el resto de autonomías.

“La identidad política se ha vinculado con el ámbito socioeconómico representado por la izquierda”
Salvador Cruz Artacho, catedrático de Historia Contemporánea
Es por ello que las ocho provincias querían llegar de lleno a las instituciones en plena transición democrática. Plasmar su autogobierno en España y llegarse a reconocer. Aunque el discurso perdure a día de hoy, nunca se llegó a completar. Adelante Andalucía ha sido uno de los partidos que más ha recobrado su mensaje en su agenda política y por el que aún reivindica.
Los andaluces, desde entonces, han pedido el cambio que se proclamó el 4 de diciembre de 1977. Ahora, todavía es incógnita si ese cambio llegará algún día a las instituciones para modificar la percepción de los andaluces desde fuera. O como dice el himno: “volver a ser lo que fuimos…”.