¿Qué significa la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París?

Estados Unidos se reincorporó al Acuerdo de París pocas horas después de la toma de posesión de Joe Biden. El presidente de EE. UU. cumplía así su compromiso electoral del que la Administración Trump se retiró el pasado año
Celebración tras el acuerdo alcanzado. Fuente: latinclima.org

El Acuerdo de París es un tratado internacional donde los países firmantes se comprometen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el cambio climático. Se trata de un tratado jurídicamente vinculante que fue adoptado por 196 países de todo el mundo el 12 de diciembre de 2015 en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP21), celebrada en la capital francesa.

El objetivo de este tratado es acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono, limitando el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales.

Este Acuerdo comenzó a ser aplicado en el pasado 2020, tras la finalización de la vigencia del Protocolo de Kioto, aunque ya entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 tras la firma de los países.

Resumen del funcionamiento del Acuerdo de París. Fuente: YouTube / Naciones Unidas.
¿Qué son las NDC? ¿Para qué sirven?

Las NDC (por sus siglas en inglés) son Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, es decir, planes de acción climática que presentaron los países en 2020 para comunicar las medidas que tomarán para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

Se entiende que el punto máximo de las emisiones llevará más tiempo a las partes que son países en desarrollo, y que las reducciones de las emisiones se realizan sobre la base de la equidad y en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza, que son prioridades de desarrollo fundamentales para muchos países en desarrollo.

Cada plan climático refleja la ambición del país de reducir las emisiones, teniendo en cuenta sus circunstancias y capacidades nacionales.

Fuente: Ministerio del Ambiente y Agua.

¿Se cumple, verdaderamente, lo firmado en el Acuerdo?

Un total de 184 países han presentado planes de recorte de emisiones hasta ahora y el resultado es que menos del 20% de los mismos se consideran suficientes para cumplir con el Acuerdo de París. Muchos de esos planes son dispares y difíciles de comparar en muchos casos.

Sin embargo, el principal escollo es el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero de los países que no están siendo ambiciosos. La Unión Europea sólo representa el 9% de las emisiones globales, mientras que los principales emisores ahora son, además de Europa, China (26,8%), Estados Unidos (13,1%), India (7%) y Rusia (4,6%). China e India están dentro de la categoría roja del informe, la de países «con planes de recorte insuficientes». Rusia ni siquiera ha presentado el suyo. Y Estados Unidos data de un plan de la época de Obama que se considera insuficiente.

La realidad, según expertos como Pablo Canziani del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es que aún estamos muy lejos de llegar a los dos grados y que, cuanto más se retrasen las medidas, mayores serán los costes socioeconómicos y, por supuesto, medioambientales.

El único cambio posible está en nuestras manos. Fuente: Dreamstime.

La vuelta de Estados Unidos, ¿que supone?

La vuelta de Estados Unidos, ¿que supone?

Una de las primeras decisiones del nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, fue la reincorporación al Acuerdo de París contra el cambio climático. Se ha comprometido a suscribir cada uno de los contratos y cláusulas del tratado. Así lo anunciaba el perfil oficial de Twitter de la Casa Blanca:

«El presidente Biden firmó una orden ejecutiva para reincorporarse al Acuerdo de París». Fuente: Twitter Casa Blanca.

El dato más importante es que Estados Unidos es responsable de casi un tercio del exceso de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre, ya que alberga más del 4% de la población mundial. Su vuelta supondría la reducción de gases de uno de los países más contaminantes del mundo, algo que se valora muy positivamente.

A todo esto, hay que sumarle el fuerte compromiso que presenta Joe Biden con el medioambiente y su protección. Sin lugar a dudas, uno de los planes más ambiciosos de su legislatura es el New Deal medioambiental, con el objetivo de conseguir que Estados Unidos reduzca a cero sus emisiones netas de carbono en el año 2050. Para ello, presentó una inversión de 2 billones de dólares a lo largo de 10 años, sumado a un plan nacional que incluya el incentivo de energías limpias el abandono de la nuclear.

QAnon: ¿verdad o conspiración?

Las teorías conspirativas de QAnon, de la mano del expresidente Trump, han penetrado en las mentes más fanáticas de la sociedad estadounidense
Un partidario de QAnon en una protesta en Los Ángeles, agosto de 2020. Fuente: Der Tagesspiegel

Donald Trump no solo es reconocido a nivel mundial por sus políticas proteccionistas o por las diversas polémicas que ha protagonizado, como el abandono del Acuerdo de París, la construcción del muro en la frontera con México o la negación de la COVID-19. Su mandato también ha traído al país una serie de movimientos extremistas (en su mayoría de supremacía blanca) y teorías conspirativas, casi siempre ligadas a estos movimientos radicales. Hay que resaltar que, naturalmente, estos movimientos extremistas ya existían desde hace décadas, o incluso siglos. Sin embargo, con la llegada al poder del mandatario republicano, éstos se han visto acrecentados y respaldados.

Trump siempre ha apostado por el creciente poder de persuasión de las redes sociales y por su propagación hasta los lugares más recónditos del mundo. Asimismo, también ha sido un arduo twittero de fake news, motivo por el cual largas listas de políticos estadounidenses han cuestionando su credibilidad.

Así es como surge la organización QAnon. Su origen reside en 4chan, un foro donde personas corrientes se intercambian mensajes de forma anónima, a veces con altos contenidos extremistas e intolerantes. QAnon es la abreviatura de Q-Anonymous, cuyo nombre procede de un usuario anónimo de internet que publicaba mensajes conspirativos bajo el pseudónimo «Q». Todo comenzó en 2017 cuando, en una rueda de prensa, el expresidente Trump afirmó que “se acercaba una tormenta”. Un periodista presente en la sala le preguntó que a qué se refería, a lo que el republicano respondió: “ya veréis”.

Esto, que a primera vista puede parecer un comentario poco destacable del mandatario, supuso un antes y un después ya que, algunos meses más tarde, el usuario anónimo «Q» publicó un par de entradas en 4chan afirmando que la tormenta de la que había hablado Trump hacía referencia a una ola de arrestos de políticos demócratas como Hillary Clinton, Barack Obama o John Podesta. A su vez, Q, afirmaba que pertenecía a un cargo del gobierno federal “con acceso a material clasificado” («Q»), por lo que no podía saberse su identidad («Anon», de anonymous, en inglés). Los arrestos de los que «Q» hablaba nunca se produjeron. Algunos de los seguidores más fanáticos incluso sostienen la teoría de que los enemigos de Trump ya han sido arrestados y que la prensa estadounidense quiere hacerles creer que llevan una vida normal.

Brandon Wall, reportero de BuzzFeed News en Twitter: Trump, entre los líderes militares, dice que «tal vez sea la calma antes de la tormenta». ¿Qué tormenta? «Tu lo descubrirás».

Esto solo significó el punto de partida para una organización que, a día de hoy, ha afirmado la existencia de un ‘Estado profundo’, es decir, una élite secreta que gobierna el país, la cual está dirigida por políticos del Partido Demócrata estadounidense. Además, QAnon ha manifestado que, los mismos demócratas que gobiernan Estados Unidos en secreto, forman parte de una extensa red mundial de tráfico sexual de menores. Desde los ya mencionados Barack Obama y Hillary Clinton, hasta el actor Tom Hanks, el empresario George Soros o la archiconocida presentadora de televisión Oprah Winfrey. Según la organización, el papel de Donald Trump en todo esto reside en el liderazgo de la oposición a esa élite con el objetivo de librar una lucha contra ellos, con la ayuda de una parte de las Fuerzas Armadas del país.

De la mano de otras teorías conspirativas y gracias a las redes sociales, QAnon ha ido ganando adeptos y seguidores alimentándose de, por ejemplo, teorías como la de Pizzagate, la cual defiende que un grupo de políticos demócratas lideran una red de pedofilia desde la famosa pizzería de Washington D.C. El periódico norteamericano The Washington Post, afirma que QAnon es “una consecuencia de la teoría de la conspiración de Pizzagate que llevó a un hombre armado a abrir fuego en un restaurante de D.C. el año pasado”.

Una familia con camisetas en referencia a la teoría de la conspiración de Pizzagate en un mitin de Donald Trump en Washington D.C. en marzo de 2017. Fuente: MailOnline

Además, y a raíz de la crisis mundial provocada por la COVID-19, QAnon también se ha adherido a teorías como Plandemic, la cual afirma que la pandemia ha sido planeada por una élite secreta.

Donald Trump, lejos de detener y aminorar la exacerbación por estas teorías, ha decidido abrazarlas y darles cobijo. Aunque no ha hablado de QAnon de manera directa ni tampoco ha escrito la palabra en sus redes sociales, sus seguidores más fieles buscan en cada una de sus intervenciones señales para poder verificar sus hipótesis. Por ejemplo, el 29 de octubre de 2020, en un mitin de Donald Trump en Tampa, Florida, el republicano mencionó cuatro veces en su discurso el número 17. Casualmente, la letra Q es la número diecisiete del abecedario. Aunque no sabemos si Trump escogió ese número adrede, muchos expertos afirman, como el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Miami Josep Uscinski, que Donald Trump “se involucra en una retórica de la conspiración todo el tiempo”. Además, Uscinski añade que “él construyó la coalición alrededor de conspiraciones y se comunica con sus seguidores con un discurso conspirativo”.

Arropando a todos estos grupos radicales se encuentra Infowars, una plataforma extremista y difusora de noticias falsas propiedad de Alex Jones (presentador de radio y teórico conspiracionista estadounidense), acorde también a diversas teorías conspirativas. Este sitio web, además de haber divulgado información falsa sobre el Holocausto judío o la masacre de la escuela primaria Sandy Hook de Connecticut, ha sido protagonista de múltiples polémicas en torno a sus publicaciones. Hace unos años, Mark Zuckerberg, creador de Facebook, se negó sacar a Infowars de su aplicación. “No creo que nuestras plataformas deban sacarlo porque creo que hay cosas con las que las personas se equivocan. No creo que se estén equivocando intencionalmente”, afirmaba Zuckerberg en una entrevista con Recode.

Pero, finalmente, cedió y eliminó a Alex Jones y a otras figuras ultraderechistas de su sitio web, al considerar que “fomentan la violencia”. Otras muchas aplicaciones como Apple, Google, Twitter y Paypal también han decidido sumarse al veto de Infowars de sus plataformas. Asimismo, el experto en teorías conspirativas, Uscinski, declara que sería muy peligroso eliminar a organizaciones como QAnon de las redes sociales, ya que “la gente necesita empezar a comportarse mejor y, cuando se involucran en ideas erróneas, debemos tratarlos de manera respetuosa”.

Alex Jones, propietario de Infowars. Fuente: Infowars

La desinformación de estos grupos organizados, sumada al respaldo del ya expresidente Donald Trump, así como al creciente auge extremista en Europa y en el mundo, culminó en el paradigmático Asalto al Capitolio del pasado 6 de enero. Muchos de los manifestantes que participaron en el asalto portaban camisetas donde podían leerse múltiples referencias a QAnon. El “chamán” de QAnon, como bien afirma ser Jacob Anthony Chansley (más conocido como Jake Angeli), el hombre protagonista del asalto al que acudió con la cara pintada y portando piel de animal, también es uno de los eslabones conspiracionistas y ya se enfrenta a cargos como los de entrada violenta y desórdenes.

Pero, desgraciadamente, no solo encontramos a seguidores fanáticos de organizaciones como QAnon en grupos ciudadanos. Entre las filas del Partido Republicano se encuentra Marjorie Taylor Greene, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. La congresista, entre otras muchas cosas, ha compartido en sus redes sociales comentarios antisemitas y críticos con las protestas raciales que se sucedieron hace poco en el país. Una de las más recientes declaraciones de la republicana pro-Trump, ha sido afirmar que los incendios forestales producidos en la Costa Este de EE. UU. el pasado año habían sido provocados por rayos láser controlados por “banqueros judíos” desde el espacio exterior.

Además, ha declarado en diversas ocasiones que masacres escolares como la de Parkland (Florida) han sido operaciones de falsa bandera, es decir, actuaciones encubiertas llevadas a cabo por el gobierno, llegando a cuestionar, incluso, que los fallecidos en dichas masacres estén muertos y afirmando rotundamente que los padres son actores. Durante la campaña electoral fueron relevantes sus carteles; concretamente, uno donde aparecía ella portando una pistola y advirtiendo a los “terroristas de Antifa” no acercarse al estado de Georgia, donde es candidata por el 14º distrito congresional.

La congresista Marjorie Taylor Greene. Fuente: Europa Press

Con 230 votos a favor y 199 en contra, Marjorie Taylor Greene ya ha sido destituida por la Cámara de Representantes de las asignaciones que tenía en dos comités; el Comité de Educación, y el Comité Presupuestario, por su proximidad a teorías conspirativas y extremadamente radicales.

Vídeo de Marjorie Taylor Greene persiguiendo por la calle a un superviviente de la masacre de la escuela secundaria Stoneman Douglas en Parkland (Florida). Fred Guttenberg, padre de una víctima del tiroteo en la escuela de Florida, en Twitter: «@mtgreenee (Marjorie Taylor Greene), ¿es esto lo que estás acosando? @davidhoggg111 (David Hogg, superviviente) ¿Semanas después del tiroteo en Parkland, que mi hija fue asesinada y él estaba dentro? Llamándolo cobarde por ignorar tu locura. Responderé a todas tus preguntas en persona. Prepárate para grabar de nuevo».

Lisa Montgomery: la mujer ejecutada en el corredor de la muerte en EE.UU.

La única mujer en el corredor de la muerte federal de Estados Unidos fue ejecutada el pasado miércoles en una prisión de Terre Haute, en el estado de Indiana. Es la primera en más de seis décadas

Lisa Montgomery tenía 52 años y era la única mujer que estaba en el corredor de la muerte. Cumplía condena desde 2007, año en el que fue internada en prisión tras el juicio en el que se la declaró culpable de asesinar a Bobbie Jo Stinnett de 23 años en 2004. En ese año Montgomery la estranguló para, posteriormente, extraerle el bebé del útero y secuestrarlo. Bobbie murió desangrada, mientras que su bebé, afortunadamente, logró sobrevivir.

Lisa Montgomery en una imagen de archivo. Fuente: elperiodico.com / Reuters

Durante el proceso judicial, los abogados de Lisa la defendieron argumentando su estado de salud mental, debido a abusos que sufrió durante su infancia por parte de sus padres, llegando a provocarle un grave trastorno mental. «Dado todo lo que sabemos sobre Lisa Montgomery, sobre su enfermedad mental y sobre la vida de horrible trauma que ha sufrido, no vemos una razón lógica para su ejecución» pedía su abogada, Meaghan VerGow.

Su ejecución se produjo mediante una inyección letal en el complejo penitenciario de Terre Haute y su muerte se certificó en trono a la 1:30 de la madrugada. Desde 1953 no se producía una ejecución de este tipo a una mujer.

Una orden de última hora

Apenas dos días antes de su ejecución, el juez James Hanlon ordenó la suspensión de la misma para que pudiera celebrarse una audiencia de competencia sobre el caso. Esta suspensión se concedía porque había dudas sobre la capacidad mental de Montgomery para entender el por qué de su ejecución. Esta es una condición que ha de cumplirse para que se aplique la pena de muerte.

Fuente: Twitter de Amnistía Internacional España (@amnistiaespana)

Al día siguiente, el Tribunal Supremo dejó en «papel mojado» la suspensión y ordenó la ejecución al día siguiente. Según informan periodistas testigos, la decisión fue controvertida, ya que trece jueces progresistas se mostraron en desacuerdo con ella. De esta manera, Lisa Montgomery se convierte en la sexta mujer ejecutada en la historia de EEUU.

Reanudación de las ejecuciones federales

El pasado 14 de julio de 2020 Donald Trump retomó las ejecuciones en el corredor de la muerte federal. Hasta entonces, EEUU llevaba sin ejecutar a nadie 17 años. En 1972 la Corte Suprema de Justicia declaró como inconstitucional la pena de muerte, aunque podía seguirse aplicando si había un cambio en los procedimientos que por aquel entonces perjudicaban a las minorías. Muchos estados, tras realizar modificaciones a sus estatutos, comenzaron a reestablecerla.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos, mediante la orden del fiscal general William Barr, ordenaba de esta manera la aplicación de la pena de muerte a cinco presos condenados por asesinato. Desde julio, un total de 10 hombres han sido ejecutados. Para esta semana están previstas dos ejecuciones más a dos afroamericanos que, recientemente, han contraído el Covid-19.

¿Qué es la pena de muerte?

La pena de muerte, ejecución o pena capital consiste en provocar la muerte a un condenado por parte del Estado. Conlleva un procedimiento legal y se aplica por cometer un delito establecido en la legislación a nivel como tal.

Fuente: Wikipedia

Es un tema muy controvertido. Por una parte, los que se manifiestan a favor la pena de muerte es una vía para la reducción de delito, como un aviso a la sociedad, ya que su castigo es el asesinato. Los detractores, por su parte, defienden que no reduce el crimen y que para eso existe la cadena perpetua sin necesidad de arrebatar una vida.

Según la Amnistía Internacional, «la pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante». Sostiene que constituye una violación principal del derecho a la vida y el derecho a no sufrir tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, ambos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Especial Casa Blanca: Donald Trump acusa de fraude electoral a Joe Biden

Donald Trump en un acto de campaña. Fuente: Twitter (@realDonaldTrump)

Donald Trump, presidente de Estados Unidos desde hace cuatro años, ha acusado de fraude electoral a los demócratas (liderado por Joe Biden). Aún no es oficial, pero los últimos resultados apuntan a que Donald Trump no va a ser reelegido presidente de los Estados Unidos.

El pasado martes, 3 de noviembre, Estados Unidos tenía una cita con las urnas para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos. Dos bandos, dos partidos, dos candidatos y un solo ganador que conseguirá hacerse con la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. En el bando demócrata, Joe Biden, que a pesar de todo, muchas encuestas auguraban su triunfo, aunque en las últimas semanas su rival republicano (el hasta ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump) había recortado distancias en las últimas encuestas publicadas.

Hasta el momento, Joe Biden ha logrado el 50,5% de los votos (73.558.010 votos) y Donald Trump el 47,8% de los votos (69.658.857 votos). El líder republicano ha liderado los estados de: Idaho, Montana, Utah, Wyoming, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Iowa, Kansas, Misuri, Oklahoma, Texas, Luisiana, Misisipi, Alabama, Florida, Tennessee, Kentucky, Virginia Occidental, Ohio, Indiana, Carolina del Sur, Indiana. Por lo que en total, hasta el momento, ha conseguido 214 votos electorales, mientras su rival, Joe Biden, ha logrado 264 votos electorales.

Hay que tener en cuenta que para entrar en la Casa Blanca hay que conseguir 270 votos electorales, por lo que, el candidato demócrata está a punto de ser nombrado presidente. Pero, el líder republicano lejos de asumir su inminente derrota, ha alertado a través de su cuenta de Twitter que hay que parar las elecciones. Después de acusar de fraude electoral a los demócratas sin mostrar pruebas a través de su cuenta de Twitter, la propia red social ha calificado sus tweets de engañosos.  

Traducción: «Anoche yo iba en cabeza, a menudo muy sólidamente, en varios estados clave, la mayoría de ellos controlados y gobernados por demócratas. Entonces, uno tras otro, empezaron mágicamente a desaparecer conforme papeletas sorpresa se iban contando. MUY RARO».

Traducción: «Estamos ganando a lo grande, pero ellos están tratando de ROBAR las elecciones. No les dejaremos hacerlo. No se puede votar después de que las urnas han cerrado».

Estas acusaciones han provocado, según apuntan algunos medios, algunas manifestaciones frente a colegios electorales en Pensilvania o Arizona, pero sin incidentes de relevancia. Además del candidato republicano, Matt Morgan (consejero general de la campaña de Trump) decía “esta elección no ha terminado. La falsa proyección de Joe Biden como ganador se basa en resultados en cuatro estados que están lejos de ser definitivos”, en un comunicado recogido por la CNN.

Habrá que esperar un poco más para conocer al nuevo presidente de los Estados Unidos, pero cada vez tiene más complicado Donald Trump la reelección, ya que, según el último recuento de Fox News, Joe Biden está a solo seis delegados de la Casa Blanca.

Si quieres conocer un poco más sobre las elecciones estadounidenses desde otra perspectiva, en Voz Nueva, también encontrarás un artículo sobre esta cita con las urnas desde la perspectiva demócrata.

Especial Casa Blanca: Joe Biden abraza la victoria en unas elecciones muy reñidas

A falta del recuento de votos en estados clave como Pensilvania, Carolina del Norte, Nevada y Georgia, Biden se perfila como nuevo presidente.

Bien es sabido por todos que las elecciones presidenciales de Estados Unidos son el único evento político que podría ser equiparado a los Juegos Olímpicos. Asimismo, este acontecimiento fue calificado en 2015 como “el mayor espectáculo sobre la Tierra”, según la revista The Economist.

El pasado 3 de noviembre tuvo lugar el mayor acontecimiento político de todo el 2020. Aunque las encuestas daban cierta ventaja al candidato demócrata frente a Donald Trump, después de lo que sucedió en 2016 con Hillary Clinton no podíamos confiar plenamente en los sondeos americanos. En este momento, Biden se encuentra en ventaja con respecto a Trump. El candidato demócrata tiene un total de 264 votos frente a los 214 del candidato republicano.

Bajo el lema de “Juntos, somos el Partido Demócrata”, el Comité Nacional Demócrata afirma: “luchamos por un futuro mejor, más justo y brillante para todos los estadounidenses: arremangarse, empoderar a los votantes de base y organizarnos en todas partes para recuperar nuestro país.” Además, son un firme defensor de los derechos civiles, la atención médica o la Seguridad Social, así como de los derechos de los trabajadores y de las mujeres, según afirma la propia página web del partido.

Joe Biden, en su cuenta oficial de Twitter: «Permítanme ser claro: hice campaña como un demócrata orgulloso, pero gobernaré como un presidente estadounidense.»
Una campaña casi silenciosa

La campaña electoral del Partido Demócrata ha sido igual de caótica que la de los republicanos. Biden ha ejecutado una campaña casi silenciosa. Bien diseñada para evitar actos multitudinarios, a diferencia del líder republicano. Las formas han sido un arma clave para su campaña: la presencia de la mascarilla ha supuesto una señal de inteligencia frente al negacionismo de Trump. “Vamos a controlar la covid-19 con un mandato nacional de mascarilla, distancia social, pruebas y rastreos”; “vamos a vencer al virus, y el primer paso para derrotar al virus es ganar a Donald Trump”, afirmó Biden en un mitin en Michigan.

El distanciamiento del líder demócrata a lo largo de toda la campaña electoral marca también su principal mensaje: detener el número de contagios en el país, que ya superan los 9 millones y medio de casos.

El papel de Obama en la campaña de Biden

El expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha estado muy presente en la campaña del candidato demócrata a las elecciones presidenciales. Y es que, Obama no configuró su ayuda hacia Biden hasta que no se resolvieron las primarias. Biden suele recurrir a la amistad que mantiene con el expresidente en su campaña, así como elogiarlo. Algunos votantes afroamericanos que antaño estuvieron del lado de Barack Obama confirman ahora su apoyo hacia Biden debido precisamente a esta relación entre los demócratas. Barack Obama, el presidente afroamericano que sentenció la esclavitud y la discriminación racial, ha jugado un papel muy importante en la campaña de Biden, en un momento donde las movilizaciones por el ‘Black Lives Matter’, importan más que nunca.

Barack Obama, en su cuenta oficial de Instagram: «Eso es, hoy es el último día para votar. Si aún no lo has hecho, encuentra tu lugar de votación en iwillvote.com/locate.»

Así mismo, Kamala Harris, candidata para la vicepresidencia por el partido demócrata, ha supuesto un buen remedio para la campaña. Como hemos indicado anteriormente, en mitad de las movilizaciones antirraciales contra las políticas de Donald Trump, la designación de Harris se ha convertido en una decisión simbólica de Biden. El nombre de la abogada y política de 55 años acerca al partido demócrata el voto de los jóvenes y, sobre todo, de la comunidad afroestadounidense.

Trump, en su línea, acusa a Kamala Harris de ser “la más mala, horrible e irrespetuosa del Senado”. No obstante, cabe destacar que Donald Trump anteriormente ya había publicado en su cuenta oficial de Twitter un vídeo de la campaña electoral de Joe Biden en el que calificaba a Harris de “falsa” y a Biden de “lento”. Además, el líder republicano, indica que juntos son perfectos, pero “incorrectos para Estados Unidos”.

Kamala Harris, en su cuenta oficial de Twitter, el día de Halloween: «No hay nada más escalofriante que la idea de repetir los últimos cuatro años. Así como dice Barack Obama: no abuchees, vota.»
Trump acusa de fraude electoral

El todavía Presidente de los Estados Unidos ha acusado al candidato demócrata de “fraude masivo”, tras el comienzo del recuento de votos por correo. Donald Trump amenaza con que irá a los tribunales. «Haremos una litigación masiva. Probablemente esto termine en la Corte Suprema», ha afirmado el presidente. Asimismo, Trump confirma que existe “una corrupta red demócrata” que ha estado realizando recuentos a escondidas e incorporando falsos votos. Pero aquí no termina el asunto. Donald Trump afirma que el Partido Demócrata cuenta con la “protección” de los medios de comunicación para llevar a cabo este fraude.

Trump, desde la Casa Blanca, afirmaba: «Ha sido un proceso injusto, tal y como predije, está destruyendo nuestro sistema y es un sistema corrupto». De esta manera, mientras el actual presidente daba el discurso sobre el supuesto fraude de Biden en pleno directo, las tres grandes emisoras de Estados Unidos, –NBC, CBS Y ABC–, decidieron cortar y desmentir el discurso del líder republicano. «Tenemos que interrumpir a Trump porque el presidente ha hecho una serie de afirmaciones falsas», declaraba el periodista Lester Holt, presentador de NBC Nightly News.

Además, Trump afirma que hay 3 estados concretos en los que Joe Biden ha resultado ganador pero que considera que él debería haber sido el vencedor. Pensilvania, Georgia y Michigan. En este último, el candidato demócrata a la presidencia ha vencido con un 50,6% de los votos, frente al 47,9% del líder republicano. En Pensilvania, estado perteneciente al cinturón industrial (o también llamado cinturón del óxido – ‘Rust Belt’) y en Georgia, todavía no están escrutados todos los votos. Con el 99% de los votos escrutados, ambos estados, tanto Georgia como Pensilvania, dan por ganador a Biden. En este último, Donald Trump iba a la cabeza, pero Biden ya ha tomado la ventaja. Un 49,5% de votos para el demócrata frente al 49,4% de Trump.

«Solo debe contar el voto del día de las elecciones», ha afirmado Trump. El cuestionamiento de la claridad del voto por correo no es algo nuevo en el actual presidente. Desde hace unos meses comenzó a entonar su discurso en torno al fraude debido a que, por miedo a la pandemia, muchos votantes demócratas acudiesen a esta fórmula para ejercer su derecho al voto. Y así lo han confirmado los colegios electorales: el 90% de los votos por correo son favorables al candidato demócrata.

Donald Trump, en su cuenta oficial de Twitter: «¿Cómo es que cada vez que cuentan los basureros por correo son tan devastadores en su porcentaje y poder de destrucción?»
Donald Trump, en su cuenta oficial de Twitter: «¡Dejad de contar!»

Si quieres conocer un poco más sobre las elecciones estadounidenses desde otra perspectiva, en Voz Nueva, también encontrarás un artículo sobre esta cita con las urnas desde la perspectiva republicana.

Historia de una carrera a la Casa Blanca

En un país con más de 8 millones y medio de casos por COVID-19 y un total de 225.000 muertos, Donald Trump y Joe Biden se disputan en su carrera por establecerse en la Casa Blanca. Trump, confiado. Biden, luchador. Esta es una historia de una carrera a la Casa Blanca en mitad de una pandemia.

Sin apretón de manos y con apenas gente en la sala, comenzó el que sería el primer debate presidencial. Trump, interrumpiendo al líder demócrata al son de «Will you shut up, man?» (“¿Quieres callarte, hombre?”). Chris Wallace, periodista y presentador de televisión estadounidense, –moderador en este caso–, tuvo que intervenir varias veces para calmar la situación. «Señor presidente», dijo Wallace. «Su campaña acordó que ambas partes tienen respuestas de dos minutos. Ininterrumpidas. Su parte acordó. Observe lo que acordó su campaña», dijo. 

La noche del martes 29 de septiembre fue agitada. Joe Biden, un presidente mucho más convencional, se notaba algo nervioso al principio, pero después terminó por acostumbrarse a las interrupciones de Trump. «Donald, ¿podrías callarte un minuto?», rogó el candidato demócrata. El debate se dividió en seis grandes cuestiones aunque, probablemente, entre las conversaciones cruzadas y los gritos, a los potenciales votantes americanos les costaría aclarar las posiciones de cada uno.

En un debate condicionado por la crisis del coronavirus, Biden aprovechaba para acusar al presidente de mentir y, de paso, satirizar una de las recomendaciones que hizo Trump como método anti-covid: la ingesta de lejía. «Por cierto, a lo mejor se podrían inyectar lejía en el brazo», criticaba Biden la gestión del gobierno durante la pandemia. Trump, ante las duras palabras del exvicepresidente, respondía atacando al intelecto del líder demócrata: «Jamás podrías haber hecho ese trabajo, no lo llevas en la sangre. No hay nada inteligente en ti, Joe».

En esta línea, el actual presidente de los Estados Unidos también aprovechó para criticar que Biden llevase mascarilla “todo el tiempo”. «Tengo mascarilla, tengo una aquí mismo, pero no la uso como él, que cada vez que lo ves tiene una mascarilla. Puede estar hablando, a 200 pies (unos 60 metros) de distancia y lleva la mascarilla más grande que hayas podido ver», afirmaba Trump. «Él ha sido totalmente irresponsable en la forma en la que ha gestionado el distanciamiento social y la gente con mascarillas, básicamente animándoles a no hacerlo. De acuerdo entonces. Es un tonto», añadía el exvicepresidente.

A la izquierda, el candidato republicano a las elecciones presidenciales, Donald Trump; A la derecha, Joe Biden, candidato demócrata. Fuente: AFP / Jim Watson

Los dos militantes a la Casa Blanca deberían haberse disputado en tres debates pero, debido al positivo en COVID-19 del presidente Trump, sólo fueron dos. Este segundo y último debate tuvo lugar el pasado viernes 23 de octubre y fue más civilizado que el primero. Para evitar la desvergonzada sesión del 29 de septiembre, en esta ocasión se cerraron los micrófonos de ambos políticos cuando el otro estaba hablando. Ya no vencieron los insultos, ni los gritos. Aquí ganaron los argumentos presidenciales acerca del futuro de Estados Unidos.

Durante la hora y media que duró dicho debate, ambos expusieron sus ideas. Fue un debate tan refinado y cortés con respecto al anterior que no se sabe quién salió ganando. Quizás, debido a que después del primer debate presidencial las expectativas en cuanto a Trump eran muy bajas, en este segundo su discurso tomó fuerza. Según explicó Alejandro Ibáñez, miembro del Think Tank Baker Institute de la Universidad de Houston, al periódico El Mundo, «la pregunta vital tras el debate de esta noche es: ¿Ha conseguido Trump dar un giro de 180 grados para encauzar la remontada? No lo creo. Lo ha intentado con ataques personales constantes, pero Biden ha aguantado el tipo».

Pero, ¿qué dicen las encuestas? A los medios les costó averiguar quién fue el verdadero ganador del segundo y último debate. Según ABC7 News, a través de una encuesta realizada de forma online, Trump ganó el debate por un minúsculo margen: 51% vs. 49%.

Ya han votado más de 50 millones de personas. Tal y como afirma el diario nacional El País, «más de 6,3 millones de votantes han ejercido su derecho en Texas, que abrió las urnas para el voto anticipado el pasado lunes. Otros dos millones lo hicieron en el Estado de Florida, que habilitó el voto por correo la semana pasada. La balanza de la votación la han inclinado, principalmente, los demócratas. Las cifras de Florida mostraron que del total de votos 1,1 millones corresponden a personas registradas ante el Partido Demócrata, mientras que los republicanos apenas han alcanzado unos 681.000 votantes.»

Intención de voto para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Fuente: El Periódico

Los dos debates han supuesto, por tanto, la última oportunidad de decisión de los ciudadanos americanos. Por el momento, las encuestas electorales de Estados Unidos otorgan una clara victoria a Joe Biden, con 7,5 puntos por encima del líder republicano. Sin embargo, en algunos estados clave como Pensilvania o Florida, puede que en estas semanas que quedan suceda lo inesperado. En esta línea, según las mediciones de Real Clear Politics, Joe Biden se llevaría al menos 232 delegados frente a los 125 de Trump. No obstante, quedan en el aire otros 181 que podrían inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos candidatos.

Donald Trump confía. Biden, añade: «Todo el mundo sabe quién es Donald Trump. Mostrémosle quiénes somos nosotros. Elegimos esperanza frente al miedo. Unidad frente a la división. Ciencia frente a la ficción. Y, sí, el honor y la integridad frente a la mentira», dijo el candidato demócrata al final de uno de sus discursos en el Congreso. 

El presidente Donald Trump, en Twitter: «Muy importante VOTAR por los republicanos en la Cámara. Aléjate de Pelosi y de sus nuevos amigos de izquierdas radicales. ¡Protege tu 2da Enmienda, militares, veterinarios y mucho más!»
El candidato demócrata Joe Biden, en Twitter: «El presidente Trump y su administración pueden haber renunciado al pueblo estadounidense, pero les puedo prometer que yo nunca lo haré.»