Manuel Reiriz: «Tenemos que hablar con libertad sobre salud sexual y emocional»

Hoy tenemos la oportunidad de hablar con Manuel Reiriz Rojas, cibereducador sexual de Adhara: centro comunitario de ETS. En Adhara, atienden a todas las personas que acudan sin importar “su sexo, género, sexualidad o estilo de vida”, tal y como detalla su página web. Además de ofrecer apoyo psicológico y grupos de ayuda mutua, realizan pruebas de detección de ETS como el VIH o el sífilis e imparten formación en sexualidad y salud sexual.
1. ¿Qué es el cibereducador de Adhara? ¿En qué consiste vuestro trabajo?

Yo soy la persona que lleva la Cibereducación. Es un servicio de contacto online que lleva en Adhara a través de WhatsApp y de perfiles en redes sociales (Instagram, Facebook). Cualquier persona de cualquier lugar del mundo puede resolver una duda e incluso de coger cita. En la actualidad, tratamos muchos tipos de enfermedades de transmisión sexual: VIH, sífilis, clamidia, gonorrea y hepatitis C. Dependiendo de la infección, ofrecemos un servicio u otro.

2. ¿Cómo prestáis ayuda en tiempos de Covid-19?

Para adaptarnos a la pandemia, ofrecemos la opción del recibo de pruebas a través de correo ordinario y el envío de material preventivo (como mascarillas y preservativos) para trabajadores sexuales usando la misma vía.

Y, por último, hemos digitalizado toda nuestra formación, la asistencia psicológica y los grupos de apoyo. Todo lo que ofrecemos lo hemos transformado para llevarlo al mundo digital para poder mantener nuestra actividad en caso de que haya nuevos confinamientos y restricciones.

Campaña de Adhara para el envío de pruebas de VIH por correo ordinario durante la pandemia de covid-19. Fuente: canal de YouTube de Adhara
3. Hablemos un poco sobre estadísticas, ¿quiénes acuden más a Adhara en busca de ayuda y consejo? ¿Hombres o mujeres? ¿Chicos jóvenes o personas adultas?

Aunque para la infección de VIH no hay un patrón definido, sí es cierto que acuden a nosotros hombres que tienen sexo con hombres, los inmigrantes y los trabajadores sexuales. A estos últimos les damos preservativos, lubricantes y les ofrecemos pruebas cada tres meses de forma gratuita.

Por suerte, en los últimos años, la incidencia de personas heterosexuales está aumentando de forma significativa debido a que se están rompiendo los estigmas asociados a las ETS. Poco a poco, la población heterosexual se está acercando más a hacerse pruebas.

4. En los últimos años, la educación sexual está viviendo un punto de inflexión gracias a series como Sex Education o charlas en los colegios. ¿Ha incrementado el número de citas para la realización de pruebas de ETS?

Ahora mismo, estamos notando un leve descenso en el número de solicitudes de pruebas debido a la situación. Sin embargo, la incidencia de enfermedades sexuales no ha bajado. El número de positivos de VIH, respecto a las pruebas realizadas, está siendo muy similar al del año pasado.

Además, estos últimos años, hemos notado que ha incrementado el número de solicitudes para charlas formativas en colegios e institutos. La juventud tiene un interés muy alto en una formación sexual más completa, que no solo recuerde que hay que ponerse el condón. Es cierto que sigue habiendo mucha disparidad de ideas en este aspecto, incluso entre los docentes. Pero es un momento bonito para debatir de salud sexual porque el tabú se está rompiendo. Por eso, creemos que estamos empezando el camino hacia la normalización de la sexualidad y la salud sexual.

5. En caso de que el resultado a una prueba de enfermedad de transmisión sexual sea positivo, ¿cuál es el protocolo a seguir?

Si el positivo se debe a una enfermedad de transmisión sexual que no sea VIH, se trata directamente en Adhara de la mano de nuestro equipo y de forma gratuita. Pero si se trata de un positivo en VIH, no lo podemos tratar aquí porque solo se hace en hospitales. Estas personas se derivan directamente a las unidades de infecciosos del Hospital Virgen de la Macarena, Hospital Virgen del Rocío y Hospital Universitario Virgen de Valme.

Perfil oficial de Adhara en Instagram

En cada una de las unidades, hay un trabajador de Adhara. Este trabajador es una persona que tiene VIH y que sirve de apoyo para los nuevos contagiados porque es alguien que lleva 20 o 25 años con la infección y que puede dar ejemplo de buena salud. Esto se conoce como el servicio de pares.

6. Si un menor de edad solicita una prueba, ¿se le realiza sin consentimiento parental previo?

A partir de los 16 años, una persona es libre de hacerse las pruebas que quiera sin el consentimiento de sus padres. Si es menor de 16 años, la persona tiene que acudir a Adhara con su tutor legal y, si da positivo, se le comunicará junto a ambos. Si es mayor de 16, dependerá de él o ella si quiere hablarlo con sus padres. Es una decisión personal como cualquier asunto médico.

7. Como hemos podido ver en su página web, Adhara está muy implicado con las asociaciones de enfermos de VIH, ¿qué tipo de actividades se realizan en esa línea?

Además del servicio de pares, también tenemos un servicio de asesoramiento legal dedicado a resolver los problemas de las personas con VIH y a inmigrantes con VIH. Estos problemas suelen estar relacionados con la discriminación, con la revelación de un estado serológico sin consentimiento o con el acceso a la medicación.

Contamos, además, con grupos de apoyo mutuo organizados por los pares. Los grupos varían en función de las características de las personas: Cafetera para personas heterosexuales y Cubitera para hombres que tienen sexo con hombres. Una vez al mes, se reúnen de forma online para compartir experiencias y para hacer diversas actividades. Sin embargo, estos no son los únicos servicios que prestamos. Tenemos muchos más.

Perfil oficial de Adhara en Instagram

8. ¿Están destinados los grupos de ayuda mutua solamente para las personas con VIH? ¿O también los tenéis para colectivos con otras enfermedades?

Tenemos otro grupo dirigido a las personas que practican el chemsex. Es una nueva tendencia entre los hombres que tienen sexo con hombres en Estados Unidos y Reino Unido, que consiste en consumir ciertas sustancias mientras se practican relaciones sexuales.

Estas drogas permiten mantener relaciones durante mucho tiempo con drogas adictivas. Además, de favorecer la drogadicción, el chemsex aumenta la exposición a enfermedades sexuales sin control. Conocemos la existencia de drogas anestésicas que hasta hacen que la persona no se dé cuenta cuando sangra, por ejemplo. Lo cierto es que gran parte de las infecciones de enfermedades de transmisión sexual con las que trabajamos actualmente se deben a esta práctica.

En la sede, nuestro equipo de psicólogos trabaja con todas esas personas que tienen un problema con el chemsex. Les prestamos ayuda para que puedan volver a una situación más sana. Quizás puede sonar un poco extraño, pero el chemsex es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos actualmente.

Perfil oficial de Adhara en Instagram

10. ¿Cómo creéis que se puede crear conciencia en la población sobre las enfermedades sexuales?

Nosotros apelamos siempre a la educación y formación sexual. Vivimos en una época en la que la información está en todas partes pero muy poca información es veraz. Si los chicos jóvenes conocieran los datos, se darían cuenta de la alta probabilidad que tienen de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

Debemos romper esos estigmas y tabúes y ver que es algo que nos afecta, sobre todo si somos jóvenes. Debemos chequearnos porque las ETS no tienen síntomas. La educación y la formación junto a las pruebas periódicas son la clave para concienciar a la población. Sobre todo, tenemos que hablar con libertad sobre sexo o sobre salud sexual y emocional.

Tabúes sobre la sexualidad con Platanomelón

Cabecera de Platanomelón / Fuente: LinkedIn

Lo bueno de los tabúes es que dejan de serlo en cuanto se normalizan, cuando conseguimos que pasen de un ámbito privado a un ámbito público. Hoy nos centraremos en los tabúes más comunes de la sexualidad. Al desarrollamos, tenemos una mayor conciencia de la importancia de la sexualidad, una sana, en nuestras vidas. Sin embargo, conforme nosotros crecemos, también lo hacen nuestros prejuicios.

La sexualidad es algo inherente al ser humano, nos acompaña desde nuestro nacimiento. Es mucho más que el acto sexual, es algo que involucra tu cuerpo, tu identidad, tu orientación sexual y tus sentimientos. Además, es una construcción social históricamente determinada, es decir, cambia según los contextos sociales y culturales en los que se desarrolla. Visto de este modo se llega a la conclusión de que la censura es absurda, ya que es algo que todos tenemos y que a todos nos influye.

La sexualidad cuenta con su propia jerarquía, otra forma más de estratificación social. Los individuos son clasificados en función de sus prácticas sexuales y a través de sistemas de control como la legislación, la moral etc. Así, Rubin, en 1989 crea la pirámide de la jerarquía sexual. La pirámide de Rubin pone la heterosexualidad como modelo social, en la punta de la pirámide, seguido por las parejas heterosexuales no casadas, la masturbación y parejas estables de gays y lesbianas. En la base de la pirámide nos encontraríamos con travestidos, transexuales, fetichistas, sadomasoquistas y sexo por dinero.

El cambio de la sociedad cambia a su vez la línea que divide esa pirámide, entre lo aceptado y lo censurado. La masturbación, por ejemplo, se haya en un punto medio, y dependiendo de influencias (sociales, religiosas…) podríamos incluirlo en la zona de las más aceptadas o tras la línea junto a los censurados.

Hemos contactado con Platanomelón para ver cuáles son los tabúes a los que se enfrentan con mayor frecuencia. Nos hablan de la masturbación (especialmente de las vulvas), las diversidades sexuales y afectivas, el placer y el orgasmo. También nos comentan que ven que hay mucho desconocimiento acerca las relaciones no monógamas y de las prácticas sexuales no convencionales, como el BDSM.

Masturbación, en específico de las vulvas
Ilustración de Natalia Morales

La masturbación está rodeada de tabúes; tabúes religiosos, culturales, sociales…uno de ellos es que no deberías masturbarte si estás en una relación de pareja. Platanomelón nos comenta que no hay nada más equivocado.

Las dos prácticas coexisten y se benefician mutuamente: por un lado la masturbación aumenta los niveles de deseo sexual que experimentamos y, en consecuencia, tenemos más ganas de jugar con nuestra pareja (o parejas). Sin embargo, hay una sensación de infidelidad profundamente arraigada en aquellas personas que no aceptan que su pareja explore su cuerpo de manera individual.

Sexo compartido y masturbación pueden ir de la mano y enriquecerse mutuamente.

Platanomelón

La masturbación es solo una forma de explorar nuestro cuerpo, si nos conocemos en profundidad sabemos cómo cuidarnos, qué nos gusta y qué no. Así tendremos relaciones más satisfactorias (ya sea solos o en compañía). Al saber qué nos gusta y qué no podemos comunicar más fácilmente a la otra persona cuando se mantengan relaciones sexuales compartidas qué es lo que nos funciona. La masturbación en personas con vulva siempre ha sido más censurada, pero no es la única que sufre las consecuencias de esta falta de comunicación. Las parejas sexuales pueden sentirse perdidas, ya que no pueden preguntar qué es lo que les gusta, porque si no te has explorado no puedes saberlo. Esto es algo que también afecta a la masculinidad, ya que se relaciona con el mito de “no eres hombre si no sabes lo que hay que hacer de antemano”.

En cuanto al tabú de la masturbación de la vulva, se debe a diferentes factores. Incluso cuando hay personas que lo aceptan abiertamente, algo les puede generar un sentimiento de vergüenza que le impide asumirlo completamente. Una mujer decía en Marie Claire “Parece una tontería, pero me siento un poco esclava de mi cuerpo. Y además, si alguien me viese, ¡me sentiría tremendamente ridícula!”.

Como suele pasar cuando alguien no tiene una buena educación sexual a su alcance, cuando quiere aprender, recurre a la pornografía.

Pornografía y educación sexual
Ilustración de Natalia Morales

“La pornografía es un producto de ficción, repleto de efectos especiales, guiones y actuaciones cuyo objetivo es excitar al consumidor. Nada tiene que ver con educar, ni con transmitir valores sanos sobre el sexo y relaciones.”

Platanomelón

La pornografía es algo que se encuentra en debate. La que se consume no educa ni trasmite los valores necesarios, y la que intenta transmitir y educar en valores no se encuentra al alcance de la mayoría. El no hablar abiertamente sobre el consumo de la pornografía impide una mejora de la que se consume. Son cosas que van de la mano, ya que si no tenemos la madurez emocional que da el tener una buena educación sexual, no podemos entender lo que estamos viendo.

Vivimos en una sociedad en la que la educación sexual brilla por su ausencia. Nuestra única socialización con el sexo suele ser la pornografía mainstream. Por desgracia, y uniéndolo con la problemática de la masturbación de la vulva, y el placer de la misma, este tipo de pornografía suele ser muy falocéntrica. Las prácticas que aparecen como placenteras en la pornografía (para el hombre) son las que se extienden, las personas tienden a aspirar y fantasear sobre lo que ven. La manera en la que socializamos con el sexo hace que accedamos más fácilmente a prácticas que no nos producen placer, por esa obligación de complacer que se nos impone.

Infecciones de Transmisión Sexual

Las prácticas sexuales también han sido medicalizadas. La visión que predomina sigue siendo una visión coitocéntrica, machista y heterosexista. Es decir, centrada en la penetración, con una visión de hombre activo y mujer pasiva además de defensora de la idea que sin hombre y mujer no puede haber una unión sexual plena. Todo lo que no se ajusta a este modelo se transforma en patología – véanse disfunción (desarreglo), parafilia (desviación), perversión (vicio)-. Esto en consecuencia niega la diversidad dentro de las prácticas sexuales, creando problemas donde no necesariamente los hay.

¿Qué tiene que ver todo esto con las ITS? Desgraciadamente esa visión coitocéntrica, machista y heterosexista es la que hace que las ITS se vean siempre relacionadas con parejas o relaciones que no se ajustan al modelo que predomina.

El tabú más famoso acerca las ITS tiene que ver con que si tienes una tienes que avergonzarte de ello porque algo dice de tus hábitos sexuales. Las ITS son infecciones que pueden transmitirse y contraerse de formas muy diversas en relaciones sexuales con más o menos riesgo. Pero eso no significa que tus hábitos sexuales sean discutibles, ni que te tengas que avergonzar por ello. Puedes tener una ITS y seguir disfrutando plenamente del sexo, tanto a solas como compartido, tomando medidas de precaución.

Sexualidad a partir de una cierta edad
Ilustración de Natalia Morales

Como explicábamos, la sexualidad es algo inherente al ser humano, sin fecha de caducidad. Sin embargo la sexualidad a partir de cierta edad está totalmente invisibilizada, la sociedad la rechaza. 

El mito más arraigado es que las personas en edades avanzadas no tienen relaciones sexuales, ni disfrutan a solas de la masturbación.  Si bien hay un descenso en los niveles de deseo sexual, puede seguir existiendo tanto erotismo como ganas de mantener una intimidad compartida con otras personas.

El placer no tiene edad y sin embargo nuestra sociedad tiende a censurarlo en cuanto se envejece.

¿Son estos los únicos tabúes y censuras relacionados con la sexualidad? Para nada. Esto son únicamente algunos de los ejemplos que hemos discutido con Platanomelón, a quién también le hemos preguntado cuál es su impresión del desarrollo futuro de estos temas: » Cambiar de mentalidad es un proceso de deconstrucción y construcción de algo nuevo y, desde Platanomelón, estamos convencidos que aún hay mucho recorrido por hacer, pero poco a poco vamos hacia una buena dirección, cada vez más lejos de estereotipos y falsas creencias.»

Hace tan solo 10 años era impensable hablar sin tapujos de masturbación «femenina». Gracias a los debates que se generan en comunidades como la de Platanomelón se está construyendo una visión de la sexualidad más sana y menos distorsionada, donde el autoconocimiento, autocuidado, el placer y la comunicación son la prioridad.