El talento es un factor importante, pero no es nada sin trabajo duro y constancia. De esto mismo saben mucho los estudiantes de la ECAM y la U-Tad, así cómo las nuevas promesas que arrasan en la gran pantalla.
Apostar por la sangre nueva en cualquier ámbito siempre ha sido motivo de debate, pero no es este el caso si hablamos de la industria del cine en España. Prueba de ello es, ni más ni menos, la compañía Warner Bros, que ha mantenido desde 2013 la puerta abierta a la juventud, becando con 5.000 euros hasta a seis alumnos de la Escuela de Cine y Audiovisual de Madrid (ECAM) durante los últimos años.
Esta escuela, fundada en 1995, lleva veintiséis años formando a futuros directores de cine y expertos en el ámbito audiovisual. Por eso, no es de extrañar que se creara esta alianza con la compañía Warner Bros, la cual ha permitido que estudiantes con menores posibilidades económicas puedan exprimir todo su talento.
Que hay jóvenes con futuros prometedores en la industria cinematográfica española, tanto delante como detrás de las cámaras, es un hecho innegable. En el área de animación, hasta 35 alumnos del Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-Tad), tuvieron un papel más que activo en producciones nominadas a Oscar (Klaus) o incluso premiadas con un Goya (Buñuel en el Laberinto de las Tortugas).
Este centro, ganador de cinco galardones en menos de cinco años, ofrece un grado en Animación y mención en 2D, cuyos alumnos son instruidos para utilizar las técnicas de creación de contenidos más populares en Japón, Canadá y Francia, entre otros. Destacan largometrajes como Love, Death and Robots (Blur Studios) y El pan de la guerra (Cartoon Saloon), que han servido a estos alumnos para curtirse.
De cara a la «Gran Pantalla», y en primera línea de combate, no son pocas las caras que nos resultan novedosas. La juventud sigue destacando por su frescura tanto en series como en películas. Nombres como María Pedraza, Miguel Herrán o Eduardo Casanova –el cual es además guionista y director– ya hacen mucho más que sonarnos, y es que hay toda una nueva generación de jóvenes actores que llega pisando fuerte.
María Pedraza (26 de enero de 1996) es una actriz y bailarina española que fue descubierta vía Instagram por el director de cine Esteban Crespo. Fue este mismo director el que le ofreció una audición para su película Amar, consiguiendo esta finalmente el papel protagónico. El resto es historia, desde La Casa de Papel, hasta Élite, Toy Boy, y su más reciente trabajo en El verano que vivimos, María ha demostrado que su futuro en el cine es más que prometedor.
Miguel Herrán (25 de abril de 1996) es un actor malagueño ganador del Goya al mejor actor revelación de 2016. Su carrera comenzó con su papel en A cambio de nada (2015), donde daba vida a Darío. Más tarde enamoró a la audiencia española e internacional con su interpretación como Río en la serie de Netflix La Casa de Papel. Otras producciones en las que ha trabajado el joven actor son: El guardián invisible, Élite y Hasta el cielo.
Eduardo Casanova (24 de marzo de 1991) es un actor, guionista, y director de cine español cuyos comienzos televisivos tuvieron lugar en la serie de televisión Aída en el año 2005, cuando el actor solo contaba con doce años de edad. La primera vez que se posicionó detrás de las cámaras fue para rodar su primer cortometraje Ansiedad, a la edad de diecisiete años. Tras esto, continuó su recorrido por diferentes festivales de cine presentando sus cortos hasta hacerse un hueco en la industria. Además, Eduardo cuenta con diferentes nominaciones a los Goya como «mejor actor revelación» «mejor actriz revelación» y «mejor maquillaje y peluquería». Algunos de sus trabajos son: Amor de Madre, La hora del baño, o Eat my Shit, entre otros.
Si hay algo que todos estos jóvenes nos están enseñando es a no subestimar a una persona por su edad. La deslumbrante trayectoria de estos jóvenes actores, así como el trabajo duro de los estudiantes en la ECAM y la U-Tad, nos han demostrado que el cine español tiene por delante un futuro cargado de talento, pero sobre todo, cargado de pasión. Solo nos hace falta un poco de paciencia para comprobarlo. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de sus trabajos.