Que la pandemia no te quite los farolillos

Las restricciones sanitarias debido al coronavirus han provocado, otro año más, que la emblemática Feria de Abril de Sevilla quede suspendida. Sin embargo, esto no va a impedir que los sevillanos la celebren de una manera distinta, con la esperanza de volver a disfrutar pronto del Real de esta gran fiesta.
Plaza del ayuntamiento de Sevilla adornada con las bombillas de la Feria. Fuente: SevillaInfo

En mundo sin COVID-19, la semana del 16 al 25 de abril, habría estado marcada en el calendario de todos los sevillanos. Las casas se vestirían de color, repletas de claveles y lunares, propios de los trajes de flamenca o de corto colgados en las perchas, contando los minutos para volver de nuevo al Real de su Feria. En el barrio mítico de los Remedios, diferentes ruidos se hubieran entremezclado, ya sean de las atracciones propias de la calle Infierno o del bullicio de las diferentes casetas, cantando y bailando.

Desgraciadamente, este 2021 se vuelve a repetir lo ocurrido el año anterior. Los nuevos contagios y restricciones de movilidad, han provocado la suspensión de esta fiesta tan tradicional en la localidad sevillana. Atrás quedaban mensajes como: «¿Quedamos en la portada?» «¿Compras la jarra de rebujito?» «¿Te vas a vestir hoy de flamenca?» «¿Y esta cuál es? ¿La primera o la segunda? ¡Da igual!» «¿Cogemos este autobús, o esperamos al siguiente para sentarnos?«.

Aún así, Voz Nueva no ha querido que te olvides de aquellos éxitos que hacen bailar cada año en esta semana tan especial. Canciones que te harán recordar y decir «De verdad que esta es la última, lo prometo»:

1. Sevillanas

¿Qué es una Feria de Abril sin sus sevillanas? Y es que no ha terminado aún la Semana Santa, cuando ya a más de un sevillano se le escucha cantar Ya huele a feria. Sevillana de Amigos de Gines que consigue sacarte a bailar tan sólo con el comienzo de la misma. Otras míticas que suelen sonar por esta fecha son Miralá cara a cara, reconocible por cualquiera que haya pisado el Real, A bailar sevillanas, propia de los Cantores de Híspalis, o el Tirititrantrantran de la sevillana Desde Cai’ a Sevilla de los Amigos de Gines.

2. Lolita – Sarandonga

La hija de la mítica cantante Lola Flores, marcó un antes y un después con esta canción. Con ritmo que hace mover las manos y caderas, a cualquiera le gustaría el arroz con bacalao una vez la escucha.

3. El Barrio

Este cantante no sólo es sinónimo feria, sino de la fiesta en general. Tanto en ella como en otras celebraciones, por ejemplo bodas, siempre resuenan éxitos como Pa’ Madrid. Pero sobre todo, lo que más te transportará al centro de una caseta del Real será el estribillo de Orgullo, cantado a plena voz con amigos o familia.

4. Nolasco – Las cosas pequeñitas

A pesar de que, a primeras, el cantante no resulta bastante conocido a nivel nacional, lo cierto es que la gran mayoría de los sevillanos reconocen los primeros acordes de esta canción. Y es que desde 2007, esta canción llegó al Real de la Feria para quedarse en los corazones de todos, bailando al ritmo de su guitarra.

5. Los rebujitos – Todos los besos

Al igual que ocurre con el anterior, este dúo no suele ser tan reconocible a nivel nacional. Sin embargo, esta canción se ha convertido en un himno imprescindible en esta fiesta. Su éxito se ha extendido incluso hasta Cádiz, donde una comparsa de Tarifa ha colaborado en una nueva versión de la misma.

6. Melendi – Caminando por la vida

El ritmo de rumba de esta canción ha provocado que Melendi se gane su hueco en la playlist del Real de la Feria, a pesar de sus raíces ovetenses.

7. Demarco Flamenco – La isla del amor

Es escuchar el nombre de esta canción, y ya movemos las caderas inconscientemente. En 2017, esta canción aflamencada se convirtió éxito nacional, presente en todas las discotecas del país. Por tanto, en la feria no iba a sonar menos.

8. Los del Río – La Macarena

Con un éxito a nivel mundial, esta canción resulta un himno para todos, pero sobre todo para los sevillanos, coincidiendo así con la procedencia de este dúo. Su coreografía y ritmo se ha extendido tanto, que incluso decidieron volver a sacar una nueva versión de la misma con Gente de zona.

9. Gipsy Kings –Bamboléo

Este grupo musical volvió a conquistar el corazón de los sevillanos el pasado 2016 con el video musical de su canción Bamboléo. Y es que su ritmo flamenco la ha convertido en una canción más, propia de la Feria de abril.

10. El reguetón

Escuchar reguetón en las casetas tampoco resulta extraño. Se trata un fenómeno más propio de las casetas públicas que de otras más pequeñas. Estas canciones se encuentran presente sobre todo a altas horas de la noche, cuando el público es mayoritariamente joven. A esas horas en el Real, pueden escucharse éxitos desde los más actuales como Lo malo de Aitana, Ya no quiero ná’ de Lola Índigo, El anillo de Jennifer López, Despacito de Luis Fonsi o Malamente y Con altura de Rosalía; hasta otras más antiguas como Purpurina o Gasolina de Daddy Yankee.

11. C. Tangana

En Voz Nueva, tampoco hemos querido dejar de lado la actualidad, y creemos que algunos éxitos de este año hubieran tenido su hueco en el Real de la Feria de Sevilla de este 2021. Entre ellas, se encontraría los últimos trabajos del madrileño C Tangana, como Tu me dejaste de querer, junto a La Húngara, o el ritmo flamenco de Ingobernable, junto a los Gipsy Kings.

12. Los del Río –Sevilla tiene un color especial

No se podría terminar esta lista sin nombrar de nuevo al dúo sevillano Los del Río, esta vez con Sevilla tiene un color especial. Y es que esta ciudad no sólo tiene uno sino varios colores que la hacen muy particular. Colores que, en el mes de abril, conforman una mezcla única, que hacen de la Feria de Sevilla una de las fiestas más singulares de la primavera.

Os dejamos, por último, una playlist con los temazos que habríamos bailado esta Feria de Abril 2021. ¡Que la disfrutéis!

El traje de flamenca: su origen y evolución

El traje de flamenca se ha convertido en un símbolo de la cultura andaluza y española. Este vestido lo podemos ver en las ferias y romerías de Andalucía. Aunque hoy en día lo llevan todas las mujeres, lo cierto es que su origen es mucho más humilde.
Origen

En el año 1254, el rey Alfonso X el Sabio concede a la ciudad de Sevilla la oportunidad de llevar a acabo dos ferias para impulsar la compra y venta de productos agropecuarios de la zona. Estas ferias serían en primavera y otoño. Con el paso del tiempo, estas actividades se fueron perdiendo.

En 1846 se vuelve a solicitar permiso real para volver a retomar esa tradición establecida anteriormente. Se había consolidado como la Feria de Abril con la aprobación de un documento. Su objetivo principal era convertir a la ciudad de Sevilla en el gran mercado agrario a nivel nacional. En sus inicios se llamaba Feria del Ganado, con el paso del tiempo pasó a llamarse Feria de Abril debido al mes en el que solía celebrarse y al desaparecer el ganado.

El nacimiento de la Feria de Abril es necesario para establecer el punto de partida del nacimiento del traje de flamenca.

El traje de flamenca actual tiene su origen en el traje que las campesinas llevaban para trabajar a estas ferias. La indumentaria era una falda con un mandil y un mantoncillo sobre los hombros. Algunas de estas mujeres remataban su vestimenta con un moño y una peineta que sujetaba una flor.

Campesinas que trabajaban en las ferias. Fuente: Cuna del flamenco.

Este traje regional también tiene ligado su nacimiento a la etnia gitana y al mundo del baile y cante flamenco. Las gitanas buñoleras, que en los primeros años de la feria instalaban sus puestos, portaban esta indumentaria de falda con mandil. De ahí que uno de los primeros nombres que recibiera vestirse con estos trajes fuera «vestirse de gitana».

Imagen de las gitanas buñoleras. Fuente: Flamencas y complementos.

Cuanto mayor prestigio tenía la feria, mayor era el afán de las mujeres por mejorar sus vestimentas. Por tanto, partimos de que el traje de flamenca es un traje regional que nace en el campo.

Evolución del traje de flamenca.

Con el paso del tiempo, estas vestimentas que podemos denominar batas de gitana, han ido evolucionando.

El punto de inflexión de esta vestimenta llega con la Exposición Iberoamericana en Sevilla en el año 1982. Las mujeres de alto nivel reconocen el traje de gitana como el traje regional y vestimenta andaluza tradicional indispensable para asistir a esta feria.

Estas batas que portaban telas de lunares, volantes, bordados, colores, etc. comienzan a ser llamativas para estas mujeres de alta posición que quieren trajes a su medida y a su gusto.

Este traje regional ya asumido en Sevilla, comienza a asumirse como tradicional en el resto de ciudades de Andalucía. Se convierte en el traje regional andaluz, ya que refleja la seña de identidad de la cultura andaluza.

Estos trajes comienzan a convertirse en la imagen de España para el mundo. Eran usados por las bailaoras y cantaoras de copla en sus actuaciones a lo largo de los años. Según Martínez Moreno, podemos establecer en este momento un nuevo nombre para este tipo de vestimenta “traje de flamenca” por su asociación con lo citado anteriormente. Esta prenda pasa del uso por parte de las mujeres en el campo, a las cantaoras y bailaoras.

El traje de flamenca se parece mucho a una guitarra española. Busca ceñirse a la cintura de la mujer recalcando sus curvas y, de esta forma, su belleza natural. Como ha sido mencionado, partimos de una falda de percal usada por las mujeres para las labores de trabajo. Se le añade algún volante o adorno para crear cierto movimiento. Este es el punto central del cual el traje irá evolucionando.

La producción de esta vestimenta tuvo un origen muy artesanal, llevada a cabo por diseñadores y artesanos para una clientela muy reducida.

En la última parte del siglo XX, aparecen los primeros grandes diseñadores de la confección de estos trajes de flamenca. De esta manera, responde así a la demanda de las mujeres de las altas posiciones que querían trajes propios. Lina y Justo Robles fueron los grandes referentes en esta época.

También, comienzan a aparecer las empresas dedicadas a la producción industrial de trajes estándar, con pocas variaciones entre unos y otros, a un precio bastante económico.

La evolución del traje de flamenca se puede dividir en varias fases:

1940

Se encuentran tejidos de percal almidonados. El corte del traje iba de la cadera al tobillo. Tenían dos volantes en forma de zig-zag y estaban adornados con encajes de bolillo, cintas o madroños.

Traje de flamenca de los años 40. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.

Estos trajes se acompañaban con flores artificiales, peinecillos, collares, pulseras y pendientes, así como mantoncillos de fleco corto.

1950

En esta década, la tela de los trajes continúa siendo de percal almidonado a la que se le suma el vichy. Las faldas se cortan por debajo de las rodillas y los volantes comienzan a aumentar sus medidas. Las mangas evolucionan de los hombros a un corte en los codos y se encuentran escotes tanto por delante como por detrás.

Traje de los años 50. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.
1960

Aparecen tres volantes amplios con costosas tiras bordadas. Las mangas al codo y con un amplio volante. Se continúa con escote en forma de pico, que cierra el mantón con un alfiler.

Las flores comienzan a ser de los colores de los trajes, colocadas de manera vertical o en el lateral del rostro. Los pendientes pasan a ser aros de pasta, así como bisutería fina: perlas, dorados, cristales.

Traje de los años 60. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.
1970

Comienzan a aparecer nuevos tejidos como son el raso de algodón, nailon o el tergal. En cuanto a la forma de los trajes, podemos observar diferentes modelos. El primero, se caracteriza por tener grandes volantes sin adornos, con mangas ajustadas a la altura del codo y anchos volantes. Segundo, un traje enterizo, con volantes adornados con cordón de algodón; continuando con escote de pico delante y atrás y mangas al codo con doble volante. Y por último, un tercer modelo de tejido en color liso con lunares en sus cuatro pequeños volantes.

Traje de los años 70. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.
1980

Se mantienen los modelos enterizos. Los volantes comienzan a ser muchos más abundantes, rematados con cintas de colores. Se produce un retroceso al traje clásico de los años 40, con una caída más natural.  Se estrechan los talles de los trajes con el objetivo de destacar los atributos de las mujeres.

Traje de los años 80. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.
1990

Aparecen mejores calidades en las telas y más gamas de colores. Surgen nuevos diseños con el objetivo de que estos sean más cómodos.

Traje de los años 90. Fuente: Mamá, de mayor quiero ser flamenca.

Se crea un nuevo concepto, menos ajustado pero más vaporoso y sensual. En el final de los 90, aparece el popelín continuado con un talle bajo sin renunciar a los lunares, los cuales son cada vez son más grandes.

Por último, desde el año 2000 hasta la actualidad, se han introducido nuevos elementos a estos trajes como el cuero o las transparencias.

El traje de flamenca ha ido evolucionando en los diferentes momentos de la historia. Sin embargo, siempre ha mantenido su esencia: un patrón ceñido al cuerpo, escote tanto por delante como por detrás en forma de pico, redondo o cuadrado; faldas con volantes de diferentes estilos y tamaños y mangas ya sean largas, al codo o en sisa.

Estos patrones son los establecidos como básicos en un traje de flamenca, pero este varía si es para una feria o para una romería.

Colección presentada por el diseñador Cristo Bañez en su vuelta a SIMOF en 2020. Fuente: pinterest.

A la flamenca de hoy en día, Raquel Revuelta la clasifica en dos apartados: las transgresoras y las puristas.

Las transgresoras apuestan por diversas siluetas, grandes escotes, cinturas liberadas y mangas extra grandes. Apuestan también por los tejidos con encajes, terciopelo y  transparencias con estampados vintage, biológicos, animal prints… y unas paletas de colores muy arriesgada.

Los accesorios también han evolucionado, los pendientes XXL se han mantenido y se han incorporado los bolsos y riñoneras.

Y, por otro lado, las puristas son más clásicas. Buscan talles ajustados que realcen su figura con cinturas marcadas y escotes diversos. Trajes de una pieza con lunares de todas las formas, unos colores de paleta primaria, tejidos muy tradicionales como popelines. Los accesorios elementos a conjunto con el traje pequeños o medianos y de formas muy clásicas.

Cada traje acaba siendo único, pero sin perder la esencia flamenca. Los complementos se han convertido en el elemento diferenciador entre las flamencas.

El traje de flamenca comienza a tener un gran conocimiento en todo el mundo. Esto se debe a que grandes personalidades del mundo del cine, del cante y de la realeza se visten con este tipo de traje.

En la primera foto se puede ver a Lola Flores. Fuente: Vanitatis. En la segunda se encuentra la famosa actriz estadounidense Ava Gadner. Fuente: pinterest. En la tercera, a Gracia de Mónaco. Fuente: pinterest. Y en la última foto, a la Reina Sofia. Fuente: Okdiario.

El traje de flamenca es el único traje regional que ha evolucionado con el paso de los años. Ha sabido unir tradición y moda. Esto ha llevado a la creación, en 1994, del Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF) por Raquel Revuelta.

Logo de SIMOF. Fuente: página oficial de SIMOF.

El traje de flamenca no solo alcanzó un conocimiento mundial por el uso del mismo por parte de grandes personalidades, sino también por el uso de la tendencia flamenca. Esto se ha hecho presente en la alta costura de la mano de grandes diseñadores de moda.

Para el verano de 2015, Dolce&Gabbana lanzaba una colección inspirada en la moda flamenca con ciertos matices procedentes de la Semana Santa.

Con esta colección, se pretendía hacer un homenaje a la mujer mediterránea y latina, con un toque español.

Una colección muy flamenca y torera, donde se muestra una mujer haciendo uso de la mantilla así como mantones de manila, lunares y, por supuesto, del clavel rojo.

Vídeo de la colección de Dolce&Gabbana summer 2015. Fuente: YouTube.