Si tuviéramos que destacar algo novedoso que esta nueva realidad nos ha ofrecido, sin duda sería la capacidad que hemos desarrollado para apreciar lo que nos rodea. En la desescalada, cuando podíamos empezar a dar paseos cortos por nuestros barrios, comenzamos a mirar cada detalle, cada esquina, cada balcón. Algunos nos hemos quedamos tan sorprendidos de todo lo que habíamos dejado pasar durante años que ahora no podemos parar de buscar arte por las esquinas. Es concretamente por las calles de Sevilla donde los transeúntes más avispados pueden deleitarse con paredes llenas de rostros de mujeres que gritan ser libres acompañadas de una firma que es, a la vez, una invitación: @amalgamuda
Alena es quién se oculta tras el nombre de Amalga Muda. Barcelonesa e hija adoptiva de Sevilla, nos recibe vía Skype con el pelo mojado y alborotado, lo que nos recuerda a las mujeres de sus ilustraciones. Con una gran sonrisa y rodeada de sus dibujos nos explica: “el nombre de Amalga Muda viene de juntar la palabra “amalgama” con “muda”, irónicamente claro, ¡porque yo hablo por los codos!”.
Estudio de Alena
Foto proporcionada por Amalgamuda
De profesión, maestra. Alena descubrió su pasión por la ilustración en su etapa en la universidad, pero fue entre las paredes de un aula cuando recibió los comentarios que lo cambiaron todo, “que bien dibujas, profe”, y es bien sabido que los niños siempre dicen la verdad. Esto, sumado al apoyo de su pareja y sus amigas, hizo que hace dos años Alena comenzara a enseñar al mundo cómo se veía este desde sus ojos.
La figura femenina comprende la mayor parte de su obra, y es casi imposible no encontrar ni un ápice de reivindicación en cualquiera de sus dibujos. “Todo comenzó en mi adolescencia. Me di cuenta de que era diferente, y eso implicaba pasar por otro tipo de situaciones. Mi mejor amiga de aquella época —que sigo conservando— es rubia, de ojos azules, guapísima… De revista. Siempre íbamos juntas, y yo a su lado era la de las gafas, la grande, con poco pecho… Éramos la noche y el día. Luego, con la madurez, me di cuenta de que eso era lo mejor que me podía haber pasado, lo que me hace ser más yo. Nos meten en la cabeza que tenemos que ser perfectas, y no, las dos somos naturales, bonitas. Hay que traspasar la frontera de la superficialidad. Esto hizo que me cabreara tanto con la sociedad que necesitaba expresarlo de alguna manera.»
La mujer está castigada por el hecho de ser mujer.
Alena «Amalga Muda»
La necesidad de expresar lo que sentimos es inherente en el ser humano, lo difícil es llegar a transmitir la verdadera esencia de esos sentimientos. Alena lo refleja con un arte de trazos sencillos pero de profundidad infinita. Las mujeres de su vida —como ella se refiere a sus amigas— son la principal fuente de inspiración para sus retratos, pero también aprovecha su otra pasión, la fotografía, para encontrar mujeres reales a las que plasmar en el folio… o en las calles.
Gracias a un viaje a Berlín, donde Alena se terminó de enamorar del street art que estaba presente en cada esquina, ahora Sevilla disfruta de @amalgamuda en zonas como Calle Feria o La Campana. “Me picaba mucho el gusanillo, y me empezó a hacer muchísima ilusión pegar mis dibujos. No deja de ser un acto político, una reivindicación, tengo la necesidad de que mi mensaje cale. Ser mujer puede llegar a ser muy difícil y queda mucho trabajo por hacer”.Tras dejar la capital andaluza más bonita con “sus mujeres” Alena recibió multitud de mensajes de agradecimiento y de apoyo a su iniciativa de luchar por la visibilidad de una mujer diferente, libre y bonita.
Aunque reconoce que “siempre he tenido miedo a no encontrar mi estilo, y sigo experimentando por dar con él ”. Podríamos decir que todo lo publicado en su feed de Instagram tiene en común la sensibilidad, la fuerza y la belleza que Alena reconoce en todas las mujeres que se han cruzado en su camino.
Desde Voz Nueva invitamos a conocer el trabajo de Amalga Muda, ya sea por las calles de Sevilla como en sus perfiles en redes sociales, y sobre todo, invitamos a todas las mujeres a sentirse libres, bonitas, fuertes y luchadoras por un mundo más amable para con todas nosotras.
Villadiego nos acoge en Sevilla para ofrecernos una conversación distendida. Este joven artista nos cuenta sus aspiraciones y sus proyectos presentes y futuros. Una charla marcada por las redes sociales, el papel de su generación y, sobre todo, por sus motivaciones a la hora de crear.
¿Qué ideas vas a seguir en tu nueva incorporación como viñetista en la revista Opinion20 Magazine?
Mi idea es colocarme un poco a mí mismo en el papel de retratista de nuestra generación. A las cosas que nos preocupan muchas veces no se les da visibilidad, ahora mismo sí porque ya tenemos 20 años y estamos empezando a coger el megáfono. Pero creo que hay muchas preocupaciones que los boomers, –no solo ellos, gente incluso de nuestra generación–, que no están acostumbrados a leer ni tampoco a escribir, pues no les dan importancia. Por ejemplo: la ansiedad, la sobreexposición a Internet, Twitter en general, cómo nos cambia la opinión o cómo nos da miedo expresar nuestras ideas. Entonces creo que hay muchas cosas que no se dicen y que, naturalmente, es lo que me toca decir.
Lo que intento es dar voz a los problemas que creo que no se están diciendo. Cuando tú escribes algo, le pones nombre y lo enseñas es cuando existe para la gente. Si desde un medio más serio como Playground o Vice se empieza a hablar de la depresión, la ansiedad, etc. De todos estos «rollos» que caracterizan a nuestra generación, entonces es cuando se comenzará a tomar más en serio.
Ilustración de Villadiego.
¿Qué opinión te merecen las redes hoy en día?
Yo estoy esperando que lleguemos a la época post-internet. Que superemos Internet porque ya basta. No estamos a la altura. Para mí Internet está directamente ligado a Twitter. La cultura de la cancelación y el #it’soverparty nace en Twitter yo creo, no lo he confirmado, mi fuente es arial black. La idea que tienen de nosotros muchas veces de “ofendiditos” es literal. Es todo negativo y creo que eso no nos hace bien.
Hablando con Álvaro Godot, él me preguntó sobre si yo creía que los sobre estímulos eran buenos, y yo creo que van a marcar definitivamente lo que generemos. El arte se alimenta de lo que tiene alrededor. Nuestro arte se va a alimentar de la corrección política, del miedo a “y si digo esto”, “me paso un poco o no ”, etc. ¿Qué si es bueno? No lo sé, sé que existe y creo que mentalmente nos está reventando.
Cartel de la performance de Álvaro Godot realizado por Villadiego.
«Nuestro arte se va a alimentar de la corrección política»
Volviendo al arte, ¿qué te considerarías?
Esa pregunta me la he hecho muchas veces. ¿Soy artista? ¿O que soy? La respuesta que siempre me doy es que solo soy un estudiante y el hijo de un mecánico. Creo que para tú poder decir que eres algo, que eres una profesión, hay que sentirlo. No todo se basa en el dinero. Yo no cobro por la viñeta y me siento viñetista porque es algo a lo que le dedico tiempo todas las semanas y lo publico.
Viñeta de Villadiego.
Para tí, ¿qué supone expresarte a través del arte?
Agobio. Para mi no es un alivio, ni cuando pinto ni cuando ilustro. Para mi es como una obligación pero ni siquiera me la pongo yo, es como que derivó a eso. Es que no hago otra cosa que no sea crear. Esto no lo sabe casi nadie, yo tengo un disco en YouTube de covers de silbidos porque se me ocurre y lo tengo que hacer. Después veo a gente que hace ese tipo de cosas y no me gustan. El otro día vi una película, Dos horas después de Julián Génisson, y son dos horas de la pantalla en negro. No la vi entera. Después él subió un vídeo viéndola y eran dos horas de él viendo una pantalla en negro. Pensé “eres tonto” pero realmente te entiendo.
Corto en el canal de YouTube de Villadiego.
Hace unos años, sobre todo en bachillerato, me sentía peor cuando pintaba pero lo tenía que hacer. Suena muy romántico pero es verdad. Es raro pero me encanta. Lo último que he estado haciendo de ilustración es una reedición de unos carteles de Forrest Gump, American Beauty y de Fellini para la facultad. Estoy haciendo un ejercicio en el que he analizado la película: creo que la imagen que la gente debe llevarse de la película es esta, creo que los elementos que remiten a eso en la película son estos, etc. Así que los voy a pintar lo mejor que pueda, con el tono ideal para que la gente lo identifique y ya está. Me lo paso muy bien, siento que estoy en el control de lo que estoy haciendo.
«Me sentía peor cuando pintaba pero lo tenía que hacer»
Cartel sobre la película Forrest Gump realizado por Villadiego.
¿En algún momento pensaste que te podías dedicar a ello?
De hecho no. A mi me encantaría, siempre lo digo, vivir de lo que hago, vivir de lo que genero, ya sean viñetas o ilustración. Porque me encanta la imagen. La idea de dedicarme a pintar me da un poco de miedo pero es algo que me gustaría hacer. Poder decir hoy voy a estar pintando todo el día, la semana que viene a lo mejor no pero me gano la vida así.
Y me gustaría contarte que con las viñetas tengo una historia romántica, que desde siempre me gustaban las viñetas, que yo devoraba periódicos en busca de viñetas, pero no es verdad. Hay cómics que me gustan, sobre todo me gusta más el manga, pero no era algo que buscase si no que vi que me gustaba y mi amigo Alejandro Segura también se interesó. Y vi que era un mundo donde cabían un montón de cosas. Y entonces descubrí a Flavita Banana que es una genia del siglo XXI. Vi su trabajo y dije “yo tengo que hacer esto”. Así que por eso empecé a dibujar cada vez más.
Ilustración de Villadiego.
Entiendo que ella es una de tus referentes. ¿Tienes algún referente más o algún estilo que te gustaría recrear?
Yo robo mucho, todo lo que pinto es robado de cuadros que me han gustado de otra gente. Intento absorber lo que ellos hacen y lo copio. Por ejemplo, Manolo García si pintaba el cielo ponía varias partes de cinta de carrocero para que el trazo se cortase y después lo rellenaba otra vez. Entonces queda como los brochazos en un sentido, de repente un corte y los brochazos en otro sentido. Y eso me gusta mucho, pero eso es simplemente estética.
Últimamente Flavita me motiva muchísimo. Porque veo que es tan buena, incluso en las descripciones de las fotos que sube. Luego me gusta mucho el dibujo de Mingote, es un viñetista antiguo de ABC y tiene una forma de dibujar y de entender los espacios del cuerpo increíble. También me gusta Picasso, cómo utilizaba el cuerpo para rellenar el espacio, un espacio cuadrado, por ejemplo. Tiene un cuadro que es un hombre naranja sobre un fondo azul y está torcido de forma que el cuerpo compensa el espacio. Utiliza el cuerpo como forma abstracta y ese concepto me encanta y lo intento aplicar.
Ilustración de Villadiego.
¿Cuál es tu objetivo con tu trabajo a largo plazo?
Yo te diría que hacerlo para morirme tranquilo, porque hay un montón de cosas que no he hecho y me comen un montón. Me arrepiento más de las cosas que no he hecho que de las cosas que he hecho. Lo único que intento es quedarme a gusto y soltar un montón de cosas y nunca quedarme sin nada que decir. Me encantaría cambiar el mundo, vivir en uno mucho mejor, que la gente pudiese hablar de sus problemas sin miedo, que todo el mundo viviese a gusto. Me encantaría tener la oportunidad de hacerlo.
Hacer animaciones me apasiona porque es una cosa con la que ni soñaba de pequeño y ahora tengo la posibilidad de hacerlo porque he aprendido. Hice una animación sobre un padre que entraba en la habitación de su hijo y le preguntaba “¿cómo estás?” y el hijo se pensaba todas las cosas que quería decirle pero al final le decía “nada, estoy bien papá”. Era mi día a día y por lo visto era el de mucha gente. Y cuando mucha gente me escribió dándome las gracias es una satisfacción que no buscaba tener y la tuve.
Sobre la imposibilidad de conectar. Una animación en la q llevo trabajando unos meses ❤️ pic.twitter.com/sq2Ie4N2wO
Yo siempre pongo subtítulos en lo que hago. Entonces, me contactó una chica para darme las gracias por la animación y por haberla subtitulado porque su padre tenía problemas de oído y ahora, por fin, podía decirle cosas que antes no. Es que se me ponen los pelos de punta. Que yo me haya tirado cuarenta minutos subtitulando un vídeo para que le haya llegado a ese señor o a esa muchacha, me vale.
No tiene sentido hacer cosas si la gente no te quiere, si tú no quieres a la gente. Lo más importante es estar bien con tu familia y con tus amigos. Entonces cuando amigos míos como María o Álvaro ponían “tío, me alegro un montón de cómo le está yendo a Eloy” sin mencionarme para mi eso es una victoria. Si pudiese ganar 1.000€ haciendo esto todos los meses me retiro. Aquí me quedo. Que la gente se alegre y que yo pueda subsistir es mi sueño.
¿Qué otros proyectos tienes en mente?
Pues tengo pensado comprarme un ordenador para poder seguir animando. También, tengo el proyecto de radio que está a punto de salir y estoy muy ilusionado, tanto por el podcast como por las entrevistas. Y ahora mismo estoy escribiendo algunos ensayos.
Mi sueño realmente es ser youtuber. Desde pequeño, cuando todo el mundo descubrió YouTube en 2011 y 2012, yo dije “vale, ahora mismo no porque soy un niño, soy muy tonto y me da vergüenza pero cuando tenga 16 años, que ya soy mayor, me voy a hacer un canal de YouTube”. Tengo 19 y no he subido nada. Vídeos de sentarme a hablar, hacer un análisis sobre una película y reírme y hacer que la gente se ría que es lo que más me apasionaba. Estoy buscando la manera de publicarlos. Escuché en un vídeo a un señor que me gusta mucho y que decía que ahora estamos en el momento de la siembra y no de la recogida. Estoy sembrando todo lo que puedo, estoy contento haciendo lo que me gusta y ya llegará el momento de recoger.
Es que a mi lo que más me preocupa es ganar dinero, por el mero hecho de subsistir y de que mis padres no tengan que pagarme nada. Si yo puedo tener estabilidad económica yo ya estoy a gusto. Pero estoy seguro de que en algún momento me llegará. Me lo paso bien cuando estoy en el ordenador, siempre que me pongo a hacer cosas en Photoshop, viñetas, ilustración o lo que sea, me lo paso bien y eso es lo que me importa ahora mismo. Y lo que salga a partir de eso.
Recientemente hemos tenido el placer de poder entrevistar a Sara Torres –también conocida como @setapta en redes–, una diseñadora gráfica que está emergiendo gracias a sus ilustraciones fantásticas e introspectivas. Nos cuenta acerca de esta disciplina y cómo se desarrolla a sí misma a través de sus creaciones.
Para empezar nos gustaría felicitarte, tienes una gran comunidad de personas que apoyan tu trabajo y lo aprecian. Hoy en día hay nuevas formas de arte que están emergiendo gracias a las nuevas tecnologías, ¿piensas que el diseño gráfico es útil actualmente?
Referente a las nuevas tecnologías y demás, es verdad que han facilitado lo que son procesos creativos tanto de comunicación como de poder crear nuevas formas de expresarse, de comunicar cualquier tipo de mensaje. Esto pasa tanto en el diseño gráfico como en la propia ilustración, y muchos medios más como en la escritura, revistas, etc. en todo tipo de medios en los que se comunica algo, la tecnología es principal y ayuda de muchísimas formas a lo que es el crecimiento de estas.
Vemos que habitualmente se aplica más en el ámbito de publicidad y marketing, ¿crees que puede darse su uso en más campos además de estos?
Yo creo que se utiliza en muchísimos más de lo que pensamos así, a grosso modo. Desde editoriales como son libros, revistas y demás, hasta cualquier tipo de publicidad, como dices tú, pues también tiene formas de diseño gráfico en branding, en cualquier marca. Todo está maquetado y diseñado.
También pasa en la música, en moda… se sabe que las herramientas que lleva el diseño gráfico no son solo para plasmar una imagen en un sitio, sino también para comunicar un mensaje de forma visual y gráfica, que se entienda fácilmente.
Ahondando más en ti, concretamente, ¿cómo supiste que querías dedicarte a esto? ¿Tienes algún referente?
Pues, yo es verdad que siempre tuve como una especie de inclinación hacia el arte, me gustaba verlo y hacerlo. Desde pequeña siempre estuve pintando y ya cuando llegué a bachillerato y había que pasar a la universidad, dije “¿qué hago aquí ahora?”. Me gustaba la carrera de Bellas Artes, pero era demasiado amplio para lo que yo me quería dedicar. Por un momento casi me metía a Ilustración, pero claro, era un grado superior y el sistema educativo aún no estaba tan desarrollado en ese ámbito.
Estuve investigando por varios sitios lo que era el diseño gráfico y descubrí que, aparte de la parte visual que era lo que a mí me interesaba, también tenía una parte práctica. Al final el diseño sirve para algo más, y me llamó la atención por eso, porque va mucho más allá a la hora de intentar solucionar problemas y es de lo que se habla todo el rato. Cuando te preguntan sobre el diseño gráfico pues te dicen “es una herramienta para solucionar problemas, comunicaciones y demás”.
A la hora entonces de investigar por tu cuenta, ¿hubo algún artista que te llamara la atención lo suficiente como para decir “es mi referente”?
No creo que tenga un referente como tal. Sí que considero el diseño como una herramienta que utilizo yo para lo que hago diariamente, ¿no? Uso lo que he estado estudiando todos estos años. Aunque sí es cierto que me derivo más hacia la ilustración y mi trabajo está más basado en eso, en crear a partir de la ilustración. En este tema sí me acerco más a artistas como son Basquiat –artista estadounidense–, pues me gusta mucho el neoimpresionismo que usa, el arte contemporáneo en general, más dedicado al dibujo y a lo plástico, y también me llama la atención Egon Schiele –pintor austriaco contemporáneo–.
Has comentado antes que el diseño gráfico es una herramienta para solucionar problemas, ¿cuáles son?
Bueno, es lo que se estudia realmente. Desde el principio te dicen “todo es diseño” porque, de alguna forma, el diseño gráfico sirve para arreglar problemas comunicativos. Por ejemplo, quieres expresar en una campaña publicitaria de moda o en la portada de un libro lo que es tu marca, el por qué estás haciendo esto. He dicho antes que no consiste solo en plasmar una imagen, sino también buscarle un significado y demás. En ese caso, el diseño gráfico es una forma de estudio de la periferia, donde convergen muchas disciplinas.
En relación con tus trabajos, hemos visto que eres muy versátil en cuanto a estilos y formas de recreación de tus ideas, ¿cuál crees que es tu fuerte dentro de todos los estilos?
Es cierto que tengo como muchas cosas, y me reconozco en muchas de ellas, pero la que más me representa o con la que más cómoda me siento expresándome es la menos figurativa. Es decir, están estos dibujos que no son directamente retratos de una persona, sino que mediante diferentes recursos gráficos que he ido adquiriendo a lo largo del tiempo, intento mandar un mensaje de las cosas que me pasan o pienso a través de ellos, de la forma menos literal posible. Me gusta además acompañarlo del discurso poético, con textos que yo escribo para, de alguna forma, intentar mandar un mensaje o contar algo, que al final es para lo que utilizo este medio.
Por lo que acabas de decir, veo que compartes la idea que muchas personas tienen, y es que el artista se plasma en lo que hace, que incluye sus ideas, sentimientos y experiencias.
Sí, creo que todo tiene algo de nosotros, tanto como si solo dibujas retratos, hay una parte de ti que siempre está dentro de tu trabajo. Creo que nos reflejamos incluso bastante más de lo que nos gustaría en nuestro trabajo, al final casi es parte de ti y de lo que eres.
“Incluso bastante más de lo que nos gustaría”, supongo que el reflejarte en tus trabajos tendrá sus partes positivas y negativas, pero ¿crees que pueda malinterpretarse y al final se convierta en algo completamente negativo?
Malinterpretaciones siempre va a haber. Si alguien quiere ver las cosas de forma negativa lo va a hacer. Obviamente si tu discurso en cualquier ámbito no es perjudicial y tú no vas con esa intención de querer hacer daño o querer hacer algún tipo de sátira un poco hiriente, no tiene por qué ser perjudicial. Ya es según el enfoque que cada uno le dé a su trabajo, si es más introspectivo acerca de uno mismo y cómo yo me desarrollo en ciertos temas, pues no tiene ningún tipo de fin negativo. Todo depende de cómo trates tu trabajo y lo que cuentes, obviamente hay que tener tacto.
En tus creaciones se aprecia una amplia gama de personajes o situaciones, ¿de dónde te viene la inspiración?
Sí es cierto que tengo como dos partes en las que uso personajes. Está la primera, que es más fantasiosa con historias de elfos y personajes originales que creo y a los que les doy nombres, algo así como plasmar mis gustos más socialmente aceptados. Es decir, tener la oportunidad de usar personajes propios para contar tus historias es como, pues igual que nos gusta ver cine o series, tener la posibilidad de que esas historias reflejen mis gustos.
Respecto a la otra parte, que es más poética e introspectiva como te decía, sí que intento que sea más como una forma de hacer personajes menos literales, que sean representaciones de ciertos miedos. Por ejemplo, hay un personaje que es Marlene al que doy diferentes formas y puntos para identificarla. Marlene tiene una corona de espinas que uso para darle un discurso más etéreo; no quiero que sea la representación de una persona que me ha hecho tal cosa, sino más un sentimiento y un cómo me relaciono yo con mi mundo. Darle un nombre y descentralizarlo de ciertas ideas.
¿Entonces Marlene sería como una representación tuya?
No exactamente, aunque sí tiene una parte de mí. Es algo que llevo pensado bastante tiempo. Marlene podría llegar a ser la representación de cómo me relaciono con las cosas que suceden en mi vida llevada al extremo. De esta forma, Marlene se convierte en una antítesis de mí y así consigo separarla, es casi tan fuerte que llega a ser un ente aparte de lo que yo soy. Por eso a veces la dibujo en autorretratos que hago y de alguna forma con ella a mi lado, como una metáfora un poco extraña.
También me has hablado de historias y personajes fantásticos. Vemos a otros ilustradores que usan como inspiración un mundo ya creado y a partir de ahí desarrollan su historia. En cuanto a ti, ¿qué enfoques das a tus trabajos?
No creo que el enfoque sea el referenciar algo que ya existe. A mí me gusta más coger a esos personajes y plasmar realidades que a lo mejor, en lo que son las típicas series o películas, ni siquiera se contemplan.
Yo hablo mucho de la sexualidad desde el género y por ello, mi intención es que los personajes del colectivo tengan un lugar donde desarrollarse libremente y evitar lo que hacen en muchas series ahora, que es ponerles como único problema que son del colectivo LGTB y desarrollar su historia a partir de ahí. Yo intento coger otro punto de vista: los personajes son lo que son, se relacionan de forma libre y sus problemas son otros. Es como intentar normalizar a las personas del colectivo y que puedan relacionarse con otras cosas, no solo con su propia identidad, aunque esto sea una parte importante para ellos.
Podríamos decir que ligas tu trabajo a la identidad sexual y al colectivo, ¿no?
Sí, intento englobarme bastante en ese tema. El darles un punto y que se desarrollan como tengan que desarrollarse.
Hemos visto que haces colaboraciones con otros artistas, ¿cómo os soléis coordinar?
Las colaboraciones que he hecho hasta ahora son muy sencillas, con personas que ya conozco, amigos míos con los que hablo por chat y digo: “Oye, vamos a hacer un dibujo. Yo hago las líneas y tú lo coloreas”. Son procesos muy sencillos y se llega a un consenso rápido, algo como buscar una escena y pensar en el enfoque que queremos darle, eso sí se llega a hablar. Son trabajos muy cercanos que casi se hablan en el momento, y son una forma de crear cosas diferentes juntos, que siempre está muy bien.
Por último queremos saber sobre tus proyectos. Tienes una tienda online en la que vendes tus productos, pero aparte de eso, ¿algún otro trabajo en mente?
Me alegra que me lo preguntes, porque sí. Estoy ahora mismo trabajando con un amigo mío para intentar sacar proyectos nuevos que se alejan un poco de lo que estoy haciendo, me refiero a colgar algún dibujo en redes y ya está. Busco algo más como desarrollar un concepto. Si hay suerte, para este curso académico 2020/2021 a lo mejor sale algo, así que a ver qué tal, tengo muchas ganas.
Has dicho que se trata de desarrollar un concepto, ¿podemos saber un poco más del tema antes de despedirnos?
No tengo muy claro si puedo decir algo todavía. Sí que hay varios proyectos a la vez y te puedo decir que son cosas que ya he tratado: un discurso introspectivo para saber qué pasa conmigo y darle un medio nuevo que no he trabajado hasta ahora. Luego hay otro del que ya había mostrado algunas cosillas, con el mismo concepto, pero va a pasar a otro formato que sorprenda, más por dónde está que por lo que cuenta, para darle un discurso más grande. Hay varios en marcha y estamos trabajando en ello.