Día del Periodista: El otro lado de la información

El periodismo, con sus bajadas y subidas, es una de las profesiones cuya función de informar ayuda a la sociedad a ser consciente de su realidad. Un trabajo que puede parecer sencillo, pero en ocasiones puede poner en vilo la vida e integridad del periodista. Hoy, 24 de enero, día del periodista en España, hablaremos sobre su situación.
Fuente: Pixabay
Francisco de Sales y su don comunicativo

El 24 de enero se celebra en territorio nacional el Día del Periodista en conmemoración de su patrón: San Francisco de Sales. Nació en 1567 en Francia y con tan solo 13 años marchó con los jesuitas para formarse. Estudió Teología y Derecho en la Universidad de París y en la Universidad de Estudios de Padua (Italia). Destacó notablemente por sus dotes comunicativas, gracias a las cuales fue nombrado predicador en los púlpitos de París entre 1618 y 1619. Además, fue el primer prescriptor de noticias, dado que repartía folletos informativos a la población de Chablais (Francia). Por toda esta labor en favor de la comunicación, Pio XIII lo declaró en 1923 patrón de los escritores y periodistas. Un nombramiento más que merecido.

San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. Fuente: InfoVaticana
La mordaza del periodismo

El periodismo tiene muchas facetas. Una de ellas es la investigación y la denuncia social. Una función que debería incitarse para conseguir una mayor transparencia en nuestro sistema y sociedad. Desgraciadamente, acciones políticas como la aprobación de la conocida Ley Mordaza en España demuestran que la libertad de información y expresión no es querida por todos. En 2019, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) presentó a las Naciones Unidas un informe firmado por entidades periodísticas denunciado dicha ley.

Son muchas las asociaciones que han manifestado su postura contraria ha esta limitación de su derecho de libertad de información. Algunos puntos que impiden el libre ejercicio de la información han sido denunciados por el Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía. Estos son las múltiples denuncias que pueden sufrir los periodistas y la incautación de su material audiovisual. Sin este no se podrá denunciar posibles abusos policiales por falta de pruebas. Además, ante cualquier acto oficial donde intervenga cuerpos de seguridad, los periodistas deberán pedir previamente acreditación.

Manifestación contra la Ley Mordaza en España. Fuente: El País
El periodismo sin libertad en otro países

La libertad de información es un deseo más que un derecho en otros países. Se interponen leyes severas para aquellos que quieran ejercerlas con duras penas. Así se puede observar en lugares como Afganistán con la llegada de los talibanes. Los periodistas deben cumplir las 11 reglas del periodismo a la hora de publicar sus artículos. Entre algunas de estas normas destaca que sus publicaciones no deben ser contrarias al Islam, no pueden insultar a las figuras nacionales, ni tampoco violar la intimidad. Otro país que también limita esta libertad es la región de Hong Kong en China como así ha denunciado Reporteros Sin Fronteras. A finales de 2021 el periódico Stand News tuvo que cerrar al ser detenidos seis miembros de su equipo. El Departamento de Seguridad Nacional consideró que habían editado publicaciones sediciosas.

Reporteros Sin Fronteras ha realizado un ranking de libertad de prensa en 150 países. Afganistán ocupa el puesto 122 y Hong Kong el 80. Fuente: Pexels

Las dificultades que un periodista puede encontrarse a lo largo de su carrera no son solo de índole jurídica. En ocasiones, su integridad física se ve en peligro al cubrir noticias en zonas de alto riesgo. Desafortunadamente, algunos han perdido sus vidas mientras que ejercían su profesión. Por ejemplo, Ricardo Ortega en 2004 cuando se encontraba trabajando en una manifestación en Haití. También el año pasado David Beriain y Roberto Fraile al ser atacados por un grupo armado en Burkina Faso. Grandes profesionales que siempre vivirán en el recuerdo de sus seres queridos y de sus colegas.

Algunos países con la mayor censura del mundo son Corea del Norte, China, Eritrea o Arabia Saudita. En ellos los gobiernos ejercen una fuerte influencia en los medios. Fuente: Pexels

La labor de los periodistas, independientemente de sus especialidad, es esencial para una sociedad democrática y libre. Por supuesto, la responsabilidad de estos es adherirse a una correcta ética profesional basada en la veracidad y objetividad. Para ello se debe de proporcionar un espacio seguro donde se defienda su libertad de información. Un derecho, que no un capricho, por el que toda la sociedad se ve beneficiada.

La envenenadora Giulia Tofana, ¿asesina o salvadora?

En la Italia del siglo XVII, Giulia Tofana fue una empresaria que estuvo detrás de uno de los complots de asesinatos más notorio de la historia: acabó con la vida de 600 hombres. En efecto, su negocio se basaba en vender veneno. Podría catalogarse como una leyenda debido a los numerosos aspectos desconocidos de esta historia, pues en los pocos documentos que aún se conservan, la cantidad de interpretaciones diversas y contradictorias es abrumadora.

Se estima que esta noble italiana vivió de 1620 a 1659, y que, pasando gran parte de su infancia entre boticarios que elaboraban sus pociones, inventó el agua tofana, un veneno letal. Aunque, por otro lado, existe una interpretación diferente que apunta que se trataba de un negocio heredado. Ascendiendo por el árbol genealógico de la familia, se especula que Tufania de Palermo era propietaria de una tienda de cosméticos que vendía polvos con base de arsénico. También es famosa Teofanía di Adamo, supuesta madre de Giulia, que según muchos es quien realmente inventó el acqua tofana.

Se desconoce la fórmula exacta de este brebaje, aunque muchas fuentes coinciden en que entre los ingredientes, se encontraban el arsénico y la cimbalaria. Las italianas de la época recurrían a este método porque se trataba de un líquido insípido, inodoro y transparente, por lo que la víctima no se percataba de su ingestión. 

Arsénico, sustancia nociva para la salud. Fuente: Consenso Salud.

No solo era discreta esta primera parte del envenenamiento, sino que también lo eran sus efectos, pues quien lo administraba podía premeditar las dosis, calculando el momento exacto de su muerte. El veneno provocaba la aparición de síntomas y deterioro de forma progresiva, aunque en ocasiones tan solo aceleraba los efectos de alguna enfermedad latente. El asesinato era limpio: la clienta actuaba como considerase oportuno para no levantar sospechas, y el agua tofana no dejaba rastros detectables en el cadáver.

Pero aún había más. El embalaje de la sustancia también era ingenioso. En la época, existía un artículo doméstico popular, “Maná de San Nicolás de Bari”, un aceite curativo que se encontraba con facilidad en el tocador de una mujer. Por tanto, si bien Tofana comenzó a ser conocida como “amiga de mujeres con problemas”, no podría ser acusada puesto que, aparentemente, se dedicaba a la fabricación de simples productos cosmetológicos.

De izquierda a derecha. Frasco con grabado de San Nicolás de Bari. Fuente: amantes de la historia. | Ilustración de San Nicolás de Bari. Fuente: Wikipedia. | Ilustración de frasco de «Manna di San Nicola di Bari», aceite que, según se creía, supuraban los huesos del santo y curaba todo tipo de dolencias. Fuente: El Español. | Ilustración de Santa Claus, actual figura por la que se conoce a San Nicolás. Fuente: Nosotros

El negocio de Giulia perduró cerca de 20 años. Sin embargo, era muy arriesgado, por lo que decidió desentenderse de este cuando la clientela aumentó y con ella, sus problemas. Según algunas versiones, se mudó a Trastévere y comenzó a mimetizarse con la alta sociedad. Hasta que un día, volvió a comercializar su producto cuando una buena amiga, víctima de maltrato, requirió su ayuda.

Pero, como toda historia, esta “carnicería silenciosa de maridos” — como dijo el cardenal Pallavincini en Vida de Alejandro VII — debía tener su desenlace. Existen dos versiones distintas, aunque ambas coinciden en la conclusión: Giulia fue delatada. Una, cuenta que la envenenadora suministró su ponzoña a una clienta, y lo mismo hizo ella con su esposo. Pero cuando este fue a ingerir el agua tofana disuelta en su plato, la mujer se retractó repentinamente y lo detuvo. Como era de esperar, esto levantó las sospechas de su cónyuge, quien la obligó a confesar dónde lo había conseguido.

Otra versión es que vendió el veneno a Maria Aldobrandini, la condesa de Ceri, que, ignorando las instrucciones de Giulia, vertió toda la botella en la sopa. Esto provocó la muerte inmediata del marido. De nuevo, las sospechas de los familiares no tardaron en aparecer. 

Una de las hipótesis sobre la muerte de Mozart (1791), es que fue envenenado con agua tofana. Mozarts letzte Tage, de Hermann von Kaulbach (1873). Fuente: ABC.

«Alguien me dio agua tofana y calculó el momento preciso de mi muerte»

Wolfgang Amadeus Mozart, 1791.

Tampoco es conocido el final exacto de Tofana. Una teoría con buena acogida, dicta que cuando quisieron arrestarla huyó a una iglesia, donde se refugió. Le concedieron el asilo en sagrado, ley medieval basada en la antigua costumbre de hospitalidad que enunciaba que cualquier perseguido por la justicia podía acogerse a la protección de iglesias y monasterios.

A pesar del apoyo de lugareños e instituciones como la mencionada, corrió como la pólvora un rumor que alegaba que Giulia envenenó el agua de Roma, lo que provocó que las autoridades irrumpieran en el santuario y la arrestaran. Tras ser torturada, confesó haber matado aproximadamente a 600 hombres. La veracidad de esto es cuestionable, pues la comercialización del veneno fue extensa y, por lo que cuenta la Historia, bajo tortura se dice cualquier cosa.

Finalmente, se decidió su condena. No solo ella, sino también su hija y otras tres colaboradoras del negocio, fueron ejecutadas en la horca. Su cuerpo fue arrojado a la zona del convento que la protegió. También se condenó a pena de muerte a algunos proveedores y clientes, aunque muchos cómplices pertenecientes a la alta sociedad fueron condenados a las mazmorras del Palazzo Pucci.

Unas pocas gotas bastaban. Fuente: El Reto Histórico.

Concluyendo, la ética de esta historia es muy discutida. En la inmensa mayoría de culturas está prohibido el asesinato, pues por sentido común se considera una mala obra. Pero, como contaba Antonio Machado a través de Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo), “(…) el Demonio, a última hora, no tiene razón; pero tiene razones”. En pleno siglo XVII, las mujeres eran obligadas a contraer matrimonio a una edad temprana. Además, solía ser por intereses, lo que no garantizaba precisamente una relación de amor y cuidados: el maltrato, tanto físico como psicológico, por parte de los maridos, estaba tan normalizado como respirar. 

No existía ley que amparase a estas mujeres atrapadas en el maltrato. Tal vez Giulia tenía un sentido de la sororidad muy desarrollado, o a lo mejor, solo era una mujer de negocios. ¿Fue una asesina? ¿Una simple facilitadora de crímenes? O ¿echaba una mano a las mujeres sin escapatoria de sus esposos abusivos?

WE ARE WHO WE ARE : don’t be stressed now

El director Luca Guadagnino de las tan aclamadas y conocidas películas como Call me by your name (2017) o Supiria (2018) se aventura en una nueva mini-serie de ocho capítulos para HBO.

Cuenta la historia de un grupo de adolescentes criados fuera de su país de origen (EE.UU.) en una base militar estadounidense en Chioggia, Italia. La serie narra las vivencias de Fraser (Jack Dylan Grazer) y Caitlin (Jordan Kirstine Seamón), dos adolescentes que viven en la base militar. Él es nuevo. Acaba de llegar desde Nueva York con su madre, Sarah (Chloë Sevigny), nombrada nueva comandante. Ella ya estaba allí. Ambos se conocen y se hacen amigos, sobre todo, por las parecidas relaciones conflictivas que tienen con sus familias.

Fotograma cap. 8. Fuente: HBO

Al cambiar de nuevo el entorno social para Fraser, llegan nuevas situaciones, personas y (auto) descubrimientos con los que tendrá que lidiar a pesar de su conflictiva e imprevisible forma de ser que tanto le condiciona y caracteriza. Una de estas nuevas personas que marcan el recorrido del personaje será Caitlyn/Harper, una joven que se lanza de lleno en una cuestión que, poco a poco, empieza a exteriorizar con la ayuda de Fraser: su identidad de género. 

Una de las tendencias más satisfactorias (para algunos) en el mundo cinematográfico es la ruptura de la cuarta pared mediante las miradas a cámara. ¿Qué es eso de la cuarta pared? Es una pared imaginaria que separa al espectador del producto audiovisual que está consumiendo, un encuentro de miradas íntimo entre el público y el personaje. Una seña de identidad que el director de Call me by your name ha querido usar para acercarnos aún más a los personajes, para hacernos olvidar que existe una pantalla que nos divide de la obra, y es por ello que hemos recopilado todos esos momentos de ruptura en un solo vídeo, con música original de la propia serie.

Fuente: Nuria Rincón.

Un retrato a la juventud de manera muy poética y cinematográfica, con señas de identidad fuertes que descubren a Guadagnino como la música. Se convierte en algo fundamental en la trama, siendo un personaje más que, incluso, acaba convirtiéndose en protagonista. Cobra tal importancia que a veces es lo único que podemos escuchar, incluso en diálogos con vital significado y tensión dramática para el espectador (el comienzo de la escena final donde Fraser saca del tren a Harper). Nos regala un número musical que nos transporta, de repente, a una secuencia de un musical contemporáneo.

Guadagnino inmersa y obliga a todo espectador, durante ocho horas magníficamente estructuradas, a acompañar en el viaje de los personajes hacia un lugar que no sabemos exactamente dónde está. Y esa es la gran incógnita del camino de autodescubrirse: encontrarse y definirse en la adolescencia que tanto marca nuestro futuro.

Es una propuesta complicada, según qué espectador haga el visionado, debido a su ritmo y a unos personajes que parecen demasiado opacos desde el principio, casi impredecibles. Son ambiguos, con personalidades excesivamente marcadas pero, aún así, el espectador no puede saber con certeza cómo van a actuar en cada situación y, en ocasiones, se frustrará y entrará en conflicto por las malas actitudes mostradas (la relación y la forma en la que trata Fraser a su madre). Pero eso es lo que nos atrapa, personajes magníficamente construidos y caracterizados y, por supuesto, con unas interpretaciones espectaculares dignas de futuros premios.

Vestuarios a lo largo de la serie de los protagonistas. Fuente: HBO

La amistad, la investigación de la sexualidad y el duro sentimiento de muchos adolescentes de no pertenecer a ningún lugar: todo colisiona con la vida (tan desconocida para la mayoría) en una fría base militar. El espacio donde se encuentran es muy determinante para sus comportamientos.

Dentro de la base son pájaros sin alas, bajo un sistema en el que sienten que no encajan. Pero cuando salen, todo cambia. Son libres, y esas alas se despliegan. Y ya no solo hay contraste con los lugares físicos, sino que la presencia mutua de los protagonistas crea un ambiente donde se pueden sentir libres para mostrarse tal y como son, tal y como les gustaría ser, sin que nadie les cuestione nada. Fraser y Caitlin muestran una complicidad absoluta, donde no es necesario hablar para entenderse. Sus mentes conectan por alguna razón que ni ellos mismos comprenden, solo saben que quieren permanecer juntos.

Recopilación de los inicios de cada capítulo. Fuente: HBO

“Aquí y ahora”, es la frase que parece estar en la consciencia de nuestros protagonistas. Libres, sin prejuicios y dejándose llevar a pesar de todo. Una generación nueva, una tercera cultura que llega para quedarse. Cuenta con una realización inspiradora con apuestas muy frescas y únicas que sin duda acompañan a la originalidad y atrevimiento de los personajes, así como la escenografía y el vestuario que tan bien contrasta las dos grandes diferencias: una Italia lo mediterránea y fresca frente a una reglamentaria y disciplinada base militar estadounidense.

No es una serie con una trama normativa con simples detonantes y puntos de giro, es algo más. El director, de una manera muy inteligente e íntima, hace que quieras acompañar a los protagonistas hasta el final. Aunque aparecen numerosos personajes todos, al final, son pequeños impulsos y razones que se cruzan en el camino de Fraser y Harper para llevarlos hasta su meta. Y es por eso que no importa que haya varias tramas secundarias sin cerrar. El clímax llega cuando se resuelve la relación entre ellos dos, cuando parece que todas las experiencias y aprendizajes les han llevado hasta ese punto, a ese momento mágico de sus vidas.

Time will tell (Blood Orange) es la canción que podemos ver repetirse en muchas ocasiones a lo largo de la serie de una manera u otra, convirtiéndose en casi un himno que conecta de manera implícita a Caitlin y Fraser.

Time will tell

Time will tell if you can figure this and work it out

No one’s waiting for you anyway so don’t be stressed now

Even if it’s something that you’ve had your eye on

It is what it is

And it keeps on running back

Finishing 8 or 9 tell me it’s the perfect time

Told you I’ll be waiting hiding from the rainfall

Come into my bedroom

Come into my bedroom

Come into my bedroom

Even if it’s all you know just keep your heart in

Anyway to keep it up just never let yourself down

Even if it’s something that you’ve had your eye on

It is what it is

Escena musical «Time will tell» (Blood Orange). Fuente: Youtube

We are who we are, una gran ventana para retratar de manera minuciosa a las nuevas generaciones tan diversas. Intimismo y personalidad pura en una serie de calidad, necesaria y con las pinceladas justas que montan un discurso natural a través de la mirada de dos personajes.

Cautivadora en la gran confusión y permanente acierto/error de los personajes, una experiencia intensa que nos lleva de vuelta a lo más sensible de esa etapa, desde la transparencia y naturalidad de personajes que rompen con lo establecido y no dan nada por sentado.

«Explota explota»: El gran debut de Nacho Álvarez

Musical dirigido por Nacho Álvarez, original de Uruguay. Durante toda la pieza cinematográfica podemos ver que la historia original está escrita en torno a la discografía de Rafaella Carrà. Protagonizada por Ingrid García-Jonsson, que se encarga de interpretar al personaje que se enfrentará a un Madrid de los años 70 con muchos problemas para su libertad como bailarina y mujer.

Fotograma del número musical inicial. Fuente: Trailer Youtube

El director rompe con la imagen cinematográfica de la España triste y gris de los años 70 para adentrarnos en un país de colores saturados y alegría. La historia está basada en una figura real: el censor de TVE de los años 70. Contaba con ideas absurdas sobre la censura (sobretodo del cuerpo de la mujer) tanto en cine como en televisión. El director revela que la historia original le vino dada por una ley que aparece en el código usado por el censor la cual prohibía los bailes en los que los pies de las bailarinas se despegasen del suelo, ya que perdería calidad artística y daría el paso hacia algo considerado erótico. A través de toques de ridiculización hacia la figura del censor y su moral, nos muestra el duro trabajo al que tuvieron exponerse las mujeres de la época para que hoy en día se pueda disfrutar de un espacio seguro y libre para todas las artistas en escenarios y platós. 

Clip que abre el film. Fuente: Youtube

María, el personaje principal, se enfrenta a todo esto a través de la música y el baile sin olvidar lo más importante de la cinta: la lucha contra la censura en el plató de televisión donde ella misma es bailarina. A través de la inocencia y de la incomprensión de normas tan absurdas, María inicia un proceso de liberalización tirando toda barrera que se pone en su camino como mujer y bailarina. Representa todo lo que las mujeres tuvieron que hacer para que las generaciones futuras fuesen más libres.

Si hay algo destacable del film es el vestuario. Todo parece estar medido al milímetro, con una paleta de colores muy definida en cada escenario, así como en cada personaje. Los números musicales, con toques de color que recuerdan a la escenografía tan marcada de Pedro Almodóvar, nos hacen querer levantarnos de la butaca a bailar al ritmo de Rafaella Carrá. Es destacable el gran trabajo de interpretación por parte de la actriz Verónica Echegui, responsable de casi la totalidad de los momentos cómicos, tanto que en algunos hace sombra a la protagonista. Las risas están aseguradas.

Número musical protagonizado por Verónica Echegui. Fuente: Youtube

Por otro lado, el musical puede llegar a ser demasiado forzado cuando intenta introducir algunos números musicales, notándose que están fuera de escena. El final acaba siendo bastante predecible cargado de clichés románticos (chico conoce chica y se enamoran), típicos de las comedias románticas que abundan tanto actualmente. No es fácil combinar un escenario que está entre el franquismo y la transición española con música, colores y baile. Nacho Álvarez lo hace aportando mucha frescura para este género tan desaparecido en nuestro país. 

Escena con la canción original de Rafaella Carrà. Fuente: Youtube

Es una película ideal para disfrutar y olvidarse de todo lo malo que está pasando más allá de la sala en estos momentos tan duros. Sin dejar nunca la reflexión acerca sobre la moral y censura que tanto ha costado a muchas mujeres conquistar.