La Alameda, icono de diversidad sexual andaluza

Ha pasado el 28F y en Voz Nueva nos sentimos orgullosos de Andalucía, una tierra que fue un enclave fundamental en las primeras manifestaciones a favor de los derechos del colectivo LGTB, con la llegada del régimen democrático. Concretamente, hablamos de la Alameda de Hércules, en Sevilla, lugar que sigue siendo referente de la diversidad sevillana.

A día de hoy, Madrid es una de las capitales de las manifestaciones de la diversidad sexual en Europa, reconocida por sus grandes marchas del Orgullo y desfiles llenos de carrozas, color, dinamismo y lucha política. En cambio, a finales del siglo XX, el escenario era muy diferente, tanto la localización como el tipo de manifestación, tenían un carácter distinto.

Después de la muerte de Franco en 1975, y del proceso constituyente en el que se envolvía España a raíz de este suceso, los colectivos LGTB de todo el territorio nacional salieron a la calle a través de manifestaciones y luchas, para conseguir la igualdad.

En 1977, se celebra en Barcelona la primera manifestación a favor de los derechos de las personas gais, lesbianas, transexuales y bisexuales. Puede decirse que fue el pistoletazo de salida para todas las demás que le sucedieron. Como hemos comentado, en Andalucía tuvo una gran repercusión, y realizó su primera manifestación el 25 de junio de 1978. La Alameda de Hércules de Sevilla se convertiría en una ubicación transcendental de la lucha andaluza para todas las  personas pertenecientes al colectivo.

¿Por qué la Alameda de Hércules?

Actualmente, la Alameda de Hércules, que a partir de ahora la denominaremos la Alameda, es un barrio sevillano caracterizado por su ambiente alternativo, su mezcla cultural y su propuesta variada en torno a ocio de todo tipo de bares de ambiente, salas de actuación, cines, teatros, discotecas… Aunque esto no siempre fue así.

La Alameda fue, hasta el siglo XX, un gran atractivo para celebraciones religiosas como San Juan y encuentros musicales en torno al flamenco, entre otras actividades culturales. Sin embargo, con la entrada de siglo, fue perdiendo relevancia y convirtiéndose en un barrio estigmatizado. 

Comparación de La Alameda de Hércules de 1870 y 2015. Fuente: ABC de Sevilla, fotografía del 1870 de Laurent y fotografía de 2015 de Raúl Dorado.

Los espacios sufren valoraciones y se jerarquizan mediante los discursos de los grupos sociales. Estas valoraciones no solo afectan al espacio en sí, que se verá influenciado por estos discursos, sino que también afecta a los propios habitantes de dicho lugar. Este proceso en la Alameda se materializa mediante la clasificación del mismo como un barrio potencialmente peligroso, con población en riesgo de pobreza y fuertemente señalada. En esta zona se llegaron a abrir 35 prostíbulos y quedó fuera de la mayoría de los procesos urbanísticos hasta la Expo del 92.

Precisamente por este ambiente de estigmatización y peligrosidad, se transformará en el espacio donde se abran los primeros locales de ambiente de Sevilla, y donde las personas pertenecientes al colectivo se reúnan frecuentemente. El lugar se caracterizaba principalmente por locales con alquileres reducidos y por ser poco transitado, a excepción de los allí convivientes. El colectivo LGTB ha sido, y en muchos aspectos lo sigue siendo, un colectivo estigmatizado y reprimido, por lo que las personas se sentían obligadas socialmente a apartarse de la ciudad y relegarse a espacios como este.

Manifestaciones en la Alameda

El 25 de junio de 1977, se celebra la primera manifestación andaluza por los derechos del colectivo LGBT en la Alameda de Hércules, Sevilla. Se celebra en conmemoración a la revuelta de Stonewall en Estados Unidos, primer paso decisivo en esta lucha. Se hace a modo de afirmación, para eliminar esta etiqueta de estigmatización que tantos años llevan a sus espaldas.

A pesar de la fuerte represión policial que hubo en Barcelona un año antes, el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) convocó un mitin, donde se preveía que asistiesen unas 100 personas. Finalmente, asistieron en torno a 1000 personas, que luchaban también por la libertad de los “peligrosos sociales” que el franquismo había encarcelado.

Imagen de la manifestación organizada por Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria. Fuente: La Otra Andalucía.

Mar Cambrollé, una de las mujeres que participó y defendió sus derechos ese día de 1977, actualmente es la presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía y la que portó durante muchos años todos los documentos y archivos de esta manifestación. En 2018 lo entregó al Archivo General de Andalucía acreditando que era “para que no se olvide la historia, no se reescriba, ni se secuestre”.

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Bandera LGTBI colgada en el Puente de Triana. Fuente: Sevilla Secreta.

A día de hoy, en la Alameda se sigue celebrando la marcha del Orgullo, por ser un lugar emblemático para este colectivo. Aún así, el barrio ya no es lo que era. Después de sufrir un proceso de gentrificación, ya no se caracteriza por ser el refugio de las personas estigmatizadas, sino que lleva por bandera esa diversidad y es un lugar donde se mezcla la cultura, la innovación y el arte.

Como andaluces, debemos sentirnos orgullosos, y más en estas fechas, de que nuestra tierra fuera pionera en la lucha de los derechos LGTB y se manifieste a favor del amor libre, y de la diversidad sexual y de género.