“Si conseguimos que una generación crezca libre en España, nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro”.
Esta cita es un fragmento de uno de los diálogos de la película, en ella reside el verdadero significado y mensaje de la misma; pero no solo la he usado como entradilla por ser uno de esos “pellizcos emocionales” que te da esta preciosa película, si no también porque va a tener su peso en este artículo.
Esta finísima película estrenada bajo la dirección de José Luis Cuerda (Amanece que no es poco, Así en el cielo como en la tierra) está basada en tres cuentos de Manuel Rivas: La lengua de las mariposas, Un saxo en la niebla y Carmiña. Protagonizado por Fernando Fernán Gómez, sin duda alguna, uno de los rostros del cine español y por un jovencísimo Manuel Lozano, esta adaptación escrita por Rafael Azcona cuenta la historia de Moncho, un niño que asiste por primera vez al colegio tras una infancia marcada por su mala salud debido al asma que sufría.
Aunque muestra una actitud reacia al principio ya que “tenía miedo a que en la escuela le pegasen”, en el momento que conoce a su profesor, Don Gregorio, Moncho se enamora de la escuela y de la naturaleza.
Contextualizada en la zona rural de Galicia, en pleno 1936, este drama desgarrador a la par que emotivo te conduce desde el ocaso de la II República española hasta el estallido de la Guerra Civil.
Volviendo a la cita del principio, la película te muestra el contraste de las llamadas dos Españas en el contexto previo a la guerra civil; por un lado, la más tradicional, autoritaria y católica, por otro, la España progresista y esperanzada en el nacimiento de la democracia.
Sin embargo, la película prefiere no contarte esto desde un punto de vista seco que pueda llevar a los espectadores a cierta polémica (tampoco lo vamos a hacer en este artículo). Lo hace desde el proceso de educación de un niño y cómo la etapa en la que está construyendo su propios valores, creencias y personalidad se ve destruida por el miedo a la represión franquista.
Para entender este viaje personal que realiza nuestro pequeño protagonista, antes debemos de conocer y analizar la relación que tiene con Don Gregorio.
Moncho es un niño curioso, interesado por todo lo que le rodea, rápidamente se enamora de aprender y del método de aprendizaje que le ofrece Don Gregorio, un profesor que huye de aquellos métodos tradicionales de enseñanza, y mucho más de las formas de castigo que atemorizaban a los niños de la época. “Don Gregorio no pega”; es una persona enamorada de la naturaleza, quien enseña valores a partir de la misma y, aunque, es un gran defensor de la república, él no es partidario de que sus alumnos tengan que compartir su propia opinión, les hace pensar y reflexionar bajo su propio criterio.
Esta faceta de Don Gregorio no solo es crucial para captar el mensaje de la película —la libertad—, también lo es para el crecimiento de Moncho, quien en su propia casa está condicionado por sus padres, cada uno representando a un modelo de esas “dos Españas” que comentábamos anteriormente. Por esta razón, la verdadera intención de Don Gregorio es que el joven aprenda y construya su propia personalidad en función de sus propias creencias desde una edad bien temprana.
Pero, ¿a dónde quiero llegar realmente con esto?
Lo que se intenta transmitir en esta película es la importancia de crecer en libertad. De que una persona se forje sus propios argumentos en base a lo que realmente crea como fruto de una educación en la que no hubiese ningún techo que mermase la libertad en cualquiera de sus vertientes; una libertad que se vio eclipsada tras los fatídicos años de la guerra.
Podría hilar ese aspecto de pérdida de la libertad en la educación con algún que otro titular actual, pero como he dicho anteriormente, si la película no quiso entrar en polémica en ese sentido, ¿quién soy yo para hacerlo a raíz de ella?
Valoración
Es una película preciosa, muy fina y emotiva; una película con mucho subtexto que hay que ir desmenuzando poco a poco.
Sin duda alguna, una de las joyas del cine español.