Macarena de la Torre: «El Flamenco forma parte de mi vida»

Macarena de la Torre, natural de Almonte (Huelva), es una cantaora que representa la imagen del flamenco en su estado más fresco y actual. A lo largo de su carrera, ha demostrado la versatilidad de su voz enfrentándose a numerosos festivales y peñas ejecutando cantes en su estado más puro. Así como a conciertos acústicos acompañada de una banda compuesta por cinco músicos con los aires mas contemporáneos. Con sólo tres años se subió por primera vez a un escenario encandilando a todos los presentes con su gracia y su arte. Completó sus estudios de flamenco formándose en la fundación Cristina Heeren, donde llegó a través de una beca que obtuvo en un concurso. También ha recibido clases de cantaores de la talla de Paco Taranto y José de la Tomasa entre otros. Cuenta con numerosos premios de fandangos, cante con el que se introdujo en el mundo del flamenco. Además, fue finalista en el año 2016 del prestigioso Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba.

Fuente: macareladelatorre.es
¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo de la música?

Entré en el mundo de la música, prácticamente, de una manera circunstancial. Desde siempre me ha encantado cantar, pero claro, en mi época, el ser artista no estaba tan normalizado como ahora. Para mí era algo inalcanzable. Entonces, hice mis estudios porque mi prioridad era formarme. Cuando terminé mis estudios, me puse a trabajar en el Ayuntamiento de Almonte. Estando ya trabajando, decidí apuntarme a clases de fandangos de Huelva, que yo sabía interpretar, pero quería ponerle nombre y apellidos a mi estilo y tener un conocimiento más profundo del fandango de Huelva. Mi profesora, Amparo Correa, sin consultármelo, me inscribió a un concurso al que fui y tuve la suerte de ganarlo. Ahí, obtuve una beca de estudio en la fundación Cristina Heeren y decidí emprender una aventura en cuanto a la formación con respecto al cante y al flamenco.

¿Cantar ha sido siempre tu sueño, o soñabas con trabajar de otra cosa?

Yo siempre he soñado ser feliz. En mi niñez, no era de las que jugaba a subirme en un escenario y cantar. Yo tenía normalizado el cantar, pero no tenía el objetivo de ser artista; era la que amenizaba las fiestas familiares. El tema de ser artista, ha sido algo circunstancial. Es más, las cosas más maravillosas que me han pasado en la vida han sido por cuestiones que se han desarrollado de manera involuntaria. A veces, el que se te aparezcan las oportunidades es mucho más bonito y más efectivo que el hecho de querer, obligatoriamente, conseguir las cosas.

«El secreto de mi sonrisa», «Retales», «Eres para mí»; ¿qué sientes cuando ves que tienes tres discos en el mercado?

Son tres discos completamente diferentes, no se parecen en nada el uno al otro. El primero, lo grabamos en 2012 con la necesidad de mostrar a ese público mi intención de dedicarme a cantar. Es un disco muy versátil, donde canto pop, flamenco, e incluso hago algunas versiones. El segundo disco me define un poco más. Es un surtido de toda aquella música que, hasta aquella época, era importante para mí. Es un disco rociero, que no solo de sevillanas y que el destino quiso así. El último disco no me lo hubiera planteado, a no ser que la vida me hubiera demandado señales en las que yo entendía que había que grabarlo sí o sí.

¿Qué supone para ti el flamenco?

Lo tópico y lo típico sería decirte que es una forma de vida. El flamenco es lo primero que uno empieza a escuchar, por lo menos aquí en esta tierra, desde que se tiene conciencia. Yo no respondo a ese perfil friki que solo escucha flamenco, porque yo me considero amante de la música. Siempre escucho música buena y de calidad, pero claro, el flamenco es mi seña de identidad; es de dónde vengo. Yo empecé con el fandango de Huelva, que para mi entender es de los estilos-raíces del flamenco, por eso tengo ese vínculo especial. Te puedo confesar que en mi día a día siempre tengo puesto flamenco, porque es lo que me gusta, pero no me encierro únicamente a ello.

Fuente: macarenadelatorre.es
Centrándonos en el flamenco, ¿tienes algún ‘palo’ favorito?

Lo acabo de confesar; el fandango de Huelva. Soy adicta al fandango de Huelva, e incluso me autodenomino como friki del fandango’. No me canso de aprender, de estudiarlo, de vez en cuando recurro a los creadores de los estilos personales de Huelva. Cuando imparto clases, lo primero que enseño es el fandango de Huelva, por eso tengo un vínculo con el cante de mi tierra que va mucho más allá de la afición; forma parte de mi vida.

Los cantaores y cantantes siempre os inspiráis en alguien, o soléis tener a alguien de referente, ¿es tu caso?

Puedo decirte que tengo mi personalidad fraguada y forjada, pero, obviamente, todos cuando empezamos tenemos referentes. Cuando empezaba, me miraba en espejos como los de Mayte Martín, Estrella Morente, Árcangel, que eran los artistas que funcionaban cuando yo empecé. De los que ya no están, escucho mucho a Camarón, Enrique Morente, La Paquera de Jerez o Pepe Pinto. El yo tener la fijación de cantar como alguno, se esfumó, porque gracias al estudio y la formación se desarrolla una personalidad propia.

Cambiando un poco de tema; no solo abanderas el flamenco en el ámbito del cante, sino también de una forma diferente en redes sociales, ¿qué es eso de ‘flamenkencer’?

Tengo que ser realista y decir a boca llena que el triunfo mío en las redes no es responsabilidad de mi faceta cantaora. Tiene mucho más que ver mi faceta personal; el día a día. En la última romería de El Rocío, el diario ABC, se hace eco de las famosas ‘influencers’ mejor vestidas de la romería y, de repente, estoy yo en esa foto. Yo no me considero ‘influencer’ porque el serlo, responde a otros perfiles que no me corresponden, pero entiendo que mi forma de vestirme y de ser, ha creado una tendencia. De hecho, estoy en un proceso de patentar la expresión.

Fuente: macarenadelatorre.es
Para concluir, a finales del pasado año tuviste dos conciertos en Sevilla, ¿cuáles fueron tus sensaciones al volver a los escenarios después de un año tan castigado para la cultura a causa de la pandemia?

Fue un sentimiento de gratitud hacia la actitud de valentía de ese público que decidió arriesgarse a meterse en un teatro (por supuesto, con todas las medidas de seguridad), que implica el estar cerca de otras personas a las que no conoces. Hay que proclamar que la cultura es segura, y lo que no podemos entender es que se le esté dando vía libre a la hostelería, y que la cultura sea el último ámbito al que se le está dando un poco de libertad. Además, la gente está necesitada de desconectar, de distraerse y de salir de esa rutina en la que nos ha metido esta situación mundial. Entiendo y recomiendo siempre que esa forma de desconexión la hagamos a través de la música, y si lo hacemos en directo, más que mejor. La música es sanadora y el mejor antibiótico que nos pueden poner.