Exigencias sobre el escenario, ¿el espectáculo debe continuar?

A pesar de que el feminismo está más presente que nunca, aún podemos observar cánones a los que la mujer artista se tiene que someter. Las críticas a la industria musical se centran en la puesta en escena en los conciertos. Los shows de mujeres y hombres artistas son sustancialmente diferentes.
Jennifer López en la Pepsi Superball de 2020. Fuente: Tropicana

“Aunque cantantes como Beyoncé, Lady Gaga y Madonna son partes esenciales de la cultura moderna, las cantantes han tenido que pasar por un camino muy difícil para poder llegar a donde están y recibir el crédito que se merecen” mencionaba la musicóloga Abbey Philips. Y es que el panorama musical ha sufrido un cambio drástico en comparación con siglos anteriores. El feminismo ha llegado para quedarse, pero aún no parece ser suficiente. Que hoy en día las artistas femeninas lideren la lista de éxitos no significa que estén en igualdad de condiciones.

“Aunque cantantes como Beyoncé, Lady Gaga y Madonna son partes esenciales de la cultura moderna, las cantantes han tenido que pasar por un camino muy difícil para poder llegar a donde están y recibir el crédito que se merecen” 

Abbey Philips

Cuando se menciona el machismo en la música, automáticamente, la mayoría piensa en las letras, y en especial en las del reggaetón y del trap. Sus vídeos y canciones han influido de tal forma en las nuevas generaciones que frases como la de Maluna en 4 babys: «Siempre me dan lo que quiero, chingan cuando yo les digo. Ninguna me pone pero», son normalizadas e integradas en el imaginario colectivo sin hacer saltar ninguna alarma.

Pese a ello, ya despuntan algunas menciones feministas en este género, como el remix del mismo Maluma de Mala Mía: «Algunos no entienden eso que las mujeres tengamos sexo tan libres como los hombres», junto a Anitta y Becky G.

Portada single Mala Mía Remix Fuente: Net.tv

No obstante, la letra no es lo único que puede provocar una idea preconcebida acerca de cómo tratar una mujer. Un aspecto que casi siempre pasa por desapercibido es la puesta en escena en los conciertos. El origen de esta nueva polémica reside en la pasada gala de los MTV Video Music Awards, con Miley Cyrus como protagonista. En ella, la cantante fue criticada por los medios tras su actuación de Midnight Sky, siendo esta calificada como «sobria» o «poco sorprendente».

“Yo sólo estaba haciendo unas peticiones sobre la actuación, nada de exigencias de diva. Quería que las luces estuvieran apagadas y que la luz de la sala solo me apuntara a mí. Sin luz clave, sin luz de belleza”, respondió Cyrus en una charla en The Joe Rogan Experience.

Según el estudio de Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology del año 2018, esas luces que menciona la cantante se usan como antiarrugas, o para el acné común, haciendo que la piel se vea más radiante y rejuvenecida. “La luz de belleza sólo se utiliza para las mujeres y yo le dije al director que quitara las malditas luces. Nadie le diría nunca a Travis Scott o Adam Levine que no pueden quitarlas”, añadió la artista mostrando su desacuerdo.

“La luz de belleza sólo se utiliza para las mujeres y yo le dije al director que quitara las malditas luces. Nadie le diría nunca a Travis Scott o Adam Levine que no pueden quitarlas”

Miley Cyrus

Pero esto no queda ahí. Si se comparan actuaciones entre cantantes femeninos y masculinos, la puesta en escena es muy distinta. Mientras que artistas como Lady Gaga, Beyoncé o Jennifer López deleitan al público con coreografías impensables, cambios de vestuario o incluso fuego; otros como Ed Sheeran o Shawn Mendes sólo se bastan de una guitarra y dos o tres focos para que la performance sea igual de extraordinaria.

Pero, ¿dónde está la raíz de esta problemática? Tal y como menciona la cantante Oum, la industria musical ha sido históricamente un panorama dominado por hombres, motivo por el que posteriormente a la mujer se le exigió mucho más para alcanzar el éxito. No bastaba sólo con tener una voz encantadora, sino que esta debía romper los moldes. En primer lugar, con el contenido de sus canciones, como es fue el caso de Dolly Parton, quien se atrevió a añadir en sus canciones en plenos años sesenta versos como “sus errores no eran peores sólo porque es una mujer”.

Dolly Parton, 1968 Fuente: Taste of the Country

Con la llegada de la música comercial, la voz pasaba a un segundo plano. Los espectadores comenzarían a centrarse en la imagen y espectáculo del artista. Madonna con su tour The Virgin fue una de las primeras en dar un verdadero show con cambios de vestuario y coreografías. La cifra de lo recaudado ascendió a 5 millones de dólares aunque Billboard reportara 3.3 millones. Estos artificios en la música en directo se convirtieron en habituales. Esta tónica persiste a día de hoy y ejemplo de ello son las actuaciones de Lady Gaga o Ariana Grande.

Por tanto, la pregunta es ¿hasta qué punto debe impresionar una mujer en el escenario para que sus canciones tengan éxito? Lo cierto es que frente a aquellas canciones que rompían con lo tradicional y reclamaban la igualdad, los éxitos de hoy en día aún tienen pendiente aprender de las anteriores generaciones. “No creo que los hombres sean el enemigo, creo que las mujeres somos el verdadero enemigo. Estamos actuando de una manera competitiva e insana entre nosotras”, mencionaba la cantante británica Lilly Allen.

Aún así, es cierto que existen cantantes que tratan de seguir con la lucha por el feminismo en la industria. Vídeos musicales como Positions de Ariana Grande son todo un manifiesto feminista, en este caso denuncian la falta de mujeres en los altos cargos del gobierno estadounidense.

Ariana Grande en su vídeo positions simulando ser la presidenta del Gobierno de Estados Unidos Fuente: Youtube

Para continuar con esta batalla, las cantantes femeninas deben ir un paso más allá y aplicarlo en sus puestas en escena. No se basa en competir por una coreografía sorprendente o por el mayor número de fuegos artificiales, sino en luchar unidas para erradicar la ‘espectacularización’ de la imagen femenina en los directos.

Artistas como la jovencísima Billie Eilish y Anne Marie o, recientemente, Demi Lovato ya se han sumado a este nuevo renacer de la mujer en la industria musical. Han dejado a un lado coreografías y se han centrado en perfeccionar su voz o estilo, consiguiendo, en consecuencia, millones de seguidores en todo el mundo.

Los tatuajes: un arte tanto antiguo como actual

Los tatuajes, aunque parezcan una moda actual, son tan antiguos como los propios seres humanos en la modernidad. De hecho, uno de cada tres españoles de entre 18 y 35 años poseía un tatuaje en 2019, según la Academia Española de Dermatología. Sin embargo, aunque los tatuajes han sido una costumbre en diferentes culturas y épocas, su percepción se enturbió con el tiempo. A su vez, actualmente los tatuajes veganos son los que están ganando terreno en este mundo artístico.

En 1991 se encontró en los Alpes de Ötzal a la que se cree que es la primera persona con pinturas en su propio cuerpo.  Se trata de una momia que vivió durante la Edad de Cobre. Tenía 68 tatuajes en la muñeca izquierda, dos en la  espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la pierna izquierda. Se teorizó que podría tratarse de un método de acupuntura o curación mágica. Del mismo modo, nos encontramos en Egipto con la momia Amunet. De este país provienen los tatuajes de henna. Su uso se dedicaba a prevenir enfermedades y como muestra de valentía o madurez.

Momia Amunet. Fuente: El Semanario Sin Límites

Los tatus de henna servían para decorar el cuerpo de la mujer para celebraciones o ritos de in iniciación desde finales de la Edad de Bronce. Son temporales y normalmente cubren las manos y los pies, lo cual se conoce como arte mehndi. Se descubrió en Occidente a partir de la década de los 90. Una de sus grandes portadoras ha sido Madonna. La henna se elabora mediante ramas y hojas machadas de la planta Lawsonia Inermis. Una vez aplicada la pasta de henna y después de haberse secado, se le rocía encima con una mezcla de jugo de limón y azúcar. Cuando la pasta se retira, deja una marca naranja del dibujo en la piel, la cual tarda entre una y dos semanas en desaparecer.

Pasta de henna aún sobre la piel. Fuente: Pinterest: enfemenino

Pasta de henna ya eliminada y marca naranja restante. Fuente: Pinterest: Divine Henna – Henna Hair and Body Art Products Australia

Por otra parte, en la Polinesia se utilizaban como estrategia en el campo de batalla. En las Islas Marquesinas tenía un concepto erótico o sexual. Y por último, en la Isla de Pascua se creía que esta práctica evitaría que las arrugas aparecieran en tu piel. Respecto a la forma de hacerlos, eran muy variadas: aguja, hilo y colorante; cortes, escarificación a través de cicatrices o con un hierro ardiendo.

En la Edad Media, con el catolicismo, la imagen de los tatuajes comenzó a degradarse y a definirse como una mutilación al propio cuerpo. Sin embargo, esta impresión de los tattoos cambió en los años 60 gracias al Movimiento Hippie. Por fin se consideraba una práctica médica y se puso de moda la micro pigmentación. Esto se debe a la creación de las tintas elaboradas a base de óxido de hierro en suspensión de alcohol y glicerol. Asimismo, el primer tatuador que se conoce fue Martin Hilderbrandt,  tatuador oficial de los bandos de la Guerra Civil Americana; aunque la primera máquina para tatuar la inventó Samuel O’Reilly en 1891.

Primer tatuador Martin Hilderbrandt. Fuente: Style International

Samuel O’Reilly, inventor de la primera máquina para tatuar. Fuente: The Irish Times

Primera máquina de tatuajes inventada por Samuel O’Reilly. Fuente: Pinterest: Society6

No obstante, actualmente este arte en la piel no está bien visto en Japón, ya que recuerda a la mafia Yakuza. Sin embargo, en el año 1.000 a.C. los tatuajes tenían como uso marcar a los criminales. Más tarde, exactamente en el siglo XVIII, se prohibieron al abrirse paso al Occidente para no causar una mala imagen.

De nuevo en la actualidad, concretamente en la última década, los tattoos se han convertido en una moda global. Esto ha sido gracias a los deportistas de élite o artistas musicales que los comparten a través de sus redes sociales. De hecho, uno de cada tres españoles de entre 18 y 35 años poseía un tatuaje en 2019, según la Academia Española de Dermatología. No obstante, llegaron a España bastante tarde, alrededor de los años 80, mientras que en Londres habían llegado un siglo antes.

Un gran problema que afecta a este sector es el intrusismo laboral. Por cada empleado legal hay dos ilegales, según la Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales (UNTAP). Del mismo modo, la UNTAP considera que entre el 12 y el 15% de la población española está tatuada. También valora que la media de personas que se hacen tatuajes al año se encuentra en torno a un millón. Asimismo, el 5% de los europeos tenía al menos un tatuaje en 2003, mientas que en 2016 era el 12%, según la Unión Europea.

Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales (UNTAP). Fuente: untap.org

Por otra parte, las tintas están compuestas por pigmentos derivados de metales, como ya hemos visto anteriormente. La tinta roja proviene del mercurio, la negra del carbón, la azul del cobalto, la verde del cromo, la púrpura del magnesio y la blanca del titanio o  del óxido de zinc. Por este motivo, cada vez es más usual que haya una mayor cantidad de reacciones alérgicas o rechazo a la tinta por parte de la propia piel.

Debido a esto y a la búsqueda de sostenibilidad para proteger al medio ambiente, se han creado los tatuajes veganos en grandes ciudades como Nueva York, Londres o Berlín. En España los realizan estudios como Alchemist’s Valley, el cual tiene sedes en Madrid y Barcelona. Utilizan productos cruelty free, es decir, productos que no tienen origen animal ni se testean en animales. Como ventaja podemos destacar que estos tatuajes son hipoalergénicos, por lo que la piel los asimila mejor. Sin embargo, posee una desventaja y esta es que la tinta se decolora más rápido.

Estudio de tatuajes Alchemist’s Valley. Fuente: http://www.alchemistsvalley.es

Para finalizar, aquí tienes algunos factores a tener en cuenta cuando te hagas un tatuaje, los cuales te sirvan de ayuda:

– Haz caso a los profesionales.

No dejes el plástico durante mucho tiempo.

Espera unos días para utilizar la crema.

Evita el sol, el mar y la piscina.

Prescinde del ejercicio por unos días.

Elude el agua caliente.