El petting, lo que es sexo pero no creías que era sexo

Se llama petting a toda aquella práctica sexual que no conlleve la penetración. Siempre se ha cometido el grave error de asociar el sexo a la introducción del pene en la vulva o en el ano, o peor aún, no considerar sexo a todo lo que no sea eso. Sin embargo, el coito tiene muchos más aspectos y elementos aparte de la típica penetración.

El término petting viene del verbo to pet en inglés, que significa “acariciar”. El habla hispana es bastante amplia con este aspecto. En España es conocido coloquialmente como “magreo”, en Argentina se le llama “franelear” y en México “faje” o “caldeo”.

Con estos conceptos, podemos dilucidar que lo más característico del petting son las caricias, lo cual no quiere decir que no entren otras prácticas como el sexo oral o el uso de juguetes sexuales. Se comete otra equivocación llamándolo preliminares, pues da a entender que es meramente un acto previo a la penetración, y la sobrevalora por encima de lo demás.

Segunda fase del petting. Fuente: Katie Salerno (Pexels)

Existen distintas formas de practicar el petting, pues es una práctica que otorga total libertad y da pie a la imaginación y la creatividad. Pero si estás perdido/a y quieres conocer una forma de hacerlo, puedes guiarte por estas tres fases:

  • Durante la primera fase tienen lugar besos, abrazos o caricias. Además, se empieza a tomar de las manos.
  • La segunda fase consiste en el contacto físico con ropa. Aquí es cuando tienen lugar las caricias y los manoseos, pero siempre por encima de la ropa. Los besos empiezan a cobrar más intensidad.
  • En la tercera y última frase se profundiza más, literalmente. Es aquí cuando las manos ya empiezan a introducirse por debajo de la ropa, aumentando la excitación. Continúan los besos y las caricias. Se puede acabar estando totalmente desnudo/a o conservando la ropa interior, lo cual puede dar aún más erotismo por el misterio. En este momento ya se podría comenzar a dar paso al sexo oral o a masturbar a la otra persona.
Tercera fase del petting, desnudos o en ropa interior. Fuente: Jessica Ticozzeli (Pexels)

Una de las principales ventajas del petting es que el riesgo de contraer ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) es mínimo. Solamente habría riesgo sin ropa, pues cuando los fluidos seminales entran en contacto con la tela, se quedan impregnados en esta y no la traspasan. En el caso de que entren en contacto con una zona desnuda del cuerpo que no sea muy próxima a los labios vaginales, el ano o la boca, tampoco existe peligro.

Otro fluido con el que hay que tener mucho cuidado es el líquido preseminal que, aunque no pueda transmitir algunas ITS (VIH, gonorrea…), sí es capaz de hacerlo con otras (Virus del Papiloma Humano, ladillas, sarna…). Además, también existe la posibilidad de provocar embarazo. En definitiva, siempre es recomendable tomar las precauciones pertinentes para que el peligro sea el mínimo posible. Las más efectivas son las barreras de látex, es decir, los preservativos o las láminas.

Las fiestas petting

Anteriormente hemos hablado del petting como una práctica entre dos personas. Sin embargo, también puede realizarse en multitud. Es aquí donde entran en juego las llamadas “fiestas petting”.

Uno de los ejemplos más conocidos que tenemos sobre este tipo de celebraciones es aquel famoso capítulo de la serie Física o Química en el que la llevan a cabo. Esto ayudó bastante a darle visibilidad. Son fiestas en las que tiene lugar el alcohol, la música… Y, por supuesto, el petting. Tienen una regla principal: No está permitida la penetración.

Fiesta petting en la serie Física o Química. Fuente: Atresplayer.

Para organizar esta fiesta, es esencial el sitio. No puede ser en una nave o un local vacío. Se recomienda un espacio amueblado, como una casa o un chalet. De esta forma, hay sofás, camas y otras superficies que permiten practicar el sexo de forma más cómoda.

En tiempos de pandemia, no es conveniente realizar estas fiestas debido a la posibilidad de crear un brote. Por lo tanto, si se acaba haciendo la fiesta, se aconseja que sea con personas vacunadas o que tengan ya anticuerpos de haber contraído el COVID-19 anteriormente.

Por último, el posible consumo de drogas y la presencia de mucha gente dispuesta a esto no debe opacar el aspecto más importante de todos: Que las prácticas sexuales sean con consentimiento.

¿Cómo de buena puede ser la masturbación?

El onanismo o masturbación es la actividad sexual más frecuente entre los seres humanos. También es la más práctica, pues no depende de nadie más que del propio individuo. Estaba muy demonizada siglos atrás, pero poco a poco la sociedad ha ido normalizándola.

A día de hoy, esta normalización aparenta ser mucho más propensa en el sexo masculino que en el femenino, pudiendo llegar a considerarse incluso tabú. Sin embargo, según un estudio británico realizado en 2008 por la sexóloga Makeda Gerressu, no hay mucha diferencia entre ambos: Un 95% de los hombres aseguran masturbarse, frente a un 89% de mujeres. Ahora bien, ¿cuáles son los beneficios de la masturbación?

En primer lugar, a nivel sexual es bastante útil. Es una forma de autoaprendizaje y autoconocimiento para explorar nuestro propio cuerpo y experimentar con distintos gustos, además de conocer nuestras limitaciones. Es una forma de cumplir con la fantasía sexual de cada uno sin tener que depender de nadie ni comprometerse.

«La masturbación más que pedir fantasías las exige»

Nancy Friday

Según la escritora Nancy Friday «La masturbación más que pedir fantasías las exige», pues se cumplen en el momento y no hay que rendir cuentas a nadie. Además, la autoerótica incrementa el deseo sexual, siempre que no se practique de forma excesiva. No se puede ser infiel con la masturbación siempre que sea un acto individual y no implique a otra persona, sería como tratar de infidelidad a los sueños.

Dentro del plano psicológico, nuestra colaboradora la psicóloga Estrella Cubiles, afirma que provoca una combinación muy variada de sentimientos y emociones. Puede ir desde la culpabilidad y el rechazo a la satisfacción y el bienestar. Permite acabar con el estrés y liberar tensiones, lo cual es bastante recomendable dentro del trabajo.

Asegura también que esta práctica sexual mejora el sueño, lo cual es primordial, teniendo en cuenta lo que repercute dormir bien en el estado de ánimo. Es una dotación del ser humano a sí mismo para poder librarse de ese miedo interno que limita las relaciones sexuales, conociéndose más a sí mismo. Este autoconocimiento deriva en un aumento de la autoestima, como culminación de todos estos beneficios.

Fuente: Fotografía de Dainis Graveris / Pexels.

También implica una serie de ventajas en la salud física. La psicóloga Cubiles apoya la idea de que disminuye el riesgo de contraer un cáncer de próstata, o el de tener un infarto de miocardio, ya que la masturbación baja la presión arterial. También indica que posibilita mejorar el control de la vejiga por parte de las mujeres. Existen rumores de que con la masturbación se pierde testosterona, sin embargo, esta práctica sexual cuenta como ejercicio. No obstante, se recomienda no abusar de esta, y que se practique después de realizar los entrenamientos y no antes.

A pesar de todos estos beneficios, no se puede obviar la necesidad de una educación sexual en torno a la masturbación. Esto puede ser esencial para eliminar esas connotaciones negativas alrededor de esta, que solamente podrían ser reales en casos extremos de masturbación compulsiva o adicción.

Cultura No Fap
El youtuber Biohacker Extremo contando su experiencia tras 84 días sin masturbarse. Fuente: YouTube.

Se está extendiendo dentro de Internet una especie de filosofía de vida llamada No Fap. Como su propia traducción indica consiste en no masturbarse. Es uno de los resquicios que quedan de la demonización de esta actividad. Podría tener su origen en un desafío llamado No Fap September que surgió en la página 4chan. Este reto consistía en aguantar el mes de septiembre entero sin masturbarse.

Esta cultura la han impulsado varios youtubers que intentan cumplir con ese desafío, no solo un mes, sino 90 días. Cuando cumplen ese trimestre, extienden el reto al resto de su vida. Suelen culpar a la masturbación de aspectos como la abulia, la frustración sexual, el conformismo, el fracaso en el amor… Para ellos, el fin de la masturbación supone el fin de todos esos aspectos.

Si bien es cierto que masturbarse de manera excesiva y demasiado frecuente puede acarrear malas consecuencias, está demostrado que los beneficios de una masturbación controlada tienen mucha más presencia que sus posibles perjuicios.

El punto A: la zona que te lleva a experimentar los mayores orgasmos

Todas y todos hemos escuchado hablar del punto G y del placer que este provoca. Pero, ¿cuánto sabes sobre el Punto A? Aquí te contamos todo sobre esta zona erógena que puede llevarte a vivir los mejores orgasmos de tu vida.

Hasta hace un par de años, los ginecólogos y sexólogos daban por hecha la existencia del Punto G. Pero un estudio británico que se llevó a cabo en 2009 demostró que la existencia de este punto estaba basada en experiencias personales. Aun así, hay muchas mujeres que dicen llegar al clímax con la estimulación del Punto G. Pero, ¿sabías que existe una zona erógena que te puede provocar mejores orgasmos aún? Aquí es donde toma protagonismo el Punto A de la mujer.

El Punto A femenino

Un estudio realizado en la década de los 90 por el doctor malayo Chua Chee Ann demostró la existencia de un nuevo punto erógeno, el Punto A o AFE (Anterior Fornix Erotic Zone). Esta zona fue descubierta mientras estudiaba la sequedad vaginal. El doctor vio que cuando estimulaba dicha zona las mujeres producían mucha lubricación debido a una gran excitación e incluso llegaban a tener varios orgasmos.

¿Dónde se ubica el Punto A?

Según Ava Cadell, consejera sexual certificada y fundadora de Loveology, el Punto A se encuentra a 7,5 centímetros aproximadamente de los labios vaginales y a pocos centímetros del Punto G, entre el cuello uterino y la vejiga.

Representación del Punto A en la vagina. Fuente: Ron Lach / Pexels.
Beneficios de encontrar el Punto A

Los sexólogos dicen que encontrar el punto A puede ser complicado y que, de hecho, no todo el mundo lo encuentra, pero “si das con él puedes vivir un cúmulo de sensaciones espectaculares” dice la sexóloga Zoraida Granados.

Según el estudio llevado a cabo por Chua Chee Ann y los posteriores llevados a cabo por otros expertos, lo que caracteriza la estimulación de esta zona es el nivel de excitación que puedes conseguir y la posterior lubricación como respuesta a dicho placer. Ese placer va aumentando con la estimulación del punto y puede llegar a provocar hasta múltiples orgasmos. La sexóloga Zoraida Granados añade que los orgasmos que provoca son más prolongados e intensos que los que se tienen normalmente.

La investigación de Chue Chee Ann mostró que dar con este punto correctamente podría acabar con la anorgasmia. En el estudio consiguió,con una correcta estimulación de la zona, que personas que nunca habían tenido un orgasmo, llegasen a tener sus primeros orgasmos.

¿Cómo puedes encontrarlo?

Según los expertos y expertas dar con este punto puede ser un poco complicado, es por esto que aconsejan una serie de posturas y técnicas. Esta zona puede estimularse con los dedos, con juguetes sexuales o con el pene.

En el caso del pene y los juguetes sexuales las posturas que recomiendan los expertos son “el perrito” o el “misionero” si te colocas una almohada o cojín para levantar tu pelvis. Son estas las posturas que se recomiendan porque se produce una mayor penetración en ellas.

Si vas a experimentar tu sola o con los dedos de otra persona Zoraida Granados recomienda tres posturas:

“La mujer boca abajo y su pareja detrás de ella, de forma que los dedos toman mayor movilidad; la mujer sentada en el borde de la cama y la pareja sexual arrodillada delante; y la mujer en posición de ‘4 patas’ y su pareja sexual tras ella, con la misma ventaja que en la primera, aunque con mayor profundidad”.

Fuente: Anna Shvets / Pexels.
Fuente: Anna Shvets / Pexels.

El placer es subjetivo y un término muy amplio. Además, cada cuerpo es diferente al resto, lo que influye a la hora de encontrar el punto A. El científico italiano Emmanuele Jannini en una investigación mostró que cada mujer llegaba al orgasmo de manera distinta y con la estimulación de diferentes zonas. Encontrar el Punto A en las mujeres puede ser una explosión de sensaciones placenteras, pero si no lo encuentras no te preocupes, habrá otras zonas erógenas o técnicas que te lleven a vivir esos orgasmos. “Todo depende de conocerte y conocer tu cuerpo” dice la sexóloga Sonia Encinas.

Menos penetración y más compenetración

Si pensamos en la masturbación, seguro que lo primero que se nos viene a la cabeza es en “autocomplacer” nuestro deseo sexual con nuestras propias manos o en el aperitivo previo al “sexo de verdad”, es decir, a la penetración que tan necesaria parece, pero que tantas puertas cierra a la creatividad sexual. En ocasiones, hay quienes consideran la masturbación como “el sexo de los pobres”, lo cual no puede quedar más lejos de la realidad, siendo esto consecuencia del desconocimiento.
Fuente: Pinterest

Tradicionalmente llamamos relación sexual al acto en el que hay una penetración, cuyo origen está en la “procreación” necesaria para la continuación de la raza humana, como bien hizo saber Dios a Adán y Eva con el famoso “Creced y multiplicaos”, recogido en el Génesis. Esto ha generado mucha controversia a lo largo de la historia, dado que tal mandato podría entenderse como la prohibición de mantener relaciones sexuales sin intenciones de tener descendencia, la dudosa legitimidad cristiana de las parejas homosexuales o la propia idea de disfrutar del sexo solamente por el placer que nos otorga. Y es en este último punto donde la masturbación entra en juego, puesto que se entiende que su único objetivo es conseguir placer sexual a través de la estimulación de nuestros propios genitales. 

Durante toda la historia siempre han existido unos prejuicios acerca de la masturbación, que son tan antiguos como la propia práctica, y la culpa de esto es en gran parte de la glorificación de la penetración. Pero estos prejuicios, están sobre todo más relacionados con la masturbación femenina que con la masculina, porque el hombre siempre ha tenido en esto del sexo el protagonismo de la función, al igual que en muchas otras obras.

Cuando pensamos en la masturbación femenina lo primero que se nos viene a la cabeza es el introducir los dedos en la vagina, lo cual es “una representación que se corresponde más con las fantasías masculinas que con las prácticas femeninas”, como indica el sexólogo Joserra Landa en su libro Sexorum Scientia Vulgata.

“Es una representación que se corresponde más con las fantasías masculinas que con las prácticas femeninas”

Joserra Landa en Sexorum Scientia Vulgata sobre la introducción de los dedos en la vagina

Nos centramos en la masturbación en pareja, no como sustitutivo del coito, sino como una relación sexual en toda regla ¿Habéis pensado alguna vez en cuál fue vuestro primer contacto con el sexo? Muchos jóvenes recurren a la masturbación por distintos motivos, como la falta de anticonceptivos, por evitar ETS, por no tener un lugar al que acudir o por no ir “directamente a saco”, entre muchas otras.

Sin embargo, ¿usamos la masturbación como relación sexual habitual con nuestra pareja, lío o quien sea la persona con la que nos acostamos? Hay situaciones en las que nos decantamos por una cosa en vez de la otra, por ejemplo, cuando llegamos a casa cansados y no tenemos fuerzas ni para levantarnos del sofá, pero tenemos ganas de pasar un buen rato en pareja. En esta ocasión también nos beneficiaremos de una de las ventajas de la masturbación, la secreción de serotonina y prolactina que nos ayudarán a dormir como angelitos. 

Si un beneficio hay que destacar de la masturbación en pareja es la confianza que genera, que no suele conseguirse con la simple penetración. En la masturbación podemos enseñar más cómodamente al otro qué es lo que nos gusta y qué no (el ritmo, la presión, etc.). Con la masturbación mutua podemos aprender cuáles son los puntos más erógenos de nuestra pareja y la mayoría de las veces aumenta de manera considerable la excitación, viviendo nuevas experiencias.

Fuente: Mujerhoy

La masturbación tiene muchas connotaciones negativas, sin embargo, después de haber hecho una encuesta en Instagram (200 personas), sacamos la conclusión de que las personas valoran positivamente la masturbación en pareja, aunque haya quienes prefieran la penetración y otros que piensan que es algo relativo, que va a depender del contexto en el que la pareja se encuentre. De los encuestados un 67% considera que la penetración y la masturbación están al mismo nivel de placer, sin embargo, de ellos, el 65% prefiere mantener relaciones a través de la penetración que de la masturbación.

“Muchas mujeres no se corren con la penetración y por pudor, no se tocan con sus parejas o no lo piden”, así defiende una chica de 25 años la necesidad de la masturbación en las relaciones de pareja, ya que podría aportar mayor satisfacción a una de las partes. Además, la masturbación en solitario también es fundamental, nos permite conocernos a nosotros mismos como lo explica un chico de 24 años que recalca “la necesidad de satisfacer el placer sexual por uno mismo para mejorar la experiencia sexual con otras personas”.

Es de humanos equivocarse, por eso muchos de los encuestados reconoce buscar información sobre cómo masturbar a sus parejas, lo cual ha cambiado considerablemente tras la llegada de los juguetes sexuales a las relaciones íntimas. Aunque siempre ha sido un tema tabú, cada vez son más frecuentes las parejas que reconocen el uso de estos juguetes en sus relaciones sexuales, con los que se brindan nuevas formas de llegar al orgasmo y facilitar el clímax.

A pesar de que se asocia el uso de los vibradores y demás juguetes con la masturbación femenina, muchos de estos también pueden ser usados por hombres, ayudándoles a experimentar un placer que hasta el momento no conocían. Con los juguetes sexuales nuestra imaginación echa a volar y la confianza que se consigue con nuestra pareja va a permitir que practiquemos el sexo de una manera mucho más gratificante y placentera.

Fuente: Así soy mujer Magazine

Masturbarnos nos permite saber qué queremos y aprender de lo que quiere el otro, aumenta nuestro nivel de confianza, de deseo y de experiencias, hace que conozcamos más a la otra persona, que acabemos con cualquier tipo de pudor y que podamos abrir el abanico de prácticas sexuales. Debemos acabar con cualquier tipo de tabú que impida nuestro desarrollo sexual, que es algo que mejora nuestra vida diaria y nuestra relación de pareja. Así que, vamos a olvidarnos un poco de la rutinaria penetración y a darle rienda suelta a la imaginación con la masturbación.

Tabúes sobre la sexualidad con Platanomelón

Cabecera de Platanomelón / Fuente: LinkedIn

Lo bueno de los tabúes es que dejan de serlo en cuanto se normalizan, cuando conseguimos que pasen de un ámbito privado a un ámbito público. Hoy nos centraremos en los tabúes más comunes de la sexualidad. Al desarrollamos, tenemos una mayor conciencia de la importancia de la sexualidad, una sana, en nuestras vidas. Sin embargo, conforme nosotros crecemos, también lo hacen nuestros prejuicios.

La sexualidad es algo inherente al ser humano, nos acompaña desde nuestro nacimiento. Es mucho más que el acto sexual, es algo que involucra tu cuerpo, tu identidad, tu orientación sexual y tus sentimientos. Además, es una construcción social históricamente determinada, es decir, cambia según los contextos sociales y culturales en los que se desarrolla. Visto de este modo se llega a la conclusión de que la censura es absurda, ya que es algo que todos tenemos y que a todos nos influye.

La sexualidad cuenta con su propia jerarquía, otra forma más de estratificación social. Los individuos son clasificados en función de sus prácticas sexuales y a través de sistemas de control como la legislación, la moral etc. Así, Rubin, en 1989 crea la pirámide de la jerarquía sexual. La pirámide de Rubin pone la heterosexualidad como modelo social, en la punta de la pirámide, seguido por las parejas heterosexuales no casadas, la masturbación y parejas estables de gays y lesbianas. En la base de la pirámide nos encontraríamos con travestidos, transexuales, fetichistas, sadomasoquistas y sexo por dinero.

El cambio de la sociedad cambia a su vez la línea que divide esa pirámide, entre lo aceptado y lo censurado. La masturbación, por ejemplo, se haya en un punto medio, y dependiendo de influencias (sociales, religiosas…) podríamos incluirlo en la zona de las más aceptadas o tras la línea junto a los censurados.

Hemos contactado con Platanomelón para ver cuáles son los tabúes a los que se enfrentan con mayor frecuencia. Nos hablan de la masturbación (especialmente de las vulvas), las diversidades sexuales y afectivas, el placer y el orgasmo. También nos comentan que ven que hay mucho desconocimiento acerca las relaciones no monógamas y de las prácticas sexuales no convencionales, como el BDSM.

Masturbación, en específico de las vulvas
Ilustración de Natalia Morales

La masturbación está rodeada de tabúes; tabúes religiosos, culturales, sociales…uno de ellos es que no deberías masturbarte si estás en una relación de pareja. Platanomelón nos comenta que no hay nada más equivocado.

Las dos prácticas coexisten y se benefician mutuamente: por un lado la masturbación aumenta los niveles de deseo sexual que experimentamos y, en consecuencia, tenemos más ganas de jugar con nuestra pareja (o parejas). Sin embargo, hay una sensación de infidelidad profundamente arraigada en aquellas personas que no aceptan que su pareja explore su cuerpo de manera individual.

Sexo compartido y masturbación pueden ir de la mano y enriquecerse mutuamente.

Platanomelón

La masturbación es solo una forma de explorar nuestro cuerpo, si nos conocemos en profundidad sabemos cómo cuidarnos, qué nos gusta y qué no. Así tendremos relaciones más satisfactorias (ya sea solos o en compañía). Al saber qué nos gusta y qué no podemos comunicar más fácilmente a la otra persona cuando se mantengan relaciones sexuales compartidas qué es lo que nos funciona. La masturbación en personas con vulva siempre ha sido más censurada, pero no es la única que sufre las consecuencias de esta falta de comunicación. Las parejas sexuales pueden sentirse perdidas, ya que no pueden preguntar qué es lo que les gusta, porque si no te has explorado no puedes saberlo. Esto es algo que también afecta a la masculinidad, ya que se relaciona con el mito de “no eres hombre si no sabes lo que hay que hacer de antemano”.

En cuanto al tabú de la masturbación de la vulva, se debe a diferentes factores. Incluso cuando hay personas que lo aceptan abiertamente, algo les puede generar un sentimiento de vergüenza que le impide asumirlo completamente. Una mujer decía en Marie Claire “Parece una tontería, pero me siento un poco esclava de mi cuerpo. Y además, si alguien me viese, ¡me sentiría tremendamente ridícula!”.

Como suele pasar cuando alguien no tiene una buena educación sexual a su alcance, cuando quiere aprender, recurre a la pornografía.

Pornografía y educación sexual
Ilustración de Natalia Morales

“La pornografía es un producto de ficción, repleto de efectos especiales, guiones y actuaciones cuyo objetivo es excitar al consumidor. Nada tiene que ver con educar, ni con transmitir valores sanos sobre el sexo y relaciones.”

Platanomelón

La pornografía es algo que se encuentra en debate. La que se consume no educa ni trasmite los valores necesarios, y la que intenta transmitir y educar en valores no se encuentra al alcance de la mayoría. El no hablar abiertamente sobre el consumo de la pornografía impide una mejora de la que se consume. Son cosas que van de la mano, ya que si no tenemos la madurez emocional que da el tener una buena educación sexual, no podemos entender lo que estamos viendo.

Vivimos en una sociedad en la que la educación sexual brilla por su ausencia. Nuestra única socialización con el sexo suele ser la pornografía mainstream. Por desgracia, y uniéndolo con la problemática de la masturbación de la vulva, y el placer de la misma, este tipo de pornografía suele ser muy falocéntrica. Las prácticas que aparecen como placenteras en la pornografía (para el hombre) son las que se extienden, las personas tienden a aspirar y fantasear sobre lo que ven. La manera en la que socializamos con el sexo hace que accedamos más fácilmente a prácticas que no nos producen placer, por esa obligación de complacer que se nos impone.

Infecciones de Transmisión Sexual

Las prácticas sexuales también han sido medicalizadas. La visión que predomina sigue siendo una visión coitocéntrica, machista y heterosexista. Es decir, centrada en la penetración, con una visión de hombre activo y mujer pasiva además de defensora de la idea que sin hombre y mujer no puede haber una unión sexual plena. Todo lo que no se ajusta a este modelo se transforma en patología – véanse disfunción (desarreglo), parafilia (desviación), perversión (vicio)-. Esto en consecuencia niega la diversidad dentro de las prácticas sexuales, creando problemas donde no necesariamente los hay.

¿Qué tiene que ver todo esto con las ITS? Desgraciadamente esa visión coitocéntrica, machista y heterosexista es la que hace que las ITS se vean siempre relacionadas con parejas o relaciones que no se ajustan al modelo que predomina.

El tabú más famoso acerca las ITS tiene que ver con que si tienes una tienes que avergonzarte de ello porque algo dice de tus hábitos sexuales. Las ITS son infecciones que pueden transmitirse y contraerse de formas muy diversas en relaciones sexuales con más o menos riesgo. Pero eso no significa que tus hábitos sexuales sean discutibles, ni que te tengas que avergonzar por ello. Puedes tener una ITS y seguir disfrutando plenamente del sexo, tanto a solas como compartido, tomando medidas de precaución.

Sexualidad a partir de una cierta edad
Ilustración de Natalia Morales

Como explicábamos, la sexualidad es algo inherente al ser humano, sin fecha de caducidad. Sin embargo la sexualidad a partir de cierta edad está totalmente invisibilizada, la sociedad la rechaza. 

El mito más arraigado es que las personas en edades avanzadas no tienen relaciones sexuales, ni disfrutan a solas de la masturbación.  Si bien hay un descenso en los niveles de deseo sexual, puede seguir existiendo tanto erotismo como ganas de mantener una intimidad compartida con otras personas.

El placer no tiene edad y sin embargo nuestra sociedad tiende a censurarlo en cuanto se envejece.

¿Son estos los únicos tabúes y censuras relacionados con la sexualidad? Para nada. Esto son únicamente algunos de los ejemplos que hemos discutido con Platanomelón, a quién también le hemos preguntado cuál es su impresión del desarrollo futuro de estos temas: » Cambiar de mentalidad es un proceso de deconstrucción y construcción de algo nuevo y, desde Platanomelón, estamos convencidos que aún hay mucho recorrido por hacer, pero poco a poco vamos hacia una buena dirección, cada vez más lejos de estereotipos y falsas creencias.»

Hace tan solo 10 años era impensable hablar sin tapujos de masturbación «femenina». Gracias a los debates que se generan en comunidades como la de Platanomelón se está construyendo una visión de la sexualidad más sana y menos distorsionada, donde el autoconocimiento, autocuidado, el placer y la comunicación son la prioridad.