¿Madre por derecho o por hechos?

Como cada primer domingo del mes de mayo, llega el día de la madre y con él un aluvión de compras, regalos y bonitas palabras. Algunos aprovechan este día para tener algún detalle. A otros ni se les pasa por la cabeza una simple felicitación. ¿A quién llamamos mamá? O mejor dicho, ¿quién merece ser llamada como tal?
Niño entregando un ramo de flores con una tarjeta el Día de la Madre. Fuente: Ok Diario

Es preciso diferenciar a la mujer que da a luz de la que ejerce como madre. No es lo mismo. Madre es la mujer que además de cambiar pañales, calentar biberones y mantenerte cuando creces, te inculca unos valores. La que una vez que tiene a su hija/o se une a ella/él de por vida. La que piensa doblemente: por el bebé y por ella misma. Una madre te quiere bien, te quiere feliz, pero también desea que aprendas a navegar en plena tormenta en alta mar. Ella sufrirá, pero sabe de sobra que es el mejor método para hacer de ti una persona resiliente; fuerte de carácter. 

Imaginemos que MADRE fuera un título a otorgar (y sí, en mayúsculas, porque es lo menos que merece toda aquella que se convierte en una mujer todoterreno, si es que ya no lo era antes). ¿Quién merecería obtenerlo? Quizás no lo obtenga aquella que se queda embarazada, da a luz y se desentiende. Tal vez, tampoco lo tendría la que lo tiene y reduce su crianza a que no le falte techo ni comida y puede que tampoco ciertos caprichos. Porque estos hijos probablemente, tampoco se lo darían.

Madre cuidando a sus hijos. Fuente: OK Diario

Madre no es la que pone un óvulo para que sea fecundado. Madre es la que coge tu mano y pasa esas noches en vela. La que hace sacrificios y te da tanto amor y cariño que no cabe en sí. Una madre es la que muere de amor con su hija/o, ya tenga cuatro o cuarenta años. La que muere de pena cuando las cosas no marchan bien, porque un hijo solo importa los cincuenta primeros años.

El gran debate de la maternidad subrogada sigue vigente en la sociedad de hoy. Esta defiende firmemente que madre no es la que da a luz. Por mucho que insista en ello el Código Penal, una madre va más allá de una correspondencia genética. Por ello, una mujer que ha adoptado, es madrastra o ha recurrido a técnicas de reproducción asistida como la in vitro sin haber aportado su ADN, puede optar a ser llamada mamá con todas sus letras.

No restemos valor a todas esas mujeres que sin haber dado a luz quieren, arropan y miman como si fueran hijos de sangre. Ese amor que llega innato hacia ese bebé tras haberlo sentido durante nueve meses en tu barriga y haberlo dado a luz, también pueden sentirlo otras.

Desde Voz Nueva, aprovechamos este día para mostrar todo el apoyo posible a todos esos hijos/as que han perdido a su madre, ya bien sea víctima de la Covid-19 o por cualquier otra circunstancia. Aunque la echen de menos en muchos momentos, hoy es un día especial en el que recordarla y tenerla más presente que nunca. Ya no está, pero seguro que fue una madre todoterreno y todas sus enseñanzas y cariño se quedaron grabados para siempre.

Feliz Día de la Madre a todas aquellas que sin parir, se ganaron el título.

Madres jóvenes: una especie en peligro de extinción

Ser madre siempre ha sido un desafío y más cuando lo eres a temprana edad. En la sociedad actual la mujer es reconocida socialmente como independiente. Ya no se le atribuye el cuidado de los hijos y de la casa como antaño. Los nuevos hábitos y las grandes crisis actuales han influido también en que hoy en día, ser madre a temprana edad no es una opción, más bien una lluvia de problemas

La dificultad que supone la maternidad para una joven es una evidencia que pueden demostrar los datos. Según Statista, los nacimientos en España en 2019 proceden, mayoritariamente de madres entre 30 y 37 años, es decir, el 53% del total. De ese total, solo 58.772 proceden de mujeres entre 20 y 27 años o, lo que es lo mismo, el 16%. Todo ello sin contar con su baja tasa de natalidad ese año de un 7,62% y el índice por fecundidad (número medio de hijos por mujer) de 1,24%. Si nos fijamos en su tasa de natalidad podemos observar que ha bajado con respecto a años anteriores: en 2018 con un 7,94% y en 2009 con un 10,65%, según afirma Datos Macro.

Mientras que un 53% de las madres españolas en 2019 son entre 30-37 años, el 16% son entre 20-27. Fuente: Statista

Sin embargo, ¿por qué son tan pocas las madres jóvenes? La respuesta puede parecer muy sencilla, pero hay un trasfondo detrás. Las mujeres jóvenes sí quieren tener hijos, aunque según la Encuesta de Fecundidad de la INE, cada vez más tarde. Las razones se extrapolan a razones económicas y laborales como la conciliación de la vida laboral con la familiar, trabajos cada vez más precarios o, incluso, un nivel superior de estudios. Las mujeres con nivel de estudios superiores de entre 45 y 49 años han tenido 1,50 hijos, mientras que las que completaron Secundaria o no tienen estudios tienen 1,58 y 1,63 hijos respectivamente.

María Dolores de Espartinas: madre a los 25

Algunas tienen hijos sin pensárselo demasiado, como María Dolores de Espartinas, Sevilla: “Decidí ser madre joven quizás un poco inconscientemente, sin saber lo que se me venía encima, la verdad, me gustan mucho los niños y en cuanto tuve la oportunidad de tener pareja estable lo decidí”. Lo difícil de tener unos hijos es la conciliación con la vida laboral: “Me hubiera gustado saber que un hijo y una pareja necesitan un hogar, un techo propio, y la responsabilidad que supone. Siempre nos quedamos con la parte positiva, pero es muy dura la crianza”. Hay cosas de las que se puede arrepentir una, sin embargo, ese regalo trae felicidad a tu vida, aunque sea a una edad muy temprana: “A día de hoy hubiera esperado por lo menos a los 30 años. Los jóvenes de hoy en día no creo que puedan planteárselo a no ser que tengan un buen respaldo familiar”.

Siempre es genial contar con alguien, pero María Dolores no tuvo esa suerte: “Mi familia no me apoyó en aquel momento y fue una traba más añadida a la situación. Pero, al tiempo, demostré que podía siendo muy fuerte psicológicamente y trabajando mucho”.

La razón principal por la cual las mujeres jóvenes no quieren o pueden tener hijos es la conciliación laboral y la situación económica. Fuente: Bebés y más

Almudena de Manzanares: madre a los 21

Las capacidades económicas son todo un reto, sin embargo, cuando no estás sola en la casa puedes sobrellevarlo. Así lo afirma Almudena de Manzanares, Ciudad Real: “Económicamente yo nunca he tenido ningún problema, entonces me podía dedicar a mis hijos el 100% del día. Eso fue fácil, pero eran pequeños y cuando me divorcié todo se complicó muchísimo. Cuando te divorcias, te encuentras a dos adolescentes y tienes que compaginarlo con trabajar para llevar una casa. Estás sola y evidentemente la situación se complica. Fueron golpes tanto económicos como a todos los niveles. Mi familia nunca me apoyó ni cuando me divorcié ni cuando eran pequeños. Fueron unos años muy difíciles para una madre sola y que no tenía prácticamente nada: ni dinero, ni vida laboral”.

Y, obviamente, ser madre a temprana edad es cada vez más complicado: “Yo pienso que actualmente los jóvenes lo tienen muy difícil. La gente joven está estudiando hasta los 20-21 años, luego tienen que afianzar su vida laboral. Tanto las niñas como los niños están cada vez más preparados, aunque tienen cada vez menos trabajo. Económicamente es un desastre porque la gente joven no tiene un trabajo estable y, no solamente eso, sino que necesita de alguien para pagar una casa en condiciones. Y cuando están los dos trabajando, ¿quién se encarga de cuidar a los hijos?”.

No obstante, los jóvenes se adaptan mejor a los cambios y sabrían llevar una vida, aunque fuera en sus etapas más duras. “A mí, realmente, me encantaban los niños. Además, me considero una persona muy responsable. La verdad es que no lo he tenido difícil para criarlos, sobre todo cuando eran pequeños. Hay que tener mucha paciencia. Muchas veces no sabes lo que les pasa cuando están malitos. Había que jugar con ellos… Todo eso me apasionaba. Yo estaba preparada para la infancia y para criar un hijo, pero no estaba preparada para la adolescencia. Esa etapa es muy larga. Los adolescentes creen que tienen más derechos que obligaciones y se te suben encima. Antiguamente, la educación era distinta: cuando un adolescente no se comportaba como debía los padres le decían: “ahí tienes la puerta”. Ahora todo es distinto. Con mis hijos, he de reconocer que he tenido muchísima suerte, pero hay madres con casos peores”, afirma Almudena.

La conciliación de la vida laboral y las capacidades económicas han impedido la maternidad en algunas familias. Fuente: Saber Vivir

Casos así se repiten a día de hoy, incluso, en peores circunstancias. La precariedad económica laboral, la imposible conciliación en sus hábitos diarios y la inexperiencia en algunos aspectos dificulta a día de hoy que jóvenes españoles se puedan plantear tener un hijo. Todo apunta, en definitiva, que tendrían que esperar unos años para estar económica y mentalmente preparados para iniciar esta etapa.