El Método Merkel

La política alemana contra la pandemia

La pandemia del covid-19 sigue azotando las vidas de la gente día tras día hasta la llegada de una vacuna o de algún medicamento que pueda inmunizar o curar del virus. Mientras todo esto ocurre, las medidas sanitarias y preventivas continúan vigentes como el uso obligatorio de las mascarillas o los cierres perimetrales de algunas comunidades autónomas o municipios. España ha sido de los países de Europa que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia. Como un espejo inverso, Alemania se muestra tranquila: parece haber pasado la primera ola de la pandemia casi sin enterarse de lo que estaba ocurriendo.

¿Cuáles han sido las diferencias que han conseguido que Alemania se encuentre en una situación mejor que España? La respuesta está en las mismas medidas. El tan llamado «Método Merkel».

Angela Merkel poniéndose la mascarilla. Fuente: AgendAR

En Alemania, las medidas han sido más exigentes pero sin llegar a la situación a la que estuvo expuesta España durante los tres meses de primavera. Los sanitarios alemanes decían tener protocolos anticovid en enero. Estos protocolos, que se recibieron tanto en hospitales como en la atención primaria, venían acompañados de material sanitario. La economía de guerra que desarrolló el país en su momento ha beneficiado al sistema sanitario: se producían desde epis, hasta mascarillas y respiradores. Incluso, llegaron a tener excedente de mascarillas a disposición de otros países que las necesitaran. A pesar de que Alemania está bien abastecida, allí no es obligatorio el uso de la mascarilla en espacios públicos abiertos, aunque sí es bastante frecuente que la población la lleve. Además, el país ofreció pruebas gratuitas a sus visitantes y a los alemanes que volvían de vacaciones de zonas de alto riesgo como era España.

Médica en un hospital alemán. Fuente: Euronews / Sebastian Kahnert/(c) dpa-Zentralbild

Uno de los pilares más importantes dentro del «Método Merkel» son los rastreadores. Existe un departamento de rastreo en el que se supervisan todos los casos positivos posibles. Estos rastreadores no son todas parte del sistema sanitario como pasa en España, se dedican a recabar datos y mandarlos a médicos especializados. La cuarentena de dos semanas en Alemania es obligatoria al igual que en España, pero si el rastreador piensa que hay riesgo de fuga puede llamar en cualquier momento a la persona infectada para asegurarse de que esté cumpliendo la cuarentena. Hay un rastreador por cada 4.000 habitantes. Cada caso se tarda en analizar unos 20 o 30 minutos pero depende del caso y de la cantidad de preguntas que pueda llegar a hacer la persona infectada.

Ciudadanos alemanes usan el transporte público con mascarillas. Fuente: El Español / Reuters

Cuando una persona da positivo y empieza la cuarentena se vuelve a realizar una prueba a los pocos días después. Y aunque esa segunda prueba dé negativo, se sigue recomendando seguir la cuarentena preventiva durante 7 días más. Esta medida, sin embargo, ha sido fuertemente criticada en Alemania debido a la falta de privacidad y del uso libre de esos datos: cualquier persona puede utilizarlos. Los bares, por ejemplo, se encuentran obligados a guardar los datos de sus clientes por si la policía tuviera que rastrear algún caso en algún momento.

Por otra parte, en Alemania se ha tenido en consideración la importancia de la atención primaria por lo que se preocuparon por que las consultas tuvieran, cuanto antes, equipos sanitarios. Y son las propias consultas quienes eligen si quieren tratar pacientes con covid.

Una pareja pasea por Berlín. Fuente: Huffington Post / Sean Gallup

Alemania estaba preparada para la pandemia. Este país tiene un sistema sanitario descentralizado como España por lo que deberían haber tenido los mismos problemas que este país, sin embargo, no fue así. Según datos ofrecidos por el programa Salvados en Alemania se invierte el 9,9% de su PIB en sanidad, mientras que en España esa cifra es de un 6,4%. Esta podría ser una de las razones por las que Alemania tiene uno de los mayores números de camas de cuidados intensivos de Europa, muy superior a la española.

Aún así la vara de medir en España y en Alemania no es la misma. En España, se considera una alta incidencia de covid cuando existen 500 contagios por cada 100.000 habitantes, en Alemania son sólo 50 por cada 100.000. Es por eso por lo que en cuanto se llega a esa cifra se empiezan a tomar medidas drásticas.

Un médico se somete al test del coronavirus en el centro de salud de Spandau. Fuente: El País / Patricia Sevilla Ciordia

También achacan esta diferencia al número de habitantes por casa. En España es bastante común que en una misma vivienda vivan padres, hijos y abuelos. De hecho, sólo el 17,3% de los alemanes de entre 24 y 34 años siguen viviendo con sus padres, mientras en España esa cifra ronda el 40%.

Merkel ya ha dicho que hasta que el 60% de la población no esté inmunizada no va a «relajar» las medidas que se han impuesto en el país. En España se pudo ver como, durante el verano, apenas hubo medidas más allá de la obligación de llevar la mascarilla puesta en la calle y en los espacios públicos.

El «Método Merkel» parece haber triunfado en su lucha contra la pandemia ya sea en la primera o en la segunda ola ya que ni siquiera tuvieron que habilitar el hospital de campaña que tenían preparado en Berlín, mientras que en España fue lo contrario. Parece ser que el método de Merkel funciona y va a seguir aplicándose dependiendo de los datos que se den durante los próximos días. Ahora mismo, lo único que queda es esperar.