En 1988 el reconocido director Pedro Almodóvar estrenaba Mujeres al borde de un ataque de nervios. Un director que se estaba empezando a dar a conocer por obras como Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón (1980) o Matador (1986) creó otra película más en la que las mujeres, son las protagonistas de la historia… O bueno, más o menos.
Esta película puede ser «una película más» para los ojos de cualquier persona de a pie, mujeres locas haciendo cosas. Por ello, es de vital importancia entender el contexto social de esta película para así comprender porque tuvo tanto impacto en su época y la razón por la que se considera una de las mejores obras de Almodóvar. De hecho, tanto lo fue que, como otras películas de este director, cruzó las fronteras de nuestro país para ser reconocida en el extranjero. Os dejo aquí el trailer de la película para el público estadounidense y canadiense.
La mayoría del elenco de Mujeres al borde de un ataque de nervios son mujeres. Tenemos a Pepa (Carmen Maura), una actriz que se encuentra en un momento delicado de su vida, pues era amante de Iván (Fernando Guillén) hasta que descubre que en la vida de este hombre hay más de una mujer como Lucía (Julieta Serrano). Desde este momento, se irán sumando al reparto diversos personajes con relación más
La película tiene un elenco muy interesante, ya que cuenta con actores que estaban empezando con su carrera artística en ese momento. Esto causa una gran sorpresa al espectador promedio que ve esta película al cabo de tantos años, véase a un servidor o a cualquiera de mi generación, pues ver a actores Antonio Banderas (Carlos), Rossy de Palma (Marisa) y María Barranco (Candela) en una versión tan temprana de si mismos y con personajes de reparto es, cuanto menos, curioso.
Analizando esta obra de forma más exhaustiva, podemos decir que tiene una buena presentación. Una muy joven Carmen Maura desesperada por hablar con el que es su amante antes de que este se vaya de viaje. Puede que al principio, después del planteamiento de la trama, la película no parezca más que eso, «mujeres alocadas haciendo cosas», sobre todo cuando aparece el personaje de Candela, pero esa imagen se nos irá cambiando a lo largo de la película.
Algo muy característico de esta historia son sus personajes secundarios, personajes que aparecen dos o tres vece pero que poseen gags cómicos muy distintivos, como el taxista (Guillermo Montesinos) o la portera del piso de Pepa (Chus Lampreave). De hecho, es muy ocurrente que el espectador ya se pueda imaginar cuando uno de estos personajes va a tener otra aparición debido a la situación que se esté mostrando.
Las cosas como son, la música de esta película es sensacional. Además, el toque de Almodóvar está muy presente en toda la escenografía con ese rojo tan característico. Dos cosas que hacen brillar especialmente a sus personajes que, de hecho, podemos comentar que tanto Carmen Maura como María Barranco ganaron el goya a mejor actriz y a mejor actriz de reparto respectivamente. De hecho, la película ganó el goya a mejor mejor película y fue candidata a diversos premios más, como los BAFTA o los Globos de Oro.
Con la intención de evitar spoilers, voy a intentar comentar una de las cosas más importantes que valoro de esta película: Porqué me parece que esta obra es un buen precedente feminista… Pero no llega a ser una obra feminista hasta el final.
¿Conocéis el test de Bechdel? Es una forma de evaluar la brecha de género en una obra cinematográfica, o realmente en cualquier arte audiovisual. Hay que reconocer que esta película fue hecha con muchas expectativas feministas y reivindicativas. Las mujeres en esta ocasión aparecen como débiles y maltratadas por sus situaciones socio-afectivas pero, de alguna forma, toman las riendas de su vida en algún momento de la película. Esto me parece un buen precedente para integrar el papel de la mujer protagonista, aquella que consigue su objetivo al final del todo, pero hay un problema.
El test de Bechdel sigue unos pasos muy concretos para evaluar, aunque solo sean tres. Para pasar la prueba, hay que identificar que en la obra en cuestión, haya al menos dos mujeres, que estas hablen entre ellas y, lo más importante que hablen de cosas que no sean hombres.
Mujeres al borde de un ataque de nervios cumple con los dos primeros requisitos de forma más que obvia, pero el tercero ya se les va de las manos. El problema de estas mujeres son los hombres, ya sea el personaje de Iván con Lucía y Pepa o los chiitas y Candela. Siempre están constantemente hablando de algún hombre, más si tenemos en cuenta que Pepa está algo obsesionada con Iván. La cosa es que esto podría ser algo triste si no fuera porque, al final de la película, Marisa y Pepa comparten una conversación muy íntima, sobre el futuro de Pepa y de su casa o sobre la juventud de Marisa y ahí si pasan el test de Bechdel.
Seguramente mientras veía la película se me habrá escapado alguna conversación entre las mujeres que no sea precisamente de hombres, pero ninguna es tan trascendental como esta. El problema de Pepa por fin se acaba, y con ello, también la película. Considero que el mensaje final de la película es que, como mujer, nunca serás protagonista de tu vida hasta que dejes de depender emocionalmente del hombre, lo cual sí que es bastante reivindicativo sobre todo para el año 88.
Ya por fin Pepa puede vivir sin pensar en Iván, puede fijarse en lo guapa que es Marisa o que, realmente, ella es feliz en ese piso.
Valoración de la película
Es una muy buena comedia. Si que es cierto que al principio puede resultar algo tediosa por la cantidad de personajes secundarios que tiene o que no se entienda cual es el objetivo de la película, pero se disfruta bastante