El COTA albergaba una nueva entrega del campeonato de Fórmula 1, tras no aparecer en el calendario en el 2020. Tras un fin de semana convulso, donde la tensión y los nervios se palpaban en el ambiente
Una sesión de clasificación muy apretada dejaba a los dos aspirantes al campeonato en la primera línea, con el holandés saliendo desde la pole y el heptacampeón del mundo justo detrás en la segunda posición. El equipo Red Bull encontraría una pequeña ventaja con respecto a Mercedes. Sobre todo de cara al campeonato de constructores, ya que, debido a un cambio de componente en el motor, Valtteri Bottas saldría noveno, mientras que Sergio Pérez salía desde la tercera posición.
Por otra parte, Ferrari y McLaren, en su lucha personal por el tercer puesto en el campeonato de constructores, se encontraban muy juntos en la parrilla de salida, prometiendo un comienzo de gran premio frenético.
Fernando Alonso tendría una peor posición en la salida. Al tener que cambiar componentes en su monoplaza, saldría desde el decimonoveno puesto.
Fue apagarse las luces del semáforo y comenzar la batalla por la primera posición. Una mala salida de Verstappen otorgaba el interior de la curva 1 y la ventaja a Hamilton, que encontraría oposición por parte del holandés.

El Ferrari de Carlos Sainz sería protagonista de la primera gran batalla de la carrera, pues pues tenía justo detrás a sus grandes rivales, los McLaren de Ricciardo y Norris. Tras unas grandes curvas defendiendo su posición, el australiano encontró un hueco en esa defensa del español para ponerse por delante.
A partir de aquí, la carrera se convirtió en pura estrategia. A partir de la vuelta 10, los primeros monoplazas entraron a cambiar neumáticos. La pista era demasiado abrasiva para dejar correr al neumático medio más de 15 vueltas sin perder décimas.
Verstappen, al estar segundo, entró antes a boxes para ponerse delante del británico cuando este hiciera su parada. También paró antes que Hamilton en el segundo paso por boxes. Esto garantizaba al líder del mundial la defensa de la primera posición.

En la vuelta 16, Fernando Alonso y los Alfa Romeo protagonizaban la polémica del fin de semana. El filandés estaba en posición de adelantar al asturiano en la curva 1, cuando se produjo un desafortunado toque. Sin penalización alguna para Kimi, se repetiría una situación similar entre el español y Giovinazzi, con sanción para el español.
Por último, el italiano repetiría una acción parecida con Alonso, con una penalización para el Alfa Romeo. Se causó así la confusión general, tanto para los aficionados como para los equipos implicados.

En las últimas vueltas, Verstappen consiguió aguantar el arreón final de Hamilton. El holandés perdió décimas debido a una mayor degradación de los neumáticos, pero aún así logró la victoria para el equipo británico-austríaco. La tercera posición la ocuparía el compañero de Max, Sergio Peréz, afianzando unos puntos valiosísimos para recuperar el liderato del mundial de constructores.
Carlos Sainz Jr quedaría en séptimo lugar, tras recibir daño en su alerón delantero con su batalla con Ricciardo. No pudo aguantar el ritmo impuesto por Bottas, que le arrebató la posición.
Alonso, por su parte, tendría que retirar el coche, al igual que su compañero de equipo. Fue el broche a un fin de semana desastroso para el equipo Alpine.