La independencia del poder judicial: una historia sin progreso

Llevamos ya meses viendo como la clase política juguetea, una vez más, con los nombramientos del Consejo General del Poder Judicial. Este juego es solo uno más de los tantos que se trae nuestra política entre manos, con el único objetivo de aglutinar votantes en sus filas.

La política española hoy en día se puede entender fácilmente si nos imaginamos un mercado como la bolsa, donde los partidos, en vez de competir por acciones, compiten por votos. La mayoría de las promesas y actuaciones que los partidos realizan tienen un fin último perfectamente definido, muy alejado de la concepción de la política como un instrumento para resolver los problemas colectivos, esto es, conseguir la mayor cuota de poder posible.

La lucha política por el control del Consejo destaca entre las demás debido a la relevancia del tema por el que se disputa: la independencia judicial, un concepto que España jamás ha vislumbrado. No es necesario aclarar que antes del franquismo, y durante él, la independencia judicial brilló por su ausencia. Pero, en contra de lo que muchos creen, tampoco con la entrada del régimen de 1978 se instauró en España una situación de independencia de los órganos judiciales.

De izquierda a derecha: Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del C.G.P.J; el Rey Felipe VI, y Dolores Delgado, exministra de Justicia y actual Fiscal General del Estado) Fuente: elplural.

El Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del poder judicial, encabezado por el presidente del Tribunal Supremo y compuesto por 20 vocales. El Consejo es el órgano superior de administración de la justicia: se encarga del régimen interior del poder judicial, con funciones administrativas y gubernativas. Uno podría pensar que es lógico que este órgano se constituya de forma independiente al poder de la clase gobernante ya que, como numerosos filósofos y politólogos han sostenido a lo largo de la historia, uno de los principios políticos que evita y controla la corrupción política es la separación de poderes. Principio que debería ser considerado fundamental y rector de una democracia.

En España, no solo no gozamos de la separación de poderes, sino que la importancia que concede la ciudadanía a este principio es mínima, siendo una cuestión incluso desconocida para la mayoría de los ciudadanos. Los 20 vocales del Consejo pasan de una manera u otra por la aprobación de las dos cámaras que conforman las Cortes Generales, el Congreso de los Diputados y el Senado. El poder judicial depende del poder político.

Sala de Plenos del Consejo General del Poder Judicial. Fuente: Confilegal.

El desconocimiento general de la ciudadanía viene acompañado de una tergiversación de los conceptos por parte de nuestros dirigentes y de gran parte de la opinión pública. Así algunos partidos, como Podemos o PSOE, manifiestan su intención de modificar la ley que regula la renovación del Consejo con el único fin de hacerse con el control de este importante órgano, no con la intención de independizarlo.

Lo curioso es la capacidad que tienen los partidos para cambiar el rumbo de sus propuestas sin perder apoyo de su masa votante. El ejemplo de los socialistas y Podemos, que defienden su nueva propuesta a pesar de haber denunciado durante varias campañas electorales el uso político del Consejo por parte del Partido Popular. En 2014, en una entrevista en Al Rojo Vivo, Pedro Sánchez afirmaba que “hay que despolitizar el órgano de gobierno de los jueces y que sea independiente. He propuesto al presidente que los partidos dejemos de proponer candidatos.” En un tuit, Podemos calificaba la despolitización de la justicia como “una prioridad”, culpando al PP y al PSOE de la continuidad de este sistema de elección.

¿Cómo justifican estos partidos su cambio de opinión? Despertando los sentimientos de sus votantes para que apoyen sus derivas. Consiguen que a una persona le parezca aberrante que el PP controle el Consejo, pero perfectamente razonable una situación en la que el PSOE tiene el control. ¿Cuál es la diferencia? A una gran masa no le importa que los partidos abusen de los poderes del estado mientras quien lo haga, sea al que ellos apoyan.

Por otro lado, el Partido Popular, que perdió su mayoría parlamentaria, no se salva de todas estas consideraciones. Su último gobierno defendía el sistema que le permitía mantener el control de la justicia, mientras que ahora critica la actitud del actual gobierno de coalición. La frase que resume la posición de los partidos es la siguiente: me gusta cómo está conformado todo, mientras sea yo el que lo controle. Y es que el sistema político español concentra excesivamente los tres poderes del estado sobre los partidos políticos, llegando a ser considerado por algunos estudiosos como una partidocracia.

Líderes del PP en el acto de inauguración del año judicial. Fuente: EFE.

Cuando se critica cierto aspecto político o social de un país o gobierno, se recurre a la comparación con otros para defenderlo. Nuestra posición en Europa es poco reconfortante: España, después de Polonia, es el país con más injerencia política estructural en los órganos judiciales, según el último informe de la Comisión Europea. Es de los pocos países de la Unión donde la elección de estos órganos pasa por la aprobación política.

Métodos de elección de los Consejos de Justicia en países de la Unión. Fuente: Informe anual de la Comisión Europea.

El momento que vivimos es de enorme complejidad histórica y social. Los partidos han ido incrementando su poder en el Estado, convirtiendo la política en un teatro donde prácticamente todo vale para desacreditar a tu adversario. La justicia se ha visto vapuleada y descuidada por los partidos que, para más inri, pretenden mantenerla controlada.

Las nuevas formaciones, que venían proclamando que derrocarían al bipartidismo, han demostrado no tener distintas intenciones. En este punto, el ciudadano como individuo tiene una responsabilidad notoria respecto a lo que tolera y permite que sus políticos hagan. La razón del ciudadano debe mantenerse firme ante la identidad política y los sentimientos que los partidos instrumentalizan para lograr sus intereses.

PSOE y UP aceleran la propuesta para el Poder Judicial

Los miembros del gobierno de coalición presentan una nueva proposición de ley y presionan al PP en la negociación

Los grupos parlamentarios PSOE y Unidas Podemos han presentado en el día de hoy una proposición de ley conjunta en el Congreso de los Diputados para limitar la capacidad de acción y de nombramientos, sobre todo, del Consejo General del Poder Judicial que es el órgano que, además, vela por la garantía de la independencia de los jueces y magistrados frente a los demás poderes del Estado.

Desde hace justamente dos años, este órgano se encuentra bloqueado en su renovación impuesta por el PP. De hecho, las presiones al Partido Popular en esta negociación no cesan, y el objetivo es poder llevar esta propuesta a pleno parlamentario el 15 de diciembre, el último antes de las fiestas navideñas. Mientras tanto, la proposición se centra en un aspecto específico del funcionamiento que se encuentra en situación de prórroga a la espera de un pacto de renovación con el partido de Pablo Casado o, por el contrario, de activar el proyecto de ley más amplio de reforma que Sánchez paralizó hace un mes para intentar hacer aproximaciones con Casado.

El rey Felipe VI y el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. Fuente: EFE / J.J. Guillén

Lo que no se aborda en esta proposición es el intento de cambiar el método de elección del Poder Judicial que, sin embargo, sí se encuentra reflejado en la ley exprés planteada el pasado octubre por los dos socios de gobierno. Aquella reforma sí permitiría aprobar la renovación de los doce vocales jueces del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por mayoría absoluta del Congreso, 176 votos, frente a las tres quintas partes necesarias hasta ahora, 210 votos. De esta manera, la mayoría absoluta conservadora del CGPJ sería cambiada después de estar vigente desde hace siete años, concretamente, durante el gobierno del ex Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

La explicación de PSOE y UP señala la «limitación de las decisiones adoptadas por un CGPJ saliente, cuyos miembros han excedido el periodo constitucional de mandato”. Detallan que en situaciones como la actual, con un Consejo que tendría que haberse renovado hace dos años tras cumplir su mandato de cinco años, no debería poder nombrarse al presidente del Tribunal Supremo, a los presidentes de las audiencias, a los representantes de los tribunales superiores de justicia y de la Audiencia Nacional, a los presidentes de Sala y los magistrados del Tribunal Supremo o a los magistrados del Tribunal Constitucional.

Carlos Lesmes, actual presidente del Poder Judicial, ha tenido que reclamar en diferentes ocasiones a los partidos políticos y a las presidentas del Congreso y del Senado la necesidad inmediata de comenzar a la renovación del CGPJ. Además, durante estos meses, ha planteado nuevos nombramientos importantes para varios tribunales, incluido el Supremo.

Unidas Podemos calificó ayer esos nombramientos, durante una sesión en el Congreso, de “ilegítimos y manchados de ilegalidad” y reprochó al Tribunal Supremo que no hubiera reconsiderado ya la situación de los presos independentistas condenados. Unidas Podemos propone que deberían poder salir libres antes de las elecciones catalanas del 14 de febrero, o bien por la vía de los indultos que debe aprobar el Consejo de Ministros o por la de la revisión de penas al rebajar las condenas por sedición con una reforma del Código Penal.

Carlos Lesmes, presidente del Poder Judicial y Tribunal Supremo. Fuente: EFE / Andreu Dalmau