Iniciación al BDSM para principiantes

¿En qué piensas cuando digo BDSM? Seguro que se te viene a la cabeza fustas, sogas o el cuarto rojo de 50 sombras de grey. Pero, te aseguro que el BDSM es mucho más que eso y, para descubrir todo lo que significa, debemos desterrar de nuestra mente al señor Grey como modelo estándar de persona que práctica el BDSM.
Cristian Grey, la fusta y Anastasia. Fuente: Fotograma de la película 50 sombras de Grey.
¿Qué es?

Cuando se habla de BDSM es un error común pensar que estas siglas se refieren en exclusiva a una práctica sexual cuando en realidad son seis tipos de prácticas que se relacionan, en algunos casos, entre sí.

Bondage: significa cautiverio en inglés y francés. Es la práctica erótica que busca la inmovilización del cuerpo de la otra persona mediante ataduras o restricciones usando elementos como esposas, cuerdas o sogas.

Disciplina: son una serie de prácticas eróticas que se relacionan con la forma de actuar de la persona sumisa relacionado con reglas o protocolos, los cuales si se incumplen implicará un castigo.

Dominación: el rol de dominante toma el control de la parte sumisa recibiendo placer al ejercer poder sobre la otra persona. Sin un sumiso no puede haber un dominante y viceversa.

Sumisión: es la otra cara de la dominación. La persona que acata el rol de sumiso acepta los deseos del dominante y acepta todo lo que la otra persona le haga, siempre y cuando exista un consenso previo.

Sadismo: haciendo referencia al Marqués de Sade, la persona sádica obtiene placer sexual causando dolor físico, como los azotes, o psicológico, como la humillación, a otra persona. Quien acepta este rol se debe preocupar en todo momento del bienestar de su compañero buscando no causar daño.

Masoquismo: rol complementario al sadismo. Persona que obtiene placer al recibir dolor físico y psicológico dentro de unos límites.

Normas básicas

Lo primero, y más básico, es la comunicación. En las relaciones sexuales, la comunicación es muy importante, tanto fuera como dentro de la cama, pero cuando se realizan este tipo de prácticas se convierte en un factor indispensable.

El BDSM se rigen por otras siglas, SSC, seguro, sensato y consentido. Esto quiere decir que todo lo que ocurra en el encuentro sexual debe ser consensuado y especificado previamente, sin traspasar nunca los límites del dolor físico o la humillación.

Las fustas son uno de los elementos más usados en el BDSM. Fuente: Pexels.

Para ello debéis crear una serie de normas, una especie de contrato, con las que ambos se sientan cómodos. Nadie debe hacer nada que no quiera o no le apetezca. La confianza en la otra persona es muy importante, por lo que este tipo de planteamientos se deben hacer siempre con alguien en quien confíes y en que no dudes que pondrá freno cuando sea necesario.

Tener una palabra o un gesto de seguridad ayudará a que todo vaya sobre ruedas y que lo más importante sea el placer. Si en algún momento del encuentro sexual se dice la palabra de seguridad el juego debe parar de inmediato.

¿Jugamos?

Aunque no lo creamos hay pequeñas prácticas que se integran casi desde el inicio en los encuentros sexuales que son en su esencia BDSM, aunque de una intensidad débil. Desde los mordiscos pasando por los arañazos, hasta los azotes son una primera muestra de BDSM, y si este tipo de actividades eróticas te excitan es hora de experimentar y descubrir hasta que sitios inexplorados os puede llevar el bondage o los roles.  

Vídeo tutorial de como usar un cinturón como esposas. Fuente: TikTok.

La forma más común de inicio es el bondage. Al tratarse de una práctica sencilla y que puede llevarse a cabo sin mucho atrezo, ya que se pueden usar para inmovilizar cinturones, corbatas o pañuelos de tela.

Para empezar, podéis optar por la privación de alguno de los sentidos como por ejemplo la vista. Sin visión la persona sumisa queda a merced del dominante quien decide que hacer y que no, dándole a todo un factor sorpresa muy excitante.

En este momento se puede usar todo lo que imaginéis, y que haya quedado consensuado para dar placer. Vibradores, lubricantes que incluyan estimulación, hielo, fustas para azotar… Deja volar la imaginación.

Otra práctica dentro del bondage con la que se puede comenzar es con la inmovilización de manos o piernas. Al igual que en la privación de sentidos, el sumiso queda bajo la voluntad del dominante, y esta vez incluso más, ya que, aunque no veas puedes moverte, pero aquí no.

Las ataduras que se usen deben estar bien aseguradas para que no sea fácil quitarlas, pero sin hacer daño por el roce o sin que lleguen a cortar la circulación. Puedes atar directamente las manos o, si la cama tiene un buen cabecero, atar ahí a tu compañero.

Bondage para principiantes. Nudo para usar en un cabecero. Fuente: Diversual.
Después de la tormenta viene la calma

Al terminar hay que volver a conectar con la realidad. Durante el encuentro sentirás muchas emociones, sentimientos y sensaciones que poco a poco hay que ir disipando para dar paso a un periodo de cuidados. La persona dominante debe abandonar su rol y cambiarlo completamente volcándose en cuidar del sumiso, preocupándose por sus necesidades y procurando su bienestar. Es el momento de hablar y comunicar con la otra persona que tal ha sido la experiencia, si os a gustado o si no, cosas a mejorar o si directamente esto no es lo vuestro.

El sexo es muy amplio y existen miles de practicas por las que recibir placer. El BDSM es una más con la que no debe dar miedo experimentar.

¡Ayuda! Quiero hacer una orgía y no sé cómo

Puede que participar en un orgía te haya dado alguna vez curiosidad o se trate de una de tus fantasías sexuales. Quizás te hayas lanzado alguna vez y el resultado no ha sido el esperado. ¿Quieres saber cómo participar u organizar una orgía?

Para poder formar parte de una orgía primero hay que tener claro qué es. Una orgía es una actividad sexual en la que más de tres personas mantienes relaciones de forma consensuada. Es un tipo de sexo en grupo en el que puede o no haber ciertas normas que los participantes hayan manifestado de forma explícita.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que las orgías reales no se parecen a las que se graban en la pornografía. La pornografía es ficción y por ello no debe tomarse como ejemplo ni esperar que esta práctica sexual se asemeje a esa representación.

Cuando se piensa en participar en un orgía surgen muchas dudas sobre cómo es la forma adecuada de organizar una de ellas ¿por dónde se empieza?

Esquema representativo del proceso para hacer una orgía. Esquema realizado con el programa Miro.

Organiza y planifica el placer

Cada orgía es una experiencia y una vivencia diferente, si quieres lanzarte a participar en una hay algunos pasos que pueden ayudarte a llevar a cabo esta práctica sexual.

Es importante elegir con qué personas queremos llevar a cabo esta práctica sexual, existen dos opciones: personas conocidas o desconocidas. Si es la primera vez es más fácil que te sientas a gusto con personas conocidas.

En el caso de hacerla con conocidos haz una lista de aquellas personas por las que tienes atracción y descarta a aquellas que crees que jamás participarían en una orgía. Si en esta lista tienes a algún amigo o amiga, es conveniente valorar si la experiencia compensa. Mantener relaciones sexuales con alguien con quien mantenemos una estrecha amistad puede hacer que esta relación cambie y se genere incomodidad entre ambos.

Fuente: Fotografía de Dainis Graveris / Pexels.

Si prefieres experimentar con personas que no sean de tu entorno hay varias opciones. Existen locales que organizan estas prácticas y grupos abiertos en redes sociales como Twitter o WhatsApp. Investiga y busca uno que tenga unas normas que se adapten a lo que tú quieres y te den confianza.

Si por fin tienes tu lista, esos nombres son tus contactos. Ten en cuenta la relación que tienes con estas personas, sácales tema de conversación y luego díselo. No hay una fórmula exacta para proponer este plan, pero hazlo de forma natural. Puedes simplemente decir que quieres experimentar algo nuevo y has pensado en esa persona.

Si tienes pareja, participe o no en la orgía, hablad antes y marcad vuestros propios límites. En el caso de participar juntos es conveniente estipular si participareis estando juntos o por separado.

Fuente: Fotografía de Dainis Graveris / Pexels.

Una vez hayas acordado con las personas con las que organizarás la orgía una fecha debéis hablar de qué prácticas no estáis dispuestos a llevar a cabo. Esto es muy importante ya que es una práctica sexual consentida por todos y el objetivo es que todas las personas participantes disfruten. Aquí se debe determinar, por ejemplo, si se no quieren mantener prácticas anales, vaginales u orales, azotes, mordiscos…

No vayas directamente al grano, piensa en el encuentro como una quedad entre amigos en un bar o para comer. Hablad para romper el hielo y templar los nervios, no es necesario que la conversación sea en torno al sexo. Sí pueden llevarse a cabo juegos que aumenten la temperatura como el Yo Nunca o el Verdad o Atrevimiento. Estos juegos permitirán crear un ambiente más propicio al momento.

Disfruta, goza y experimenta

Las orgías son la práctica sexual perfecta para experimentar. No tengas miedo de explorar tu sexualidad y probar cosas nuevas, puedes descubrir algo nuevo que te excita, pero nunca aceptes hacer algo con lo que no estés cómodo. Que participes en una orgía no significa que debas hacer y dejarte hacer todo, marca los límites y si no se respetan estos, vete. Comunícate con las personas con las que estás. Hazlo verbalmente o mediante caricias, haz saber que te gusta o no lo que te están haciendo.

Puedes llevar tus juguetes sexuales para estimularte o que te estimulen con ellos. Hay a quienes les gusta compartir el placer que le da su juguete con los otros asistentes a la orgía. Si este es el caso asegúrate de contar con preservativos o barreras de látex para evitar posibles infecciones de transmisión sexual. La protección es lo más importante, tanto para usar los juguetes como para la penetración o el sexo oral.

Si te decides a dar el paso y participar u organizar una orgía debes saber cuáles son las claves para hacerlo de forma segura: el consentimiento y la protección. Esos son los pilares fundamentales.