Rafael Rodríguez: “El paro y el hambre de un periodista son los mayores enemigos de la libertad de expresión”

Hablamos con Rafael Rodríguez, distinguido con la Medalla de la Ciudad de Sevilla y presidente de la Asociación de la Prensa de Sevilla. Nos relata cómo funciona la asociación y la situación actual del periodismo

Fuente: Extradigital
Para que los jóvenes, sobre todo los periodistas, lo entiendan, ¿qué es realmente la Asociación de la Prensa de Sevilla? ¿Qué se hace concretamente ahí?

La Asociación de la Prensa de Sevilla es la segunda de España. Y, por detrás de Madrid, somos la que tenemos más asociados. Estamos volcados en el periodismo y en los periodistas y, sobre todo, en la situación actual de precariedad del periodismo y de su debilidad absoluta tanto económica como ética: defendemos la honestidad, el buen periodismo y los buenos periodistas.

Nos ocupamos del empleo, de la ética y de la formación. En materia de empleo, actualmente está muy mal y la pandemia ha venido a ponerlo peor. Y cuando salgamos de esto, estaremos mucho peor. Todos los medios de España están en una situación de ERTE y después de todo esto derivará en ERE. Si no el teletrabajo que es lo peor que puede haber en el periodismo y que vendrá para quedarse: una plantilla de 50 personas la puedes convertirla en miles de falsos autónomos. Miles de personas trabajando para ti.

En cuanto al tema de la enseñanza, tenemos dos programas: La Prensa en las Escuelas y La Igualdad es Noticia. Son talleres teóricos-prácticos que vamos haciendo en los institutos de la provincia de Sevilla enseñándoles a los alumnos todo lo referente sobre los medios de comunicación con una visión crítica. Estamos negociando —primero con el Ministerio, luego con la Consejería de Educación— que la alfabetización mediática sea una asignatura en secundaria y en bachillerato porque es una formación transversal que vale tanto para el periodismo como para cualquier profesión.

El tema de la ética es otra cuestión que a la Asociación de la Prensa de Sevilla nos importa mucho y estamos muy alerta porque, ahora mismo, la mentira prevalece sobre todo.

Recientemente la APS ha creado una comisión contra el plagio y el robo de imágenes y texto ¿no es preocupante que se llegue a esta medida si se supone que a los periodistas se les enseña a no hacer precisamente esto?

Sí, es la Comisión de Ética y Deontología. La hemos desarrollado para todo el tema del plagio de fotos y de texto porque con el tema de Internet, cualquiera puede coger una foto y hacerla suya. Tenemos muchos pleitos con medios de comunicación que se van resolviendo y llegando a un acuerdo donde el medio o la persona en cuestión le paga después al autor de la foto.

Rafael Rodríguez recibiendo la Medalla de la Ciudad de Sevilla. Fuente: Extradigital

En los medios, desgraciadamente, se hace de todo. La mentira está imperando ahora y, sobre todo, por el uso de las redes sociales donde todo el mundo es periodista sin serlo. La mentira ha invadido todos los ámbitos. La verdad ahora es lo que cuesta que la gente crea y el problema es que cualquiera puede decir una mentira —ya cada uno con su responsabilidad. Si un político miente, es responsabilidad suya, pero un periodista jamás puede hacerlo. Tampoco tiene que ser objetivo, neutral o independiente. Aunque no lo enseñen en las escuelas, debe ser honesto y decente y que haga una información veraz. 

En relación con tu persona, eres un periodista muy polivalente: has trabajado en prensa, en televisión y en radio además de escribir varios libros como Morir por Andalucía y, recordando el pasado 28-F, ¿crees que ha desaparecido esa fuerza que hubo en Andalucía?

Tengo muchos libros relacionados con la autonomía de Andalucía, pero en referencia a la fuerza que hubo en el 28 de febrero creo que se ha perdido. En aquel momento —con el 4 de diciembre de 1977 y luego con el 28-F— se destapó el orgullo de ser andaluz. Ahora está dormido. Las generaciones nuevas desconocen lo que fueron esas fechas: Andalucía tenía subdesarrollo, con 15% de población analfabeta, casi sin hospitales, las carreteras estaban en mal estado, no había alcantarillado… Un desastre.

La autonomía era una lucha por conseguir todo eso que nos faltaba. No se sabía lo que era la autonomía, pero se entendía que era una forma para poder luchar y conseguir esas cosas. Hace falta volver a recuperar ese espíritu andaluz.

Los mismos periodistas éramos militantes en defensa de la libertad y la lucha contra el subdesarrollo. Pasamos de una etapa bastante mala —de despidos, de no haber puestos de trabajo— a una mejor. Pienso que el paro y el hambre de un periodista son los mayores enemigos de la libertad de expresión. Por eso se escriben burradas, es lo que pasa cuando se aprovechan de la situación precaria del periodismo.

¿Está Andalucía olvidada y relegada por las otras comunidades?

Yo eso no lo comparto. El problema de Andalucía es que estaba en un profundo pozo: durante el franquismo todo el desarrollo fue de Madrid hacia arriba. A Andalucía no llegó nada. Cuando se instauró la democracia, todas las subvenciones importantes iban para el sector minero de Asturias o para el sector automovilístico de Cataluña. Aquí, sí venían, era para el tema del campo por el Plan de Empleo Desarrollo Rural y se daba poquísimo.

Acortar la distancia con las demás comunidades y equipararse a su nivel era muy difícil. Sin embargo, con el tema de que Andalucía pudo conseguir su autonomía el 28 de febrero fue como un empujón muy fuerte que la hizo equipararse a todas las demás. El desarrollo de Andalucía a lo largo de estos 40 años ha sido espectacular: de una situación de nada hemos pasado a tener carreteras, más centros de salud, colegios… Era tal el subdesarrollo que antes, si te ponías enfermo, tenías que esperar a que el médico que se ocupaba de tu pueblo pasara. Iba en una moto pequeña, así que tardaba bastante.

Todos los colegios y demás deberían tener una asignatura sobre la historia de Andalucía, pero la presente porque así le daríamos el valor que se merece la evolución que ha tenido esta comunidad. Y darnos valor a nosotros mismos, no infravalorar ni nuestra tierra ni nuestro acento.

¿Cómo ves a los estudiantes actuales de periodismo? Teniendo en cuenta que la carrera está obsoleta y los estudiantes no leen las noticias.

La Facultad de Comunicación tiene una asignatura pendiente: enseñar a los estudiantes a ser periodistas. Y eso no se hace en la facultad. En el momento en que se entre en la facultad tienen que estar formándose y aprendiendo prensa, radio y televisión, pero desde el primer día. ¿Hacen falta asignatura sobre lengua, economía u otras materias? Sí, pero como un complemento. Primero va el periodismo que es el que tienen que enseñar, inculcar y adaptar a los nuevos tiempos digitales. ¿Cuántas asignaturas de nuevas tecnologías tenéis? Una cuatrimestral en toda la carrera y no puede ser.

La redacción periodística siempre se ha estudiado en primero y en segundo, ahora es en tercero y en cuarto. No tiene sentido. Cada vez escribimos peor con las nuevas tecnologías y, por eso, importante tener esta asignatura —el tema de las faltas de ortografías en cada facultad es impresionante. Eso te lo tienen que enseñar de primera hora: cuando llegas a la facultad y ves todo eso ya sabes si te gusta o no la carrera. Y si te gusta, ya puedes elegir si prensa, radio o televisión porque son medios totalmente distintos.

La facultad tiene que formar a los compañeros que entran porque si no con la situación actual de precariedad solo va a generar a más gente de carne de cañón para el paro. Las prácticas son necesarias en la carrera: hay gente que sale sin haber pisado un plató o un estudio de radio. El periodismo, ante todo, es vocacional y práctico.

¿Cómo apoya la APS a los periodistas que acaban de salir de la carrera?

Imagina lo siguiente: sales de la facultad, ya has acabado la carrera y tienes una idea como Voz Nueva o quieras crear el periódico para la facultad porque no tiene. Pues, tú vienes para a la Asociación de la Prensa y nosotros te orientamos. Te damos todas las claves para poder salir hacia delante o te vehiculamos hacia dónde deberías ir para que tu proyecto salga a flote.

Los medios tradicionales ahora, en vez de contratar a gente, la echan. Si antes te costaba hacer un buen producto con muy poca gente ¿cómo vas a hacer lo mismo con mucha menos gente? Es imposible. El ejemplo positivo que ponemos siempre es el The New York Times que está invirtiendo en la contratación de buenos periodistas. De esta manera anima a la gente a leer porque demuestran que la información que proporcionan es de calidad. Aquí no hacemos eso.

Este medio ha logrado un récord por suscriptores y contración de periodistas. Fuente: niallkennedy (Creative Commons)

El modelo de negocio del futuro es incierto: por ahora se ha desarrollado en varios periódicos las suscripciones, pero da todavía recelo a pagar por la información. Nosotros estamos elaborando varias campañas para que los periodistas puedan suscribirse a medios de comunicación pero cuesta trabajo. La gente no está acostumbrada a pagar por la información y la información de calidad cuesta mucho dinero. Hay que mentalizar a la población.

Y, volviendo a tu pregunta, nosotros facilitamos todo a los compañeros que se meten aquí como los cursos de formación que ofrecemos. La situación del periodismo es mala y precaria, además de ser un trabajo sacrificado y vocacional.

¿Cómo ha afectado la covid-19 al periodismo?

La covid-19 ha venido a rematarlo. Ha habido recortes salariales, ERE y teletrabajo que viene bien para algunos, pero para el periodismo es malísimo. El periodismo es algo presencial, no es información de calidad la que te manda el gobierno de turno o los partidos políticos todo editada y modificada.

Luego, a nivel empresarial, con el teletrabajo al empresario ya no le hace falta tener una oficina con sus trabajadores. Puede alquilar una mucho más pequeña y tener a los periodistas trabajando en su casa por lo que los quitan de plantilla y los hace falsos autónomos.