El declive del catolicismo en España

La secularización española ha sido de las más veloces en comparación con otros países. Las encuestas anuales evidencian el descenso de creyentes. Aún así, la religión sigue estando presente silenciosamente en cada ámbito de nuestra vida: en una España declarada aconfesional a través de su última Constitución (1978)

España ha estado fuertemente vinculada al catolicismo a lo largo de la historia. La religión católica sigue teniendo gran influencia en la sociedad y cultura del país, aunque cada vez de un modo menos incentivado. Las generaciones más jóvenes se desarraigan en su gran mayoría de las costumbres o creencias religiosas.

Un reciente estudio del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) demuestra que el catolicismo llega a perder cada año más de un cuarto de millón de creyentes. Las estadísticas del pasado 2020 muestran que un 34% de la población española se considera atea y no creyente. Cada vez son menos los seguidores de esa creencia. El abandono de prácticas como casarse, bautizar a niños o ir a misa lo evidencia. En la última década la religión ha perdido un 14,3% de sus seguidores. Quienes se consideraban católicos han pasado en diez años de ser un 76,4% a ser un 62,1%.

Comparación de los resultados en las encuestas sobre religión de la última década. Fuente: CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas)

La desafección religiosa viene de la mano de la desconfianza o la frustración. La pandemia por coronavirus ha contribuido indudablemente a este descenso de creyentes. La Universidad de Zaragoza realizaba en mayo de 2020 una encuesta. De sus resultados se obtuvieron, entre otras, conclusiones relacionadas con la religión. Un 19,7% de los encuestados confesaba su desconfianza en la religión. La fe en esta ya no era ningún refugio. La espera y falta de respuesta les indignaba causando un distanciamiento con sus creencias.

¿Por qué?

Los expertos no tienen una respuesta clara ante todo esto. Afirman que la rápida secularización de la sociedad española se debe a que el proceso comenzó más tarde que en otros países europeos. Las estadísticas muestran que se ha dado en un periodo de 20 años. No es mucho si es comparado con otras naciones. El sociólogo vasco Javier Elzo aseguraba para el diario La Vanguardia que el período de secularización tiene que ver con la etapa de la dictadura franquista. En esta, el catolicismo era la religión oficial del Estado. Con ella se impedía cualquier pensamiento crítico sobre creencias y se obligaba a ser practicante. Esto explica en parte la reacción de los españoles tras el final del franquismo.

Una misa cualquiera en una iglesia de Tárrega (Lérida) en la etapa franquista. Fuente: todocoleccion.net

Otro de los motivos que exponía Javier Elzo para explicar la descristianización es el papel que la iglesia daba a la mujer. La aparición de los anticonceptivos fue crucial. Mediante un comunicado la iglesia mostraba su total oposición a estos, por lo que se produjo un significante alejamiento de las mujeres. “La madre actúa como el principal transmisor de las creencias y la religión”, explicaba Elzo. Esto significa que hubo consecuencias más allá.

Otros expertos justifican la pérdida de fe en la religión con los numerosos avances científicos surgidos en Occidente.

Estereotipos

Javier Elzo señala: “en España se identifica religión con derecha o extrema derecha, con antiguo, con viejo, con imposición y uniformidad”. Este tópico conlleva pensar que es extraña la existencia de un seguidor de la religión católica que tenga pensamientos de ideología de izquierdas. Todo esto ha sido fruto de los estereotipos sociales y el asociamiento de ciertas apariencias físicas o formas de vestir a concretas ideologías políticas. Es cierto que la principal representante de la religión católica —la iglesia— sí que se identifica con pensamientos de la derecha política. Esto recae sobre sus seguidores, condicionándolos de alguna manera a perseguir tal ideología. Sin embargo, los teólogos niegan que el cristianismo se asocie a estos pensamientos e, incluso, convencen de que lo normal sería enmarcarse en la ideología contraria.

Ilustración. Fuente: El País (Máximo)

Por ello, los creyentes más fieles pretenden desbancar a la que, según ellos, ensucia sus creencias: la iglesia. Estos se conocen como protestantes católicos, pues son antiguos miembros de la iglesia católica que se separaron de la misma por cuestionar ciertas enseñanzas, sectores o actuaciones que se llevaban a cabo. Las primeras apariciones de estas protestas se dieron en el siglo XVI.

Bandera utilizada por los protestantes alemanes. Fuente: Amazon
Fuente: Archivio Giovannetti / Effigie / Gtres

MARTIN LUTERO

El primer protestante católico de la historia fue Martín Lutero, un monje católico agustino alemán. Fue el impulsor de la llamada Reforma Protestante, la cual surgió en el siglo XVI en Alemania. Con esta se pretendía alcanzar un cambio profundo en la Iglesia católica. Sus seguidores fueron llamados protestantes o luteranos. La nueva corriente se difundió por todo el mundo. Llegó a España poco después de su aparición, pero no arraigó debido a la persecución a la que fueron sometidos los luteranos por la Inquisición española.

¿Una procesión republicana?

La Parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Santa Cruz de Tenerife se encargó de destruir los tópicos que situaban a la iglesia en el pensamiento político de derechas. El Viernes Santo de la Semana Santa de 1805, recorría las calles por primera vez en la historia la procesión de la que llevó primeramente por nombre Nuestra Señora de las Angustias. Se convertía en 1931 en La Republicana, debido al contexto político de aquel entonces. Es la única virgen republicana que existe.

La Segunda República Española proclamada en 1931 transmitía en el artículo 27 de su Carta Magna (Constitución de 1931) lo siguiente: «Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno”. Se prohibían así las tradicionales procesiones de Semana Santa. Pero La Republicana era especial precisamente por eso: fue la única que salió en procesión a pesar de estar prohibido.

Procesión de La Virgen Republicana. Fuente: Diario de Avisos

La después llamada procesión republicana era aún más aclamada por los vecinos canarios. La procesión, durante la República, hacía tres paradas para que la Banda Municipal interpretara una versión procesionaria de Adiós a la vida de la ópera Tosca de Giacomo Puccini. Las paradas se hacían en sitios significativos, como podía ser un café donde un grupo de intelectuales de tendencia republicana tenían una tertulia.

Desde entonces, cada año, La Virgen Republicana sale de la iglesia del Pilar a las 12 de la mañana. Es considerada la obra de mayor categoría escultórica de la parroquia y una de las mejores tallas de arte religioso de la capital.

La procesión sale de la parroquia y una mujer canta el Adiós a la vida. Fuente: YouTube (La Cuesta TV)
¿Religión obligatoria en la enseñanza?

En los últimos meses han abierto de nuevo el debate en el país: ¿debe ser la religión una materia a aprender? La aprobación de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE) el pasado diciembre incentivó la polémica. Tras la instauración de la Ley Celaá, la asignatura de Religión en España será de oferta obligatoria para los centros, pero voluntaria para los alumnos. Sólo la cursará el que lo desee. La asignatura ya no será materia específica ni contará para la media. La actual ministra de educación, Isabel Celaá, se niega además a implantar una asignatura alternativa que proporcione formación religiosa. La iglesia católica española se ha tomado esto como un ataque a su religión.

Componentes de la Iglesia se muestran indignados por la ley Celaá. Fuente: YouTube (Diario Público)

La mayor parte de los centros educativos españoles pertenecen a esta iglesia. La presencia de la religión católica en los colegios de nuestro país se debe a los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado, los cuales fueron firmados en 1979.

El diario Público publicaba un par de años atrás una gráfica que demostraba una vez más la disminución de creyentes en nuestro país. La gráfica plasmaba el porcentaje de alumnos matriculados en la asignatura a lo largo de los cursos. El descenso es claro. Los alumnos mostraban cada vez menos interés por la asignatura.

Caída del porcentaje de alumnos que han cursado religión a lo largo de los años. Fuente: Público / Conferencia Episcopal
Festividades

De los 14 festivos nacionales que celebra nuestro país, más de la mitad son religiosos. A pesar de que cada vez se cree menos, estos se celebran con las mismas o, incluso, con más ganas que nunca. La festividad más importante la acabamos de dejar atrás. La pasada Navidad ha sido la más atípica de la historia, pero ha quedado demostrado que incluso ni por una pandemia mundial se dejaría de celebrar. Es concebida como algo sagrado e incuestionable.

Viñeta crítica. Fuente: Pinterest

Los acuerdos del Estado español con la Santa Sede de 1979 tienen mucho que ver con que se sigan celebrando estas festividades católicas. A través de estos acuerdos se reformó el Concordato de 1953 —firmado por el Gobierno franquista— para adecuarlo a la proclamación de la aconfesionalidad del Estado en la Constitución española de 1978. La nueva Constitución democrática garantizaba la libertad religiosa y de culto. No obstante, es evidente que en España adquiere un mayor valor el catolicismo con respecto a otras religiones.

Portada de La Vanguardia de 1953 en la que se informa del acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español. Fuente: nuevatribuna.es

Resulta algo irónico cómo —según el barómetro del CIS expuesto al inicio— el 34% de la población se consideraba en 2020 atea y no creyente, pero sigue celebrando cada festividad año tras año. La falta de coherencia entre las creencias y las actuaciones es bastante usual entre la sociedad actual. Estos días se celebran por tradición y no por el verdadero significado que estos presentan.

Más de la mitad de los festivos españoles son religiosos

En efecto, la Iglesia católica atraviesa una intensa crisis en España. Una encuesta realizada en 65 países y desarrollada por la firma WIN/Gallup International, colocaba a nuestro país en el puesto 16 de los Estados menos religiosos del mundo. La declaración de un estado aconfesional en la Constitución de 1978 liberó a cientos de españoles. Ya no queda nada de la España católica que impuso Franco por decreto. Más de la mitad de la población española actual es, más que católica, seguidora de tradiciones.

Lucifer, una serie con referencias ocultas

Lucifer Morningstar (Tom Ellis) abandona el infierno porque está cansado de ser el guardián de sus puertas y de obedecer el castigo impuesto por su padre, así que decide intercambiar el Infierno por Los Ángeles, donde dirige un club nocturno y se convierte en consultor de la LAPD. Esta es la sinopsis de la serie Lucifer, que retoma la fórmula de anteriores éxitos como Bones o, la más reciente, Castle.

Fuente: Fotograma de la serie de Netflix Lucifer

El nuevo elemento de la ecuación, la religión, se usa como excusa para introducir una lectura diferente de personajes demonizados, olvidados o expulsados. Una postura que ya les ha causado problemas. Más de 12.000 personas en 2016 firmaron la petición de la organización cristiana One Million Moms – una asociación dedicada a luchar contra las influencias negativas de los medios de comunicación – a favor de cancelar Lucifer

«La emisión de Lucifer por parte de FOX es una falta de respeto al cristianismo y una burla a la Biblia«.

One Million Moms

Lucifer rompe con la imagen que tenemos del Diablo como personificación de lo malo, pero no es el único personaje: la aparición de su madre en la segunda temporada es un reto a la concepción de Dios único. La información presentada por la investigadora de la Universidad de Exeter, Francesca Stavrakopoulos, defiende que al mismo nivel que se adoraba a Yahvé (nombre de Dios en la corriente hebrea)en los inicios de las grandes religiones abrahámicas se adoraba a Asherah, un arquetipo de la divinidad femenina expulsada de la Biblia. Esto significa que los grandes monoteísmos de hoy día – cristianismo, islam y judaísmo – en su origen adoraban de igual manera a una Diosa madre y a un Dios padre, ambos cocreadores de nuestra realidad.

La razón por la que Asherah fue eliminada no es segura. Dentro de la Biblia, en el libro Deuteronomio, se cuenta cómo los profetas Jeremías y Micah condenaban la adoración de Asherah, ya que según ellos esta deidad aleja de la adoración del Dios único y verdadero. La figura de Asherah se comparó con la falsa idolatría, alejando eventualmente a los creyentes de la adoración de la pareja divina, modificando las ediciones posteriores de la Biblia. 

“Asherah no fue editada del todo de la Biblia por sus editores masculinos, trazos de ella permanecen, y la evidencia arqueológica junto a referencias en textos de naciones en las fronteras de Israel, permiten reconstruir su papel”.

J. Edward Wright, del  Arizona Center for Judaic Studies
Asherah, detalle de caja de marfil conservada en el Louvre / Art Resource, New York

Asherah no es el único personaje que la serie recupera de la Biblia con el que han buscado nuevas interpretaciones religiosas: Lilith, madre de Mazikeen, una demonio que jura su lealtad a Lucifer.

Fotograma de la serie de Netflix Lucifer – En la imagen el personaje de Lilith.

Lilith es una figura de la mitología mesopotámica y del folclore demonológico judío. También es considerada la primera feminista, después de que Judith Plaskow – la primera feminista judía autonombrada teóloga – se reuniera en 1970 con un grupo de mujeres para reinterpretar los textos bíblicos, dando lugar al mito de Lilith.

En la corriente hebrea, el mito de Lilith se sitúa cronológicamente antes de que Dios creara a Eva para Adán a partir de su costilla. El fragmento del Génesis dice:

«Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó».

Según el Yalqut Reubeni –una colección del siglo XVII de interpretaciones de textos antiguos- por el rabino Rubén Hoschke Kohen, esta mujer a la que alude el texto sería Lilith, creada como Adán a imagen y semejanza de Dios. Pese a ser creados como iguales, Adán intentaba someter a Lilith para mantener relaciones sexuales, a lo que Lilith se resistía:

«¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual».

Adán trató de violarla y Lilith, llena de rabia, pronunció el nombre prohibido de Dios lo que la expulsó inmediatamente del Edén. 

En su destierro se vio en las orillas del Mar Rojo, hogar de demonios, y durante un tiempo fue amante de Asmodeo – un príncipe demonio -, dando luz a los lilims, una estirpe de demonios femeninos. Cuando los arcángeles de Dios fueron en su busca para llevarla de vuelta con Adán, ella se negó, y el cielo la castigó haciendo que muriesen cien de sus hijos al día.

No hay duda de que lo guionistas de Lucifer se han preocupado en representar el mito de Lilith, al igual que el personaje de Asherah, pero no sólo los representa. Los humaniza. No es un acto herético ni una falta de respeto al cristianismo, son historias de mujeres. La igualdad no sólo se consigue con leyes o políticas sino con la creación de nuevos mitos, recuperar los olvidados y el poder contar con referencias culturales del poder de las mujeres.

En palabras de Judith Plaskow, «cada generación tiene el deber de contribuir a la evolución del texto».