Mujeres Rokitansky: nacer sin útero ni vagina

Existen miles de enfermedades raras, trastornos poco comunes y síndromes de los que nunca hemos escuchado hablar. Pero, ¿alguna vez has escuchado sobre mujeres que nacen sin útero y sin vagina? Aquí te contamos todo acerca del Síndrome de MRKH.

El síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, o más conocido como el síndrome de Rokitansky, es un trastorno al que le dieron nombre los médicos Mayer, Rokitansky, HermannKüster y Hauser, quienes descubrieron el primer caso de una recién nacida sin vagina y observaron las primeras consecuencias que esto conllevaba. El síndrome de MRKH es una malformación del aparato reproductor femenino. Es una enfermedad congénita, es decir, de nacimiento, que se caracteriza por la ausencia de la vagina, aunque no siempre, y del útero. Según el portal sobre enfermedades raras y medicamentos huérfanos, el síndrome de MRKH lo tiene aproximadamente 1 mujer de cada 4.500.

Según el ginecólogo Juan Carlos Castillo, el origen de este trastorno se da en la etapa del embrión o del feto. Concretamente ocurre cuando los conductos de Müller se ven afectados en el desarrollo del útero, de la vagina y de las trompas de Falopio.

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¿Y qué es lo que ocurre cuando esto pasa? ¿En qué se diferencia con el aparato reproductor femenino común?

Los ovarios en las mujeres Rokitansky se desarrollan con normalidad, lo que significa que tienen los mismos niveles hormonales.

En cambio, en el útero y en la vagina se presentan diferencias en comparación con el resto de aparatos reproductores femeninos. El síndrome de MRKH tiene varios tipos de pacientes. Según la base de datos sobre enfermedades raras, Orphanet, los pacientes de tipo 1 y tipo 2 carecen de útero y los del tipo 2/3 o superior carecen también de vagina. Cuando decimos carecer no significa estrictamente que no tenga vagina, puede darse el caso de que la tenga, pero no formada completamente.

¿Cómo se diagnostica?

El síndrome de Rokitansky se diagnostica normalmente en la adolescencia, debido a la amenorrea, es decir, a la ausencia de la menstruación. El diagnóstico se puede confirmar a través de una ecografía, una laparoscopia exploratoria o una resonancia magnética. Los expertos afirman que mediante un examen ginecológico básico no se podría diagnosticar, ya que los genitales externos son aparentemente normales.

Según el ginecólogo J. C. Castillo, dependiendo del tipo de MRKH las consecuencias pueden ser distintas en cada mujer, pero hay unos síntomas que todas comparten y son los siguientes:

  • La amenorrea primaria, es decir, la falta de la regla.
  • La incapacidad de fertilidad debido a la ausencia del útero para gestar.
  • La dificultad para la penetración vaginal y/o relaciones sexuales complicadas debido al pequeño tamaño de la vagina.

Además, hay otros síntomas menos comunes, que pueden ser:

  • Dolores pélvicos en el caso de las personas que tienen restos uterinos.
  • Enfermedades óseas a nivel vertebral, malformaciones renales o defectos cardiacos, entre otros.
¿Existe una cura?

No existe una cura como tal para este síndrome, pero sí existen técnicas para conseguir que las mujeres que lo sufren tengan una vida normal. Estos métodos van a ser posibles siempre que la paciente haya madurado emocionalmente. Suelen empezarse entre los 17 y 22 años, aun así, los expertos recomiendan recibir ayuda psicológica durante todo el proceso, ya que puede ser muy duro.

Según el Portal sobre Enfermedades Raras podríamos distinguir entre técnicas quirúrgicas y técnicas no quirúrgicas.

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La técnica no quirúrgica más común es la conocida como El Método de Frank, el cual consiste en usar dilatadores vaginales unos 20 minutos al día durante meses, hasta conseguir una profundidad de unos 8 o 10 centímetros.

Si la técnica de Frank no funciona o la paciente tiene ausencia total de la vagina se optaría por las técnicas quirúrgicas, concretamente, por la reconstrucción de una neovagina. Este procedimiento consiste un usar piel de otra parte del cuerpo de la paciente y colocarlo en una prótesis de silicona con forma de pene, la cual se adapta y se coloca en el canal vaginal. Al paso de unos días, dicha prótesis es retirada y se volverán a usar dilatadores para conseguir el efecto de profundidad.

También existe el trasplante uterino, para conseguir que las mujeres puedan ser fértiles. Este es un trasplante complejo y sin muchos casos que hayan dado resultados positivos, por lo que es un campo desconocido, como explica Reproducción Asistida ORG.

El síndrome MRKH es una enfermedad poco conocida porque no existen muchos casos, o como dice Karina Esper, difusora del síndrome, “no son diagnosticados”. Aunque no exista una cura, hay diferentes métodos para conseguir tener una vida sexual normal y disfrutar de ella. Además, aunque las mujeres Rokitansky no puedan tener hijos biológicamente, tienen otros métodos para tener hijos, como es la adopción.