Así suena Andalucía

«Sevilla para nacer, Granada para morir». Así comienza esta letra tan popular en un intenso recorrido por todas las provincias que componen Andalucía. Tierra de poetas, de vida, de gente humilde. Tierra de albero en las fachadas y de patios con rejas; de raíces y de mar. De arte por los cuatro costados y tierra también de música.

Esa es la palabra mágica: música, la que le da sentido a todo lo demás y que se aferra al concepto Andalucía en forma de canción hasta fundirse en una sola entidad.

Disfrazada de alegría o de lamento, convertida en banda sonora de una reunión entre amigos, marcando el compás en el reloj de la cocina o esquivando al sol escondida en el más sutil rincón de un callejón. La música ha sido y es una forma de vida, una manera de entender el mundo. Es la manifestación más pura de las emociones y de los sentimientos, y esto parecen llevarlo aprendido, de forma innata, generaciones y generaciones de andaluces que han sabido encontrarla en cualquier momento y lugar, y se han dejado llevar por ella de una forma tan visceral y humana que casi asusta.

La cantidad de referentes en este mundo es tan tremendamente inabarcable que podría desplegarse en forma de lista desde el primer extremo de Huelva hasta el último de Almería. Su rastro es el que ha contribuido de manera crucial a que pueda extenderse a lo largo de sus ocho provincias una gran variedad de artistas que hoy recogen el testigo y la pintan de diversos colores.

Voces de peso y, a la vez de estilos tan diferentes como las de Niña Pastori, Joaquín Sabina, Pastora Soler o José Mercé son algunos ejemplos que, aunque actuales, se han convertido ya en clásicos andaluces del abanico de posibilidades musicales a las que pueden dar lugar unas raíces comunes. “Unos años de guerra y alegría, un naranjo, y, en el centro, el sentir de Andalucía”, cantaba El Barrio, un grupo que ha utilizado a su tierra como musa para muchos de sus temas y que se ha ganado indiscutiblemente un hueco entre este conjunto de artistas.

Mostrando una cara más pop, pero sin perder un fondo que suena, inevitablemente, a sur, se alzan algunos nombres que forman parte del grueso musical español actual como Pablo López, Vanesa Martín, David Bisbal o Pablo Alborán, quien declaraba su amor incondicional a su tierra al ritmo de “Andalucía, yo te quiero, vida mía”. Manuel Carrasco también le canta a sus raíces llevando por delante “que mi acento es mi ADN, que no es ninguna bandera, que es una canción de cuna que mi madre me cantaba” poniendo en palabras algo tan intangible como es el orgullo de su esencia andaluza. Se les suman cantantes como India Martínez o Antonio José con un carácter muy flamenco y la capacidad de contagiar a cualquier tipo de público de la pasión que encierran sus canciones.

Artistas como El canijo de Jerez o el Kanka, al son de “la que revive a la poesía en cuanto el día se muere” y haciendo referencia, una vez más, a su hogar, añaden un estilo desenfadado que invita a unir la música con la calle, aportando una personalidad única y fresca. María Pelae es otra buena muestra de actitud y desparpajo; pregonera de su cultura en cada una de sus canciones, es capaz de aunar a Lola Flores y a Rosalía en un mismo remix.

Estilos más alternativos también tienen cabida en este heterogéneo conjunto musical. En el lado más Indie – Rock, Andalucía también ha visto nacer a artistas de la talla de Zahara o Supersubmarina.

Lola Índigo, Ana Mena, Dellafuente, La Mala Rodríguez o Beret completan el círculo aportando sonidos muy urbanos y actuales, acercándose, sin dejar de lado su punto andaluz a un estilo más latino o incluso al rap.

Este breve viaje a través del panorama musical andaluz actual, que podría detenerse en infinidad de paradas, pone de manifiesto cómo un arte arrullado en una misma cuna puede descomponerse en multitud de expresiones y formas, siempre anclado, firmemente, a sus orígenes, pero con una mirada hacia el futuro para convertirse así en el sonido de nuestro presente.