La anatomía humana es maravillosa y guarda secretos que pueden llevarte a sitios que jamás imaginaste ¿Eres una persona con próstata? ¡Bien! Estás a punto de descubrir una de las mayores, y más desconocidas, zonas de placer de tu cuerpo. El punto P, considerado el homólogo, salvando las distancias, del punto G femenino.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez que se encarga de producir y segregar el líquido eyaculatorio. Por lo que, el punto P, no es otra cosa que una zona de la próstata, y de ahí saca su P. Se encuentra debajo de la vejiga y delante del recto, a unos 5 centímetros de la entrada al ano.
Por ello, una caricia en ese punto provoca sensaciones eyaculatorias, pero sin eyaculación. El resultado es un orgasmo muy intenso, diferente a los habituales, incluso llegando a provocar multitud de orgasmos si se combina con otras prácticas.
Después de saber qué es el punto P, y lo que puede llegar a lograr, desde Voz Nueva queremos ilustraros sobre cómo estimular esta zona erógena para poder descubrir hasta qué punto esos orgasmos son tan placenteros.
Pero antes de empezar a explorar, tanto solos como en compañía, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones importantes.
Limpieza
La zona del ano es una zona con muchos gérmenes, tanto en hombres como en mujeres, por lo que la limpieza es fundamental. Si ese día se va al baño, mejor, así no te toparás con compañeros indeseados.
Para dejar limpia la zona, las lavativas son imprescindibles para esta práctica. Lavando la zona exteriormente y teniendo los dedos, y las uñas cortas, siempre limpios será suficiente.
Para que todo vaya sobre ruedas la ayuda de un buen lubricante con base acuosa o de silicona será la clave. Úsalo para lubricar el condón colocado sobre los dedos, para evitar, sobre todo, enfermedades de transmisión sexual.
Poco a poco
Antes de empezar directamente con la penetración se puede realizar un masaje de ano de forma exterior, buscando un ritmo propio y descubriendo si gusta o no. Poco a poco, siempre sintiéndote cómodo y tranquilo, puedes ir introduciendo el dedo índice o corazón.
Puede que al principio sea incómodo, incluso que duela, pero es normal se trata de algo nuevo. La actitud es imprescindible, las ganas de experimentar y probar cosas nuevas es la mayor aliada en estos casos.
Pero tanto si se prueba solo o en compañía, siempre está la opción de parar. Tú eres quien pone los límites de lo que te gusta o no.
Ya estás dentro
Si has descubierto que sí, que esto te está gustando, ha llegado el momento de encontrar la próstata.
Al estar excitado la próstata crecerá y resultará más fácil encontrarla. Inclinando los dedos hacia el ombligo sentirás una especie de bulto. Al presionarlo es normal sentir ganas de orinar, pero a la vez, sentirás mucho placer.
Juega poco a poco. Presiona más o menos, da pequeños toques y continúa probando hasta encontrar lo que te guste.
Esta practica se puede combinar con otras para llegar hasta el clímax. Masturbación, sexo oral, besos o caricias, todo cabe en esta nueva forma, incluso los juguetes sexuales, muy eficaces cuando la exploración es en soledad.
Desde fuera
Si aún no te ha convencido el punto P debido a la penetración anal, tengo buenas noticias. Es posible estimular la próstata desde fuera.
Una alternativa puede ser un masaje suave en la zona del perineo, la zona entre los testículos y el ano. Se puede experimentar con esta zona acariciando o aplicando presión mientras se recibe sexo oral o durante la masturbación.
Aunque el punto P sea uno de los puntos de estimulación más placenteros e intensos existen muchos mitos que empañan su reputación. Existen hombres que asocian el punto P y su estimulación a practicas homosexuales y que si lo practican afectará a su masculinidad.
Estimular la próstata es tan de heterosexuales como de homosexuales o bisexuales, la zona de tu cuerpo que estimules no determina tu condición sexual. El placer no entiende de orientaciones sexuales.