Álvaro Galán: «Se cumplieron muchos sueños sobre el escenario del Gran Teatro Falla»

El Carnaval de Cádiz es un universo lleno de cosas preciosas, y cada vez, más diverso. Un año después, Álvaro Galán echa la vista atrás y rememora con nosotros aquel 26 de enero de 2020, en el que el cuarteto de Afanas El Puerto Merda, merda, mucha merda derribó barreras y se convirtió en la primera agrupación formada por personas con discapacidad que participa en el COAC.
Lo primero, ¿cómo lleva Álvaro Galán el mes de febrero sin carnaval?

Pues con mucha pena. Lo vivimos muy adentro y estábamos muy ilusionados después del arranque el pasado año. Teníamos muchas ganas de volver y todo preparado, como todo carnavalero, que cuando se sube a las tablas ya está pensando en lo que vendrá después. Nos quitamos ese veneno con los medios dedicados a la fiesta, el concurso del milenio, esta charla con vosotros reviviendo cosas… Hay mucha gente implicada. Los que realmente aman esta fiesta, están más implicados que nunca.

Nosotros también teníamos muchas ganas de esta charla tras lo vivido el pasado año. La diversidad dio un pasito más, en concreto, en el carnaval. ¿Cómo vivisteis vosotros aquel día, dentro de ese ambiente y participando como una agrupación más dentro del concurso?

Pues me acabo de emocionar otra vez —la sonrisa de Álvaro es plena—. Hace ya un año, y la pandemia paró un proyecto muy bonito. Aquel día se cumplieron muchos sueños sobre el escenario del Gran Teatro Falla. Era un reto muy complicado, ya que una de las dificultades era lo que se exige allí. No era solo llevar un repertorio, sino algo que la gente reconozca como carnaval aunque sepa que estamos empezando. Fue muy emocionante. Después de la actuación, no rompimos hasta que estuvimos en la furgoneta llegando al Puerto de Santa María, cuando empezamos a cantar y gritar. Fue muy emocionante, tanto ese día como los que vinieron después. No paraba de atender llamadas de medios y asociaciones de la región y de España.

¿Cómo surgió la idea de Merda, merda, mucha merda?

Todo comienza en verano, en esos ratitos de descanso en vacaciones. En septiembre empiezo las clases con los grupos de teatro de personas con discapacidad. Uno de los chicos del grupo me venía pidiendo hacer algo para carnaval, y aquel periodo estival me arranqué a escribir el cuarteto.

La referencia del cuarteto es la agrupación Tres notas musicales (1991), con dos de los primeros grandes cuarteteros como el Peña y el Masa, que también escribieron otras como La boda del siglo (1982). Aquellos me marcaron mucho de pequeño. En base, especialmente, al primero de ellos, nació la idea de un cuarteto ambientado en el barroco. Escribí mucho y sin dudar, pero sí que es verdad que a los chicos no le conté toda la verdad de la presentación… —sonríe—.

Figurantes del cuarteto Merda, merda, mucha merda. Fuente: Jarrettabucha.es
Tiene que ser muy bonito que unos amantes del carnaval cumplan su sueño en el Gran Teatro Falla. ¿Imponen esas tablas?

Mucho. Es un teatro que verdaderamente impone. Ya había estado antes allí con un cuarteto y una chirigota juveniles. Además, ya lo visité y estuve en el pozo, en el techo…, pero el momento de la actuación impresiona. Las luces se apagan y el silencio me impuso mucho, y mira que estoy acostumbrado a las charlas en público. Saber que nos jugábamos mucho. En el Falla todos sabemos que hay una línea muy fina entre hacer el ridículo y hacer carnaval. Ese era un poco mi temor. Sin embargo, la tensión se rebajó una vez empezamos, y la gente del teatro y los medios fueron muy amables. Eso nos dio mucha confianza. El grupo me cubrió porque yo era el más inseguro. Las primeras risas nos dieron ese empuje para seguir adelante. Una vez que se termina, todo el mundo hace su autocrítica y ve en qué puede mejorar.

Una vez finalizó la actuación, ¿esperábais esa gran acogida por parte de grandes autores como Piulestán, Morera, los niños…?

El primer sorprendido de aquello fui yo. Nos volvimos todos locos cuando nos pusieron aquel vídeo durante la entrevista para Onda Cádiz. Fue realmente bonito, lo que fue sucediendo durante aquel carnaval. Quería que los chicos allí hablasen de la fiesta y demás cosas, pero aquella acogida tan pronta fue un gran detalle por parte de los cuarteteros. Estuvimos en el Pregón de San Fernando con Morera, Javi Aguilera nos invitó a los cuartos de final… Tenemos contacto de amistad carnavalera. Es una de las cosas bonitas que nos ha dado el carnaval junto a los aficionados o medios como Onda Cádiz que estuvo siempre a disposición del cuarteto desde el momento de la inscripción.

Esperaba en cierta manera algo de lo que vino después, porque ellos llevan años haciendo teatro y saben transmitir, aunque la gente no está acostumbrada y llega a pensar que puede ser para niños. Pero no. Son personas con discapacidad pero pueden hacer humor, teatro y carnaval y lo que se proponga para todos los públicos, también para adultos. Sabía que si lo hacíamos bien, teniendo en cuenta que nos gusta el carnaval, podíamos triunfar.

Los integrantes del cuarteto Merda, merda, mucha merda junto a la agrupación del Morera. Fuente: Álvaro Galán
A raíz de esos prejuicios como el del «teatro para niños», ¿cómo marcha, desde tu punto de vista, la lucha por la diversidad dentro de la sociedad?

Siempre se avanza un poco porque hay muchas asociaciones y familias detrás, pero creo que ese avance es muy lento. Trabajo para la diversidad y la discapacidad en Afanas El Puerto y en la Asociación de Artes Escénicas y Educativas mediante talleres de formación. Es verdad que, si miramos cincuenta años atrás, la cosa es bien distinta. Aún así, ellos están cansados. Estoy con ellos ocho horas diarias, y están agotados de ser «el discapacitado», «el gracioso», «el pobrecito»… Se levantan a su hora para trabajar como nadie, tienen su pareja, su vida, y creo que ya es hora de una normalización y dejar de buscar cosas para discapacitados y no discapacitados. Poco a poco, hay más unión por la inclusión, aunque no hay inclusión. Yo ya digo, que quien quiera incluirse que se incluya a las personas con discapacidad.

Existen muchos prejuicios. Cierto es que el aprendizaje del repertorio y, sobre todo, el tema de cantar, llevó su trabajo. Desde el día de la inscripción, empecé a oír voces advirtiendo de un posible ridículo, de que las familias o ellos mismos podían sentirse mal si no salía bien. Aquello, sin embargo, me dio más valor para seguir adelante y tumbar esos prejuicios.

El cuarteto canta «El valls de la diversidad» mientras sus compañeros bailan. Fuente: Álvaro Galán
Un año después, ¿cómo viven Afanas y el grupo el carnaval dentro de esta pandemia?

Llevan diciéndome desde septiembre: «Alvaro, ¿no vamos a poder hacer nada por el coronavirus?». Sufriendo mucho. Nos vemos vía telemática, ya que cada uno de ellos vive en una residencia distinta, y no pueden acudir a otra debido a las medidas contra la enfermedad. Tampoco podemos hacer teatro ni carnaval. A veces nos grabamos haciendo alguna tontería y nos la mandamos, pero estamos sufriendo un poquito.

El cuarteto, minutos antes de comenzar su actuación. Fuente: Álvaro Galán
En un plano personal, el carnaval te habrá ayudado a sobrellevar estos tiempos tan difíciles. ¿Qué sueles escuchar más, autores actuales, antiguos y qué modalidad?

Como te comenté, me enganché al carnaval gracias a Tres notas musicales, así que, como es obvio, los cuartetos entran fijos en mi listado de agrupaciones a escuchar. Por otra parte, yo soy de los 80, de esa generación de Martínez Ares y Antonio Martín, con los que también me aficioné con grupos como Entre tus brazos (Martínez Ares, 1988), entre otros. Cuando arrancó Juan Carlos Aragón fue espectacular. También soy muy chirigotero. La realidad es que cuando hay autores que te hacen pensar, que te ponen los vellos de punta y que expresan tanta libertad te enganchan, pero soy muy chirigotero y cuartetero. No obstante, me gusta escribir pasodobles.

El carnaval es uno de los ámbitos de la realidad en los que menos censura existe. ¿Cómo valoras el poder de la crítica social en el carnaval?

Sin duda, no hay otro sitio donde puedas ejercer esa libertad. Yo hago mucho teatro, pero está muy medido. En el carnaval, tanto en el concurso como en la calle, se cantan letras impensables en otros ámbitos como el trabajo o ciertas reuniones, porque se te vincula con cierta ideología o quehacer social. Esa libertad para la crítica social se valora mucho entre los artistas y a nivel social porque es muy necesario decir las cosas bien dichas, como se dicen en el carnaval.

Te pongo un ejemplo de nuestro cuarteto. La dimensión que tomó a través del carnaval no se podría haber conseguido por medio del teatro, talleres o visitas a institutos. Lo del concurso fue algo visual, donde mostraron con normalidad lo que eran capaces de hacer. Eso sirvió para llegar a mucha gente y cambiar la idea de algunas. El carnaval es muy necesario para Cádiz. Ojalá hubiese muchos más alrededor de España.

Entrevista al cuarteto en Las mañanas del Falla. Fuente: Onda Cádiz
El concurso no se suspendía desde tiempos del franquismo. ¿Qué supone para el mundo del carnaval que este año no se celebre el COAC?

El principal varapalo, además del sentimental, es el económico. Hay un gran número de personas, como los artesanos, que generan ganancias a partir de ello. Por esa parte, muy mal. En la parte emocional, es muy duro, sobre todo para los compañeros que llevan muchos años saliendo casi ininterrumpidamente. Yo, al fin y al cabo, solo he ido una vez y lo mío es más liviano, pero muchos lo pasan mal por no ensayar y poder sacar su creatividad. Pero también es cierto que, y los profesionales de esto están de acuerdo, hacía falta un descanso desde hace tiempo para poder pensar y aclarar cosas. Intento, de alguna manera, mirar un lado positivo.

Para terminar, ¿qué mensaje le manda Álvaro Galán a los carnavaleros y al mundo en general para afrontar lo que queda de pandemia?

Sobre todo, mucho ánimo a todos. Hay que cuidarse y ser positivos. Tenemos que adaptarnos a la nueva situación como lo hacen las personas con discapacidad cada día. Muchos besos y abrazos, que queda menos para recuperarlos, y que nadie pierda la sonrisa nunca.

El acento andaluz en el carnaval de Cádiz

El mes de febrero en Andalucía está marcado por varios acontecimientos como el Carnaval de Cádiz y el Día de Andalucía. A continuación, se recogen las coplas más reseñables cantadas en el Gran Teatro Falla sobre el sentimiento y acento andaluz
1- Yo presumo de ser andaluz de Los soldaditos (1989)

La comparsa Los soldaditos cuyos autores son Paco Villegas Mejías y José Luis Bustelo en 1989 (3º premio). El pasodoble Yo presumo de ser andaluz explica cómo se habla en Andalucía y porque hay que sentirse orgulloso de pertenecer a esta comunidad autónoma.

Fuente: Angel Justo
2- Dios te hizo de La Botica (1997)

La comparsa de Tino Tovar llamada La Botica en 1997 (3º premio). Dios te hizo es un pasodoble donde se enumeran las bellezas y singularidades de Andalucía a lo largo de sus ocho provincias. Un recorrido por el pasado y el presente de esta tierra para ensalzar su importancia.

Fuente: Friky Delascoplas
3- Era un cuatro de diciembre de Los piratas (1998)

La comparsa de Martínez Ares, Los piratas de 1998 (1º premio). El pasodoble Era un cuatro de diciembre explica los altercados que tuvieron lugar el 4 de diciembre de 1998 en Andalucía para luchar por su autonomía. “Era un cuatro de diciembre cuando tomaron las calles” así comienza este pasodoble para enmarcar una fecha histórica para esta comunidad autónoma.  

Fuente: carnavalsur
4- Aunque diga Blas Infante de Los Yesterday (1999)

La comparsa de Juan Carlos Aragón, Los Yesterday de 1999 (1º premio). El pasodoble Aunque diga Blas Infante es una modificación del himno original creado por Blas Infante para reivindicar la singularidad y la belleza de esta tierra de una manera muy particular.

Fuente: NacionAndaluza
5- Será que el alma de Flamenkito Apaleao (2000)

La comparsa de Juan Carlos Aragón llamada Flamenkito Apaleao del 2000. Será que el alma es un pasodoble donde se explica cómo es crecer y vivir en Andalucía, donde todo se vive de una manera diferente al resto de España.

Fuente: Carnaval por un tubo
6- Como todos sabrán de No somos nadie (2004)

La chirigota No somos nadie de Manuel Cornejo Aragón en el año 2004 (2º premio). Como todos sabrán es un pasodoble donde se reivindica la solidaridad de los andaluces y el sentimiento de los inmigrantes que también aman Andalucía casi tanto como el gran Blas Infante.

Fuente: MrJoshuaaaaaa
7- Soy la baja Andalucía de Los trasnochadores (2009)

Los trasnochadores, comparsa de Jesús Bienvenido en 2009 (3º premio). Soy la baja Andalucía es un pasodoble donde se reivindica el acento andaluz, ya que es lo que más identifica al pueblo andaluz. Una tierra de campo y mar, pero con mucha historia y cultura.

Fuente: Simplemente Cádiz
8- Esta la canto en gaditano de La Sereníssima (2012)

La comparsa del reconocido Juan Carlos Aragón La Sereníssima del año 2012 (2º premio). Esta la canto en gaditano argumenta como es la situación laboral en Andalucía con respecto a otras comunidades. Esta copla hace alusión a una entrevista de Cayetano Martínez Irujo donde hizo una comparación entre Andalucía y Salamanca con respecto a la disponibilidad para trabajar.

Fuente: Carnavalsur
9- Andaluces levantaos de Los hinchapelotas (2012)

Los hinchapelotas es una chirigota de José Antonio Vera Luque en 2012. Salta al campo Andalucía es un pasodoble para reivindicar la libertad de este lugar y la importancia que se merece fuera de sus fronteras. Un intento de justificación de una posible revolución por parte del pueblo andaluz.

Fuente: Carnavaleros
10- Voy a cantarte una copla de Los invencibles (2016)

Los invencibles, comparsa de Antonio Martín de 2016 (2º premio). Voy a cantarte una copla hace alusión a la poca importancia que tiene Andalucía fuera de sus fronteras, en segundo plano. Los campos llenos de trigo y los grandes poetas que han nacido bajo el suelo andaluz son insignificantes para el resto. “Que aquí nada está cambiando, que te siguen puteando” argumentan los miembros de esta comparsa.

Fuente: Al compás gaditano
11- Luces y sombras de Andalucía de Los equilibristas (2017)

La comparsa Los equilibristas de Ángel Subiela Gómez en el año 2017. El pasodoble Luces y sombras de Andalucía explica los puntos positivos y negativos de Andalucía: en un recorrido por las ocho provincias donde señalan los diferentes aspectos que caracterizan este lugar. Pero, a pesar de todo, hay que querer a esta comunidad autónoma.

Fuente: Carnaval por un tubo
12- Pobrecito castellano de El perro andalú (2018)

El perro andalú, comparsa de Martínez Ares en 2018. El pasodoble Pobrecito castellano hace una crítica a todas aquellas personas que afirman que no entienden el acento andaluz por lo que se hace un pequeño recorrido histórico por las diferentes culturas que han pasado por esta tierra. “No hablamos malamente, hablamos mucho más tiempo” afirma esta agrupación.

Fuente: carnavalsur
13- Por tus cielos, Andalucía de Los encaidenaos (2019)

La comparsa de Kike Remolino llamada Los encaidenaos del año 2019 (3º premio). El pasodoble Por tus cielos, Andalucía detalla todas las peculiaridades que tiene el suelo andaluz (tierras, autores, filosofía, etc). Un canto por todas las personas que conforman Andalucía para que permanezca unida.

Fuente: Carnaval con Letra
14- Seguramente esta letra de Daddy cadi (2019)

Daddy cadi es el nombre de la chirigota de Sevilla cuyo autor es Juan Carlos Fillol Rodríguez del año 2019 (2º premio). El pasodoble Seguramente esta letra hace alusión a la diferencia de los andaluces con el resto y al último cambio de gobierno con la llegada de la derecha tras 40 años de socialismo en el Parlamento de Andalucía.

Fuente: Al Son del Carnaval

Autores que han aportado al Carnaval de Cádiz más de lo que crees

El carnaval contemporáneo no ha nacido de la noche a la mañana. Durante décadas muchos autores de chirigotas, comparsas, cuartetos y coros han escrito de una forma particular y han creado sellos completamente identificativos de los que los autores actuales han ido bebido hasta crear su propio estilo.

Muchos de estos autores, eclipsados por el carnaval moderno, han ido cayendo poco a poco en el olvido, cuando en su momento eran genios, y hoy en día, aun lo son.

El legado de la familia Villegas

El primer nombre que se nos viene a la cabeza al escuchar el apellido Villegas es el nombre de Enrique, Enrique Villegas, y no es para menos. Debutó en el carnaval de Cádiz de 1961 con un coro Los del celeste imperio. Desde ese momento no paró. Más de 40 agrupaciones tienen el sello de este celebre letrista, entre ellas Quince piedras, Hombres lobos, Pescadores fenicios o Rancho grande. Pero su mayor aportación a la historia no fue otra que Los escarabajos trillizos, mejor conocida como Los Beatles de Cádiz. Con esta agrupación, Enrique Villegas inició el fenómeno fan asociado al carnaval gaditano.

En la España de los 60 tuvieron tanto éxito que durante 8 años recorrieron cerca de 200 salas de fiestas de toda la geografía española. Tanta fue la fama que los Beatles de Cádiz aparecieron en la gran pantalla, llegaron a actuar en Puerto Rico e incluso protagonizaron el cartel de las Fiestas típicas gaditanas, siendo la única agrupación que ha aparecido en el cartel anunciador del Carnaval. Corre el rumor que incluso los Beatles de Cádiz pudieron llegar a encontrarse con los Beatles auténticos.

Los Beatles de Cádiz junto a Rocío Dúrcal en la película Acompáñame. Fuente: YouTube

Pero Enrique Villegas, más allá del legado estrictamente carnavalesco, dejó 12 hijos en el mundo. Entre ellos Paco Villegas. A pesar de no contar con una trayectoria tan extensa como la de su padre, sus agrupaciones han macado un antes y un después, especialmente en la modalidad de comparsas.

Después del primer premio de Las Momias de Güete pa´ Gua los Niños, con la chirigota del Love, aterriza en las tablas del Gran Teatro Falla con España la Nueva. Una comparsa con un fuerte componente político, poco localista y diferente, que empezaba su presentación con las manos en los bolsillos, que buscaba la suavidad, pero sin quitarle contundencia a las letras.

Pero su comparsa más reconocida y la que, para algunos autores como Martínez Ares, fue un punto de inflexión, fue Los soldaditos.

El propio Paco Villegas la define así

Fue una comparsa que marcó época y todavía me dice la gente que es el mejor popurrí de la historia.

Paco Villegas para El pasacalle de Carnaval

Fue una comparsa rompedora, que abría un sendero diferente para los autores que venían por detrás, demostraba que se podía escribir diferente de lo que ya existía en el carnaval.

Comparsa de Paco Villegas Los Soldaditos en su pase final. Fuente: YouTube
Los carapapas y la chirigota añeja

Los hermanos David y Javier Márquez Mateos son unos de los autores de comparsa del momento. Todo el mundo de sabe la presentación de Los Duendes coloraos o el pasodoble de los Chatarras. Pero más allá de su época comparsista, estos hermanos comenzaron escribiendo para chirigotas y de una manera bastante particular.

Cuando la chirigota moderna triunfaba de la mano del archiconocido Selu o Yuyu, los carapapas apostaban por un tipo de chirigota diferente, añeja… como sacada de otro tiempo.

Llegaron para revolucionar la chirigota. Con solo 7 u 8 componentes y sin ninguna guitarra, solo a caja y bombo, con chirigotas como El rey Mauricio y sus fenicios o con la que consiguieron su consagración como autores, Blancanieves y los 7 enanitos.

Chirigota de los hermanos Márquez Mateo Blancanieves y los siete enanitos. Fuente: YouTube

Este estilo particular durará un carnaval más, con Los extraterrestres, para dar un giro en su modo de entender la chirigota.

Finalmente, la chirigota se completa con 12 componentes y guitarras, pero sin dejar de lado el compás clásico característico. Con este nuevo formato aparecen Los hijos del lama, Los clásicos básicos o El comando P.U.P.A. Pero la que sin lugar a duda permanece en la memoria de los carnavaleros fue la chirigota que presentaron en 2004, Los Pavos Reales una especie en extinción. Su popurrí, ha pasado a los anales del Carnaval de Cádiz.

Popurrí de la chirigota Los Pavos Reales de los hermanos Carapapa. Fuente: YouTube

Su andadura en chirigotas terminaría con dos chirigotas: Los Primos de Rivera y Napoleón, Pepe Botella y vámono con ella. Estas tuvieron menos repercusión pero, al igual que las anteriores, siguiendo la marca chirigotera Carapapa.

Este estilo marcó una época llena de cajonazos y sin ningún primer premio. Pero dio paso a un tipo de chirigota que había caído en el olvido, que gracias a la estela de las chirigotas de los Carapapas tomaría fuerza y muchos otros grupos se atreverían con este estilo.

Pasodoble He conquistado ya media Europa. Fuente: YouTube
La innovación del cuarteto de Rota

Antes de que los cuartetos del Morera, el Gago o los niños dieran el do de pecho en el concurso con su humor, hubo un cuarteto que marcó tendencia alejándose de la estética de aquellos tiempos.

El Carnaval de 1986 quedará para la historia por muchos motivos, entre ellos, la aparición en el concurso de agrupaciones del cuarteto de Rota. A finales de los 80 la modalidad cuartetera estaba estancada. Los cuartetos formados por los mismos cuarteteros de siempre agotaban las fórmulas que tantas alegrías había dado en el pasado, pero el estancamiento estaba presente.

El cuarteto de Rota con Pero, ¿Por quién puñetas doblan las campanas? se convirtió en una bocanada de aire fresco, con un estilo nunca antes visto. Tanta era la innovación que muchos decían que no eran un cuarteto, al no seguir los cánones establecidos.

Con su estilo fresco y surrealista se alzarían con el primer premio en 1987 con, El cuarteto siempre llama dos veces.

El cuarteto siempre llama dos veces cuarteto de Rota. Fuente: YouTube

Al año siguiente volverían al Falla, pero sin la misma suerte que los dos años anteriores, y decidieron descansar durante nueve años.

Para el concurso de 1996 traerían al concurso una última perla para la modalidad: Windous 95. Siguiendo en la misma línea surrealista marcada en las tres agrupaciones anteriores. Esta vez con su versión de don Juan Tenorio se alzarían con el primer premio, para ya no volver más al concurso.

Aunque su trayectoria no fue especialmente larga, la estela del cuarteto de Rota llega hasta nuestros días marcando un nuevo camino para los cuarteteros actuales.

Esta forma de hacer cuartetos ha llegado a establecerse como el estilo actual que se sigue a la hora de adentrarse en la modalidad del cuarteto, dejando la rima a un lado para adentrarse en un humor más teatralizado y surrealista. Todo gracias a que el cuarteto de Rota rompiera e innovara con la forma clásica de hacer cuartetos

Último cuarteto del cuarteto de Rota. Fuente: YouTube
Adela del Moral y el coro mixto

El coro ha sido una de las señas de identidad del Carnaval de Cádiz desde sus inicios. Y desde el coro las mujeres se han ido haciendo un hueco, de forma activa, dentro del Carnaval.

Actualmente, el coro mixto tiene muchísima presencia en el Concurso de Agrupaciones, con grandes mujeres que escriben para ellos. La pionera en este ámbito fue Adela del Moral, y sin la que, quizás, el coro mixto nunca hubiera llegado a fraguar. Adela se estrenó como autora de tango en 1981 con el coro Mariscaores gaditanos. Una aventura inesperada, ya que ese coro no tenía pensado participar en el concurso, y fue el marido de Adela, Luis Frade, quien, sin contar con nadie, inscribió al grupo al concurso.

Y así llegaría el coro mixto de Adela hasta el concurso. Conocido como “el coro de las niñas”, vería una época de esplendor con coros considerados como grandes de la época. Algunos de estos coros fueron Piconeras y franceses o La tertulia de Doña Frasquita.

Adela, autora de la música, escribía junto a Antonio Rivas, autor de letras. Juntos sacarían uno de los grandes coros de la época La viudita Naviera, con el que conseguirían el primer premio.

Tango La Viudita Naviera, música de Adela del Moral. Fuente: YouTube.

Al año siguiente, revalidarían el título con un coro incluso mejor, Watussi. Un coro redondo, donde la música de Adela, de gran musicalidad, especialmente en el tango, sobresalía de forma natural junto a las letras de Antonio Rivas

Coro Watussi, presentación y tangos. Fuente: YouTube

Tras estos éxitos, al año siguiente se quedan en semifinales, pero en 1989 consiguen volver a la final, y alcanzar el segundo premio, con El imperio inca. Hasta 1996 el coro de las niñas haría las delicias de los aficionados al tango con agrupaciones como Faltan 2 para el 92, La jaima, Oh Cádiz o La gran cabalgata, su último coro.

La contribución de Adela del Moral por la inclusión de la mujer en un espacio tan masculino como el coro, ha quedado para la historia, al igual que sus aportaciones musicales. Gracias al coro de las niñas la mujer pudo aparecer de forma más activa en las agrupaciones, tanto como componente, como firmando grandes músicas que se quedan para el recuerdo.

Tango del coro La Jaima, música de Adela del Moral. Fuente: YouTube.

Ramoni: “Juan Carlos Aragón es el mayor genio que ha dado el Carnaval de Cádiz”

Una mañana de febrero contactamos con Ramón de Castro, mejor conocido como Ramoni. Voz inconfundible del Carnaval de Cádiz que lleva toda la vida sobre las tablas del Gran Teatro Falla. Charlamos con él sobre la suspensión del COAC, buen carnaval y Juan Carlos Aragón. Regresamos por unos minutos a esas calles de la tacita de plata repletas de papelillos y serpentinas que hasta dentro de un tiempo no podremos volver a ver.
Antes de nada, ¿cómo llevas la suspensión del COAC a causa de la covid-19?

Pensaba que lo iba a llevar peor, pero lo estoy llevando bien. Al fin y al cabo, se trata de una fuerza mayor y es un asunto de salud. Está muriendo gente, no es un capricho de la organización. Es un problema a nivel mundial que tenemos. No se puede celebrar el COAC pero tampoco las ferias ni la Semana Santa. Lo echo de menos, por supuesto, porque es un trozo de mí que me han quitado. Pero, por lo demás, no lo estoy llevando tan mal.

¿Volverá el Carnaval en 2022?

Yo creo que sí. Ya no depende del Gobierno porque no tiene la culpa del virus, es cuestión de la conciencia de la gente. Si te están diciendo que no salgas, no salgas. Y si te dicen que no te reúnas, que no hagas botellón y que te pongas la mascarilla, hazlo. Haz todo lo que te digan. Y si no lo haces, la culpa es tuya. Por supuesto, el Gobierno tendrá su parte de culpa, como la tienen todos los gobiernos, pero la mayor parte la tenemos la ciudadanía.

Cuando todo esto haya pasado y el Carnaval pueda celebrarse de nuevo, ¿volverás?

Sí, claro que sí. Es una forma de vida. El día de Reyes cumplí 51 años. Y de esos 51, llevo 41 saliendo en Carnaval. Como dice mi madre, he ido más veces al Falla que al colegio (risas). En cuanto vuelva la normalidad, la vida vuelva a la normalidad y no haya contagios, volveremos. Seguramente, a final de verano podremos ver la claridad de esto. Y volveremos, seguro que volveremos.

Final del programa El Palco del Falla de Onda Cádiz. Fuente: Onda Cádiz Carnaval
En ese caso, ¿qué será lo mejor de volver?

Lo mejor de volver va a ser oler el templo. Sin duda. Me gusta mucho olerlo.

Pero, si te soy sincero, yo lo echo más de menos como aficionado que como componente. Yo soy de los que se traga el concurso entero. La primera noche que canto con mi comparsa tengo los nervios típicos del estreno, pero ya después es como si cantara en la ducha de mi casa. Lo que más echo de menos es sentarme delante de la televisión con Onda Cádiz a las nueve de la noche y esperar a ver cómo vienen los autores.

Cuando el carnaval pueda volver tal y como lo conocemos, a mucha gente le llamará la atención y empezará a escucharlo. Seguramente, surgirán nuevos aficionados. ¿Qué copla les recomendarías escuchar por primera vez?

Pues, hay repertorios que son muy didácticos para la gente que nunca ha escuchado Carnaval de Cádiz. Por ejemplo, para conocer un poco la comparsa, recomendaría el popurrí de Medio Siglo (2010), de los Majaras. Es una obra de arte.

En cuanto a chirigotas… yo recomiendo empezar con Eduardo Delgado o Ramón Díaz Fletilla. Y ya después, empezaría la época de la chirigota de Carapalo, El Petra con Manolo Santander. Más tarde, vendrían el Selu, el Yuyu, Vera Luque… Hasta los más recientes como Los impacientes que han sido los últimos en llegar pero lo están haciendo muy bien.

Actuación completa en la final del COAC de Medio Siglo. Fuente: Carnaval por un tubo
¿Crees que el Carnaval está evolucionando?

Claro. Está evolucionando mucho. Se cuidan mucho los detalles en la forma de cantar, en la expresión, en los tipos, en el decorado… En eso hemos ganado. Pero hemos perdido la esencia de las coplas. A lo mejor se ha mercantilizado un poquito, pero todos tenemos la culpa. Los orígenes siguen estando pero parece que se están olvidando.

Para terminar nos gustaría hablar del Capitán, de Juan Carlos Aragón. ¿Cómo fue trabajar con él?

El loco era muy personal, como cualquier genio. Te puedo afirmar sin dudar que Juan Carlos Aragón es el mayor genio que ha dado el Carnaval de Cádiz. Componía de una forma que él solo sabía: con solo cinco o seis acordes de guitarra hacía dos o tres melodías completamente diferentes y geniales.

Además de la calidad literaria, no se trataba simplemente de lo que escribía, sino de cómo lo escribía. Sabía perfectamente cómo encajar cada verso y cada intención en la composición musical. Ese don lo tenía él. Expresaba perfectamente su forma de pensar y de ser en el papel.

¿Cómo es la comparsa de Juan Carlos Aragón?

La comparsa de Juan Carlos Aragón tiene una particularidad que solo el buen aficionado conoce. Nuestra comparsa está dentro de la aureola de los artistas. Hay mucha gente que nos llama artistas en el peyorativo sentido de la palabra porque nos ganamos la vida con esto. Porque en el sentido normal sí lo somos, pero bueno… tontos tiene que haber en todas las etapas de la vida. Y si no los hubiese, ¿de quién nos reiríamos nosotros?

El que nos llama pesetero simplemente tiene envidia porque él no lo puede hacer. Un día, cuando iba con la guitarra en la espalda de camino a un local, me dijo un conocido que tenía mucha suerte y que ganaba mucho dinero cantando. Y yo le contesté, desde la ironía que me caracteriza, que si quisiera cantar también debería haber estudiado carnavalismo y comparsismo como yo.

A pesar de todo, somos una familia. Yo soy el Tito Ra para mis niños y mientras quieran, yo seguiré saliendo con ellos. No tengo intención de irme a ningún lado. Y si lo hago, es a una callejera.

¿Qué año ha sido el más especial junto a él?

Todos han sido especiales pero yo destacaría la vuelta al concurso en 2015 con Los Millonarios. Ese año teníamos las dudas y los nervios de volver. Pero, en cuanto se ponen Los Millonarios en el escenario y se abre el telón, el teatro se cae. El Falla se puso boca abajo. A partir de ahí, todo fue rodado.

El de Los Peregrinos (2017) también fue un año muy especial. Los Peregrinos fue una comparsa que le encantó porque es muy íntima, muy de autor. Y después vienen Los Mafiosos (2018), La Gaditaníssima (2019)… son todas geniales para mí. Incluso La Guayabera (2016) que fue la que menos éxito tuvo.

¿Qué le dirías ahora mismo si pudiera escucharte?

Yo solo le diría una frase: vuelve, cabrón, vuelve. Nada más.

El Carnaval no necesita luchar para sobrevivir

El edificio de estilo neumudéjar construido con ladrillos rojos que se sitúa en la Tacita de Plata no es más que un símbolo de una gran parte de la historia de la zona. El Gran Teatro Falla, que aunque no ha sido el primer Gran Teatro si que ha sido el más conocido, ha visionado guerras, dictaduras, desobediencias… y este año, una pandemia. Si sus ladrillos se prestasen a hablar, seguro que sus palabras serían ricas en detalles y en vivencias. Pero como no lo hacen, Voz Nueva intentará hacerlo lo mejor posible como sustituto.  

Cartel informativo Carnaval 2021. Fuente: Ayuntamiento de Cádiz

2021 no es la primera pausa que sufre el Carnaval de Cádiz. La fiesta reconocida en el Patrimonio Histórico Andaluz ha tenido altibajos desde sus inicios, tantos que casi se podría decir que una pandemia mundial ha sido el menor de sus problemas. Actualmente el pueblo gaditano tiene fama de gracioso, de bromista, de pasota…E históricamente, de insurgente, capaz de encontrar la manera de romper lo establecido con mucha caradura. Sin embargo, este año se demuestra que si hay algo de lo que carezcan, es de irresponsabilidad

No hemos estado treinta años recogiendo revistas para recortar papelillos para la cabalgata, pero vamos a explicar un poco el contexto en el que se forma el carácter del Carnaval de Cádiz. Intentando, desde luego, no quedar de enteraos.

Fundada hace unos 3.000 años por los fenicios, Gades, Gadir, Cádiz, Cai es la ciudad más antigua de Occidente. Pero no mencionamos esto para hablar de épocas romanas y fenicias, ni para discutir sobre del monopolio de Ultramar del que disfrutaba la ciudad en el siglo XVII. Sino para destacar que son 3.000 años de antigüedad. En todo ese periodo da tiempo a que ocurran multitud de cosas, y ya por esas fechas se reiteraban las órdenes intentando desterrar el Carnaval. No era el Carnaval que conocemos actualmente, formado por agrupaciones; a ese llegaremos a finales del siglo XIX.

Primeros intentos de prohibición

En 1716 por orden de la Corona se prohíben los bailes de máscaras. Estas prohibiciones se repitieron durante todo el siglo. Pero Cádiz parecía encontrarse al margen. Vittorio Alfieri relata en su libro La vita (1788) que en 1772 visitó Cádiz, donde terminó “el Carnaval con bastante alegría”. También Henry Swinburne, escritor, viajero e hispanista inglés, comentaba tras su visita en 1776 “pues, estando prohibidos los bailes de máscaras, el pueblo se dedicaba a celebrar el Carnaval a su aire”. La influencia de la fiesta llegaba a todos los estratos y clases sociales.

Pese a los momentos difíciles que llegaron con el siglo XIX a la ciudad de Cádiz (como una fiebre amarilla que dejó más de siete mil víctimas), nada paró a los habitantes de celebrar sus bailes y fiestas. Ni siquiera el mismísimo Napoleón en su intento de conquista fue capaz de frenar el carácter gaditano. Y mira que no lo pusieron fácil, los franceses estuvieron dos años acampados, cercando las ciudades de Cádiz y San Fernando, bombardeando una ciudad que contenía a los refugiados de toda España. 

Cuando los bombardeos se dieron en vano, el diario Conciso de la época publica:

“Tan segura es la puntería y el alcance de los tales obusones, que de las 515 tiradas á Cádiz, han quedado la friolera de unas 475 en la bahía, donde ni un rasguño se sabe que hayan hecho a nadie, como no sea á algún besugo, ó dorada.”

No contentos con burlarse de los inútiles bombardeos franceses, de esa conquista que en intento se quedaba nacía la famosa coplilla: 

“Con las bombas que tiran los fanfarrones,

se hacen la gaditanas tirabuzones”

Como canción popular, tiene su parte de himno y su parte de verdad. Los tirabuzones, que pueden parecer a priori una metáfora de la despreocupación de los gaditanos por el pueblo francés, es una realidad. El plomo era usado por las mujeres gaditanas como pinza para rizarse el cabello. Este detalle anecdótico no es más que una forma de explicar el carácter gaditano, moldeado a base de mezclas culturales y una extraña memoria colectiva.

En estos primeros años del siglo XIX aparecen las primeras referencias al “Carnaval de las coplas”. Estas eran las primeras letras de carnaval interpretadas por grupos o cuadrillas. Aquí se encuentran, según el profesor José María León Domínguez, “coplas que ya incluían un componente humorístico e incluso satírico”. 

Viendo que intentar cancelar el Carnaval era entrar en una calle sin salida, y tras haber comprobado que celebrarlo era muy rentable, en el año 1861 se municipaliza el Carnaval. Por este proceso, el Ayuntamiento asume las competencias organizativas y presupuestarias. Aunque se permitían los disfraces y su exhibición en las calles de la ciudad, aún prohibían expresamente la parodia del poder político, militar o religioso.

El carnaval que conocemos y seguimos

Así llegamos a finales del siglo XIX, años en los que se desarrollan las agrupaciones que culminarán en lo que hoy día conocemos. Poco a poco se va formando lo que entendemos por repertorio, unas letras para parodiar y criticar, un disfraz común, un baile…Como las coplas no representaban a la burguesía, que ya sentía rechazo por el Carnaval callejero, se publicaron bandos que limitaban las libertades de las fiestas (especialmente aquellas letras que ofendieran a la moral o a los poderes políticos o religiosos). Sin embargo la fiesta sobrevive a la presión de la burguesía, manteniendo su carácter popular en todo momento. Sobre esto se escribió en el Diario de Cádiz:

“(…) en Cádiz se han hecho célebres esos pequeños grupos carnavalescos llamados Comparsas, que aunque tienen que considerarse, artísticamente hablando, muy inferiores a las grandes masas corales, consiguen llamar la atención. (…) no hay reunión familiar, humilde aristócrata, donde después de rendir culto a Mozart o a Bellini, se deje de cantar el tango gaditano de moda.»

Entrando ya en el siglo XX las agrupaciones comienzan a tomar cada vez más relevancia entre la sociedad y, pese a los controles del poder político, a ser acogidos entre la población de Cádiz. De esta época destacan algunos autores como Antonio Rodríguez, más conocido por su apodo, Tío de la Tiza, cuyo nombre quizás suena por Aquellos duros. Desde este momento cada vez  se le intenta sacar más rentabilidad a esta fiesta, hasta que para 1935 el presupuesto alcanza las 33.000 pesetas, y se adoptan también una series de medidas que el COAC mantiene a día de hoy.

Pero llega 1936, y con él una bajada del presupuesto, además de una nueva prohibición por miedo a la violencia en las calles. El clima político de estos años hace que proliferen las coplas de denuncia que cantan a la libertad, a la igualdad, o a los derechos, en un marcado aire reivindicativo sin precedentes. El Carnaval será prohibido desde el Gobierno General del ejército sublevado contra la República, prohibición que se mantuvo una vez terminada la guerra. Muchas de las agrupaciones durante esta época se reunían para cantar en clandestinidad, viendo sus coplas y tradiciones usadas como propaganda del régimen, en beneficio del gobierno, mientras mantenían una lucha personal y anónima contra la prohibición. Se reunían en los denominados “bachecitos”, (la trastienda de la Tienda de Crespo, cerca de la Plaza de las Flores en Cádiz, era uno muy concurrido) si llegaba la Guardia de Asalto, daban la contraseña y todo el mundo sabía que debía de parar. 

“Debemos tener en cuenta que el franquismo, además del componente religioso y moral integrista del nacionalcatolicismo, tenía una enorme prevención hacia el carnaval porque no era una manifestación pública masiva promovida por el mismo para exaltación del dictador o vinculada a algún acto o festividad religiosa (Vía Crucis, concentraciones eucarísticas, Semana Santa, Fallas, San Fermines, etc..).” Nos comenta Ana Beatriz, seguidora del Carnaval de Cadiz desde su infancia.

Las fiestas se recuperaron tras las explosiones en las minas de San Severiano en 1947, para que “el pueblo recuperase la alegría tras sufrir este suceso”. Pese a que la censura era uno de los elementos que caracteriza al Carnaval de esta época, en los años 50 las autoridades locales estaban dispuestas a flexibilizar las disposiciones municipales si a cambio aumentaban los ingresos en las arcas de la ciudad. Durante buena parte de la dictadura se mantuvo al margen la palabra carnaval, pasando las fiestas por al menos cuatro nomenclaturas diferentes, aunque todo el periodo es conocido generalmente como Fiestas Típicas Gaditanas.

Retrato familiar, Carnaval de Cádiz 1964. Fuente: Lucía Jiménez García

Pese a los esfuerzos por parte del Gobierno en demostrar que las fiestas que se celebraban no tenía nada que ver con los anteriores Carnavales (incluso moviendo la fecha al mes de Mayo), las agrupaciones se seguían desarrollando en esa fina línea entre lo permitido y lo permisible. De esta época destacan numerosos autores, pero en especial Paco Alba, por su relevancia en el Carnaval de Cádiz. Si “Los Duros Antiguos” es considerado como el himno oficioso del Carnaval, “El Vaporcito” de Paco Alba es el segundo himno. En 1973 aparecen por primera vez los cuartetos en el Concurso de Agrupaciones (Don Mendo y sus mendas lerendas). Tras la muerte de Franco a finales de 1975, el Carnaval comienza a recuperarse poco a poco en toda España. En 1976 se celebra por última vez en Mayo, bajo el nombre de Fiestas Típicas Gaditanas, los que generó fuertes críticas:

“Fiestas Típicas Gaditanas, eso no nos dice ná.

Nosotros lo que queremos, Carnaval, Carnaval, Carnaval”

El carnaval 2021

Desde esa época, las agrupaciones recuperarán el espíritu crítico que algunos perdieron y otros habían tenido que camuflar durante la dictadura, e irá en aumento hasta la actualidad. 

Si hay una característica principal para el Carnaval de Cádiz, es la creatividad. “En Cádiz, ser creativo es una forma de vivir y de comportarse. Nadie necesita ir a una escuela de arte para aprender algo que es intrínseco a sus ciudadanos por nacer aquí, donde el arte brota de una manera natural” comenta el director Marko Simic. 

Como hemos podido desarrollar anteriormente, una pandemia no es la primera piedra que se encuentra en el camino del Carnaval de Cádiz. Sin embargo, por primera vez nos encontramos con una pausa que no nace de la censura. La pausa de este Carnaval 2021 es una decisión activa de la población gaditana, que sabe cuándo rebelarse y cuándo reservar las ganas por el bien común. Porque a un pueblo que nada ha podido pararle, si no está celebrando de puertas pa’entro para intentar levantar los ánimos de su gente (algo muy necesario en estos momentos), es porque le puede la responsabilidad a las ganas de cachondeo. Algo a tener en cuenta en un futuro, antes de extender estereotipos innecesarios.

Para aquellos que se han quedado con ganas de carnaval, el programa El Palco del Falla de Onda Cádiz ofrece un contenido muy especial:

Cantar por carnaval contra el poder y la injusticia

Cada febrero, Cádiz se disfraza y canta por la libertad. La crítica social tiene su hueco en una de las fiestas más importantes de Andalucía, rompiendo toda limitación y censura mediante la poesía y la elegancia

La magia del carnaval recorre Cádiz cada febrero para “hacer feliz a la gente, aunque no tenga gobierno”, como bien dice la comparsa del eterno Juan Carlos Aragón Los Peregrinos (2017). Esa magia, que sale de la máscara y el papelillo, va cargada de risa, llanto y libertad. Porque en Cádiz, la gente grita ante la injusticia y da voz a aquel que no la tiene el resto del año. Todo ello, un reflejo de que la libertad, que por muy oscuro que sea el presente, jamás morirá en esa esquinita del sur. Las letras, comprometidas y en defensa del desfavorecido, han intentado ser calladas en muchas ocasiones, pero cada año siguen resonando en las calles. La crítica social es un componente inherente de las fiestas carnavalescas, que le da riqueza y la hace especial ante el mundo.

Transgresión por febrero

La tradición rupturista del carnaval procede de siglos atrás. Ante gobiernos autoritarios, el pueblo reprimido solo podía callar y obedecer. Entre ese silencio político, la libertad se abrió paso en pequeñas jergas y saraos de la antigua Roma, donde la gente se desfogaba y expresaba, en contadas ocasiones, sus verdaderas sensaciones acerca de la realidad que vivían. Lo hacían disfrazados, olvidando por unos pocos días el estricto sistema político establecido. La esencia de aquella actividad transgresora encontró cabida en Cádiz. La exteriorización del pensamiento se complementó con el disfraz y las coplas para felicidad del gaditano. Una mezcla preciosa por la que se lucha cada año en el Gran Teatro Falla y en las calles de la ciudad.

Las máscaras y vestimentas, cada vez más sofisticadas, evolucionan a lo que se conoce como “tipo”. El tipo habilita al carnavalero a transformarse en el personaje que interpreta. No solo lo representa, sino que lo llega a encarnar. Así, cantan piratas, peregrinos, mafiosos, “condenaos”, marqueses y otras muchas personalidades creadas a partir del arte de la pluma y el papel. Inician su viaje entre ladrillos colorados para continuar en las calles el clamor popular en pos de un mundo más justo. No se pueden olvidar esas agrupaciones callejeras, canallas, de una inmensa calidad y carga cultural y emocional. No se dejan nada en el tintero. Los límites a la expresión que nos autoimponemos a lo largo del año desaparecen entre las peñas y bajo la lluvia de serpentinas, entre carrozas y preciosos homenajes al pueblo gaditano.

Agrupación callejera durante el carnaval de Cádiz. Fuente: Fundación Cajasol.
Alzar la voz dejando huella

Las coplas son, cuanto menos, variadas. Muchas de ellas, con ese trasfondo político y cultural. El compromiso social une a los autores en una misma causa. Sin embargo, la huella de cada uno de ellos en sus agrupaciones es fundamental para la riqueza del carnaval. Distintas perspectivas de lo que es justo, correcto y ante las adversidades de los colectivos más vulnerables. Problemáticas como el machismo, el racismo, las actuaciones del poder político y económico, la inmigración y otras muchas son enfrentadas de distintas formas. La más habitual, la copla que va lanzada sin temor ni medias tintas, pero siempre, con un toque poético, bello. La elegancia de La chusma selecta (Martínez Ares, 2020), el canallismo y la ironía de Los Mafiosos (Juan Carlos Aragón, 2018), la suavidad de Oh Capitán, my capitán (Tino Tovar, 2020) y la garra de Los encaidenaos (Kike Remolino, 2020), son algunos de los ejemplos más cercanos que tenemos de la diversidad de tono en el mensaje. Pero también quedan en el recuerdo las coplas que relatan historias. La letra cuenta la historia de una mujer maltratada en primera persona a través de Los Piratas (Martínez Ares, 1998), el viaje en patera de unos refugiados por mediación de La Chusma Selecta o las duras críticas al gobierno contadas por los propios ministros, como se pudo ver hace unos años con Esto sí que es una chirigota (Vera Luque, 2014).

Agrupación Esto sí que es una chirigota. Fuente: Twitter La Chirigota del Vera
Ironía y metáfora por doquier

Los versos que se entonan en el Falla y en las calles llevan la rima como acompañante fundamental. Pero el pasodoble carnavalesco se sazona a base de ironía y el doble sentido. Porque no se ironiza solo para hacer reír, también para poner la crítica sobre la mesa con arte. En definitiva, revestir los versos más contundentes con seda y mucha ‘guasa’ para deleite del carnavalero. El mero arte de jugar con el simbolismo y las letras, unirlos y permitir al oyente sacar sus propias conclusiones. Quien se sienta aludido, por algo será.

Chirigota Los Yesterday. Fuente: Youtube Carnaval por un tubo

El pueblo canta, el pueblo ríe, pero también lucha por lo que ama y grita contra el que trata de oprimirlo. Muchos titulares hay en los medios entendiendo la chirigota como un grupo de cómicos que quieren pasar el rato. Nada más lejos de la realidad. Porque se puede soltar una carcajada mientras El Selu le aprieta las tuercas a los banqueros (Las verdades del banquero, 2013), y Juan Carlos Aragón anima a los andaluces a luchar por una tierra más digna ante el terrateniente (Los Yesterday, 1999). La belleza de cantar por lo que se quiere, por lo que duele, contra el dinero y el poderoso. El canto comprometido con la sociedad se seguirá escuchando eternamente en Cádiz, en “la cuna de la libertad” (La Gaditanissima, 2019).

Mario Garrido, de la Comparsa de la Cantera: «El Carnaval es mi droga»

2021 trae el silencio al Falla. La Tacita de Plata no es la misma sin papelillos por sus aceras. Cádiz se queda sin su gran fiesta por primera vez desde 1948. Pero Voz Nueva no concibe un febrero sin Carnaval. Por ello, hoy viaja hasta estas líneas un gaditano que con tan solo diez años se sumergía en el mundo del Carnaval gaditano. Mario Garrido, componente de la comparsa de la cantera, trae a Voz Nueva la más pura esencia carnavalesca.

Mario (21 años, Cádiz) vive en el barrio de La Viña, el epicentro del Carnaval. Actualmente, oposita para acceder al Cuerpo Nacional de Policía (CNP). El Carnaval es su pasión más preciada. Apunta sobre este que “es una forma de vida, pero no un trabajo. Muchos lo confunden”. En 2013, tuvo la suerte de ser pregonero del Carnaval Infantil. Siente especial admiración por Martínez Ares y sus letras, aunque reconoce que no puede dejar atrás otras muchas, como las de Antonio Martín o Juan Carlos Aragón. Este iba a ser el tercer año que iba a concursar junto a su comparsa en la modalidad de adultos del COAC, pero la situación se lo impide. La nueva comparsa, Los okupas de la luna, tendrá que esperar.

Mario Garrido sobre las tablas del Gran Teatro Falla. La ciudad de Dios (2020). Fuente: Instagram (mariogarrido04)
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del Carnaval?

Mi madre desde chico siempre me ha cantado coplas. Recuerdo que una vez me dijo: “Mario, ¿a ti no te gustaría salir en Carnaval?” Yo lo veía como algo muy difícil y creí que no me iban a admitir. Tenía diez años. Mi padre tenía un amigo que hacía comparsas infantiles. Habló con él y fui a hacer una prueba. Canté un pasodoble y me encantó la experiencia. En 2010 salí en mi primera comparsa. Era muy futbolero y tuve que elegir entre fútbol o comparsa porque cuando tenía ensayo no me convocaban. Sin duda elegí Carnaval. Y aquí estoy, no me he equivocado para nada.

¿Qué recuerdas de los primeros años?

Cuento una anécdota que se me viene a la cabeza. Siempre he sido muy vergonzoso. Cuando era pequeño, en la comparsa me decía mi autor: “Te tienes que mover. No vale solo con cantar. También la expresión es muy importante”. De chico era muy lacio, como se dice aquí. Hasta que hablaron seriamente conmigo. Un día pegué un cambio brutal. Pasé de estar casi detrás del bombo porque no me movía a estar en primera fila. Aprendí a abrirme y a seguir los pasos para moverme. En una comparsa hay que moverse con elegancia. A mí me gusta mucho trabajar el movimiento. Su pasito adelante, cambiando de pie, abrir mucho los brazos…

¿Cómo nace la famosa Comparsa de la Cantera?

Los años de Juveniles, cuando salimos con Las batallitas del Rey Sebastián (2017) o ¡De aquí nos despedimos! (2018), formamos una piña. Cuando llegó el momento, todos dijimos: Quillo, tenemos que salir en adultos”. Desde que empecé, Juanillo (el director) y yo no nos hemos separado. Fue una decisión unánime. Sabíamos que era una situación difícil por el nivel que hay en la modalidad, pero teníamos claro que debíamos seguir. Y esa unión es la que nos llevó a crear lo que es hoy la Comparsa de la Cantera.

Integrantes de la Comparsa de la Cantera. A la izquierda, La ciudad de Dios (2020). Fuente: Guitarras del Carnaval de Cádiz. A la derecha, Los niños sin nombre (2019). Fuente: Diario de Cádiz.

Con Los niños sin nombre (2019) os quedasteis a las puertas de la final del COAC y con La ciudad de Dios (2020) lo mismo. ¿Cómo te tomaste quedar en ambas ocasiones en semifinales a pesar del éxito que tuvisteis?

Para nosotros esto fue una sorpresa. Ha sido una sorpresa quedar semifinalistas los dos años. Tenía claro que nuestro rival en 2020 fuimos nosotros mismos: la comparsa de Los niños sin nombre. A la gente le gustó tanto que piensas que al público no le vas a llegar igual que el año anterior. Pero en seguida vimos esa aceptación por parte del público y el puesto en el que quedamos es para estar orgullosos. Estamos contentos no, lo siguiente.

De todo lo que habéis cantado en el Falla en la modalidad de adultos, ¿con qué te quedas?

Esa pregunta es muy difícil (ríe). Pienso que hay muchas letras que son representativas. Tienen un mensaje de vida. A mí, especialmente me gustan mucho las últimas cuartetas que hacen mis autores. El pasodoble que dedicamos a la cantera fue uno de los más bonitos que he cantado. Ese ha sido con el que más me he emocionado. El pasodoble del piropo también fue muy bonito cantarlo. Llegó muy lejos y se hizo viral. Estamos muy orgullosos de haber hecho esa defensa a la mujer. Otro que fue increíble fue el de Andalucía.

Todos los pasodobles de Los niños sin nombre (2019). Fuente: El Carnavalero (YouTube)

Otra vivencia que fue muy bonita y muy especial para todos fue lo que hicimos con Vanesa Martín. La productora llamó al Tomate y le pidió que versionáramos un bolero de ella a compás de Carnaval. Nos lo contaron y no nos lo creíamos. Nos mirábamos y con cara de extraño decíamos: “¿Vanesa Martín? ¿Qué me estás contando?”. Además de una buena persona es una artistaza. Disfrutamos muchísimo con ella y su equipo. Nos trataron de maravilla.

Vanesa Martín interpreta La vez primera con Los niños sin nombre en el Gran Teatro Falla (2019). Fuente: YouTube
Los autores de vuestra comparsa (Tomate y Piru) desvelaban en una entrevista que habéis estado ensayando y pretendéis presentar lo nuevo en cuanto la pandemia dé un respiro. ¿Podrías adelantar algo a Voz Nueva?

Hemos tenido la suerte de poder ensayar respetando las restricciones y las medidas que ha habido. Tenemos el proyecto de Comparsa y ya hay muchas cositas metidas. Lo que falta ahora es planificar y matizarlo todo. Pero estamos hablando de un proyecto a largo plazo porque ya es imposible ensayar. Lo primero es la salud y eso lo tenemos clarísimo. Tenemos la idea. Pero más que la idea tenemos ganas. Creo que es algo muy bonita y personalmente me gusta mucho. Nosotros estamos deseando presentarla. Se llama Los okupas de la luna. Y ya no puedo contar más (ríe).

La agrupación presenta el nombre de la nueva comparsa en sus redes sociales. Fuente: Instagram (los_delacantera)
¿Qué sensaciones tenéis en este febrero tan diferente?

Mira, yo no soy fumador ni nada, pero para mí el Carnaval es como esa adicción al tabaco. Como cuando te falta el cigarro y el fumador lo necesita para saciarse. Pues yo creo que me siento igual. El Carnaval es mi droga. Tengo una adicción increíble. Este año notas un vacío. Ya no solo no disfrutas del concurso, sino de la calle. Ese ambiente tan cálido, con la gente de fuera que viene a apoyarte y a escucharte. Es tremendo todo. Es una situación que voy a echar muchísimo de menos. Incluso los ensayos se echan en falta.

«Me gusta mucho trabajar el movimiento. Su pasito adelante, cambiando de pie, abrir mucho los brazos…»

Mario Garrido
¿Cómo definirías al Carnaval?

El Carnaval es algo que puede llegar muy lejos. Es una forma de vida. Pero siempre lo aclaro: es una forma de vida, pero no un trabajo. No lo confundamos. Es una forma de vivir, pero no de ganarse la vida. Carnaval aquí es todo el año. No tiene límites. La trayectoria desde que empecé en 2010 hasta hoy ha sido preciosa. No cambio ningún año. Es lo mejor que he hecho: meterme en el mundo del Carnaval.

¿Cuándo piensas que volverá el Carnaval de siempre?

Sinceramente, pienso que la auténtica normalidad llegará en 2023. Después de este parón, creo que el Carnaval va a ser mejor todavía porque echarlo de menos va a servirle a la gente para vivirlo con menos veneno y con más ganas del Carnaval de toda la vida. Al carnavalero se le van las ganas por la boca y lo dice todo cantando. Por eso creo que lo vamos a cantar todo con más rabia y vamos a disfrutar el triple. Un año sin vivirlo en pleno apogeo… (resopla) el año que lo vivamos tiene que ser multiplicado por dos.

Descubre el simbolismo del Carnaval de Cádiz

El mes de febrero tiene un significado especial para la provincia gaditana y, sobre todo, para la capital. El Carnaval constituye una forma de cohesión social para Cádiz y sirve de altavoz para todas aquellas reivindicaciones sociales y políticas. Aunque pueda conformar un escaparate turístico, su esencia crítica se mantiene viva en las letras de las coplas.

Si pensamos en el Carnaval, pensamos en las calles de Cádiz abarrotadas en el mes de febrero. En las agrupaciones del Gran Teatro Falla y en las “callejeras”, en los tipos, en la multitud… y, por supuesto, en las coplas que esperamos todo un año para escuchar. Estas no son simples canciones que tocan temas banales o que tienen una música pegadiza. El Carnaval de Cádiz va más allá del festejo musical.

Un poco de historia

El Carnaval tiene una gran importancia cultural. Tal es su relevancia, que lleva arraigada en la sociedad desde la Roma Clásica. Aunque bien es cierto que no tiene nada que ver con lo que es ahora. En esta época, el Carnaval estaba más relacionado con ceremonias y costumbres religiosas, concretamente cristianas.

Esta festividad dio sus primeros pasos como una herramienta que usaba el pueblo para reivindicar temas sociales de forma anónima. Recibía influencias de muchas partes del mundo, sobre todo de Florencia, con quien mantenía muchos lazos comerciales.

Durante el siglo pasado, sufrió una fuerte censura debido a la dictadura de Franco que no permitía las opiniones contrarias al régimen. Pero aún así, la esencia crítica se mantuvo de forma clandestina en las calles gracias a agrupaciones formadas por gaditanos que no se rindieron. De ahí deriva el término de «ilegales» para denominar a aquellas agrupaciones carnavalescas que no se presentan al concurso oficial.

La explosión del depósito de minas de San Severiano en 1947 hizo que el gobernador civil permitiera el Carnaval. El objetivo era contrastar con esta festividad la tristeza de lo ocurrido y levantar los ánimos. Desde entonces el Carnaval ha seguido tanto en el concurso de agrupaciones como por las calles, siendo una actividad de orgullo para la provincia.  

Explosión del depósito de minas de San Severiano, Cádiz en 1947. Fuente: El País
¿Por qué el carnaval es tan importante?

Una fiesta es un manifestación socio-cultural que incluye rituales, religiosos o no, y diversión, pero que implica muchas funciones en relación con la colectividad que las celebra y las protagoniza

Isidoro Moreno, antropólogo social y cultural

Las fiestas son una representación de lo que nos une. El Carnaval se ajusta a esta definición y engloba una serie de dimensiones que permiten que la comunidad se sienta unida y cohesionada por la misma.

Las letras reivindicativas de los intereses de la comunidad refuerzan los vínculos sociales entre los habitantes durante todo el año, pero especialmente en esta época. Además, como dice Cantero, estas letras están llenas de simbolismo hacia la sociedad y de diversión.

Esta esencia del Carnaval es la que se transmite de generaciones en generaciones, y la que se expande por todo el mundo. Se construye así una identidad colectiva mediante una cultura que todos los habitantes comparten. Es decir, los autores hacen referencias que los ciudadanos comprenden y aceptan. Además, las coplas transmiten un sentimiento de pertenencia e identificación a un grupo. El ser humano es un ser social. Es decir, necesitamos sentirnos dentro de un grupo. Para ello, nos involucramos dentro de un grupo social mediante las características y nos diferenciamos de otros grupos por las mismas.

Con las coplas reímos, lloramos, estamos de acuerdo o discutimos. Cuentan historias, denuncian injusticias y representan la realidad. Las coplas aportan nuevas versiones y puntos de vista, retoman debates e, incluso, introducen nuevas palabras como «cajonazo«. Los aficionados del Carnaval, toman todo esto como suyo, sintiéndose así dentro de un grupo social. De esta manera, los aficionados pertenecen al conjunto de carnavaleros, e incluso hartibles, y comparten gustos, pasatiempos y ocupaciones. El carnaval, por tanto, es una fiesta y el pilar fundamental de la cultura gaditana.

Pasodoble Si caminito del Falla de la comparsa La Eternidad, escrito por Antonio Martínez Ares, que recopila coplas clásicas del Carnaval de Cádiz. Fuente: Carnaval por un tubo
El Carnaval en el sistema capitalista

Las celebraciones son un producto más del sistema en el que vivimos. Los medios de comunicaciones dan cada vez más cobertura y protagonismo a las fiestas para convertirlas en escaparate de las ciudades y pueblos. Es decir, se vende esa identidad colectiva representada en las fiestas.

Es por ello, por lo que el Carnaval además de ser una fiesta, es una celebración que tiene una función transformadora de la sociedad. Durante esos días, Cádiz se vuelca en el Carnaval y todas sus actividades quedan relegadas a un segundo plano. Además, también se puede observar un cambio en torno a la estructura urbana, donde los bares sacan sus establecimientos a la calle, para dar más vida a la ciudad. Esto favorece a que las personas beban y consuman en la propia calle, que durante esta época, se permite y justifica por la propia fiesta. Así, se intensifica aún más ese sentimiento de grupo antes mencionado. Todos tienen una misma causa: disfrutar del Carnaval.

Este tipo de cambios promueven que el Carnaval se venda muy bien al público y vengan grupos de personas de todas las partes del mundo. Pasa a ser una atracción turística para miles de aficionados alrededor del mundo.

Esto al principio puede sonar bien, ya que puede ser beneficioso para la provincia, que recibirá de forma masiva ingresos por celebrar lo que les caracteriza. Pero también tiene una serie de inconvenientes. Debido a la entrada masiva de visitantes en esta época y el reciente ascenso del “litroneo”, las calles de Cádiz se convierten en un botellón. Y esto no tienen nada que ver con el Carnaval. Incluso puede provocar una pérdida de identidad de la propia fiesta.

Podemos encontrar agrupaciones que reivindican este hecho, defendiendo que el Carnaval debería ser para los que de verdad les gusta y no un botellón más. Un ejemplo puede ser el pasodoble Igual que en una mezquita de Los Millonarios, comparsa muy conocida de Juan Carlos Aragón, autor de más de 40 comparsas y chirigotas.

Pasodoble Igual que en una mezquita de Los Millonarios, escrito por Juan Carlos Aragón. Fuente: Carnaval por un tubo

El Carnaval de Cádiz supone para la ciudad tanto un foco de ingresos como un pilar fundamental de representación cultural. Gracias a esta festividad se realzan y ponen en la opinión pública grandes reivindicaciones. Esa esencia es la que embauca a todos sus seguidores y la que impide que se vuelva una simple festividad en manos del capital. Mantengamos, como andaluces, el Carnaval. Este, más que una fiesta, es uno de los pocos espacios en los que la libertad de expresión aún puede disfrutarse.