Arranca la campaña de crowdfunding del cortometraje COTARD

Apeiron Producciones encara la elaboración de un cortometraje de terror psicológico que tratará de visibilizar la realidad del Síndrome de Cotard, una enfermedad extremadamente rara que hace creer al que la sufre que está muerto

Un grupo de estudiantes de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla forman Apeiron Producciones, una pequeña productora que trabaja a destajo para dar vida a su nuevo proyecto: COTARD.

“No es lo mismo estar vivo que vivir”. Bajo esta premisa, COTARD aborda la realidad del síndrome homónimo a través de su particular protagonista, Adán, quien sufre la enfermedad y niega su propia existencia. Sus creadores buscan enseñar esta realidad al mundo a través del terror psicológico. Para hacerlo posible, el equipo necesita financiación para cubrir un presupuesto detalladamente calculado para disponer de todos los recursos imprescindibles para obtener el mejor resultado.

Porcentajes del presupuesto de COTARD.

Alcanzar ese objetivo depende de la campaña de crowdfunding recién iniciada. Este mecanismo permite a la gente interesada colaborar económicamente con la productora a cambio de recompensas que varían dependiendo de la cantidad aportada. El objetivo marcado por la productora está situado en los 1.000 euros. Los mecenas de COTARD pueden aportar desde 2 euros hasta 80. Aparte, existe un pack de 200 euros destinado al patrocinio de empresas. Toda la información sobre estos paquetes de recompensas está detallada en la página web de Verkami, la empresa especializada en crowdfunding que aloja a este proyecto.

Además, la productora dispone de un vídeo en YouTube donde el actor protagonista explica el proceso:

El rodaje está previsto para la primera semana de julio y el estreno tendrá lugar entre septiembre y octubre de este mismo año.

Cualquier tipo de duda puede ser resuelta a través del correo electrónico produccionesapeiron@gmail.com.

La vacuna de la COVID-19: Geopolítica y desigualdad en un mundo globalizado

La estrategia de inmunización de la población mundial tiene un trasfondo cargado de tensiones políticas, intereses egoístas e indiferencia por el actor más desfavorecido. La salud pública libra una batalla con el poder político y económico.

Nuestra vida cambió hace un año con la llegada de un intruso a nuestras vidas. Durante todo este tiempo, nuestro mayor deseo es que se marche cuanto antes. El coronavirus no está siendo fácil de vencer, pese a que disponemos del arma para ello. La vacuna llegó en diciembre de 2020 para felicidad de todo un mundo agotado. Pfizer y Moderna fueron las primeras industrias farmacéuticas que lanzaron sus compuestos en Estados Unidos y Europa.

Tras ellas, han sido aprobadas dos más hasta el momento. Así, nos podemos encontrar con el bien más preciado del mercado. Otros países, como Rusia y China, también alardean de haber encontrado una vacuna en sus países, pero no se cuenta con ellas por el momento en occidente. ¿Por qué? ¿Cómo está funcionando el mercado con esta nueva joya llamada vacuna? ¿Qué piensa la sociedad? En este artículo, trataremos de dar respuesta a esas preguntas desde un enfoque geopolítico.

Vacunas para aumentar la influencia política

Desde mucho antes de la aprobación de las primeras vacunas, los países ya andaban inmersos en negociaciones para su compra. Los actores más importantes en este entramado son Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea. Los 27 Estados miembros están actuando de forma conjunta para garantizar la equidad y un ritmo similar para salir de la crisis. Las industrias farmacéuticas recibieron dinero público como venta anticipada que usaron para financiar sus investigaciones. Estados Unidos, China o Rusia comenzaron a rastrear sus áreas de influencia para ver posibles compradores, pese a que las empresas desarrolladoras son privadas.

Pudimos ver una situación muy similar a la que aconteció durante la Guerra Fría con la carrera espacial. Podemos decir que la ganadora fue Pfizer: pese a que la Sputnik V rusa fue aprobada un mes antes, no llegó a tantos rincones como la de la firma americana. No obstante, su precio y sus condiciones para ser distribuida hacen que haya sido desbancada por Astrazeneca. La vacuna norteamericana es administrada en 89 países, mientras que la británica ha llegado a 135 países, según datos de Statista.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Fuente: Twitter @vonderleyen
Tensión entre potencias

La búsqueda de poder genera tensiones. La más clara, la que tiene lugar entre la Unión Europea y Reino Unido. Ursula Von Der Leyen ha amenazado en alguna ocasión al Gobierno británico con bloquear las exportaciones de las dosis de AstraZeneca producidas en territorio europeo si la farmacéutica no cumplía lo acordado con Europa. Este no es el único escenario de tensión. Dentro de la propia UE, hay algunas potencias que han actuado o plantean actuar por su cuenta con objetivo de obtener más dosis.

La canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, mantuvieron una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin buscando acuerdos de colaboración para adquirir y producir la vacuna Sputnik V, del instituto Gamaleya. Hungría y Eslovaquia aprobaron por su cuenta el uso de la vacuna rusa, desentendiéndose de las decisiones de la EMA, que sigue revisando el vial para su autorización de emergencia.

Un reparto desigual

Las grandes potencias están vacunando a sus ciudadanos, con miras a reconstruir sus devastadas economías y recuperar turistas. Mientras, los países más desfavorecidos, sin poder político ni económico para afrontar una compra masiva de vacunas, continúan sin poder inmunizar a su población. En respuesta a esta brecha, se han creado distintos mecanismos basados en la solidaridad que tiene como objetivo llevar los viales a aquellos rincones olvidados del planeta.

Uno de ellos, el más cercano, es COVAX, codirigido por la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud. Mediante el acelerador ACT, se busca acelerar el desarrollo y producción de vacunas. Pretende repartir vacunas para, al menos, el 20% de la población de esos países. Sin embargo, a día de hoy, y según datos expuestos por la OMS, sólo una de cada 500 personas ha recibido al menos una dosis en países desfavorecidos, mientras los contagios crecen descontroladamente. Pandemia global, auxilio no tan global.

La desinformación y el negacionismo envenenan la campaña de vacunación contra la COVID-19

La prensa, escrita y audiovisual, tiene un rol clave: ser el cuarto poder de la sociedad. Como servicio público, tiene una responsabilidad que se ha agrandado aún más con la intrusión del coronavirus en la agenda mediática.

La información es una herramienta muy poderosa dentro de una sociedad democrática. Hoy, inmersos en una pandemia, su valor aumenta. Bien manejada, ayuda a la población a debatir, buscar soluciones y actuar por el bien colectivo. Por todo ello, el papel de los medios de comunicación a la hora de cubrir la actualidad de esta pandemia y, en especial, las novedades con respecto a la vacunación, es clave para entender lo que circula en la opinión pública.

Los medios y nuestra imagen de las vacunas

Vivimos cada día bombardeados por noticias que nos llegan por distintos frentes. La pandemia nos ha pegado al móvil y ha incrementado nuestra necesidad de estar informado cada minuto. La infoxicación a la que estamos sometidos nos hace incapaces incluso de dilucidar qué información es veraz y cuál no. Todo va muy rápido y no tratamos de ir más allá de un simple titular. Bien por pereza, bien porque perdemos el hábito de contrastar.

Lo cierto es que, por encima de todo eso, hay una clave. Si ese titular despierta alarmismo, inmediatamente nos inunda el miedo y avisamos a nuestros conocidos. A sabiendas de esto, los medios de comunicación han recurrido numerosas veces al llamado clickbait, un titular muy llamativo que impacta y te hacer ignorar el enlace a la noticia completa. Se puede considerar incluso que esos titulares dan una información falsa por omisión de datos clave, pero caemos en el histerismo.

La campaña de vacunación se ha visto directamente afectada por este fenómeno. Las famosas trombosis son el ejemplo claro. Informaciones que han salido de pacientes recién vacunados con cierta marca, y tienen que salir científicos a desmentir o aclarar la situación. Aun así, es demasiado tarde. Las noticias malas e impactantes calan muy rápido en la opinión pública. Incluso el cuerpo de esas noticias podía desvelar una información más detallada que disipaba la confusión, pero poca gente se ha parado a leerlo. Y ello lleva al rechazo a la inyección. A principios de abril, el rechazo a la vacuna de AstraZeneca creció hasta el 60%. Una cifra muy grave dada la urgencia de inmunizar con rapidez.

El negacionismo, veneno para la sociedad
Victoria Abril, en los Premios Feroz. Fuente: FórmulaTV

De una forma similar funciona los datos falsos que vierten personalidades negacionistas como Miguel Bosé con los famosos vídeos en redes, o Victoria Abril en los Premios Feroz. Los datos aportados por estas personas han sido numerosas veces desmentidos por comunidades científicas, médicos y otros expertos; No obstante, el bulo goza de una velocidad de difusión estrepitosa. Antes de llegar la verificación, las fake news han alcanzado a una gran cantidad de personas.

Muchas de ellas estarán ya sumidas en el tremendismo y sus oídos no estarán para oír información veraz que tumbe al bulo. Erradicar la pandemia es una tarea ardua. Con actores como los negacionistas, más aún. Ante ello, los medios debemos ser responsables y conscientes de que somos un servicio público. La sociedad a la que servimos y pertenecemos está sumida en una crisis muy grave. Cortando la circulación de la mentira, estaremos ayudando a minimizar el daño causado por la COVID-19.

‘Nevenka’, la historia de una ilusión por la política que se convirtió en infierno

La memoria de nuestro país guarda algunos recuerdos que son puntos oscuros en su historia. Uno de ellos nos remonta al año 1999, cuando una joven llamada Nevenka Fernández se incorpora a las filas del Partido Popular de cara a la campaña electoral de las municipales en Ponferrada.

No sabía que su decisión cambiaría el rumbo de su vida y la marcaría para siempre. Veinte años después, relata el sufrimiento que vivió cuando Ismael Álvarez, alcalde tras la victoria en los comicios, comenzó un acoso sobre su persona. Lo hace en una miniserie documental producida por Newtral y estrenada en Netflix: Nevenka. El documental cuenta con el relato del abogado Adolfo Barreda y la visión del psicoanalista José Antonio Bustos; de Juan José Millás, autor del reportaje Hay algo que no es como me dicen (2004), inspirado en el ‘caso Nevenka’; de Charo Velasco, líder socialista en Ponferrada; y de la periodista del Diario de León, Ana Gaitero.

El inicio de una pesadilla

Todo comenzó con una reunión en una cafetería. Nevenka terminaba un máster en Madrid, y supo que la mano derecha del candidato del PP contactó con sus padres interesado en su persona. Lo reflexionó, y viajó a Ponferrada para reunirse con Ismael Álvarez y López Riesco. La propuesta, unirse al partido para la campaña electoral. Nevenka vio con buenos ojos sumergirse en el mundo de la política, un ámbito por el que sentía mucha ilusión en sus años de estudio. El PP venció con mayoría, y Álvarez fue investido como alcalde.

La joven Nevenka fue nombrada concejala de Hacienda, y ahí comenzó un camino muy amargo. Miradas, insinuaciones, gestos de Álvarez hacia la que sería su víctima los siguientes meses. Su poder como alcalde y su influencia en la opinión pública del municipio pesaron demasiado sobre el alma herida de Nevenka.

Nevenka Fernández, junto a Ismael Álvarez en una rueda de prensa. Fuente: Público

El trato de Álvarez se recrudeció al darse cuenta de que la atracción no era recíproca. Los cortes en los Plenos, las llamadas constantes, la persecución casi las 24 horas del día fue constante durante días, semanas y meses. Testigo de ello fueron otros miembros de Pleno, como Charo Velasco, del PSOE, que se percató de que algo le sucedía a Nevenka, y la creyó cuando supo del acoso sexual que sufría.

Superada por la situación, tuvo que ausentarse de algunos Plenos e incluso marcharse a Madrid. Tras meditarlo, decidió denunciar. El Código Penal, tras su modificación de 1999, contemplaba los «delitos contra la libertad e indemnidad sexuales». Solo quedaba intentarlo.

Nevenka, junto a su abogado en la denuncia pública contra Álvarez. Fuente: El País.
Un juicio mediático

Su entorno le avisó de que sería un camino sumamente complicado. El poder social de Álvarez era muy grande, y las mentiras lanzadas contra ella se sucedían. Pero, el 26 de marzo de 2001, convocó una rueda de prensa para comunicar su dimisión como concejala y la querella criminal interpuesta contra el alcalde de Ponferrada. Arrancó un proceso judicial que tendría lugar en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, debido al régimen de aforado del acusado.

Los medios pusieron el foco en Ponferrada. Uno de los políticos con más influencia social del país se enfrentaba a una acusación de acoso sexual de una de sus concejalas. Los días del juicio fueron un infierno para Nevenka. La presión social era altísima, mucha gente no la creyó y respaldó al alcalde. Uno de los detalles más remarcables fue la destitución del fiscal del caso por someter a Nevenka a un durísimo interrogatorio, olvidando que el acusado era otro.

Nevenka Fernández y su abogado, durante el proceso judicial. Fuente: iLeon.com
Álvarez, condenado por acoso sexual

En noviembre de 2003, el Tribunal Superior de Justicia se pronunció. Ismael Álvarez fue declarado culpable por acoso sexual, y condenado a pagar una multa de 6.000 euros, y una indemnización a su víctima de 12.000 euros. Ya había dimitido previamente del cargo de alcalde, pero nunca ha reconocido su culpabilidad.

Hasta el día de hoy, ha negado que tal acoso se produjese. Álvarez encontró el respaldo de la ciudad y de su equipo de Gobierno. Veían al ya exalcalde inocente, incapaz de hacer algo así, e invalidaban los testimonios de Nevenka. Ante ese panorama desfavorable, Nevenka tomó la dura determinación de abandonar el país. Su felicidad ya no estaba en España. A día de hoy, reside en el extranjero con su familia, «aún aceptando que hay un antes y un después» de aquel infierno, como ella misma afirma en el documental.

Referente del movimiento «Me too«

El ‘caso Nevenka’ acabaría con la primera condena de la historia de España a un político por un delito de acoso sexual. El coraje de esa mujer que, veinte años después, cuenta al mundo su historia, dio esperanza a muchas mujeres que sufren el machismo en sus carnes. En 2017, fue recordada por el movimiento «Me too« para denunciar la agresión y el acoso sexual. Su ciudad y sus propios compañeros de trabajo le dieron la espalda, pero a día de hoy, su nombre es una inspiración.

El documental, disponible en Netflix, es una pieza que todo el mundo debería ver para encontrarse con la peor cara de la sociedad y la enorme valentía de una mujer llamada Nevenka Fernández, que hizo frente al machismo y a un político todopoderoso para hacer triunfar a la justicia.

Trailer del documental Nevenka

Álvaro Galán: «Se cumplieron muchos sueños sobre el escenario del Gran Teatro Falla»

El Carnaval de Cádiz es un universo lleno de cosas preciosas, y cada vez, más diverso. Un año después, Álvaro Galán echa la vista atrás y rememora con nosotros aquel 26 de enero de 2020, en el que el cuarteto de Afanas El Puerto Merda, merda, mucha merda derribó barreras y se convirtió en la primera agrupación formada por personas con discapacidad que participa en el COAC.
Lo primero, ¿cómo lleva Álvaro Galán el mes de febrero sin carnaval?

Pues con mucha pena. Lo vivimos muy adentro y estábamos muy ilusionados después del arranque el pasado año. Teníamos muchas ganas de volver y todo preparado, como todo carnavalero, que cuando se sube a las tablas ya está pensando en lo que vendrá después. Nos quitamos ese veneno con los medios dedicados a la fiesta, el concurso del milenio, esta charla con vosotros reviviendo cosas… Hay mucha gente implicada. Los que realmente aman esta fiesta, están más implicados que nunca.

Nosotros también teníamos muchas ganas de esta charla tras lo vivido el pasado año. La diversidad dio un pasito más, en concreto, en el carnaval. ¿Cómo vivisteis vosotros aquel día, dentro de ese ambiente y participando como una agrupación más dentro del concurso?

Pues me acabo de emocionar otra vez —la sonrisa de Álvaro es plena—. Hace ya un año, y la pandemia paró un proyecto muy bonito. Aquel día se cumplieron muchos sueños sobre el escenario del Gran Teatro Falla. Era un reto muy complicado, ya que una de las dificultades era lo que se exige allí. No era solo llevar un repertorio, sino algo que la gente reconozca como carnaval aunque sepa que estamos empezando. Fue muy emocionante. Después de la actuación, no rompimos hasta que estuvimos en la furgoneta llegando al Puerto de Santa María, cuando empezamos a cantar y gritar. Fue muy emocionante, tanto ese día como los que vinieron después. No paraba de atender llamadas de medios y asociaciones de la región y de España.

¿Cómo surgió la idea de Merda, merda, mucha merda?

Todo comienza en verano, en esos ratitos de descanso en vacaciones. En septiembre empiezo las clases con los grupos de teatro de personas con discapacidad. Uno de los chicos del grupo me venía pidiendo hacer algo para carnaval, y aquel periodo estival me arranqué a escribir el cuarteto.

La referencia del cuarteto es la agrupación Tres notas musicales (1991), con dos de los primeros grandes cuarteteros como el Peña y el Masa, que también escribieron otras como La boda del siglo (1982). Aquellos me marcaron mucho de pequeño. En base, especialmente, al primero de ellos, nació la idea de un cuarteto ambientado en el barroco. Escribí mucho y sin dudar, pero sí que es verdad que a los chicos no le conté toda la verdad de la presentación… —sonríe—.

Figurantes del cuarteto Merda, merda, mucha merda. Fuente: Jarrettabucha.es
Tiene que ser muy bonito que unos amantes del carnaval cumplan su sueño en el Gran Teatro Falla. ¿Imponen esas tablas?

Mucho. Es un teatro que verdaderamente impone. Ya había estado antes allí con un cuarteto y una chirigota juveniles. Además, ya lo visité y estuve en el pozo, en el techo…, pero el momento de la actuación impresiona. Las luces se apagan y el silencio me impuso mucho, y mira que estoy acostumbrado a las charlas en público. Saber que nos jugábamos mucho. En el Falla todos sabemos que hay una línea muy fina entre hacer el ridículo y hacer carnaval. Ese era un poco mi temor. Sin embargo, la tensión se rebajó una vez empezamos, y la gente del teatro y los medios fueron muy amables. Eso nos dio mucha confianza. El grupo me cubrió porque yo era el más inseguro. Las primeras risas nos dieron ese empuje para seguir adelante. Una vez que se termina, todo el mundo hace su autocrítica y ve en qué puede mejorar.

Una vez finalizó la actuación, ¿esperábais esa gran acogida por parte de grandes autores como Piulestán, Morera, los niños…?

El primer sorprendido de aquello fui yo. Nos volvimos todos locos cuando nos pusieron aquel vídeo durante la entrevista para Onda Cádiz. Fue realmente bonito, lo que fue sucediendo durante aquel carnaval. Quería que los chicos allí hablasen de la fiesta y demás cosas, pero aquella acogida tan pronta fue un gran detalle por parte de los cuarteteros. Estuvimos en el Pregón de San Fernando con Morera, Javi Aguilera nos invitó a los cuartos de final… Tenemos contacto de amistad carnavalera. Es una de las cosas bonitas que nos ha dado el carnaval junto a los aficionados o medios como Onda Cádiz que estuvo siempre a disposición del cuarteto desde el momento de la inscripción.

Esperaba en cierta manera algo de lo que vino después, porque ellos llevan años haciendo teatro y saben transmitir, aunque la gente no está acostumbrada y llega a pensar que puede ser para niños. Pero no. Son personas con discapacidad pero pueden hacer humor, teatro y carnaval y lo que se proponga para todos los públicos, también para adultos. Sabía que si lo hacíamos bien, teniendo en cuenta que nos gusta el carnaval, podíamos triunfar.

Los integrantes del cuarteto Merda, merda, mucha merda junto a la agrupación del Morera. Fuente: Álvaro Galán
A raíz de esos prejuicios como el del «teatro para niños», ¿cómo marcha, desde tu punto de vista, la lucha por la diversidad dentro de la sociedad?

Siempre se avanza un poco porque hay muchas asociaciones y familias detrás, pero creo que ese avance es muy lento. Trabajo para la diversidad y la discapacidad en Afanas El Puerto y en la Asociación de Artes Escénicas y Educativas mediante talleres de formación. Es verdad que, si miramos cincuenta años atrás, la cosa es bien distinta. Aún así, ellos están cansados. Estoy con ellos ocho horas diarias, y están agotados de ser «el discapacitado», «el gracioso», «el pobrecito»… Se levantan a su hora para trabajar como nadie, tienen su pareja, su vida, y creo que ya es hora de una normalización y dejar de buscar cosas para discapacitados y no discapacitados. Poco a poco, hay más unión por la inclusión, aunque no hay inclusión. Yo ya digo, que quien quiera incluirse que se incluya a las personas con discapacidad.

Existen muchos prejuicios. Cierto es que el aprendizaje del repertorio y, sobre todo, el tema de cantar, llevó su trabajo. Desde el día de la inscripción, empecé a oír voces advirtiendo de un posible ridículo, de que las familias o ellos mismos podían sentirse mal si no salía bien. Aquello, sin embargo, me dio más valor para seguir adelante y tumbar esos prejuicios.

El cuarteto canta «El valls de la diversidad» mientras sus compañeros bailan. Fuente: Álvaro Galán
Un año después, ¿cómo viven Afanas y el grupo el carnaval dentro de esta pandemia?

Llevan diciéndome desde septiembre: «Alvaro, ¿no vamos a poder hacer nada por el coronavirus?». Sufriendo mucho. Nos vemos vía telemática, ya que cada uno de ellos vive en una residencia distinta, y no pueden acudir a otra debido a las medidas contra la enfermedad. Tampoco podemos hacer teatro ni carnaval. A veces nos grabamos haciendo alguna tontería y nos la mandamos, pero estamos sufriendo un poquito.

El cuarteto, minutos antes de comenzar su actuación. Fuente: Álvaro Galán
En un plano personal, el carnaval te habrá ayudado a sobrellevar estos tiempos tan difíciles. ¿Qué sueles escuchar más, autores actuales, antiguos y qué modalidad?

Como te comenté, me enganché al carnaval gracias a Tres notas musicales, así que, como es obvio, los cuartetos entran fijos en mi listado de agrupaciones a escuchar. Por otra parte, yo soy de los 80, de esa generación de Martínez Ares y Antonio Martín, con los que también me aficioné con grupos como Entre tus brazos (Martínez Ares, 1988), entre otros. Cuando arrancó Juan Carlos Aragón fue espectacular. También soy muy chirigotero. La realidad es que cuando hay autores que te hacen pensar, que te ponen los vellos de punta y que expresan tanta libertad te enganchan, pero soy muy chirigotero y cuartetero. No obstante, me gusta escribir pasodobles.

El carnaval es uno de los ámbitos de la realidad en los que menos censura existe. ¿Cómo valoras el poder de la crítica social en el carnaval?

Sin duda, no hay otro sitio donde puedas ejercer esa libertad. Yo hago mucho teatro, pero está muy medido. En el carnaval, tanto en el concurso como en la calle, se cantan letras impensables en otros ámbitos como el trabajo o ciertas reuniones, porque se te vincula con cierta ideología o quehacer social. Esa libertad para la crítica social se valora mucho entre los artistas y a nivel social porque es muy necesario decir las cosas bien dichas, como se dicen en el carnaval.

Te pongo un ejemplo de nuestro cuarteto. La dimensión que tomó a través del carnaval no se podría haber conseguido por medio del teatro, talleres o visitas a institutos. Lo del concurso fue algo visual, donde mostraron con normalidad lo que eran capaces de hacer. Eso sirvió para llegar a mucha gente y cambiar la idea de algunas. El carnaval es muy necesario para Cádiz. Ojalá hubiese muchos más alrededor de España.

Entrevista al cuarteto en Las mañanas del Falla. Fuente: Onda Cádiz
El concurso no se suspendía desde tiempos del franquismo. ¿Qué supone para el mundo del carnaval que este año no se celebre el COAC?

El principal varapalo, además del sentimental, es el económico. Hay un gran número de personas, como los artesanos, que generan ganancias a partir de ello. Por esa parte, muy mal. En la parte emocional, es muy duro, sobre todo para los compañeros que llevan muchos años saliendo casi ininterrumpidamente. Yo, al fin y al cabo, solo he ido una vez y lo mío es más liviano, pero muchos lo pasan mal por no ensayar y poder sacar su creatividad. Pero también es cierto que, y los profesionales de esto están de acuerdo, hacía falta un descanso desde hace tiempo para poder pensar y aclarar cosas. Intento, de alguna manera, mirar un lado positivo.

Para terminar, ¿qué mensaje le manda Álvaro Galán a los carnavaleros y al mundo en general para afrontar lo que queda de pandemia?

Sobre todo, mucho ánimo a todos. Hay que cuidarse y ser positivos. Tenemos que adaptarnos a la nueva situación como lo hacen las personas con discapacidad cada día. Muchos besos y abrazos, que queda menos para recuperarlos, y que nadie pierda la sonrisa nunca.

El 28-F, una historia de tragedia y orgullo

Andalucía conmemora cada año su reconocimiento como autonomía dentro del mapa de España. El camino hasta el 28 de febrero de 1980 es una historia de tragedia y orgullo que jamás caerá en el olvido

El mes de febrero cuela en las aulas de toda Andalucía el pan con aceite, las pajitas con la verde y blanca, el himno de Blas Infante y, sobre todo, orgullo. Orgullo porque hoy en día, se saca la bandera gracias a la lucha de los más mayores hace más de 40 años. Los andaluces marcan en rojo el día 28 de febrero como el día grande de su tierra. Tal día de celebración perdura a través de las generaciones, pero es importante saber la raíz de lo conmemorado. ¿Por qué el 28-F? ¿Qué ocurrió aquel dia para que en la actualidad sigamos recordándolo? Responder a estas cuestiones nos lleva hasta el 1977. Damos un repaso al antes y al después del 28 de febrero de 1980.

La Andalucía preautonómica

Toda historia tiene un comienzo. La de la autonomía andaluza lo tuvo el 4 de diciembre de 1977, un día que permanece en la memoría de muchos andaluces. Tras una larga dictadura, Andalucía quería «volver a ser lo que fue». En plena Transición, miles de personas se echaron a las calles con la bandera verde y blanca para reclamar su reconocimiento como autonomía. Se estima que alrededor de un millón y medio de personas acudieron a la llamada de la Asamblea de Parlamentarios en las capitales de las provincias. La manifestación era pacífica hasta que en Málaga, un disparo de la policía acabó con la vida de un joven de 16 años. Su nombre, Manuel José García Caparrós. Hoy, es símbolo de aquella lucha. El 28-F no se entendería sin aquel fatídico, pero fundamental día para el devenir de Andalucía.

Manifestación del 4 de diciembre de 1977. Fuente: IES El Arenal
Ataúd de García Caparrós. Fuente. Público

Apenas un mes después, el 7 de enero de 1978, la Asamblea de Parlamentarios andaluces aprueba un proyecto de Decreto para regular el régimen preautonómico. El 27 de abril, el Real Decreto Ley 11/1978 concede la preautonomía a Andalucía. Un mes más tarde, Plácido Fernández Viagas es investido presidente de la Junta preautonómica. Ya en 1979, los resultados de las elecciones generales hacen posible la constitución de la Junta de Andalucía, con Rafael Escuredo elegido presidente. La nueva Junta decide acogerse a la vía del artículo 151 de la Constitución Española para lograr la autonomía. Más del 95% de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales respaldaron la iniciativa. Una comisión de nueve representantes de los partidos parlamentarios aprobaron un anteproyecto de Estatuto en Carmona.

El 28-F y el Estatuto de Autonomía

El día clave, ese que celebramos cada año, fue el 28 de febrero de 1980. El pueblo se pronunció sobre el proyecto de autonomía y un futuro Estatuto. El gran apoyo obtenido generó un extenso debate en las Cortes Generales pese a que en Almería no se alcanzó el techo legal. Se modificó la Ley de Referéndum para que la provincia almeriense también formase parte del proceso. Otra modificación, la de la Ley Orgánica de modalidades de referéndum, desbloqueó el paso de Andalucía a autonomía, incluyendo a Almería, cuya no ratificación fuese sustituida por las Cortes previa petición de los diputados y senadores de la provincia.

Celebraciones tras el referéndum del 28-F. Fuente: El Correo Web

Un año después del referéndum, la Asamblea de parlamentarios aprueba el proyecto del «Estatuto de Carmona», tomando como referencia el borrador de 1979. En octubre, se sometió a referéndum y encontró el apoyo de la ciudadanía. Solo quedaba su ratificación por parte del Congreso, el Senado y, por último, del rey Juan Carlos I.

Las primeras elecciones parlamentarias

El 23 de mayo de 1982 se celebraron, al fin, los primeros comicios al Parlamento andaluz. Con un 60,42% de participación, el PSOE logró la mayoría absoluta, quedando proclamado presidente electo Rafael Escuredo. El 21 de junio, se constituye por primera vez el Parlamento en el Real Alcázar de Sevilla. Aquellos 109 diputados fueron los encargados durante los siguientes dos años de la transferencia de competencias que en la actualidad posee la Junta. Quedó así culminado el largo camino para ser una autonomía reconocida. Debates, referéndum, gritos en las calles e incluso una vida inocente fue el coste de hacerse un hueco en el mapa de España. Así se forjó la autonomía que conocemos hoy, y por todas esas personas, cada 28 de febrero se saca la bandera blanca y verde.

Cantar por carnaval contra el poder y la injusticia

Cada febrero, Cádiz se disfraza y canta por la libertad. La crítica social tiene su hueco en una de las fiestas más importantes de Andalucía, rompiendo toda limitación y censura mediante la poesía y la elegancia

La magia del carnaval recorre Cádiz cada febrero para “hacer feliz a la gente, aunque no tenga gobierno”, como bien dice la comparsa del eterno Juan Carlos Aragón Los Peregrinos (2017). Esa magia, que sale de la máscara y el papelillo, va cargada de risa, llanto y libertad. Porque en Cádiz, la gente grita ante la injusticia y da voz a aquel que no la tiene el resto del año. Todo ello, un reflejo de que la libertad, que por muy oscuro que sea el presente, jamás morirá en esa esquinita del sur. Las letras, comprometidas y en defensa del desfavorecido, han intentado ser calladas en muchas ocasiones, pero cada año siguen resonando en las calles. La crítica social es un componente inherente de las fiestas carnavalescas, que le da riqueza y la hace especial ante el mundo.

Transgresión por febrero

La tradición rupturista del carnaval procede de siglos atrás. Ante gobiernos autoritarios, el pueblo reprimido solo podía callar y obedecer. Entre ese silencio político, la libertad se abrió paso en pequeñas jergas y saraos de la antigua Roma, donde la gente se desfogaba y expresaba, en contadas ocasiones, sus verdaderas sensaciones acerca de la realidad que vivían. Lo hacían disfrazados, olvidando por unos pocos días el estricto sistema político establecido. La esencia de aquella actividad transgresora encontró cabida en Cádiz. La exteriorización del pensamiento se complementó con el disfraz y las coplas para felicidad del gaditano. Una mezcla preciosa por la que se lucha cada año en el Gran Teatro Falla y en las calles de la ciudad.

Las máscaras y vestimentas, cada vez más sofisticadas, evolucionan a lo que se conoce como “tipo”. El tipo habilita al carnavalero a transformarse en el personaje que interpreta. No solo lo representa, sino que lo llega a encarnar. Así, cantan piratas, peregrinos, mafiosos, “condenaos”, marqueses y otras muchas personalidades creadas a partir del arte de la pluma y el papel. Inician su viaje entre ladrillos colorados para continuar en las calles el clamor popular en pos de un mundo más justo. No se pueden olvidar esas agrupaciones callejeras, canallas, de una inmensa calidad y carga cultural y emocional. No se dejan nada en el tintero. Los límites a la expresión que nos autoimponemos a lo largo del año desaparecen entre las peñas y bajo la lluvia de serpentinas, entre carrozas y preciosos homenajes al pueblo gaditano.

Agrupación callejera durante el carnaval de Cádiz. Fuente: Fundación Cajasol.
Alzar la voz dejando huella

Las coplas son, cuanto menos, variadas. Muchas de ellas, con ese trasfondo político y cultural. El compromiso social une a los autores en una misma causa. Sin embargo, la huella de cada uno de ellos en sus agrupaciones es fundamental para la riqueza del carnaval. Distintas perspectivas de lo que es justo, correcto y ante las adversidades de los colectivos más vulnerables. Problemáticas como el machismo, el racismo, las actuaciones del poder político y económico, la inmigración y otras muchas son enfrentadas de distintas formas. La más habitual, la copla que va lanzada sin temor ni medias tintas, pero siempre, con un toque poético, bello. La elegancia de La chusma selecta (Martínez Ares, 2020), el canallismo y la ironía de Los Mafiosos (Juan Carlos Aragón, 2018), la suavidad de Oh Capitán, my capitán (Tino Tovar, 2020) y la garra de Los encaidenaos (Kike Remolino, 2020), son algunos de los ejemplos más cercanos que tenemos de la diversidad de tono en el mensaje. Pero también quedan en el recuerdo las coplas que relatan historias. La letra cuenta la historia de una mujer maltratada en primera persona a través de Los Piratas (Martínez Ares, 1998), el viaje en patera de unos refugiados por mediación de La Chusma Selecta o las duras críticas al gobierno contadas por los propios ministros, como se pudo ver hace unos años con Esto sí que es una chirigota (Vera Luque, 2014).

Agrupación Esto sí que es una chirigota. Fuente: Twitter La Chirigota del Vera
Ironía y metáfora por doquier

Los versos que se entonan en el Falla y en las calles llevan la rima como acompañante fundamental. Pero el pasodoble carnavalesco se sazona a base de ironía y el doble sentido. Porque no se ironiza solo para hacer reír, también para poner la crítica sobre la mesa con arte. En definitiva, revestir los versos más contundentes con seda y mucha ‘guasa’ para deleite del carnavalero. El mero arte de jugar con el simbolismo y las letras, unirlos y permitir al oyente sacar sus propias conclusiones. Quien se sienta aludido, por algo será.

Chirigota Los Yesterday. Fuente: Youtube Carnaval por un tubo

El pueblo canta, el pueblo ríe, pero también lucha por lo que ama y grita contra el que trata de oprimirlo. Muchos titulares hay en los medios entendiendo la chirigota como un grupo de cómicos que quieren pasar el rato. Nada más lejos de la realidad. Porque se puede soltar una carcajada mientras El Selu le aprieta las tuercas a los banqueros (Las verdades del banquero, 2013), y Juan Carlos Aragón anima a los andaluces a luchar por una tierra más digna ante el terrateniente (Los Yesterday, 1999). La belleza de cantar por lo que se quiere, por lo que duele, contra el dinero y el poderoso. El canto comprometido con la sociedad se seguirá escuchando eternamente en Cádiz, en “la cuna de la libertad” (La Gaditanissima, 2019).

Sánchez piensa en Carolina Darias para Sanidad y en Miquel Iceta para la Moncloa

La candidatura de Salvador Illa para las elecciones catalanas plantean un relevo ministerial en el Ejecutivo

El Gobierno español sufrirá cambios en las próximas fechas. La noticia de la marcha del Salvador Illa del Ministerio de Sanidad deja huérfana la cartera más comprometida de la pandemia. Desde que se conoció la sorpresa, la Presidencia trabaja para buscar la mejor alternativa de relevo en el cargo. Dentro del Ejecutivo se manejan dos nombres para cubrir el hueco: Carolina Darias y Miquel Iceta. La primera ocuparía el lugar de Illa en Sanidad, mientras que Iceta cubriría el Ministerio de Política Territorial, dando el salto a la política nacional desde la Generalitat.

CAROLINA DARIAS, LA ELEGIDA

La política canaria es la mejor posicionada para asumir la cartera de Sanidad. Fuentes del Gobierno aseguran que es el relevo natural de Illa. La ministra ha estado presente en numerosas comparecencias gubernamentales y ha trabajado junto a Illa en los Consejos interterritoriales. La clave de su tarea estará en la campaña de vacunación iniciada recientemente. Su implicación en la preparación de la estrategia de dicha campaña la sitúan como la idónea para el Ministerio.

Carolina Darias, con la cartera de Política Territorial. Fuente: Moncloa

Carolina Darias lleva más de trece años en política. Sus inicios en Canarias la catapultaron al panorama nacional como Delegada del Gobierno de Zapatero en la Comunidad Autónoma entre 2008 y 2011. Su última función antes de ser Ministra de Política Territorial fue la de Consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno canario, entre 2019 y enero de 2020.

RELEVO EN CATALUÑA

La decisión está casi tomada en el seno del PSOE. Según apunta El País, Iceta iba a ser el candidato en las elecciones catalanas venideras, mientras que Illa pasaría a serlo de cara a las siguientes. Pero, la sucesión de acontecimientos ha precipitado la decisión de ejecutar la operación para estas. En el partido consideran que el actual ministro ha logrado alcanzar una buena imagen en la opinión pública, imagen que se ha tambaleado en varias ocasiones —en especial, durante la primera ola de la pandemia.

Iceta, en el Parlament catalán. Fuente: Europa Press

Así, lo consideran la persona idónea para liderar al PSC en los próximos comicios. Ocuparía el puesto que ahora ostenta Miquel Iceta, quien previsiblemente se incorporará al Gobierno central una vez se inicie la campaña electoral para dejar su puesto a Salvador Illa. Su función, el cargo de ministro de Política Territorial en sustitución de Darias. El hasta ahora primer secretario del grupo socialista catalán ya fue diputado en el Congreso entre 1996 y 1999, a la par que subdirector del Gabinete de la Presidencia de Felipe González. Con esa experiencia en el panorama nacional, Pedro Sánchez ve con buenos ojos su ascenso al Ejecutivo.

La ley de eutanasia es una realidad en España

El Congreso aprueba un derecho que llega a nuestro país tras años de lucha por parte de distintos colectivos que pedían libertad para morir con dignidad.

España ha visto surgir una nueva ley que refuerza el artículo 15 de la Constitución. El Congreso de los Diputados dio luz verde a la ley de eutanasia con 198 votos a favor. Un gran respaldo que solo tuvo la negativa de PP, Vox y UPN. Fueron contabilizadas, además, dos abstenciones. La votación culminó con los aplausos de los diputados presentes en el Parlamento, y la alegría de las personas que lucharon durante años por este derecho a morir con dignidad.

La pasada semana, la Comisión de Justicia del Congreso dio el visto bueno al texto definitivo que radica en la enmienda realizada por el PSOE. La cámara baja, con la presencia de unos pocos diputados —los demás votaron de manera telemática—, aprobó la ley. Ahora, es el turno del Senado, cuyo escrutinio será casi definitivo. El Ejecutivo plantea que sea vigente en los primeros meses de 2021. Según el texto, lo será tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

Dicho texto contempla un «nuevo derecho individual». El ordenamiento jurídico ampara la libertad del paciente porque «no hay un deber constitucional que obligue a tutelar la vida de una persona en contra de su voluntad». Se podrá llevar a cabo de dos formas distintas: un médico pone fin a la vida del paciente que lo solicite o, si así lo desea, por ‘suicidio asistido’. Esto es, el sanitario proporcionará los recursos a la persona y le atenderá para que sea el paciente quien ejecute la eutanasia.

Para solicitar el recurso, el individuo deberá ser mayor de edad «en plena capacidad de decidir», tener la nacionalidad española o un certificado de empadronamiento que acredite una estancia en el país de al menos doce meses. Deberá padecer una enfermedad incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que conlleve un «dolor físico y psíquico insoportable» que no tenga remedio. La ley obliga previamente a informar por escrito de posibles alternativas de cuidados paliativos. Los médicos podrán ejercer su derecho a la objeción de conciencia, expresándolo así de manera anticipada y por escrito. La solicitud de la eutanasia será gratuita y estará integrada en el Sistema Nacional de Salud.

El debate que precedió a la votación estuvo cargado de discrepancias entre grupos parlamentarios. Por una parte, Luisa Carcedo, portavoz del PSOE, apeló a «la decisión del paciente en una situación extrema». Reafirmó que la ley es «absolutamente garantista». Rosa María Medel, de Unidas Podemos, habló de «día histórico» y la «garantía de la autonomía personal». Pese al apoyo, ERC y EH Bildu lamentaron los controles previos que, según ellos, puede convertir el proceso «en un calvario». Inés Arrimadas mostró el apoyo de Ciudadanos a la ley porque «es un derecho garantista que nos permite poner fin a nuestras vidas según nuestras propias convicciones».

En el otro extremo, José Ignacio Echániz, del PP, la considera una ley «injusta e inconstitucional», apelando a los cuidados paliativos como alternativa. Vox, que recurrirá al Tribunal Constitucional acusó, por medio de Lourdes Méndez, a los partidarios de la ley de «introducir la industria de la muerte en España».

En Twitter, el Vicepresidente segundo Pablo Iglesias y el ministro Garzón, entre otros, celebraron la aprobación de la ley.

Casi 40 años de lucha

El activismo ha sido la pieza clave para que el deseo de muchas personas de dejar la vida dignamente sea posible. Abanderando la lucha se encuentra la Asociación Derecho a Morir Dignamente, que ha luchado durante 36 años para dar esa posibilidad a las personas en situación extrema. A las puertas del Congreso se encontraba un grupo de representantes de la asociación, que sonreían ante la aprobación.

Gran día para Ángel Hernández, una de las caras más representativas de la lucha. Ayudó a morir a su mujer, María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple que dio su consentimiento expreso para fallecer. En octubre, la Fiscalía pidió seis meses de cárcel para Hernández. Sin embargo, el Ministerio fiscal aseguró que no mostraría oposición a un indulto. Desde el próximo año, será posible ayudar a personas como María José a poner fin a su sufrimiento de manera digna.